Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11.

La vida de los chicos no cambió demasiado. Siguieron manteniéndose ocupados en sus tareas. Tareas de las que era mejor no hablar en voz alta.

No hablaron apenas de lo que ocurrido. No era la primera vez que se veían envueltos en un suceso donde alguna persona había resultado muerta pero, en este caso, ni si quiera había sido problema suyo. Tan solo habían estado en el lugar y momento equivocados, pero nada los afectaba a ellos. Simplemente fue mala suerte, no tenían que hacer un drama de aquello, ¿no? Sin embargo, cuando se quedaban solos, no podían evitar pensar en ello una y otra vez.

Aquel viernes por la noche decidieron no salir.

-¿Acaso tienes miedo? -le preguntó Cory a Paul cuando dijo que quizás podían quedarse en casa.

-No tengo miedo, simplemente no me apetece.

-Un poco de miedo si que tienes -insistió Cory algo divertido.

-Bueno, no todo el mundo podemos ser de piedra como tú, Cory -se quejó Aaron, que por una vez trató de defender a Paul. -Además, eres tú el primero que siempre quiere quedarse en casa. Ni si quiera te gusta salir.

-Tranquilo, si a mi me estáis haciendo un favor -contestó, encogiéndose de hombros, pero aún con una pequeña sonrisa en sus labios.

Lo cierto es que lo más seguro era quedarse en el apartamento de Cory, el lugar donde se solían reunir siempre. El piso era suyo pero en realidad parecía de los tres pues pasaban más tiempo allí con él que en sus respectivas casas. Aunque si lo pensaban bien, no podía decirse que fuera el sitio más seguro del mundo. Estaba en uno de los peores lugares del barrio, donde más delincuencia y cosas malas pasaban, pero ya se habían acostumbrado. Poca gente se atrevía a meterse con ellos de todas formas.

Se encontraban desperdigados por el salón. Aaron estaba sentado en un cómodo sillón que ya había pasado a ser suyo y solo él se sentaba en él. Paul y Cory se habían instalado en el suelo, con sus espaldas apoyadas en el sofá; éste era tan incómodo que apenas lo utilizaban y siempre acababan tirados en la madera. No hablaron demasiado mientras fumaban cigarrillo tras cigarrillo y terminaban algunas botellas de cerveza. Por mucho que se empeñaran en ocultarlo, por la cabeza de los tres pasaba la misma cosa.

Fue Aaron quien acabó hablando pues sabía que si él no lo hacía, sus amigos nunca lo harían.

-¿Creéis que va a ir a la policía? -preguntó. Todos se habían estado haciendo esa pregunta. De todos modos, ninguno podría culparla si al final acababa haciéndolo. Pero ninguno quería tener a la policía en las puertas de sus casas, haciéndoles cientos de preguntas. Aaron le había prometido a su madre que no volvería a suceder, que nunca jamás se volvería a ver rodeado de oficiales. Esta vez él no era culpable de nada pero no importaba, no podía volver a preocupar a su familia de esa manera.

-No lo creo -respondió Paul que sin duda agradeció que el tema saliera por fin a la luz. -Estaba demasiado asustada, no creo que se atreva a hacer nada.

Los dos amigos miraron ahora a Cory, esperando unas palabras por su parte. Siempre buscaban su opinión o al menos la afirmación de que todo estaba controlado. Puede que Aaron fuera el cerebro del grupo pero Cory era el que mantenía las cosas seguras, el que se deshacía de todos los problemas... si le veían a él preocupado entonces sabían que las cosas no eran buenas.

Y lo cierto es que Cory estaba preocupado. Seguía teniendo un mal presentimiento, pues aunque nunca lo mostrara tras esa máscara de frialdad que siempre  llevaba, él era muy paranoico. Su cuerpo siempre estaba alerta, como si estuviera preparado en todo momento para lo peor. Quizás las cosas que le habían tocado vivir lo habían hecho así.

-Tampoco podríamos culparla si decide hablar -dijo, sin mostrar preocupación. -Dejemos que los días pasen y que se solucione todo. Probablemente alguien acabe encontrando los cadáveres y nosotros no salgamos perjudicados en nada. Tener a la policía encima nuestra solo nos traería problemas ahora.

Los otros asintieron.

-Creo que deberíamos haber hecho algo más -murmuró Aaron. -Por Brooke, me refiero. Nosotros nos tenemos los unos a los otros pero ella va a tener que afrontar todo esto sola.

Cory se sorprendió al notar un pequeño pinchazo en su pecho. La realidad era que no había dejado de pensar en ello. Ni si quiera había pensado en los asesinatos, sino que en su mente había estado todo el rato aquella chica pelirroja que lo había mirado de una manera distinta. Y había hecho todo lo posible por olvidarla, pero lo había resultado imposible. A ellos no les resultaba raro levantarse una mañana, salir a la calle y ver un cadáver en el suelo. En su barrio las sobredosis, las peleas, asesinatos o accidentes eran más que frecuentes. El mismo se tuvo que enfrentar a los cadáveres de sus propios padres por lo que ya nada le sorprendía. Pero con Brooke tenía que ser distinto. Esa no era su vida, ella no estaba acostumbrada a ese tipo de cosas. ¿Sería el primer muerto que veía? ¿Sería la primera vez que había estado tan cerca de la muerte? La habían apuntado con un arma. No podía recuperarse de eso tan fácilmente. ¿Podría dormir por las noches? Cory se había sentido culpable por no haber intervenido, por no haber podido quitárselo de encima mucho antes. Se había puesto enfermo al escuchar como ella lloraba, al saber que le estaban haciendo daño y que él seguía allí escondido, a salvo. Ojalá hubiera podido ahorrarle esos segundos.

-Quizás deberíamos ir y hablar con ella -propuso Paul.

-No sabemos nada de ella -gruñó Cory que no sabía por qué se había puesto de pronto de tan mal humor. Tan solo sabía que se llamaba Brooke y le molestaba, le molestaba de veras porque quizás aquella chica iba a la policía y los jodía a todos. O le molestaba por qué no había sido lo suficientemente valiente como para hacer algo más.

-Sabemos donde vive -añadió Aaron.

-¿Y qué hacemos? ¿Nos presentamos en su casa de repente? -volvió a gruñir, sin decirles que el otro día mientras iba en coche había estado a punto de hacerlo. Al final, se había parado a escasos metros de su casa, sintiéndose un auténtico imbécil. -Será mejor que dejemos las cosas como están. Cuanto antes pase todo esto, mejor.

Pero ni si quiera él se creía lo que acababa de decir.

Pensó de nuevo en Brooke y se preguntó que estaría haciendo en aquel momento. ¿Estaría pensando en ellos? ¿Estaría pensando en él? Recordó como se habían conocido, momentos antes del desastre. Recordó lo bien que se había sentido hablando con ella durante esos minutos.

Si hubiera sucedido todo de otra forma, quizás él hubiese ido hoy al pub para volver a encontrarla. Puede que ella hubiese estado allí y de nuevo se hubieran encontrado. Habrían vuelto a hablar, conociéndose cada vez más.

Y deseó haberla conocido en otras circunstancias.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro