
V. Confrontación
Wei WuXian había perdido la cabeza.
Debieron suponer que nada bueno resultaría en su presencia desde el instante en que erradicó el ejército de Wen RuoHan, y mostró una sonrisa atolondrada cuando se vitoreó a su acto.
La luz del sol fue extinguida, y un remolino de sombras y oscuridad comenzó a girar sobre sus cabezas. La melodía infernal no cesó en ningún momento, pese a que Wei WuXian apartó los labios de la boquilla.
Jiang WanYin abandonó el Lánshì durante la conmoción. Los cuerpos permanecieron en el suelo, retorciéndose, pidiendo piedad para poner fin a la desagradable melodía.
Se apresuró a buscar a su hermana mayor, YanLi, y escapar. Pero fue imposible.
No logró dar con su paradero.
La nota cortó el aire, la temperatura descendió una docena de grados.
Se aferró a Sāndú, y forzó chispazos en su puño, consecuencia de Zidian. Atravesó un jardín de piedra, y saltó sobre un estanque de grullas.
Hubo un pabellón, otro y otro más. Las ondas sonoras comenzaron a aturdirle. El Yúnshēn Bùzhīchù se había convertido en su propio laberinto. El aliento se atascó en su garganta.
No había salida.
¿Por qué no podía encontrar una salida?
Cargando su espada con energía espiritual, apuntó en dirección del muro exterior del tercer pasillo central, y lanzó una estocada que atravesó la roca. El escombro cayó sobre su hombro, se apresuró a sacudirlo. Observó el enorme agujero que dejó detrás, contuvo la maldición. Se encargaría de la retribución más tarde. Por ahora, saldría de ese sitio de locos.
Esto rompió la matriz de encantamiento, se encontró en el exterior de nueva cuenta.
Capaz de aspirar aire dentro de sus pulmones, lanzó un escupitajo de sangre en el suelo.
En un campo de hierba verde, donde los conejos trotaron perezosos, divisó túnicas liliáceas y malva, sus ojos se abrieron de sorpresa, y llamó: —¡A-Jie!
A pesar de sacudirla, no despertó. Jiang YanLi mantuvo un sueño profundo y pacifico. Incluso se acurrucó contra los brazos de su hermano pero no mostró signos de vencer el sopor.
—¡A-Jie! ¡Abre los ojos!
Ella no lo hizo.
Una corriente helada batió sus túnicas, y el hedor a muerte se manifestó. Desde lo alto del Cángshū Gé divisó una mirada de rojo cinabrio.
—¡Wei WuXian! ¡Tu! ¡Bastardo! ¿Qué demonios crees que haces?
El cultivador demoníaco frunció el ceño y el humor en sus facciones se aplanó ligeramente.
—¿Finalmente te volviste demente? ¡Has perdido la cabeza!
La melodía encerrada dentro de la barrera del Yúnshēn Bùzhīchù se detuvo. Esto trajo un silencio sepulcral. La tensión permaneció en todos sus músculos pero no se intimidó.
Al cabo de media taza de té, escuchó murmullos de confusión y estupor. Los presentes se levantaron torpemente. YanLi continuó durmiendo. Wei WuXian dio una mirada sombría y sin vida.
Esta era la verdadera naturaleza del Yílíng Lǎozǔ.
Lo habían juzgado mal. Se preguntó qué habría ocurrido para que el pagafantas del mundo del cultivo terminase transformado en un monstruo más intimidante que el propio Wen RuoHan.
¡Pagafantas!
Colocando a su querida hermana sobre la hierba suave, empuñó a Sāndú y dirigió el filo hacia la figura del cultivador demoníaco.
—Bastardo, ¿dónde está el segundo joven maestro Lan?
Wei WuXian se ensombreció. —... ¿Ah? ¡Qué rayos te importa dónde está!
Esto pareció agitar el resentimiento a su alrededor. Los hombres, que ahora yacían en pie, se mostraron como un puñado de marionetas manipuladas bajo los hilos de un titiritero.
—Ay, mierda—, dijo para sí mismo.
El Yílíng Lǎozǔ evidenció un disgusto injustificado a su persona, Jiang WanYin tragó pesado.
Ganando impulso, dio un salto de gran altura y aterrizó en uno de los tejados lejanos entre los edificios. Apartó la atención de Wei WuXian de YanLi y buscó un punto estable para hacerle frente sin terminar arrastrando a todas esas personas manipuladas cuyos movimientos recordaron a los de un cadáver.
Una teja se desprendió del techo, lo que le hizo perder estabilidad y rodar hasta impactar contra la losa de piedra.
Zidian decidió responder a su llamado y emitió una cadena de chispazos.
Supuso que tendría que pelear hasta que alguno de los dos cayese. Simplemente no podía soportar todo ese absurdo.
En tierra, Wei WuXian le observó con una expresión enloquecida, un semblante y movimientos tranquilos y mesurados.
Jiang WanYin arrojó una serie de chispazos contra Wei WuXian que amenazaron con hacerle volar. Después de todo, él no era un cultivador. Pese a su locura, solo era un campesino con un poder siniestro.
Tal vez...
Desvío los chispazos. Notó un par de presencias acercarse, Wei WuXian se carcajeó.
—Jiang WanYin, ¿por qué estás tan empeñado en arruinar la diversión?
—¿Qué maldita diversión?
Otra rafaga eléctrica fue lanzada, y ésta ardió cargando el aire con un hedor a ozono y calor.
—Jiang WanYin, no quiero matarte. Lan Zhan se enojara conmigo si lo hago.
'Matarte...'
—...
Con una sonrisa siniestra, dijo: —¿Por qué no te unes a la diversión?
Jin ZiXuan, que había vencido el letargo, finalmente comenzó a actuar como una persona normal, no como un jodido espíritu malicioso. Su mirada se dirigió a Jiang WanYin y no contuvo la mofa y la diversión de su situación patética.
No, ese no era Jin ZiXuan.
No tenía ese aire de arrogante comemierda-pavo real.
¡Estaba poseído!
—¡Hijo de...! ¡Tú ni siquiera fuiste hechizado! ¿Qué carajos haces aliadote con este idiota?
Su She, Su MinShan, era de las pocas personas, dentro del salón de orquídea, que no cayeron inconscientes por el efecto musical de la flauta fantasma.
Por el contrario, había huido lejos como una rata. Ahora se mostró dispuesto de lado de Wei WuXian actuando como un patético lamebotas.
El cultivador demoníaco levantó una ceja, y giró sobre su hombro para dar un vistazo a Su She. Nervioso, dio una sonrisa tensa, se mostró servil.
Encogiéndose en hombros, Wei WuXian paso de él, y el hombrecillo patético liberó el aire dentro de sus pulmones.
Jiang WanYin acumuló toda su energía espiritual en Zidian, cuyo poder se vio contenido por la barrera de resentimiento, y forzó una gran exploción de chispas eléctricas. Los ahí presentes salieron disparados en un espectáculo de luces.
Finalmente, perdió la consciencia.
◆ ◈ ◆
Gusu Lan era un desastre.
Yúnshēn Bùzhīchù se había convertido en la cuna del desafuero.
WangJi encontraría alguna regla quebrantada sin importar la dirección en la que apuntase su mirada.
A escasos mí de distancia, divisó ancianos del consejo, lanzando algunos dados, e intercambiando fichas de jade y piezas de oro en un extravagante juego de apuestas.
Los ancianos vitorearon, aumentando el desafío hasta que su tío tercero puso sobre la mesa, su basta colección de manuales de cultivo musical, acumulados a lo largo de su vida, e incluso las escrituras de su hogar. El cual fue elogiado como la habitación de las cuatro estaciones, frente a la bella vista que tenía de los lagos, magnolios y ginkgos.
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟐𝟎. 𝐄𝐯𝐢𝐭𝐚 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐳𝐚𝐫 𝐲 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬.
Lan YuShi perdió la partida de mahjong y volteó el tablero con gran rabia.
—¡Hiciste trampa, liù-di! ¡Eres un tramposo!
—¡¿Tramposo?! ¡Viejo ciego y torpe! ¡No hice trampa! ¡Me acusas injustamente! ¡Has perdido! ¿Dónde están mis doscientas piezas de plata?
El anciano bramó: —¡No te pagaré nada!
—¡Paga o te maldeciré a ti y a toda tú linea de sangre por seis generaciones!
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟑𝟓. 𝐍𝐨 𝐬𝐞𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐬𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐬𝐨.
El horror se asentó en su estómago. Lan WangJi jamás esperó presenciar algo tan pesadillesco.
Wen Qing observó la escena con evidente incomodidad.
Los tambores e instrumentos de percusión resonaron con tanta fuerza que apenas podían escuchar sus propias voces.
MianMian tuvo que gritar cerca de su oreja para hacerse entender.
—Debemos continuar—. Dijo ella por encima de la agitación del acezo.
Nie Huaisang entró en pánico frente a la pila de túnicas dispersas por todo el campo, y lloró. —¿Dónde está Da-ge? ¡Da-ge! ¡¿Dónde estás?!
Un puñado de hombres en taparrabos y pantalones comenzaron a pelear como cerdos en un chiquero. Estaban llenos de hematomas y tierra. Nie Huaisang observó la escena con cara de pez muerto y reconoció a su gente. —Ah, ahí están.
Habían formado un círculo de pelea por... el dominio de alguna cosa. No fue relevante.
Nie Huisang levantó sus faldas para evitar tropezar, se apresuró para mantener el ritmo de las cultivadoras y Lan WangJi.
—¡A-Ning! ¡A-Ning!
—¡Jin-gongzi! ¡Jiang-guniang!
Llamaron entre el gentío de la animada fiesta.
Atravesaron una sección la cual se destacó por un hedor rancio a alcohol. Hubo un centenar de personas derribadas como insectos aplastados. WangJi distinguió una figura familiar entre las hierbas
—¡Xiongzhang!
Acortando la distancia, tomó a XiChen entre sus brazos, y le sacudió. Pero este no reaccionó de ninguna manera. Tenía una sonrisa amplia, bobalicona y se mostró zumbado con un fuerte sonrojo en las mejillas.
Olía fuertemente a licor, y le soltó de pura sorpresa.
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟏𝟎. 𝐄𝐥 𝐚𝐥𝐜𝐨𝐡𝐨𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐘𝐮𝐧𝐬𝐡𝐞𝐧 𝐁𝐮𝐳𝐡𝐢𝐜𝐡𝐮.
—¡Xiongzhang! ¡¿Estás ebrio?!
Lan Huan ni se quejó por el trato abrupto; y comenzó a balbucear incoherencias.
Nadie en aquel prado consiguió ponerse en pie, Wen Qing le obligó a apartarse para encontrar la raíz del problema.
Wei WuXian.
Cuanto más se acercaban al corazón del Yúnshēn Bùzhīchù más caótica era la situación.
La música llegó al punto de ser ensordecedora y las voces de agitación se convirtieron en...
El punto es que, cerca del Cángshū Gé, el pabellón de la biblioteca, se desató un concierto de música que profanó las enseñanzas del clan Lan.
Este juego de vientos metal, madera y percusión parecía cargada de energía espiritual, que instó tráfago y turbación en el cuerpo y la sangre.
Divisó a su tío como parte de la orquesta. Golpeó el tánggǔ, uno de los tambores del salón ceremonial, y mantuvo el ritmo constante e intenso. Se había despojado de sus túnicas, hasta yacer en una única capa interior. Empero, uno de sus brazos fue liberado, en orden de mantener el golpeteo del tambor con mayor comodidad.
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟏𝟑. 𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐚𝐥𝐞𝐠𝐫𝐢𝐚.
En medio de todo ese caos, cubriendo la mayor parte del área, hubo una concentración de personas.
Apiladas unas contra otras.
Formando parejas o grupos.
Cuyas túnicas fueron echadas a un lado, o no.
Emitiendo toda clase de sonidos guturales, y exclamaciones demandantes.
La agitación que había escuchado más temprano, se trató de...
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟒𝟐. 𝐍𝐨 𝐜𝐞𝐝𝐚𝐬 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐧𝐚𝐥𝐞𝐬.
Wen Qing: —¡Wei WuXian! ¡¿Qué demonios has provocado?!
Nie Huaisang se ruborizó por completo, escondió su rostro detrás del abanico. Luo Qingyang se percató del brillo de disposición en el segundo joven maestro Nie, y le golpeó en el brazo a fin de apartar tales pensamientos.
Wen Qing observó el acoplamiento de las personas, influenciadas por alguna especie de melodía oscura del Jìnshūshì, y aconsejó apartarse antes de ser afectados.
Lan WangJi, horrorizado por el movimiento cadencioso y acompasado de los cuerpos, tuvo que ser arrastrado de ambos brazos por parte de MianMian y Wen Qing.
—¡Nie-gongzi, no se quede atrás!— advirtió Luo QingYang.
—¡Voy! ¡Estoy justo detrás de ustedes!
Atrás quedaron los jadeos de excitación y el chapoteo húmedo de cuerpos fundiéndose con otros cuerpos.
Lan WangJi salió del estupor después de que Wen-zhǎngmén lo pinchara con una de sus agujas.
—¡Hánguāng-jūn! ¡Espabila! Aún tenemos que encontrar a Wei WuXian.
Las imágenes fueron empujadas al fondo de su mente, y se estremeció.
MianMian dijo: —¿Dónde estará? Este lugar es enorme.
Nie Huaisang que se abanicó el rostro con cierta sonrisa saciada, apuntó en dirección a la masa de energía que se concentró en dirección a las colinas traseras.
—El resentimiento parece hacinarse justo ahí.
El grupo se apresuró a correr en esa dirección.
Finalmente, llegaron al Jìngshì, la residencia de... ¿Lan WangJi?
En el límite exterior del patio se llevó a cabo una fiesta de borrachos.
Incluso una persona tan emocionalmente estreñida y antipática como Jiang-gongzi se encontró inmerso en la melodía y ritmo de la danza de dragón.
Wen QionLing obvió su timidez, mostrándose libre de preocupaciones mundanas.
Nie Huaisang fue tomado de la mano por un joven cultivador de Yingchuan Wang y le metió al círculo con el resto de cultivadores. Aceptó el licor que había estado bebiendo y dio un trago a la jarra compartida sin cavilación.
𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚 𝟏𝟑. 𝐍𝐨 𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐚𝐥𝐞𝐠𝐫𝐢𝐚.
Los hombres abrieron paso a la presencia de Lan WangJi, no detuvieron su camino en dirección al Jìngshì. Su patio se mantuvo tranquilo y libre de personas, en su mayoría, a excepción de la música de fondo.
A escasos mi, advirtió la presencia de Wen Qing y MianMian, que luchaban por atravesar el mar de gente.
Sobre el techo yació una figura envuelta en sedas negras.
El cabello había sido liberado de su cola de caballo, cayó sobre los hombros, erizandose en puntas, y el resentimiento pululo como un velo traslúcido.
Su apariencia...
La manera en que se colocó las túnicas fue...
¡Obscena!
¡WangJi podía verle toda la piel del pecho!
Tragando pesado, arañó por la amargura de la absurdez y el caos, explotó.
—¡Wei WuXian!
El hombre en cuestión dio un trago a la jarra de vino hasta terminarla. Arrojó los restos más allá de la cerca y se escuchó el lamento de alguien que había sido golpeado a la distancia.
La plata pura como la luna que alguna vez le observó con devoción se convirtió en un carmín sangriento.
¿Qué rayos había ocurrido en la semana sin verse?
No tenía idea.
—Ah, Lan WangJi. Finalmente llegas. ¿Dónde estabas?
Apretó los puños bajo su túnica y contuvo la respiración agitada. Sus dientes rechinaron. —¿Qué estás haciendo?
—¿No te gusta?
—No.
—Aiya, que mal—. Dijo entre burlas. La expresión en su semblante fue traviesa y desenfadada. Malicioso. Consciente de sus actos.
—¡Wei WuXian! ¿Qué le hiciste a estas personas?—, interrumpió Wen Qing.
—No hice nada. Les di libre albedrío. Deberían estar agradecidos.
De acuerdo a su comprensión, el Yílíng Lǎozǔ había hechizado a todos dentro del Yúnshēn Bùzhīchù para que actuasen sin regulación alguna.
Era una especie de magia mental muy siniestra.
El caos sin orden solo puede derivar en terribles consecuencias.
Caminó de izquierda a derecha sobre el techo, y tarareó divertido ante el ajuste que hizo al mundo. Se sintió orgulloso del mal que propagó.
—Detén esta locura ahora mismo.
Wei WuXian se dobló, lanzó una risotada.
Había perdido la cabeza.
Quizá, nunca estuvo del todo cuerdo.
WangJi no tuvo tiempo para preocuparse por esas cosas.
—¿Por qué debería hacerlo? ¿Por tú que me lo ordenas?
—...
No contuvo el hastío frente a la insubordinación. Algo caliente se asentó en su estómago como el hierro fundido. Fue una revelación desafiar a un Wei WuXian tan poco cooperativo. Pronto se dio cuenta de lo insatisfactorio que resultó no ser escuchado ni obedecido.
Malabareando la flauta de bambú negra entre sus manos, apuntó en dirección de WangJi.
MianMian y Wen-zhǎngmén contuvieron el aliento frente a la manifestación de Chénqíng. Les vislumbró encogerse hasta volver en sus pasos. Huaisang no se mostró a la vista.
—¿Por qué no te unes a la diversión? ¿Qué tal si renuncias a las regulaciones y te permites ser sincero conmigo?
Luo Qingyang se acercó a la líder Wen: —¿De qué demonios hablan?
—¡¿Es esto una maldita pelea de amantes?!
Lan WangJi negó.
Wei WuXian abrió tanto los ojos que se evidenció enloquecido, a la par que endeble.
El segundo joven maestro Lan dijo: —Yo soy sincero.
—... Ya lo has dejado claro.
Wei WuXian se paseó por tejado, el resentimiento se amontonó a sus pies, y el viento formó rafagas envolventes. Pronto se sintió en el corazón de un tornado.
Alguien a la distancia lanzó un grito al ser arrastrado por las corrientes. El grupo divisó al patético primo de Jin ZiXuan salir por los aires.
—¡Wei Ying! ¡Mira lo que has causado!
—¡¿Lo que yo he causado?! ¡Lo que todos ustedes causaron! ¡Lo que causaste, Lan WangJi!
—...
—¡Contribuí en la guerra! ¡Los ayude a lidiar contra Wen RuoHan! ¡Les traje la paz! Pero no soy respetado. Todos se burlan de mí. ¡No soy más que un 𝐩𝐚𝐲𝐚𝐬𝐨 para todos ustedes!
MianMian susurró: —¿Quién hubiese pensado que el Yílíng Lǎozǔ es tan sensiblero?
Lan WangJi torció el gesto. Los vientos huracanados se acrecentaron, la tierra se sacudió en respuesta a sus emociones.
En efecto, Wei WuXian estaba haciendo una rabieta.
Eso no obvió el hecho de haber sido tratado como un tonto y un pelele. Lan WangJi contuvo sus críticas en silencio, y se convirtió en un observador pasivo de lo que ocurría. Pero, no le dio derecho a Wei WuXian de destruir su secta y agraviar a su tío y hermano.
—[...] De no ser por cuestiones como estatus, prestigio, secta natal, antecedentes familiares, y un patrimonio podría haber dominado este mundo.
Wei WuXian ya había dominado el mundo de la cultivación, pero no era consciente de ello. De cualquier modo, nadie haría mención de ello.
—Si no quieres unirte a la diversión, está bien, tarde o temprano lo harás—. Lanzándose desde lo alto del techo, aterrizó a escasos cun de WangJi, dio una mirada retadora. El viento ondeó, el calor de la proximidad se diseminó en el aire. Caminó en dirección de la residencia de Lan WangJi, proclamó con diversión. —Si me disculpas, esta es ahora es mí Zhèn mó cháoxué, no el Jìngshì de Lan Zhan.
—...
Se acercó hasta que sus labios rozaron contra las sienes, susurró: —Dime, ¿Cómo se siente?
Lan WangJi permaneció en su sitio. Observó al hombre demente frente a él con un puñado de emociones complicadas.
Mientras se apartaba, la música adquirió un tono intenso y hostil. La agitación en el patio exterior se hizo más y más evidente. Se vitoreó y se clamó por más tiānzǐ xiào.
—Ahora todas las noches serán de tiānzǐ xiào.
Luo Qingyang a escasos metros, se mantuvo atenta a la conversación hasta sentirse perdida. Acortó la distancia hasta rozar de hombros con Wen Qing, y descubrió la confusión en su semblante feroz.
—¿De qué está hablando?
—No tengo idea.
Lan WangJi divisó a WuXian adentrarse en su morada como si fuese el dueño, y siseó de disgusto. —Haz lo que quieras.
Frente a la indisposición de permanecer en aquel patio, las cultivadoras comenzaron a trotar detrás de él.
—¿Lan er-gongzi? ¿No planea pelear? ¿A dónde va?
WangJi siguió caminando.
—A todo esto, ¿quién nombra a un lugar como 'Guarida de supresión de demonios'?
De pronto, se lo llamó con una voz colérica. Wei WuXian se había montado en el techo.
—¡Hey, Lan WangJi! ¡Llévate tus cosas de segundo maestro contigo!
Wei WuXian había perdido la cabeza, definitivamente. Sobre sus hombros colgaron sedas finas de colores claros, las pupilas se le dilataron y el rubí de sus ojos brilló como las llamas de una fogata.
—¡Las túnicas azules! ¡Las celestes de encaje! ¡Y los malditos listones!
Sintió grima y vergüenza ajena. Se había adentrado a su armario, inspeccionado entre sus baúles y seleccionado sus favoritos. El jardín de hierba verde se tapizó de manchas de seda que emularon la flor de wù wàngwǒ.
Empujando a las personas de la multitud exterior, lanzó una ráfaga de energía espiritual, haciendo que, aquellos a dos brazadas de distancia cayesen al suelo por el desborde.
Wen-zhǎngmén identificó a Nie Huiasang inmerso en una danza pagana, girando alrededor de un puñado de cultivadores. Agitando el abanico como un artista en el arte del donaire. Se aferró a su brazo y tiró con tanta fuerza que el joven maestro trastabilló y lloró por la presión.
—¡Si que has sido de ayuda, Nie er-gongzi!
—¡Yo no sé nada!
***
Sus pasos les llevaron hasta el Míngshì, una vez en la Habitación del Inframundo, Hánguāng-jūn hizo abrir un pasadizo que evidenció la antesala para la invocación de espiritus.
—¿Este gongzi está planeando dar exorcismo al Yílíng Lǎozǔ?
—No.
Lan WangJi se acercó al centro de la habitación e hizo fluir energía espiritual a través de sus manos. El espacio se iluminó por una tenue luz amarillenta, y un conjunto de escaleras apareció dando pie a las profundidades del Yúnshēn Bùzhīchù.
La cámara de exorcismo se destacó por techos altos y un conjunto de antorchas empotradas a la pared, y velas.
Era todo tan oscuro y siniestro que parecía parte de un antiguo ritual.
Desató una bolsa qiankun de la cadera, se le notó ensamblar las partes de un artilugio de hierro tallado con relieves que daban forma a una serpiente que devoraba su cola y las formas sinuosas de una quimera qílín.
Nie Huaisang se aferró a los hombros de Wen Qing, y tembló. —WangJi-xiong, ¿qué haremos ahora?
El cabello le cayó por el rostro. WangJi lo colocó detrás de la oreja. Aunque trató de tranquilizarse, resultó imposible. Los tres cultivadores, que le siguieron, estaban esperando por una respuesta.
—Deja que Wei Ying termine su rabieta.
—¡¿Solo así?!
—Mn.
Wen Qing perdió la paciencia, y acortó la distancia al punto en el cual trató de fusionar el acero en una única pieza.
—Hánguāng-jūn, ¿dónde están sus promesas de salvar a la gente común? ¿No es esta una situación que lo amerita?
—Es lo que estoy haciendo.
MianMian: —¡¿De qué manera nos ayuda un amuleto?!
—La barrera se romperá pronto. El exceso de energía yang dañara a las personas.
Wen Qing, cuya formación se especializó en el cultivo medicinal, comprendió lo que trataba de decir con respecto al exceso de energía yang. —¿Cuánto tiempo de vida le resta a la barrera?
—Originalmente, cuatro días. Pero Wei Ying lo ha debilitado casi por completo. Por eso no hubo inconvenientes al atravesar las protecciones pese a que habían perdido sus fichas de jade.
El sudor escapó de su frente y le empapó el cuello. Había peleado con un espíritu de enredadera, volado hasta Gusu Lan y fundido el hierro yin de Xuē Chònghài en un solo amuleto.
La menor de sus preocupaciones era Wei WuXian.
En realidad si, temió que la gente desinhibida se hiciese daño con algún impulso desmedido y temerario. Pero una desviación de qi fue igual de peligrosa.
Al término, Wen Qing y Luo QingYang tuvieron que obsequiar algo de su energía espiritual. Subieron por la escalerilla, conteniendo las piernas inestables. El suelo emitió temblores, y la música flotó en el aire.
La oscuridad bloqueó la vista del sol, fue difícil discernir si era de día o de noche.
Las fiestas continuaron.
El grupo realizó el ritual de invocación para la barrera de protección. Sin embargo, una vez que el talismán comenzó a flotar con vida propia, se sacudió con violencia y estalló en miles de pedazos.
La barrera se rompió debido al peso de energía yin de Wei WuXian.
Ya no había armonía.
Contuvo el deseo de golpear algo. Al final, dio una respiración profunda, escarbando en su mente, buscó por serenidad y paz.
—Lan er-gongzi, la barrera no pudo ser restablecida. ¿Ahora que hacemos?
Observó a MianMian, y declaró: —Debemos desalojar a todos de aquí.
Volviendo al jardín central, buscaron por sus seres queridos y conocidos. Wen Qing trató de convencer a Wen QionLing de abandonar e ir con ella. Pero el chico no le escuchó y continuó celebrando con el resto de jóvenes maestros. Jin ZiXuan fue un gran no, pese a las palabras de Luo Qingyang; y optó por formar parte de la guardia del Yílíng Lǎozǔ junto a Jiang WanYin. La señorita Jiang había sido secuestrada por las cultivadoras de la sección este. Los hombres de Jin, Yao y He planearon aliarse para invadir en favor de recuperar a la prometida de Jin-gongzi.
WangJi no pudo hacer nada por su tío y hermano.
Nie Huaisang no tuvo deseos de acercarse al círculo de peleas de los cultivadores Nie para tratar de sacar a su hermano mayor del lavado de cerebro.
—¿A dónde nos dirigimos ahora?— Interrogó la líder de la secta Wen.
WangJi tuvo un plan.
De esta manera se apresuraron a la sección este.
La segregación de cultivadoras femeninas.
Apenas traspasar la línea divisoria, Nie Huaisang fue amenazado con un puñado de espadas conjuradas.
En lo alto del enorme muro de bambú reforzado, estaba su tía tercera, Lan JiaYi. Junto a un puñado más de cultivadoras.
WangJi hizo una reverencia formal, pese al estado de confusión mental de las mujeres. Wen Qing y MianMian imitaron.
—Xiao-WangJi, ¿qué haces por acá?
Tragado la bilis por la falsedad, se colocó una máscara de imperturbabilidad, y se mostró humilde. —Escolto a Wen-zhǎngmén a la sección este donde estará segura.
—¿Por qué hay un gongzi escuálido con ustedes?
En lugar de ofenderse por ser considerado escuálido, Nie Huaisang hizo uso de lágrimas de cocodrilo y dio una apariencia débil y enfermiza. Esto casi le hizo parecer inofensivo.
WangJi decidió ignorarlo por su propio bien.
MianMian se apresuró: —Estamos huyendo de los dominios del Yílíng Lǎozǔ.
La mujer chasqueó la lengua, las puertas fueron abiertas de mala gana.
Pese a establecer guardia para impedir la entrada de invasores, no hubo objeción a que algunas damas abandonaran por voluntad propia y se congregará con los hombres en la sección masculina.
Aunque caótico, funcional.
Las cultivadoras en la sección femenil, desarrollaron su propio estado de caos e inhibición, pero fue más ordenado que la sección masculina.
Algunas mujeres lanzaron miradas de coqueteo y galantería a los presentes en el grupo. No solo a WangJi. MianMian se aferró al brazo de Huaisang, lidiando con un ligero rubor. El segundo joven maestro Nie contuvo su risa detrás del abanico. Por supuesto, se sintió bastante halagado.
Hubo un puñado de hombres desnudos, atados con las manos en la espalda, y amordazados. Invasores del muro exterior, que intentaron infiltrarse en sus dominios para raptarlas.
Wen Qing advirtió la presencia del Xiāndū siendo retenido.
El consejo de mujeres se debatió el método más efectivo para asesinarlo.
Se disputó el linchi, y también el despellejamiento. La mayoría estuvo de acuerdo con arrancarle la piel del cuerpo. Dentro del consejo se encontró a la desaparecida Jiang YanLi.
—Fūrén, propongo que sea azotado con el látigo de la disciplina de esta opulenta secta antes de hacerle encontrar la muerte.
Las damas encontraron sus argumentos adecuados.
Al otro lado de la sección, su tía Lan LeiZu se encontró lustrando su espada con una expresión fiera de pupilas dilatadas. Le pareció extraño que Zheng Wan, su zhīyīn, no estuviese cerca; ya que parecían fusionadas por la cadera.
'Oh...'
Le reconoció enseguida. Estaba al extremo del campo. Imitando los gestos de su compañera; su cabello se ató con un moño elaborado y usó una especie de pechera para arquería. Tenía una mirada intensa y severa. Lo más probable es que se hubiesen peleado.
Una vez dentro del pabellón de jade, se sirvió el té de hierbas y vino, y se instalaron sobre un par de almohadillas.
Acercándose a su tercera tía, se pronunció. —Sān-gū, ¿Cómo lo han estado manejando?
—Mejor que los bárbaros de tus parientes.
La anciana resopló conteniendo una maldición, el té se bebió a prisa y golpeó contra la superficie con fuerza.
—Dime, Xiao-WangJi, ¿que esta tramando ese tonto prometido tuyo?
Bajando la vista hacía sus manos, dejó ir un suspiro. —Está haciendo una rabieta.
—¿Eso por qué?
'Porque le llame payaso', no dijo.
Wen Qing intervinó, e hizo las razones de lado.
—¡Eso no importa ya! Hánguāng-jūn dice que la barrera se ha roto, y el exceso de energía yang comenzará a envenenar a todos dentro de la montaña.
—Hmp, ¡En buen momento!
Su tercera tía le recordó un poco a shufu. Sin embargo, ella era más extrovertida y jovial. Aunque severa, parsimoniosa. A WangJi le agradó bastante. Era la madre de uno de sus primos de la misma generación.
Lan WangJi: —Necesitamos desalojar, o hacer que todos regresen a la normalidad para formar una nueva barrera.
La mujer cruzó sus brazos contra el pecho, tanteó. —Todo comenzó con el sonido de esa flauta maldita. ¿Qué tal si prueban la armonía de los ocho instrumentos?
Nie Huaisang se mostró confuso y solicitó una explicación.
La armonía de los ocho instrumentos se basó en los diferentes sonidos producidos por instrumentos musicales hechos de oro, piedra, tierra, cuero, seda, madera, calabaza y bambú. Se decía que creaban piezas eufónicas. Las diferentes melodías producidas podían combinarse de manera eurítmica a fin de dar expresión a los sentimientos de las personas. Los ocho sonidos se relacionaron con distintos estados mentales; con la composición idónea, se podía liberar a la mente de cualquier pesar mental y resentimiento.
—¿No es lo mismo que la canción de la Claridad?
Nie Huaisang se abanicó, sintiéndose juzgado por la gran maestra de la sección femenil.
—¡Por supuesto que no! ¡Ya intente Claridad con el xiao, pero no ha surtido efecto! WangJi, ese novio tuyo tiene un encantamiento muy siniestro.— Sān-gū observó el guqin apoyado en su espalda y no ocultó su interés. Después de todo, el qin fue el instrumento predilecto entre los cultivadores dedicados a la música, y cuyo efecto fue más poderoso de entre el resto.
—Sān-gū, ¿tiene alguna melodía con mayor efecto que Claridad?
—Xiao-WangJi, la única canción que conozco está en Jìnshūshì en la compilación de vuestra pristina Lan Yi.
—... ¿Biblioteca secreta?
Trago pesado.
Eso significó...
Luo Qingyang: —¡¿Tendremos que atravesar ese muro de personas desnudas?!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro