Coeficiente intelectual (Hyukbin)
Una suma, una resta, una última división y el número que sale es...incorrecto. Frunzo el ceño y tuerzo la cabeza como si de ese modo el problema matemático escrito en la pizarra me fuera a decir en qué he fallado. Muerdo el rotulador verde, pensativo, no tengo ni idea de como resolverlo si al cambiar solo un número me mueve todo el principio. Cojo el borrador y elimino parte de la ecuación, luego bufo frustrado.
- Otra vez a empezar...
Pero unos toques en la puerta de mi cuarto me lo impiden. Lo dejo pasar, imagino que es Ken.
- ¡Hyukkie! – No fallo. - ¿Aún no estás listo?
- ¿Para qué?
- ¡La fiesta! ¡Empieza en una hora! – Lo miro con el semblante serio a pesar de que él parece de lo más feliz.
- Creo que aún no has entendido lo que significa la palabra sarcasmo. – Su reacción confusa me sorprende. – Oh, Ken. Claro que iré. – Lo repito igual que la tarde anterior en la cafetería, con un claro y falso entusiasmo. – Bailaré toda la noche y me emborracharé hasta quitarme la ropa y correr desnudo por el campus.
- Bueno, la verdad es que me costaba creer que al menos bailaras. – Ruedo los ojos.
- Parece mentira que tengas más coeficiente intelectual que yo.
Quiero terminar la conversación de una vez, así que me giro para enfocarme en lo que más me importa en ese momento, mi trabajo de fin de carrera. Vuelvo a cambiar números, y muevo algunos signos. Ken a mi lado me sigue, y sé perfectamente para que es, conozco cuando quiere convencerme de algo, igual que aquella vez que tuve que acceder a acompañarlo a ver otra de sus películas de Marvel. No es que me desagraden, pero prefiero ir al cine en mis ratos libres y no un lunes en mitad de una clase, solo porque había un estreno exclusivo y mundial.
Al final se cansa, pero en vez de marcharse se coloca a mi lado y yo sonrío, a él le gustan las ecuaciones difíciles tanto o más que a mí. Piensa varios segundos mientras mira uno de los cálculos.
- ¿Y si cambias aquel dos por un tres? – Me quita el rotulador y dibuja sobre mis números. - Sumará uno más al otro lado, y aquí – Hace un círculo. – Llegarás al final sin fallos.
Vuelvo a observar la pizarra y me quedo en la misma posición que él, analizando las sumas y restas de nuevo. También hago los cálculos correspondientes, edito lo que Ken me ha corregido y minutos después la solución aparece como por arte de magia.
- Eres un genio, amigo mío. – Lo abrazo.
- Lo sé... ¿Me acompañas? - Y me pone ojitos a los que no puedo resistirme.
Ken y yo comenzamos la carrera a la misma par, vamos juntos a las mismas clases y ambos tenemos pasión por los números. Se ha convertido en el hermano mayor que nunca tuve, y le tengo mucho aprecio. Pero en lo único que discrepamos es en el tema del entretenimiento, pues yo prefiero una buena película de los ochenta un viernes noche, y no una fiesta de la cual sus invitados no se acordarán al día siguiente.
Al final acepto, se lo debo por que él también pasa horas jugando conmigo a videojuegos cuando no tiene ganas. Además, por lo que tengo entendido la fiesta es de san Valentín, sinceramente para mí una soberana tontería, un día más en el calendario, pero tampoco voy a dejar que mi amigo se presente solo.
Pasaremos el rato, buscaré alguna bebida ligera y en cuanto me aburra, nos iremos, ese es el plan para el resto de la noche, y me alegro que Ken lo haya aceptado tan bien, pues él con asistir ya era feliz.
Cojo mis cosas, lo necesario como las llaves del cuarto de mi residencia, dinero y el teléfono móvil. Nunca se sabe si me voy a aburrir lo suficiente como para poder seguir avanzando niveles en mi sudoku virtual.
- ¿Dónde vas así? – Me dice Ken de repente al ponerme la chaqueta.
- ¿Qué pasa?
- ¿Crees que el mejor atuendo es esa sudadera?
- Habló el experto en moda. – Lo miro de arriba abajo, mi amigo va muy diferente a mi con una camisa color rosa pastel y unos pantalones verdes, pero su peculiar accesorio me hace dudar de lo que es para él ir "bien vestido".
- ¡Las pajaritas vuelven a estar de moda! – Me grita indignado, luego suspira fuerte. -Sabía que no tenías nada que ponerte, espera.
Y sin darme opción a reprocharle, sale de la habitación. No tengo ni idea de lo que tiene en mente, pero me da miedo. Tiene suerte de que le tenga el suficiente aprecio como para esperarlo los cinco minutos que tarda, apareciendo de nuevo en mi cuarto con un conjunto de ropa.
- Esto servirá.
- Oh... ¡Gracias hada madrina! – Grito falsamente.
- ¡De nada! – Y me sonríe.
- ¿En serio, Lee Jaehwan?
- ¡Póntelo! – Me ordena ahora como si fuera mi madre obligándome a vestirme para la boda de una prima. - ¡Te espero fuera, no tardes!
Dicho y hecho, Ken sale otra vez, dejándome solo con esa ropa horripilante. Miro los colores y me alegro de que al menos combinen mejor que los suyos. No tardo más de dos minutos en vestirme, luego avanzo al espejo, sorprendiéndome al ver que no está tan mal. Desecho la pajarita que también me ha dejado y me aplano con la mano un poco el pelo, luego me coloco las gafas. Sinceramente, no es el mejor accesorio, y no combina del todo, así que, en un arrebato de locura, saco unas lentillas que mi madre en su momento me compró.
Solo me las he puesto una vez, y a pesar de ello, me hago con ellas rápidamente. En cuanto estoy listo, corro a reunirme con Ken. Me revisa con la vista, como si se tratara de un examen, y me doy cuenta que no voy desencaminado.
- Aprobado y con nota. – Me ruborizo.
- ¡Cállate! – Y avanzo a toda prisa, delante de él, desando que la noche acabe cuanto antes.
- A Hongbin le vas a encantar. – Dice a mis espaldas.
Y esa frase solo hace que casi tropiece. Me giro sin terminar de creer lo que acabo de escuchar.
- ¿Cómo?
- Perdóname, sabes que te quiero ¿Verdad amigo mío? – Quiero hablarle, responderle y pedirle explicaciones, pero cuando abro la boca, Ken ya ha dado media vuelta, marchándose y dejándome solo.
- Hyuk... - O tal vez no tan solo, nunca creí escuchar su voz de nuevo, tan cerca, tan dolorosa.
Como el sonido viene de mis espaldas, decido no mirar. Quiero hacer que no he oído nada, correr hasta mi cuarto, encerrarme y pensar en maneras de torturar a mi supuesto mejor amigo, pues la muerte sería demasiado buena para él. Avanzo a paso rápido, pero Hongbin vuelve a decir mi nombre, igual que aquellas veces, del mismo modo que cuando me engañaba.
- Hyuk, por favor, espera.
No. No quiero esperar, no puedo siquiera atreverme a mirarlo a la cara, estoy aterrorizado, y lo que más miedo me da es el rápido latir de mi corazón. No voy a volver a caer, odio las mentiras, él me hizo creer que el amor existía. Sigue llamándome a pesar de que he acelerado mis pasos, dejando atrás la entrada a los dormitorios de la residencia.
- Sabes que yo tengo más resistencia que tu a la hora de correr ¿verdad?
Claro que lo sé. Conozco bien todas sus cualidades, pues ser estudiante de artes escénicas aporta no solo elevar el talento, si no también la resistencia en actividades físicas. Odio que me venga a la mente el día que lo vi por primera vez, jugando al fútbol. Recuerdo también que estaba tan embobado que ni siquiera vi el balón estrellarse contra mi cara, haciendo que todo el campus se riera de mí, incluido él. Aún en esa época ya era un cretino.
- No voy a parar hasta que me escuches, Han Sanghyuk.
De eso tampoco dudo. Insistencia es su otro nombre, incluso llega a ser más convincente que el mismo Ken. Pero por ella fue por la que caí, Hongbin fue detrás de mi para que lo ayudara a meterse en el papel de nerd para una obra de teatro. Yo nunca he negado serlo, pero tampoco me hacía gracia que me utilizaran de ejemplo. Y finalmente acepté, no quise nada a cambio, solo que me dejara en paz, pero todo se dio la vuelta. Mi corazón decidió dar un paso con el que no contaba, y caminó hasta él para terminar bajo su encanto. Hongbin pareció estar en la misma situación, pero era solo una mentira.
Sin darme cuenta llego hasta la entrada de la fiesta. Está decorada con globos rojos en forma de corazón, y luces rosas, precioso para cualquier pareja y completamente odioso para mí. Igualmente me adentro, haciendo caso omiso a las personas que me ven llegar solo, todas tan superficiales como lo es él.
Dentro, la decoración es incluso peor, pero lo que más me pone enfermo son las parejas supuestamente enamoradas. Tengo ganas de decirles una a una que el amor no existe, que es muy fácil que te rompan el corazón, que no se hagan tantas ilusiones como me las hice yo. A lo lejos escucho a algunas chicas gritar, sé lo que es porque eso es lo que hace el efecto Hongbin, hace que caigas a sus encantos y a sus odiosos y bonitos hoyuelos, para luego pisotearte y reírse de ti.
Intento escabullirme entre la gente con la esperanza de que me pierda de vista, reconozco que tal vez soy un cobarde, que debería plantarle cara y decirle que lo odio, pero, también me conozco lo suficiente como para saber que no sé mentir. No sería capaz de mirarle a los ojos sin ponerme nervioso, y me sería imposible negarle que estoy enamorado de él a pesar de lo que me hizo. Quiero llorar y meterme bajo mi manta, quiero a mis números para centrarme en otra cosa que no sea Hongbin.
Pasan varios minutos y compruebo que al fin ha dejado de perseguirme, así que decido salir de la fiesta, intentando pasar desapercibido. Por suerte lo hago, nadie me ve, o al menos hasta que las luces se apagan y una luz me enfoca directamente. No sé que pasa, escucho murmullos a mi alrededor, al parecer los invitados también están desconcertados.
- Hyuk. – Se escucha de repente por los altavoces. Me giro y abro mucho los ojos al ver a Hongbin en el escenario principal que han montado. – Voy ha hacer que me escuches sí o sí.
Quiero irme, no quiero tener nada que ver con lo que haya montado, pero las puertas de la entrada se cierran y un grupo de personas de colocan delante impidiéndome el paso.
- Por favor, solo escúchame, luego... puedes marcharte si quieres. – Doy un gran suspiro, cansado. Acepto porque no me queda más opción, pero sigo aterrado. Es demasiado dulce y sé que, aunque lo ha superado, aún le dan pánico los escenarios. Veo que sonríe cuando al fin lo miro, está guapísimo. – Fui un idiota, un cretino y un mentiroso, de echo creo que aún me lo consideras. Es cierto, jugué contigo, me pareció divertido molestar al niño friki de la universidad, me convencieron y no me negué. Todo fue por una apuesta. – Los comentarios a mi lado eran de sorpresa absoluta. – Y gané, logré enamorarte y que cayeras rendido a mis pies. – Escucharlo en voz alta, duele más incluso que el haberlo vivido.
>> Pero por culpa de ello. – Continua. – He dejado pasar la oportunidad de ir juntos a esquiar y nunca sabré como matar al jefe final de mi videojuego favorito. Tampoco podré volver a probar el kimpap de tu madre, ni saber si aquella ecuación, que te quitaba noches de sueño, finalmente tenía solución. – Hongbin hace una pausa mínima, parece nostálgico. - Podría seguir con todas estas cosas y muchas más que quiero seguir haciendo contigo, pero no acabaría nunca. He ganado, pero he perdido todo... a ti. – Noto como me cuesta respirar. – Gracias por formar parte de mi vida y por escucharme... aunque haya sido de manera obligada. – Sonríe y hace que yo también lo haga, pero cambio mi expresión al instante. – Si quieres... podemos seguir hablando en el columpio, ya sabes cuál.
Hongbin baja del escenario, la gente le hace un pasillo hasta mí, pero yo estoy paralizado, por un momento se me ha olvidado todo lo que acaba de decir y vivo en mi mente el día que me ridiculizó. Me entra algo de ansiedad mientras se acerca, lo miro y niego.
- Lo siento.
Luego corro y agradezco que me dejen. Una parte de mi se está golpeando por no haberse quedado, pero ahora son mis piernas las que van solas, al igual que las lágrimas salen incontroladas de mis ojos. La gente que no ha presenciado su preciosa confesión me mira extrañada o tal vez apenada, un chico solo, llorando en san Valentín.
- Tal vez lo ha dejado su novia. – Escucho que dice una chica.
- O a lo mejor le ha engañado con otro. – Responde la otra.
No. No ha sido nada de eso. Creo que lloro porque estoy emocionado, tal vez de felicidad por descubrir que puedo llegar a dejar el pasado atrás. Todo ha salido a la luz y Hongbin quiere seguir yendo a la nieve conmigo. Sonrío. Es normal que Ken tenga el coeficiente intelectual más alto que el mío.
- Soy idiota.
Paro en seco, miro donde estoy y doy marcha atrás, dirección al parque, el lugar donde me robó el primer beso. Olvido si aquel fue real o no, no tengo ni idea si aquella vez estaba jugando, pero me da completamente igual. Si Hongbin está allí, los besos que le seguirán serán siempre verdaderos. Avanzo y corro igual que antes, pero con otras intenciones, salto la verja de hierro por no rodearla, luego alzo la vista hasta los columpios. Suelto todo el aire al verlo sentado en uno de ellos. Me acerco despacio, él está tan entretenido meciéndose que ni se percata de mi presencia.
- Ya la he resuelto, bueno en realidad, ha sido Ken. – Hongbin se sobresalta, girándose. Me mira como si fuera un espejismo. - Solo había que cambiar un número, no era tan complicado.
No habla, solo se levanta y se acerca a mí, su semblante está serio, parece aterrado. Quiere agarrarme las manos, pero no lo hace, así que me adelanto, lo arrastro hasta tenerlo a escasos centímetros de mi cara. Al igual que yo, tiene los ojos llorosos.
- Lo siento, Hyuk. – Susurra apoyando su frente sobre la mía. – Sé que va a ser difícil que lo olvides, pero prometo borrarlo de tu mente todos los días.
No le respondo más que con un beso necesitado por ambas partes. Adoro que me corresponda con la misma intensidad, acariciándome la cara, como si estuviera comprobando que realmente estuviera allí. Yo hago lo mismo, su cuello es tan real como sus labios y con ellos me confirma que no va ha haber más mentiras, nada de engaños, solo una nueva historia que escribir.
🧡👨❤️👨💛
E aquí la shipp por excelencia en VIXX. Puedes hacer todas las combinaciones que quieras con ellos, pero a estos dos es imposible separarlos. Por supuesto el cliché que pega con ellos el el típico nerd/friki y el chico popular, y como ya hice un mini fanfic con esta temática, pero siendo Hongbin el niño friki del instituto (Inserte publicidad subliminal de Online para quien no lo haya leído) he querido cambiar los roles, haciendo que esta vez sea Hyuk el "nerd". Espero la hayais disfrutado tanto como yo 😊
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