X. Prisionero
"¡Despierta!, ¿qué demonios estás haciendo ahí?", llamó una voz robusta.
Wei WuXian trató de ignorar y volver a dormir. Por desgracia no consiguió dormitar ni un poco. El soplar del viento era agradable, tan agradable que instaban a la somnolencia. El hombre a su lado se sintió indignado por la insubordinación y rebeldía del propio Wei WuXian. Incapaz de tolerar más de su actuar absurdo, pateó el catre con tanta fuerza que Wei WuXian aterrizó en el suelo. Lanzó una maldición y se quejó con un berrido desagradable.
Abrió los ojos y la luz amarronada del interior del cuartel quemó su retina. Sintió los párpados pesados, y un desquiciante martilleo en la nuca debido a la fuerte resaca que amenazó con hacerle colapsar.
Pese a los reclamos del hombre, le tomó un tiempo acoplarse. El olor a madera vieja y alcohol rancio inundó sus fosas nasales, en un hedor familiar, pero, en igual medida, almizclado y nauseabundo. Todo se meció de manera antinatural, y su visión se duplicó en los contornos de las figuras a su alrededor.
"¿Acaso planeas dormir todo el día? ¿Para qué demonios estás aquí si no estás haciendo tú trabajo?".
La puerta sobre fue abierta por un condiscípulo, que entró por casualidad. El paso de la luz exterior lastimó su vista comprometida por el alcohol. Intentó cubrirse, sin embargo, fue inutil. Pateó la manta que envolvía sus piernas fuera de su cuerpo y arremetió con un pésimo humor.
"¡Desperté, ya desperté así que has silencio!".
"¿Ah? ¡Hmp! Qué mozo, altanero y bocón. ¿Quién demonios crees que eres? ¿Un jodido señorito de clase alta?".
Wei WuXian apretó los labios hasta formar una línea fina y dio esa mirada de muerte al hombre. Era gordo, desagradable y grasoso. Wei WuXian había tratado de pasar desapercibido y llevarse bien con el resto de soldados Wen, pero su suerte no pudo ser tan buena. No tenía ni tres meses desde que regresaron a Sin Noche, por petición de Wen Qing, y con ello, se lo reasignó a los cuarteles donde cultivadores se establecieron en dormitorios y áreas comunes de convivencia. Por lo que sus nervios habían llegado a su límite.
De acuerdo a la genealogía del falso Xiao Yan, los antecedentes familiares que poseía hacía los Wen eran casi nulos, así que no fue acreedor de ninguna clase de reconocimiento, más allá del visto bueno de instructores y capitanes. Y solo Wen Ning o Wen Qing fueron los privilegiados de tener su propia habitación dentro del palacio del sol.
Wei WuXian pensó que tarde o temprano su buena disposición terminaría, y acabaría ahogando a algunos idiotas dentro de un cubo de agua a fin de preservar la paz mental.
Wen Qing hubiese bufado de tal tontería, Wen Ning, temblado de solo pensarlo.
Afortunadamente, el idiota grasoso solo era desagradable e inofenivo. Especialmente irritante ahora que se le había anunciado como guardia personal de los hermanos Wen.
Sus compañeros le envidiaron, aunque otros tantos, se limitaron a verle con pena, ya que un mayor rango, fue sinónimo de peligro, y esto a su vez, amenaza de muerte. Algunos pensaron que debía enorgullecerse por sus méritos, y comenzar a exigir privilegios acorde al nuevo estatus dado, sin embargo, al carecer de ambiciones o deseos mundanos, Wei WuXian se limitó a gastar parte de su asignación en buena comida picante y alcohol.
"¿Qué carajos haces viéndome así? ¿Acaso te volviste imbécil con la caída?".
Wei WuXian se puso en pie, una ola imaginaria golpeó, sacudiendo su equilibrio, y amenazando con hacerle trastabillar. Por suerte logró mantener el pie, sacudió el polvo de sus prendas de bordados en formas de flamas sinuosas, y comenzó a arreglarse el cabello. Sintió los dedos engarrotarse, y los nudillos amenazaron con ponerse blancos.
Dio un vistazo al pobre tipo y supo que no valía la pena en absoluto. Ya había tratado con muchos imbéciles así en el pasado. Muchos de ellos, muchos de ellos. Los más insoportables, bueno, fue trágico pero terminaron muertos.
De hecho, prefirió no pensar en eso.
Antes de que el problema escalase, un joven shidi dentro de la habitación saltó de su camastro y se apresuró a mediar la situación. A Wei WuXian le agradaba ese chico, era favorablemente amable, y no con el fin de obtener algún beneficio de ello. Había perdido a su padre cuando era joven y se ganaba la vida sirviendo a los Wen, para ayudar a solventar los gastos de la granja familiar, que era atendida por su anciana madre y su hermana más joven.
"Tratemos de mantener la convivencia civilizada, el capitán se molestara si averigua que hay conflictos internos".
El hombre corpulento no se mostró tentado a ceder, sin embargo, la amenaza de recibir algún castigo terrible pareció aquietarlo. Wei Ying dio una mirada suave al joven cultivador, hurgó bajo el catre y consiguió una bolsa con pertenencias y se las echó en el hombro. "Xiao-shixiong", trató de llamar el joven.
Sin embargo, Wei WuXian apenas detuvo su paso, giró en dirección del joven y dijo: "Eres un buen chico, no dejes que ese imbécil te intimide", con esto dicho, sonrió.
Se dirigía al tercer jardín interior, en la sección norte noroeste, donde Wen Ning se había establecido. Quería preguntar si podía tener un par de días para espabilarse. Yacer encerrado en ese sitio de locos había comenzado a atentar en su cordura, por supuesto, en su corazón. Cada noche soñaba con los gritos de tortura, y era incapaz de soportar la idea de levantar los cadaveres de los fallecidos para incendiarlos juntos en una pirra.
Mientras atravesaba los arcos de la segunda plataforma, escuchó a algunos hombres. Estos hombres eran soldados algunos años mayores a él. Debían tener unos treinta años, quizá más, Wei WuXian normalmente pasaría de ellos ya que no tenían que ver con él. Wei WuXian decidió ignorarlos, y seguir su camino. Pero, escucho algo que llamó su atención.
"¡Hablo en serio! Fue toda una proeza. Esos bastardos mojigatos ni siquiera tuvieron oportunidad".
"¿Ah? ¿Es así?", uno de los hombres, dio un trago a su licor y sus ojos brillaron de pura infelicidad. "Me hubiese gustado estar ahí. Esas misiones son las que realmente valen la pena, y te hacen ganar méritos. Estoy harto de tener que cuidar las mercancías, ¿quién carajos se supone que soy? ¿un escolta? ¡Quiero ir a campo y matar algunos bastardos!".
El hombre más anciano del grupo negó. Y, aunque le faltaban algunos dedos de la mano, no parecía miserable de cubrir el puesto de guardia de entrada.
"Pero di, Wu Deng, ¿acabaron con esos bastardos?".
"Aún no, pero el joven maestro Xu dijo que es cuestión de tiempo", el tono del hombre fue altivo y orgulloso. Wei WuXian pensó que no había razón para ello, pues solo era carne de cañón como el resto ahí presente. Incluido Wei WuXian.
Prefirió no pensar en ello, ya que estaba realmente molesto de toda la situacion, y solo deseó que las grandes sectas hicieran algo contra todo el asesinato indiscriminado que Wen RuoHan propició. Si eso ocurría, tomaría a Wen Ning y Wen Qing, y volaría hasta Dafan, para propiciar una huida silenciosa.
"¿Qué tiene en mente el primer joven maestro Wen?", inquirió el hombre más joven del grupo.
El hombre desagradable y arrogante sonrió, y se pavoneó como si fuese la mano derecha de Wen Xu: "Planea obligar a los bastardos del Yúnshēn Bùzhīchù a rendirse".
Wei WuXian reconoció el nombre de la secta, y se paralizó. Había estado tan inmerso alrededor de Wen Ning y compañía, que apenas tuvo noción de que ocurrió alrededor del mundo del cultivo. Especialmente, después de que la visita a YunmengJiang lo dejase emocionalmente exhausto.
"¿Cómo planean hacerlo? Los Lan son melindrosos. Aunque los obligaras no se inclinaran ante nadie. La gente dice que son orgullosos, yo solo creo que son imbéciles que se creen por encima del resto".
Uno de los borrachos comenzó a carcajear. "Eso es cierto. La falta de aire en su montaña los debe haber dejado estúpidos".
Aquel hombre presumido, de apariencia olvidable, limpió las lágrimas en las comisuras, y controló su risa. Dijo: "¡El maestro Wen Xu realmente tuvo su método! ¡Atrapó algo grande!-..."
Wei WuXian no tuvo oportunidad de escuchar el resto, pues uno de los hombres advirtió su presencia y le encaró. "¿Qué carajos haces ahí parado? ¿se te ha perdido algo o solo eres imbécil?".
Frustrado con la situación, se apartó.
Al cabo de pocas horas, la noticia de que el Yúnshēn Bùzhīchù fue quemado por orden de Wen Xu llegó a todos los rincones del Búyètiān Chéng.
Wei WuXian no pudo evitar sentirse incómodo y ansioso. La preocupación se elevó a puntos inimaginables. Y, aunque no conocía a nadie dentro del clan Lan, a excepción de Lan WangJi, a quien solo vio una vez, pensó en la masacre del clan Jiang, e intentó imaginar una pesadilla aún peor para la montaña divina del Yúnshēn Bùzhīchù.
Enfermo por la revelación, un shidi, de unos quince años, destacó la tez grisácea en su piel, y le recomendó ir a ver al médico.
Wei WuXian agradeció de manera genuina la preocupación del joven discípulo, así que se despidió y se fue.
Conteniendo la bilis y la miseria, enjuagó el malestar de su rostro y tarareó una canción mientras atravesaba los caminos sinuosos y desolados.
Cuando sus pies presionaron contra el pabellón que resguardó el ala médica, reconoció que sus encías dolían, e inconscientemente apretó los dientes hasta sacar sangre.
Wei WuXian, tan dramático como solía ser, no entró por la puerta principal, así que saltó uno de los muros bajos del patio exterior, y se movió sigiloso por el jardín trasero. Vio a algunos sirvientes enfocados en sus tareas, y a uno con apariencia de general, que tomaba el sol bajo el caluroso sol de Qishan, mientras su pierna se mantuvo estirada y firme con un cabestrillo. Guió sus pasos por la pared aledaña, al encontrar una ventana abierta saltó al interior sin problemas, y el resto fue historia.
Encontró un bonito estudio donde se apilaron toda clase de documentos. Las paredes se cubrieron con bastos libreros llenos de manuales de medicina, y toda clase de material de estudio. Wei WuXian se percató de la taza humeante mediante la periferia del ojo y supo que aquella persona dentro del estudio volvería tarde o temprano. Escuchó el andar de pasos apretados y firmes, y se posicionó por detrás de la puerta.
Cuando la persona en cuestión entró, Wei WuXian cerró con sigilo y colocó el pestillo.
"¡Ah!", pronunció la voz, y la sorpresa se extendió.
Aquellos ojos negros como la tinta más pura se abrieron de puro asombro.
Wei WuXian dijo: "Wen Qing, Wen Qing, ¿cómo estás?".
Con una sonrisa oscura y divertida, lanzó una carcajada y la mujer se ensombreció.
"¿Qué demonios es tan divertido? ¿Cómo entraste aquí?".
"Por una ventana".
"No tienes porque saltar ventanas, nadie aquí está tras tú cabeza. Solo usa la puerta como el resto de personas normales".
"También me da gusto verte", canturreó. Wei WuXian se dejó caer contra la mesa de té y trató de relajarse. La broma fue divertida, pero no demasiado. Así que solo quedó animarse un poco con la compañía de su amiga. Ella le preguntó "¿Dónde está A-Ning?", su voz tembló por un instante, y sus ojos dejaron la ferocidad para convertirse en cuentas brillantes cargadas de ternura y preocupación. "¿Está bien? ¿Wen Chao no le ha intimidado?".
"Él está bien. Wen Chao sabe que no debe meterse con Wen Ning si no quiere ganar tú odio. Tal vez sea imbécil, pero Wen Chao también teme a la muerte". Se burló.
Aunque los tres habitaron el interior del Capital Inmortal Sin Noche dentro del Búyètiān Chéng, debido a ciertos conflictos internos, Wen Qing fue apartada de Wen Ning durante muchas semanas. Haciendo que su único contacto fuesen cartas monitoreadas y los mensajes por boca de Wei WuXian.
Probablemente, se debió a que, cuanto más poder ganaba Wen RuoHan, más temeroso se volvio a que sus subalternos propociaran un golpe de estado, o que su familia próxima tratara de derrocarlo. Lo mismo ocurrió con sus hijos, a quienes comenzó a pisotear como a cualquier lacayo.
"¿Entonces qué te trae por aquí?", le inquirió.
Wen Qing comenzó a servir el té, una mezcla de hierbas aromáticas, a base de raíces medicinales. Y aunque dejaba un regusto agrio en la boca, Wei WuXian lo bebió sin protestar.
"Escuche que tú querido primo Wen Xu atacó el Yúnshēn Bùzhīchù, ¿sabes algo sobre eso?".
La sorpresa solo estuvo presente en el rostro de Wen Qing durante un pestañeo, para corregirse a un rostro hermoso pero duro y antipático. "Ya te enteraste".
Wei WuXian asintió.
Wen Qing dio un suspiro pesado y comenzó a masajearse las sienes, como solía hacer cuando tenía que tocar un tema problemático.
Ella sabía que Wei WuXian no tenía vínculos con GusuLan, y jamás lo visitó durante su tiempo como errante. Pero si le había contado su historia de infancia, de un joven discípulo Lan, que al poco tiempo obtuvo la inmortalidad, y que, se convirtió en objeto de su admiración genuina solo por un acto de bondad que caló tan profundo en su interior que se aferró a él, y encontró inspirador seguir sus mismos pasos.
Salvar a la gente común y vivir una vida sin arrepentimientos en favor de la justicia.
Sin embargo, Wei WuXian sintió que había faltado a aquella promesa y vivió una vida llena de pesares y recriminaciones.
A ella siempre le resultó inusual e infantil que hubiese desarrollado tal devoción ciega, en especial porque no conocía al segundo joven maestro Lan, y pudo llevarse una decepción, como solía ocurrir cuando se conocía a un héroe. Wen Qing le había contado que ella y Lan WangJi se conocieron en una ocasión durante una visita de inspección en Gusu. Pero su estadía fue breve y sin ceremonias. Y si bien era un hombre extremadamente joven y bien educado, también percibió un atisbo de indiferencia e inaccesibilidad en su persona.
Sin embargo, Wei WuXian creció rodeado de historias de héroes e inmortales, por lo que omitió tales falencias y las consideró particularidades de su persona. Después de todo, el segundo joven maestro Lan fue un joven maestro valiente dedicado a ir a donde el caos estuviese.
Wen Qing rellenó la taza de té, y comenzó a dar detalles de lo ocurrido.
Debido a su cercanía, forzosa, con Wen RuoHan estaba al tanto de muchos de los planes del hombre. Pero no de manera en que pudiese intervenir. Ya alguna vez se la envió a Jining para una inspección antes de iniciar los planes de ataque hacía el Bùjìng Shì, y a Yiling, donde su hermano menor se estableció en la oficina de supervisión. También se le obligó a dar tratamiento a altos funcionarios, capitanes, generales y cultivadores poderosos, después de algún enfrentamiento feroz en el campo de batalla.
Wen Qing interrumpió su narrativa, consciente de que Wei WuXian no necesitaba escuchar los detalles más viscerales. Al notar que estaba a punto de romperse, ella acortó el espacio habido entre ambos y se limitó a abrazarlo.
◆ ◈ ◆
Debido a que Wei WuXian estaba infiltrado en la secta Wen, para proteger a los hermanos Wen, se vio constantemente bajo el ojo vigía de la rama principal Wen. Ya que, fueron cautelosos con respecto a quien permanecía cerca de personalidades tan relevantes como Wen Qing, la mejor médico de su generación, y doctora de cabecera de Wen RuoHan.
Cuando Wei WuXian obtuvo los méritos suficientes para considerarse escolta de los hermanos Wen, recibió una carta del cuarto tío. Ahí se le informó que personas del Búyèxiān dū habían hecho una inspección en Dafan para dar veracidad a la identidad de Wei WuXian como Xiao Yan. Por supuesto, todos estaban al tanto del plan de Wei WuXian, así que nadie le delató, y la historia de Xiao Yan fue sólida y no volvió a ponerse en tela de juicio cuando todo Dafan corroboró sus datos.
Fue debido a esta vigilancia constante que Wei WuXian se vio incapaz de abandonar su puesto, para asegurarse de la seguridad de los remanentes en el Yúnshēn Bùzhīchù.
Esto puso de muy mal humor a Wei WuXian. El resto de la semana se mostró frustrado, y tuvo deseos de pelear con cualquiera que dijese tonterías cerca de su persona. Pero, logró tranquilizarse y evitó ser disciplinado por insubordinación. Estaba harto de las torturas y los azotes. Si podía evitarlas el resto de la vida, sería lo mejor.
Algunos días más tarde, llegó a la Capital Inmortal Sin Noche, que el segundo asedio al Yúnshēn Bùzhīchù había tenido éxito, y el clan Lan se quemó hasta los cimientos.
Se había dicho que el primer jade de Gusu Lan, Lan XiChen, había conseguido escapar durante el primer ataque, lo que le puso en un estatus incierto al desconocer su paradero. Pero, su hermano menor, Lan WangJi, Hánguāng-jūn, y su tío Lan QiRen, se quedaron atrás para defender su secta. En el primer asedio, solo consiguieron quemar la biblioteca ancestral del clan y algo del terreno, pero las fuerzas Wen tuvieron que regresar ante la diferencia de números, y provocaron todo ese desastre como una amenaza directa. Se dijo que el padre de los jades de Gusu Lan, Qīnghéng-jūn, había fallecido durante aquel incendio.
Wei WuXian, y el equipo de inspección de Wen Ning fueron enviados a Xuzhou, ya que la próxima secta a la que Wen RuoHan apuntó, pese a la asociación parcial que establecieron, fue LanLingJing.
Esto tuvo a Wei WuXian y Wen Ning fuera del Búyètiān Chéng durante casi tres semanas, y no ocurrió demasiado en ese tiempo. Wen Ning se encargó de administrar la oficina de inspección de Xuzhou y aprobar o recibir mensajes de batallones y cuadrillas que pasaban por el área. Así como juzgar los 'crímenes' de civiles insubordinados y traidores. Wen Ning tenía una naturaleza pacifista, lo que colmó la paciencia de los soldados Wen más desalmados. Sin embargo, debido a sus vínculos con Wen RuoHan nadie dijo nada cuando se negó a dar castigos físicos a las personas. Pedir alguna clase de tributo le parecía bien. Y pensó en que podría dar cumplimiento a los castigos que se le exigía a los campesinos, pero también se ahorraba tener que dar explicaciones a Wen Chao o en su defecto a Wen Xu por su incompetencia.
Tras la vida en el campo como un escolta, Wen Ning fue convocado de vuelta para dar un informe de la situación, y Wen Xu se encargó de la siguiente parte de los planes de invasión.
El corazón de Wei WuXian se sentía inquieto, molesto por las acciones del clan Wen y responsable por la inacción, pero se dijo en repetidas ocasiones que él solo estaba protegiendo a su familia, y apenas tenía la capacidad de hacer algo en aquella guerra tan sanguinaria. Solo era un joven cultivador que alguna vez se consideró como capaz de cubrir el puesto de primer discípulo, pero, comparado con la mano que derrite núcleos, Wen RuoHan e incluso Wen Xu, solo era un hombre sin protección alguna.
Hizo lo que pudo para proteger a Jiang Cheng, y esperó en lo profundo de su corazón que perdonara aquel último encuentro; y se jugó el pellejo para mantener seguros a los hermanos Wen.
Wei WuXian no tenía familia de sangre en el mundo, y todos quienes le importaron estaba atrapados en las garras de una guerra incómoda. Aún si él moría, se convertiría en un soldado más dentro de las filas de Wen RuoHan, por eso, deseó hacer que su vida sin valor pudiese ayudar a aquellos dos hermanos, que tenían a una familia buena y acogedora esperando por ellos en Dafan, pudiesen reencontrarse con ellos.
Aún cuando Wei WuXian jamás levantó un arma contra un civil o cualquier otra secta de cultivo, se sintió tan responsable como cualquier otro soldado vicioso. Mientras Wen Ning tenía una conferencia con el subalterno de Wen RuoHan, Wei WuXian se dedicó a vagar por Sin Noche. Sus pasos lo llevaron hasta los límites del territorio. Dio una mirada al fondo del abismo volcánico en el Búyèxiān dū, y la corriente de aire caliente ardió en la piel.
La impotencia hormigueó bajo su piel y se preguntó si Lan WangJi estaría bien. Hasta ahora nadie había comentado nada sobre el paradero del segundo jade, pero se presumía sobre la aniquilación de su amado clan.
La simple idea de que hubiese muerto le hizo sentir enfermo, y preocupado. Aún si no habían interactuado en muchos años, tuvo el deseo de hablar con él una vez más. Sin embargo, con todo lo que Wei WuXia alguna vez hizo, no se sintió capaz de darle la cara.
Sentía vergüenza.
Después de vaciar el estómago un par de veces regresó a la fortaleza de la Ciudad Imperial de Sin Noche.
Un escolta lo llamó por el nombre de 'Xiao Yan' y le comentó que Wen Qing le estaba buscando.
La razón de ello fue porque los altos mandos convocaron a Wen Qing para que diera tratamiento a los soldados heridos de la prisión subterránea.
"¿Cómo es posible? Normalmente hay campesinos y cultivadores de bajo nivel ahí", le comentó Wei Ying. "¿Qué clase de cultivador pudo herir así a tantos guardias?".
Antes de obtener una respuesta de la mujer a su lado, se encontraron con Wen Chao, en compañía de Wen Zhuliu, en uno de los tantos corredores de piedra dentro del palacio de roca volcánica. Wei WuXian no pudo evitar pensar en que era desagradable, y tenía la apariencia grasienta de un cerdo en chiquero, por lo que contuvo la mueca agria.
Wen Chao no era demasiado listo, así que nunca pareció notar que Wei WuXian alguna vez fue el discípulo depuesto de la familia Jiang, a pesar de ello parecía empeñado en hacer las cosas difíciles para él por el simple hecho de que Wei WuXian era insumiso. Daba órdenes imposibles de realizar y amenazaba con castigar ante cada acto de insubordinación. Wei WuXian no le era leal a Wen Chao, ni a Wen RuoHan, le habían azotado lo suficiente para sentir nada en la carne desgarrada de la espalda. Aunque aprendió a dar su brazo a torcer en pro de la seguridad de los hermanos Wen y toda la rama Dafan Wen.
"¡Ah! Querida prima, me preguntaba donde estabas", dio una mirada desdeñosa a Wei WuXian, y dijo: "Consígueme algo de beber, tengo sed". Conteniendo el deseo de maldecir, se alejó por un segundo, como un sirviente de la más baja calaña, y dejó a Wen Qing y a Wen Chao conversar durante un tiempo.
Tras el incómodo roce con Wen Chao, se encontraron con un par de jóvenes, de la generación de Wei WuXian, monitoreando las puertas de la clínica interna de Wen Qing. Wei WuXian solía charlar y jugar cartas con esos chicos ocasionalmente. No tenían una raíz maliciosa, y sirvieron dentro de QishanWen porque sus padres también habían sido sirvientes. Wen Qing entró a su clínica, y Wei WuXian decidió esperar fuera y aguardar a que se lo llamara mientras atendió asuntos con el general de la división del norte cuyo brazo había sido roto en cuatro partes.
"Xiao-xiong, ¿escuchaste la noticia?", le preguntó uno de los jóvenes.
Wei WuXian frunció el ceño, y se apoyó contra la pared cruzando los brazos contra el pecho. "¿De qué noticia estás hablando?".
"Del porqué todos los shixiongs y los guardias han sido enviados al área médica", le respondió el otro joven allí presente. Le faltaba un diente, que había perdido por el golpe de un superior y su rostro tenía un par de pecas en la nariz.
Wei WuXian: "Es por ese prisionero que intentó escapar, ¿no?"
"¡Es correcto!".
No pudo evitar preguntarse de qué clan procedía ¿MeishanYu, QingHeNie o TaiYanHe? Los Nie eran salvajes por su metodo de cultivo feroz; en Meishan se les instruyó en el asesinato efectivo y el uso de armas espirituales, y TaiYanHe fue una subdivision del clan Nie, y acostumbraron utilizar cuchillas dobles, lo que les hizo realmente habiles y dificiles de contener.
Tsu Zheng, el más centrado de los jóvenes guardias, susurró: "Han reubicado al prisionero al pabellón de alta seguridad. Es realmente peligroso".
El pabellón de alta seguridad se trató de una celda subterránea, justo bajo la prisión y las celdas del Búyètiān Chéng. Una vez, escuchó al primo de Wen Ning, Hua Tong, llamar a ese lugar como 'el hoyo', ya que el sitio era tan sombrío que la luz se filtró por una rendija diminuta. Y a los presos se les restringió en absoluto aislamiento.
"¿Quién está encerrado ahí?", preguntó Wei Ying. Sin embargo, no tuvo respuesta, pues Wen Qing abrió la puerta de su clínica y le llamó al interior.
Wei WuXian se despidió haciendo un gesto con la mano. Y enfrentó a una exhausta e irritada Wen Xing, cuyo traje blanco, para evitar arruinar sus túnicas finas, se tiñó de rojo.
"Aiya, Wen Qing, ¡luces terrible!... ¿estás bien?".
Wen Qing se dejó caer contra su silla y se frotó las sienes. Ella señaló la cena en el centro de la mesa y comenzó a retirar la chaqueta exterior cubierta de sangre para poder comer en paz.
Wei WuXian tomó un cuenco y masticó sin prisas. Algunas veces, Wen Qing le convocó solo para tener un poco de compañía, y hablar de esto y lo otro. En otras ocasiones, conseguía relajarse con la palabrería absurda de Wei WuXian, e ignoraba todo asunto político.
Después de una vieja historia de pesca en los lagos, Wen Qing tomó algo de tofu frito e hizo a un lado su tazón. "Escuché algo. Podría interesarte".
"Claro, claro, habla", canturreó mientras regaba los restos del arroz con salsa de chile.
"Escuche que la secta Lan está en negociaciones con Wen RuoHan para recuperar a los miembros de la familia Lan".
Wei WuXian dio un trago de vino, y se aclaró. "¿Hay Lan aquí en Qishan?".
En realidad no era extraño que Wen RuoHan tomase prisioneros. Hubo algunos cultivadores y herederos de sectas de mediano tamaño, los cuales fueron tomados como rehenes, ya que Wen RuoHan acostumbró manipular a las sectas obligándoles a servir en sus filas.
Si el trato no era de su agrado terminaba asesinando al prisionero y mandaba a erradicar la secta. Si el trato le resultó conveniente y fue de su agrado, convertía la secta en una oficina de supervisión y tomó a los discípulos para incorporarlos a sus filas.
En este momento, Wei WuXian no podía advertir la clase de trato por el que Wen RuoHan se decantaría, ya que su temperamento era bastante volátil.
Wen Qing dijo: "Necesito que me acompañes a la prisión mañana. Wen RuoHan quiere que le de tratamiento a ese prisionero".
Wei WuXian asintió, pero sintió algo extraño en la boca del estómago y perdió el apetito.
Al día siguiente se levantó temprano, más allá de lo usual, ya que el sueño nunca llegó. Como ya era usual desde hace años, Wei WuXia lidio con el insomnio y el remordimiento lo amenazó en forma de pesadillas.
Cuando Wen Qing salió de su clínica, llevaba una pesada caja con indumentaria e insumos médicos. Así que Wei WuXian entendió el porqué se le necesitó. Wen Qing no era una mujer débil, y tampoco frágil. Pero debió ser inconveniente llevar todo su equipo ella misma.
Wei WuXian estaba familiarizado con la prisión. Ocasionalmente alimentaba o ayudaba a liberar prisioneros. Pero sus intentos de ayuda no siempre eran exitosos. Por lo que se resintió con aquella parte del palacio de Wen RuoHan.
Habían pasado unos meses desde la última vez que se le asignó cuidar las celdas. Por lo que logró discernir que la acumulación de resentimiento había ido en aumento. También aumentó el número de fantasmas intangibles dentro de las celdas y el fuego fantasma crepitó bajo sus pies. Wen Qing trató de no darles relevancia, ya que estaba curada de espanto después de ver tanta depravación. Para Wei WuXian fue conmocionante y doloroso de apreciar. Casi, por un instante le pareció escuchar la voz de los dolientes susurrar en sus oídos. Las penas de los muertos se adhirieron a sus hombros y le siguieron hasta que llegaron al límite de la prisión, justo en la bifurcación que daba lugar a la celda aislada en el pabellón de alta seguridad.
Aunque, 'alta seguridad' fue un eufemismo, pues el calabozo y la prisión fue responsabilidad administrativa de Wen Chao, pero hizo un trabajo deficiente a la hora de asignar guardias.
Llevó bastante tiempo bajar todas las escaleras. Al fondo, se encontró un corredor tan amplio que permitiría el paso de varios carruajes. Las paredes estaban llenas de sangre ennegrecida y el resentimiento pululó como una mancha de tinta.
Wei WuXian vio un puñado de túnicas blancas completamente estropeadas y se detuvo en seco.
Esto llamó la atención de Wen Qing. Y Wei WuXian se negó a manifestarse bajo la luz de las antorchas. No lo culpo por mostrarse reacio. Paralizado de asombro, sus manos sudaron y se llenó de miseria. La ira comenzó a acumularse en su interior como una infección, pero Wen Qing se apresuró a tomar su caja de insumos y susurró con una voz fría: "Se prudente. No hagas nada tonto o te delataras".
Wei WuXian no podía dejar sola a Wen Qing, especialmente porque Lan WangJi había sido colocado en el pabellón de alta seguridad después de dejar prácticamente moribundos a media centena de hombres. Lan WangJi le importaba, pero Wen Qing era alguien especial también. Así que estuvo en constante tensión el tiempo en que ella trató de hacer su trabajo.
Por lo que Wei WuXian pudo notar, fue herido, y sus huesos rotos. La sangre en sus túnicas no fue solo suya, pero en su mayoría lo fue. Un lado del rostro estaba hinchado, arruinando parte de su mejilla.
Ella estaba nerviosa aunque su rostro no demostró nada. Sus manos temblaron sutilmente mientras conseguía algunas agujas. Tras un par de minutos angustiantes, Wen Qing dio respuesta a la súplica silenciosa de Wei WuXian de que tuviese cuidado, y puso a dormir a Lan WangJi con un pinchazo en la frente a fin de evitar que despertara y la atacara en medio del tratamiento.
"Acércate ya, Xiao Yan", llamó su nombre falso. "No despertara hasta que quite mí aguja".
Wei WuXian se apartó de la oscuridad, y sus ojos se humedecieron de impotencia. Sin embargo, sorbió la nariz y trató de hacerse útil a cualquier costo.
"¿En qué puedo ayudarte?".
Wen Qing comenzó a dar órdenes, y Wei WuXian obedeció.
Ella dijo que la vida de Lan WangJi no corría riesgo mortal. Su núcleo tampoco había sido derretido. Y, para sorpresa de Wei WuXian, Lan WangJi no había cambiado mucho desde la última vez que se vieron. Lo cual fue entendible, pues, poco tiempo después de que Wei WuXian fuese acogido por los Jiang, se rumoreó que Lan WangJi había obtenido la inmortalidad. Esto a su vez, se tradujo a un envejecimiento ralentizado, o en algunos casos, nulo. Fue como si Lan WangJi no hubiese cambiado casi nada, pero Wei WuXian ya no era el mismo niño.
Wen Qing intentó dar tratamiento a las heridas más urgentes. La gente de Wen Chao y Wen Xu se encargaron de romper las manos de Lan WangJi. Fracturaron la pierna en tres partes, dislocaron la clavícula y otros tantos huesos rotos. Su espalda sangró profusamente, y se evidenciaron marcas de azotes.
"Esto no es Zidian", dijo Wei WuXian sintiendo gran pena.
"No solo Yu ZiYuan tenía un peligroso látigo".
"Los Wen no tienen ningún arma espiritual en forma de látigo", intervinó Wei Ying.
"No, pero los Lan sí".
"¿Estás diciendo que torturaron a... Lan WangJi con el látigo de su propia secta?", escupió.
"Eso parece".
Lanzando una bocanada de sangre mala de pura frustración, Wei WuXian trató de revisar las muñecas de Lan WangJi. La piel se había desprendido debido a la fricción con el metal de los grilletes, y no hubo manera de aligerarlos.
Wen Qing pareció ver su dilema, e hizo una sugerencia, que fue exclusiva para sus oídos. "Dale un poco de tú energía espiritual".
"¿Eso... estaría bien?". Aunque esa era su intención inicial, Wei WuXian temió enviarle a una desviación de qi ante la incapacidad de Lan WangJi para filtrar la energía yang sin condensar.
"Si no intentas llenarlo con tanta energía espiritual estará bien. Tendrás que dosificar la energía yang, y distribuirla con cuidado. Es bastante trabajo, pero será lo más apropiado. En su condición actual y con las heridas de su espalda, es casi imposible que despierte pronto, ya que su núcleo se está encargando de distribuir la energía espiritual a todo su cuerpo para mantenerlo vivo. Ni siquiera tiene oportunidad de sanar", dijo Wen Qing.
En su interpretación, Lan WangJi se había convertido en una gran herida abierta, porque su núcleo no era capaz de soportar tanta tensión.
La piel de Lan WangJi era tan fría que no parecía estar vivo, pero aún tenía un pulso débil y ralentizado en el cuello. Estaba tan pálido que Wei WuXian contuvo el deseo de despojarse de su chaqueta, como Lan WangJi hizo alguna vez, y cubrirlo con ella. Pero hacer algo así sería imprudente, y lo sabrían rápidamente. Así que ahuecó contra la mejilla que no estaba inflamada y esperó que la calidez de su piel pudiese llegar a él de alguna manera.
La energía espiritual se derramó lentamente. Como la gota que erosiona la piedra. Wen Qing tardó en el tratamiento intencionalmente, para darle oportunidad a Lan WangJi de sanar por medios distintos, y a Wei WuXian la oportunidad de lidiar con su frustración. Ella trató de no observar la escena tan directamente, y se enfocó en suturar las heridas abiertas antes de que se inferctaran. A Wen Qing le tomaría menos de una vara de incienso suturar una herida espantosa y muy larga. Pero, en esta ocasión le tomó la misma medida de tiempo el hacer una decena de puntos. En uno de los muchos cortes de Lan WangJi.
Wei WuXian buscó dentro de su bolsillo y encontró un pañuelo limpio, alejó el cabello, pegajoso de sangre, del rostro de Lan WangJi. Y limpió para distinguir sus rasgos.
Cuando Wen Qing terminó su trabajo, le informó que tenían que irse. Pero, Wei WuXian sintió que no había dado casi nada de energía. Ella le recordó que volverían de nuevo, pues, ahora Lan WangJi era su paciente, y debía asegurarse de su recuperación.
Esto aligeró el corazón de Wei WuXian, pues podría ayudar al segundo joven maestro Lan dando algo de energía espiritual para su recuperación. Y, la presencia de Wen Qing evitaría preguntas innecesarias, si decidiera regresar para monitorear el estado de Lan WangJi.
Esa noche, soñó con un niño sucio, tan inmundo como una rata muerta, acurrucado sobre la basura, y un joven con túnicas blancas como la nieve.
***
Debido a la calidad de sus heridas, Lan WangJi no despertó, aún cuando cuando se retiró la aguja en su cabeza.
Fue por ello que Wei WuXian regresó a la prisión durante sus descansos; y permaneció, al menos un shichen cada día, a espera de que el segundo joven maestro Lan despertara.
Wei WuXian se sintió impotente al yacer al otro lado de la reja. Y, aunque él no contribuyó de ninguna manera en la quema de su secta, supuso que, solo por estar en el bando contrario, era merecedor del odio de Lan WangJi. Por lo que, incluso tocarlo, le hizo sentir indigno. Y nada de lo que pudiese hacer por él compensaría nada de todo ese sufrimiento.
Lo único positivo de toda la situación fue que, debido a las transfusiones constantes de energía espiritual, Lan WangJi consiguió mejorar la calidad de sus heridas. La hinchazón en su mejilla aminoró y algunos de los feos hematomas sobre su piel, se desvanecieron.
Una noche, durante el Chǒu-Shi, Wei WuXian aprovechó el cambio de la guardia interna dentro de la prisión para dar un vistazo a Lan WangJi.
Era bastante tarde, y apenas había nadie despierto en ese momento. Divisó las formas sinuosas del resentimiento y sintió que un fantasma se le pegaba a los hombros mientras se dirigía al ancho pasillo bajó las escaleras de la prisión.
Wei WuXian sostuvo una palangana, pues solía ayudar a Wen Qing dando revisión a los puntos de sutura y limpiaba la cumulacion de sangre o liquido que escurría ocasionalmente, debido al inevitable hecho de que la celda sucia favoreció la proliferación de infecciones.
Para su sorpresa, Lan WangJi reaccionó y emitió un quejido bajo y miserable. Wei WuXian detuvo su paso a mitad del corredor, y deseó correr hasta su lado para asegurarse de que estaba despierto. En silencio agradeció a Wen Qing por su talento en la medicina, en especial porque su tratamiento permitió que aquellos que rozaban los límites de la vida y la muerte consiguen recuperarse.
Wei WuXian observó a Lan WangJi desde las sombras, su aliento se atascó en su garganta, y el segundo joven maestro Lan comenzó a hiperventilar y a sacudir los grilletes altos en sus muñecas, en un intento miserable por liberarse. Pero fue inutil. Wei WuXian había intentado hacer lo mismo, pero los grilletes se conjugaron con un hechizo que bloqueó el flujo de energía espiritual, para que no pudiesen ser destruidos como el metal convencional. Wei WuXian paso horas en su habitación tratando de idear un talismán e incluso un arreglo que invirtiera aquellas propiedades, pero no había tenido éxito.
Su vista pareció acostumbrarse al espacio oscuro y lúgubre de la prisión, y pareció caer en cuenta de que se encontraba en el Búyètiān Chéng.
El segundo joven maestro Lan parecía enojado y salvaje. Débil y completamente en alerta. Tiró de sus brazos con tanta fuerza que parecía ansioso por dislocarse las muñecas. Sin embargo, la fuerza menguó, y pesados hilos sangrientos se derramaron debido a la fricción.
A Wei WuXian le recordó a un animal que ha sido herido demasiadas veces, y solo desea protegerse. Tal vez, la comparación no estaba tan lejos de la realidad. Deseó hacer un juramento ante aquel hombre, y prometer que conseguiría su seguridad, incluso si tenía que dar su vida de por medio.
Lan WangJi debía estar tan aturdido que ni siquiera le notó de pie al otro lado de la celda, pero se agitó cuando Wei WuXian intentó entrar para limpiar las heridas recién adquiridas antes de que se infectaran. Debido a lo inesperado de su situación, tomó uno de los vendajes de repuesto dentro de su bolsa qiankun y se enrolló parte del rostro, a raíz de la vergüenza que le generó ser reconocido y despreciado. Y pensó en que podría pedir ayuda a Wen Qing para lidiar con ese asunto, más tarde. Tal vez, conseguir una máscara en el poblado de Qishan podría funcionar. No faltaron soldados cuyos rostros se desfiguraron por la guerra, y se cubrieron con máscaras de todo tipo.
Su apariencia horrorosa debió asustar a Lan WangJi. Pues se presionó contra una de las paredes y sus ojos de un claro ambar se dilataron hasta amenazar con volverse negros.
Wei WuXian elevó la palangana de agua por lo alto y mostró el paño. Con una voz robusta y falsa, dijo: "Vengo a limpiar tus heridas".
Lan WangJi no se movió y no reaccionó. Ni siquiera parpadeó, y apenas parecía dispuesto a dar una inhalación. Ignorando todo instinto de supervivencia, acortó la distancia habida en ambos, pero entonces Wei WuXian fue derribado violentamente por una patada.
Debido a que solo las muñecas de Lan WangJi estaban atadas, sus piernas estaban libres, pero su pierna derecha mantuvo un cabestrillo para evitar arruinar el trabajo sobre el hueso que se rompió en tres partes, desde el muslo hasta el fémur.
El joven hombre siseó de dolor, pero no pareció haber sangre. Aún así, Wei WuXian le comentaría a Wen Qing para que le revisara de nuevo.
El golpe pulverizó la palangana de madera, e hizo sacudir el suelo. Wei WuXian dio un vistazo a sus propias túnicas, las cuales se empaparon. Se estremeció de frío por las bajas temperaturas de aquella noche, y suspiró.
Lan WangJi, desde su posición desventajosa, aguantó cauteloso la reacción violenta de Wei WuXian. Se preguntó entonces, cuánto habría sufrido en aquella prisión.
De pronto, un inevitable deseo de venganza hirvió dentro de sus venas y ansió hacer pagar a todos los que le torturaron.
Wei WuXian supo que cualquier movimiento en falso alteraria a Lan WangJi, así que se mostró lento, e inofensivo, casi tonto de los riesgos. Recogió los restos destrozados de la palangana y el paño. Sonrió por debajo de los vendajes y dijo a nadie en particular: "Es una pena, se derramó todo".
Sin embargo, el tono no fue de reproche, sino amistoso.
Se tomó su tiempo tomando una a una las piezas de madera, a fin de evitar que alguna astilla se le clavara con la fricción. Al ponerse en pie, Lan WangJi se apretó contra la pared, luchando por arrastrar su pierna herida, y Wei WuXian se movió con cautela y pronunció en voz baja. "Te traeré agua para que puedas limpiarte, así que espera un poco".
Le tomó varios intentos, y al menos tres palanganas rotas, antes de que Lan WangJi dejase de pulverizar el cuenco. En esta última ocasión, se dio cuenta de que el segundo jade de Gusu se apretó contra la pared, y había permanecido en una posición defensiva. Algunas de sus viejas heridas se abrieron, y desgarró las puntadas que se le dieron. Esto humedeció las túnicas y las arruinó aún más. Wei WuXian supo que tenía que llamar a Wen Qing para que se hiciera cargo, pero Lan WangJi parecía tan asustado que le resuló imposible dejarle solo e irse.
Esta vez se movió lenta, muy lentamente, y anunció cada una de sus acciones voz alta, antes de limpiar las heridas en el rostro y cerca de las muñecas. Tragó la bilis y el llanto que amenazaba brotar cuando sostuvo las manos de Lan WangJi entre las suyas.
Si bien, había estado ahí para dar energía espiritual día a día, pensó que su ayuda silenciosa había servido para algo, pero no fue el caso. Lan WangJi se veía igual de machacado que el primer día. Su piel estaba fría y la punta de sus dedos enrojecida. Pero no por los dedos rotos, sino por el frío de aquella prisión helada. Bajo sus uñas se acumuló la sangre y hubo una sensación pegajosa en ellos, como si Lan WangJi hubiese tratado de formar puños, aún cuando los dedos estaban rotos y apenas se habían conseguido enderezar. Pero, teniendo los brazos colgados por encima de su cabeza, sobre grilletes conjurados, fue casi imposible enderezarlos como era debido.
Wei WuXian se tomó más tiempo del esperado. Normalmente se apresuraba a terminar de limpiar las heridas abiertas de Lan WangJi por temor a que pudiese ser atrapado. Pero en esta ocasión, sintió que necesitaba ser genuinamente cuidadoso, aunque en realidad ya lo era, para que Lan WangJi confiara que no trataba de lastimarlo.
Wei WuXian debió acercarse demasiado al cuerpo de Lan WangJi, ya que, en una mala posición donde su barbilla quedó cerca de su frente, este no perdió la oportunidad para ganar impulso y lo noqueó golpeando contra el mentón.
El dolor fue tan intenso que Wei WuXian estuvo a punto de caer de espaldas. Y, aunque Lan WangJi también debió sentir dolor, apenas lo manifestó en su expresión amenazadora.
No pudo enojarse con él por tratar de defenderse de lo desconocido. Así que ignoró el dolor y se recordó en visitar a Wen Qing para que revisara que no le habían partido la mandíbula en dos.
A Lan WangJi debió sorprenderle que aún después de agredirlo siguiese actuando con amabilidad y cuidado. Quizá, no esperó ser tratado como un ser humano por alguno de sus enemigos.
Cuando Wei WuXian terminó su tarea, se dispuso a irse. Sintió que la piel se inflamaba debajo de la barbilla y emitió un chasquido cada vez que intentaba abrir la boca.
A sus espaldas escuchó una voz ronca, y muy baja. Tan baja como un susurro. Lan WangJi dijo: "Gracias", se corrigió. "Lo siento".
Wei WuXian no se animó a girar, así que forzó la voz, pero salió aún más rasposa por el entumecimiento en los músculos de la boca. "Esta bien, traeré el desayuno más tarde", hizo una pausa, y consideró su situación desafortunada. "Llamaré a un médico también".
"... No", intento susurrar. Pero Lan WangJi debía tener la garganta seca, y su voz se cortó a mitad de la exhalación.
"No es mala persona, puedes confiar en ella".
Y con esto, desapareció.
Después de eso, Wei WuXian siguió apareciendo durante el cambio de turno, cada tantos días. Debido a las asignaciones que se le daban e incluso periodos de inspección a los cuales Wen Ning fue asignado, las oportunidades de visitar a Lan WangJi se redujeron considerablemente.
Pero, cuando lo hizo, él no trató de golpearlo de nuevo. Lo cual fue bienvenido, ya que Wei WuXian tuvo que hacer circular energía espiritual por un par de días porque, en efecto, le había roto la mandíbula, y ganó una reprimenda feroz por parte de Wen Qing.
Lan WangJi actuó con cautela y se sobresaltó por cada pequeña acción inesperada de Wei WuXian, pero, jamás lo alejó, no habló y no preguntó por él durante el tiempo en que compartieron espacio. A Wei WuXian le gustó pensar en que habían conseguido acercarse, aunque fuera un poco.
Debido a que era un conversador nato, Wei WuXian habló de todo y nada. Sobre actos mundanos, y recuerdos felices que no se empañaron con la guerra o el abuso de los Jiang. Por ejemplo: pescar en los ríos cercanos para refrescarse durante el verano, cazar faisanes, ayudar a cortar leña, o arar los campos; incluso mencionó esos dulces que solía comprar en el mercado para la abuela Wen.
Lan WangJi tenía esa expresión de indiferencia y frialdad en su rostro, la mayor parte del tiempo le observó como una presa frente a un depredador, y no se relajó por miedo a que los Wen que lo torturaron, regresaran. Sin embargo, supo que estaba siendo escuchado y no fue indiferente de él.
Una noche, después de más de tres semanas sin verse, por una misión de inspección en Shijiazhuang, en la cual Wen Ning participaría, se encargó de llevar la cena de Lan WangJi. Y colocó uno de esos pasteles de té que compró en Qishan de regreso a la fortaleza impenetrable de la Ciudad Sin Noche. Había obsequiado el resto de la caja a Wen Qing para que lo compartiera con Wen Ning mientras bebían té. Esto a manera de pago por cuidar de Lan WangJi en su ausencia, y contrabandear algunos medicamentos que no estaban dentro de los registros, para ayudar al segundo joven maestro Lan a recuperarse.
Hace un par de días habían cambiado los grilletes de Lan WangJi, por grilletes que se ataron a una cadena que apenas permitió moverse de su celda. Esto a exigencia de Wen Qing, que había perdido la cabeza porque la piel en las muñecas de Lan WangJi se seguía arrancando por la fricción. A Wen RuoHan le fastidiaba lidiar con tonterías como esas, cuando estaba a medio camino de dominar el mundo del cultivo, por lo que pasó la responsabilidad de tales quejas a Wen Xu, que pasó el caso a Wen Chao, y, en su negligencia, aprobó sin siquiera prestar importancia al asunto.
Cuando Lan WangJi se dio cuenta de la comida ilícita que se añadió a su bandeja con pobres gachas de arroz, le observó sin palabras. Y no comprendió el porqué de su amabilidad. Wei WuXian le vio tomar el pastel dulce, e ignorar el congee que había sido cocinado con una pésima calidad de ingredientes.
Cuando terminó, agradeció con una ligera inclinación de cabeza. Lan WangJi comenzó a canalizar parte de su energía espiritual a sus heridas, debido a las píldoras que Wen Qing había preparado para fortalecer su núcleo. De esta manera, los cortes siempre abiertos de su espalda comenzaron a formar costras y dejar de sangrar con tanta abundancia. Aún así, las heridas le tenían parcialmente lisiado, por lo que no abandonó su posición con mucha frecuencia.
Wei WuXian se dispusó a irse, ya que no había dormido en casi una semana, producto de sus pesadillas. Había considerado pedir algunas hierbas para dormir de las reservas de Wen Qing a fin de evitar caer de cara sobre su espada, a raíz de la somnolencia.
Lan WangJi notó esto, y habló por primera vez en mucho, mucho tiempo: "¿Qué le ocurre a tú rostro?".
Wei WuXian había conseguido una máscara que cubría la mitad del rostro, y que Wen Qing llamó 'ridícula y tonta'.
No supo responder, ya que no había esperado que las primeras palabras del segundo jade fueran esas. Por lo que se movió incómodo, y luchó por mantener la voz integra.
"Es horrible", trató de decir. Contuvo el carraspeo en la garganta y lo intentó de nuevo. "Mí rostro se deformó durante la guerra", mintió.
Lan WangJi pareció entender. Sus ojos inteligentes se aclararon, y la boca formó una línea fina. No presionó en el tema. Él pareció reflexionar al respecto durante mucho tiempo. Wei WuXian se preguntó si acaso Lan WangJi había llegado a la misma conclusión que él; de que, no todos los Wen eran malvados, y algunos desafortunados fueron forzados a actuar en contra de sus deseos.
Logró ver el atisbo de una sonrisa triste en el rostro de Lan WangJi esa noche cuando se despidieron.
◆ ◈ ◆
Wei WuXian no escatimó esfuerzos en pensar la manera de ayudar a Lan WangJi de su desafortunada situación. Una noche se frustró al punto de las lágrimas, porque no consiguió elaborar un talismán lo suficientemente capaz de anular un conjuro tan complejo.
Se consideró inútil e inservible.
¡Wei WuXian había sido un discípulo capaz! ¡Talentoso en el arte de los talismanes e ingenioso en la reestructura de arreglos y matrices! Pero esto, estuvo muy por encima de sus capacidades, ya que, ni siquiera tuvo nociones bajo las cuales se elaboró el sello.
Todo lo que pudo hacer fue conseguir un poco de medicamento de Wen Qing, en las contadas ocasiones en que le visitó. Y conservó algunos baos frescos de su propio almuerzo, para dárselos, porque todo con lo que le alimentaron fue congee de la peor calidad.
Wei WuXian trató de mantener informado a Lan WangJi sobre las noticias del mundo exterior, en los efímeros instantes en que le acompañó mientras le veía comer. Cuando el dolor en sus heridas abiertas era demasiado, Wei WuXian se animó a compartir un poco de su energía espiritual. Esto pareció surtir efecto, pues le escuchó suspirar durante el breve instante en que el calor llenaba sus meridianos y calmaba el ardor de todas sus heridas. No se quejó cuando le aplicó un poco de ungüento, lo que permitió a la piel disminuir su inflamación y el amoratamiento.
Sin embargo, el tiempo de Wei WuXian llegó a su fin, y se vio obligado a tomar una decisión.
Al entrar al comedor para tomar su cena, consiguió un poco de sopa y vegetales encurtidos. Por el resto, se trató de la misma combinación de acompañamientos y bollos; pensó en la comida como sosa y sin sabor. Se encontró extrañando las especias picantes de la comida sichuan. Se instaló en una mesa vacía en el gran patio comunitario. Wei WuXian no convivía demasiado íntimamente con nadie, se había dicho que lo mejor era mantenerse apartado de todos. De esta manera, se evitarían problemas ahora que estaba ayudando a Lan WangJi a escondidas. Y nadie pareció tener problema con ello porque el personal dentro del Búyètiān Chéng estuvo rotando de puesto y oficina todo el tiempo. No socializó más allá de algunas asignaciones con algunos sirvientes del mismo área.
Un soldado cualquiera habló con la boca llena, lo que resultó desagradablemente asqueroso para Wei WuXian que trataba de pasar el mal trago con un poco de té.
Él dijo: "¡No miento! ¡Es verdad! Se ha dictado orden de ejecución a la línea directa de los Lan".
"¿Ah? ¿No estaban en plenas negociaciones? ¿Cómo es posible?", inquirió un cultivador, cuya opinión de la guerra fue más o menos neutral.
"Se dice que Wen RuoHan no encontró genuina disposición en los remates Lan, así que asignó alta traición, por no ceder a la voluntad de nuestro ominoso líder".
Wei WuXian apretó la taza de té con tanta fuerza que los restos rotos se le enterraron en la carne y sangró profusamente.
"Cuidado, compañero, deberías ir a que la doctora revise eso", dijo una joven soldado de silueta femenina. Pero Wei WuXian apenas logró discernir su apariencia, porque se levantó y marchó lejos.
Wei WuXian estuvo a punto de cometer una tontería. Un absurdo entre absurdos, y supo que Wen Qing iría por su cabeza, sino es que antes la guardia le separaba la cabeza del cuello.
Apenas era la segunda mitad del Yǒu-Shi, así que aún quedaba tiempo antes del cambio de guardia al Zǐ-Shi.
Dudaba que asesinaran a Lan WangJi esa misma noche, ya que Wen RuoHan era la clase de hombre siniestro que gustaba de hacer sufrir a sus adversarios mediante toda clase de humillación posible. Así que intentaría elaborar alguna conferencia o evento público para intentar hacer algo contra los Lan.
En su caso, Lan WangJi.
Wei WuXian había recorrido la prisión de arriba a abajo en búsqueda de más discípulos Lan, pero no encontró nada. También había investigado en las misiones de inspección, pero sólo supo de Lan WangJi como único Lan.
Estaba al tanto de que, a partir de la primera quema del Yúnshēn Bùzhīchù, se formó una alianza rebelde, la cual fue nombrada 'La campaña para derribar al sol'.
Sabía que Nie MingJue estaba ahí, y también algunos Lan sobrevivientes a la quema de su secta. Wen Ning había sido lo suficientemente amable para compartir cierta información clasificada con él, y supo que el líder de la secta Nie, y compañía se habían establecido un campamento en las cercanías de Hanzhong, al sur del Búyètiān Chéng; y se sospechó, que tenían intenciones de infiltrarse a la fortaleza de la Capital Inmortal de la Ciudad Sin Noche sin intención clara, pero, si Wei WuXian estaba en lo correcto en su corazonada, entonces Nie MingJue, mejor amigo del primer joven maestro de GusuLan, Lan XiChen, intentaría penetrar las protecciones para recuperar a Lan WangJi, que era una fuerza importante para asegurar la victoria de lado de los rebeldes.
De este modo, entró en su habitación, y comenzó a buscar como loco sus reservas. Wei WuXian no se había limitado a buscar la manera de romper los grilletes de Lan WangJi, también comenzó a acumular lo necesario para el momento en que Lan WangJi fuese liberado. No creía en Wen RuoHan, ni en la falsa promesa de liberar a sus herederos. Ni siquiera sus lamebotas número uno, la secta Jin, se habían salvado de los planes de conquista de Wen RuoHan.
Así que tomó medidas precautorias, pero no esperó a que tuviese que actuar tan rápido. Deseó que al menos, Lan WangJi pudiese recuperarse de los azotes en su espalda, para que no tuviese que forzar su núcleo al extremo, y amenazar a una desviación de qi.
Wei WuXian empujó algunos talismanes dentro de su manga, y tomó la espada. Se aferró a una máscara de imperturbabilidad, y marchó sin levantar sospechas, por los pasillos del palacio del sol. Sin embargo, tuvo que esconderse en la oscuridad, hasta llegar al muro sur sureste, que era una de las murallas menos custodiadas, para lanzar dos mensajes urgentes, con su talismán mejorado. Después de lo ocurrido con los cadáveres de los líderes Jiang y el rescate de Jiang Cheng, encontró una manera de hacer aún más veloz y eficiente su talismán. Y solo le tomaría cerca de medio shichen a su mensaje, llegar al campamento de Hanzhong. Sin embargo, un mensaje solo era un mensaje. Tuvo que añadir un hombre de papel y alimentarlo con suficiente energía espiritual para que pudiese hacer llegar el mensaje a la persona correcta. Había trabajado con aquel pequeño trozo de papel desde la adolescencia, así que pudo confiar en él.
Si aún había sospechas, siempre se pudo preguntar al clan Yu sobre la naturaleza de su mensaje, después de todo, eran conscientes de su benefacción al llevar al heredero de Jiang a salvo hasta las orillas de Meishan.
Wei WuXian se apresuró a entrar a la prisión poco antes del Zǐ-Shi. Vio a los guardias del turno anterior marcharse, y ser reemplazados por la guardia nocturna. Conocía el ritmo de aquella patrulla, no era muy diligente, pero eran fuertes. Y nadie iría a verificar que todo estuviera en orden durante la noche, ya que Wen Chao mantuvo una administración deficiente que dejó muchos espacios para que algún error ocurriera.
Sin embargo, Wei WuXian no pudo confiarse, y una vara de incienso más tarde, golpeó a los hombres con un talismán que les hizo perder la consciencia, y presionó los puntos de acupuntura, que Wen Qing le enseñó en sus ratos de ocio, para mantenerles paralizados.
Wei WuXian apagó todas las antorchas con un movimiento de mano, y una oleada de energía espiritual. El resentimiento pareció reconocer su presencia, pues el fuego fantasma, que siempre se mantuvo obedientemente pegado al borde del corredor, encendió una pequeña voluta de fuego verde, lo que ayudó a guiar sus pasos. Cuando finalmente llegó a la celda de Lan WangJi, encendió las linternas con un talismán de fuego, pero atenuó la flama.
Wei WuXian abrió la celda, y Lan WangJi, que había mantenido una postura tensa y digna, hizo a un lado la meditación. Abrió los ojos, evidenciando sorpresa por su presencia, reconociéndolo en el acto.
"No hay tiempo para hablar, tienes que irte".
Lan WangJi pareció dudar de su buena voluntad durante un instante. Y no le sorprendió la desconfianza. Después de todo, Wei WuXian supo que Wen Xu había estado ahí más temprano para regodearse de la declaración de ejecución, que dictó Wen RuoHan.
¿Habría temido a Wei WuXian, que fue inusualmente amable con él, le engañara para enfrentar la muerte?
Sintiendo que en cualquier momento sería atrapado, luchó por deshacer sus ataduras, y se desesperó.
"Lo siento", le repitió entre balbuceos inteligibles. "Sé que aún estás débil, pero tienes que irte".
Notó la pierna de Lan WangJi cuyo hueso apenas había conseguido enderezarse y fiarse en su sitio, por intervención de Wen Qing, y las quemaduras de fricción en las muñecas que permanecían frescas.
Conjuró a Suibian del su funda. Aún no tuvo la respuesta para su desafortunada posición. Pero, Wei WuXian no tuvo otra alternativa. Balanceó bien el peso de Suibian entre sus manos, y se aferró a la empuñadura para no perder fuerza en el agarre.
Inicialmente planteó picar el muro con la punta de Suibian, pero supo que no tendría éxito ya que se trató de grilletes conjurados para contener a un cultivador de alto nivel. El muro era la menor de sus preocupaciones. Le indicó a Lan WangJi que mantuviese los brazos estirados a cierta distancia y que no se moviera. Él fue obediente y diligente. Infundó la hoja Suibian con energía espiritual, y acertó un golpe.
Wei WuXian fue lanzado contra las rejas de aquella celda, y sintió que el aire en sus pulmones lo abandonaba. Suibian era un arma espiritual de primera categoría, ya que Jiang FengMian no escatimó en gastos cuando la mandó a forjar durante su adolescencia. Incluso, el herrero que las elaboró fue el mismo que el de Jiang Cheng; y elogiado por Yu ZiYuan, en algún momento, por su talento. Así que Wei WuXian supo que no conseguiría romperse sin importar cuánto lo intentara. Sin embargo, eso no le aseguró nada. Ya que, al cortar los grilletes malditos, el conjuro que mantuvo contenido a Lan WangJi rebotó contra él. Convirtiendo aquel hechizo en una maldición.
Las maldiciones podían actuar de manera extraña, así que no podía saber la clase de daño que podría infringir. Cayó sobre sus rodillas y vomitó una bocanada de sangre. Se sintió mareado y tuvo esa sensación de que los órganos se le licuaban por dentro. Pero ese no era el efecto de una maldición, sino del excesivo uso de energía espiritual y la reacción violenta que lo mandó lejos.
Estuvo a punto de perder el conocimiento, quizá se desmayó por pocos instantes. Fue traído de vuelta a la realidad por Lan WangJi, que sacudió su pecho y dio algunos golpecitos en la mejilla para hacerle reaccionar. Lan WangJi lo llamó 'Tu'; pronto recordó que no le había dicho su nombre, ni siquiera el falso.
Wei WuXian sintió que se estaba muriendo, pero, aún tenía algo que deseaba hacer. Por lo que se puso en pie ignorando el dolor, como había hecho tantas veces después de una paliza de Yu ZiYuan y se sacudió el sudor de la frente.
"Lo siento, lo siento, ¡Eso fue aterrador!", dijo en broma. Sacudió los restos de paja del cuerpo y dio una sonrisa comprometida. "¡Estoy bien! Los grilletes ya no pueden contenerte".
Wei WuXian ignoró el ardor en sus músculos, sentía que los huesos se convertían en lava y se fundían en su interior. Mordió el interior de su mejilla, y trató de no preocupar a un confundido y angustiado Lan WangJi. "¿Puedes ponerte en pie?", le preguntó.
Lan WangJi hizo un esfuerzo por enderezarse, pero su pierna no era buena para andar y su espalda estaba llena de aterradores cortes. Dando una aspiración profunda, lo comprendió. "Te llevaré en mí espalda un rato, ¿eso estaría bien?".
"Mn, bien".
El mundo daba muchas vueltas, las situaciones se volvían extrañas y enrevesadas. Lan WangJi alguna vez lo llevó en sus brazos con una promesa de seguridad, ahora era Wei WuXian que le llevaba sobre su espalda. Parecía tan pequeño y tan vulnerable así. Pudo sentirle temblar, pero no de miedo. No. Lan WangJi no era esa clase de persona emotiva. Y sus emociones alternaron entre la frustración, el odio, el recelo y la ferocidad. Al menos, mientras yació encerrado en esa prisión miserable.
Cada bocanada de aire fue como tragar fuego, trató de no pensar en ello, y se esforzó por recordar el pasadizo que Wen Ning mencionó la última vez. Debido a que Wei WuXian solía crear oportunidades de escape para los prisioneros, pero muchos de ellos fueron infructuosos, se esforzó por comprender la distribución de la prisión, que era prácticamente un laberinto, y recordó la salida que trató de probar varias veces.
Sus brazos estaban acalambrados, cuando sentía que el peso de Lan WangJi se deslizaba hacía abajo, él trataba de enrollar sus piernas sobre su cintura. Sin embargo, la pierna rota tuvo algunos problemas para doblarse por completo, así que el agarre fue ineficiente durante una parte del trayecto.
Llegaron al límite del Capital Inmortal Sin Noche, pero aún faltaban las murallas exteriores del Búyètiān Chéng, así que consiguió ganar algo de terreno. Tuvo que tomar bastante impulso para lograr saltar el muro, pero su núcleo estaba a medio camino de una desviación de qi y agotamiento, por lo que se tambaleo cerca del borde. Vio un enorme ciprés, cuya rama sólida era buena para mantenerse, así que arañó por un poco de energía espiritual y consiguió llegar a la rama.
El descenso fue más sencillo. Fue solo saltar y evitar que la velocidad le rompiera las piernas. Cuando el amurallado de la Ciudad sin Noche le pareció lo bastante lejano, se detuvo. Escapar tomó más tiempo del previsto, ya que, sin duda alguna, no esperó que el laberinto de la prisión fuera tan enmarañado, o que el borde de la Ciudad sin Noche estuviese tan lejano. Sumado a llevar a alguien herido sobre su espalda y estar medio envenenado por una reacción maldita.
Desató la bolsa qiankun de su cadera y se la entregó.
Lan WangJi: "¿Qué es esto?".
"Tiene medicamento y comida", Wei WuXian giró la cabeza, sin soltar la bolsa y vomitó otra bocanada de sangre. Sintió un poco de alivio después de eso. Las náuseas y el mareo disminuyeron, aunque no podía hablar positivamente por la cantidad de sangre perdida. "Tú espada también está ahí", aclaró.
Lan WangJi se sorprendió, y sus ojos brillaron de sorpresa. "... ¿Como?", balbuceó.
Wei WuXian la había conseguido casi desde que supo que Lan WangJi estaba encerrado ahí. Había tomado una espada de la armería, y le aplicó un hechizo de ocultamiento e ilusión para hacerla pasar por Bichen. Pero tenías que tener un ojo minucioso para notar las deficiencias en aquel falso Bichen. Así consiguió intercambiarla en la bóveda de tesoros. La diferencia más destacable fue el peso. Bichen era realmente difícil de sostener, pesaba tanto que no podía ser levantada por una sola persona. Pero nadie tomaría la réplica por algunos shichen más.
Wei WuXian dio una sonrisa radiante y jovial. Desenfadada y bromista, porque era lo que se hacía en los malos momentos cuando no quería que el resto de personas se enterara de que lo habían molido a palos.
"No puedo acompañarte más allá, tengo que volver".
Lan WangJi dio una mirada tierna y simpática, sus ojos brillaron por primera vez como suaves cristales de ámbar, y su piel pálida se iluminó con el brillo plateado de la luna. Parecía tentado a pedirle que escapara con él, después de todo, era bien sabido que ocurriría si se descubría que había influido en su escape.
Así que habló primero. "Hay personas que son importantes para mí dentro del palacio. He hecho una promesa para protegerlas".
Con esto dicho, Lan WangJi corrigió su postura para parecer más solemne, y sonrió con tristeza. "Eres una buena persona", reconoció.
Los ojos de Wei WuXian se aguaron y pensó que podría morir tranquilo. Después de todo, ¿no fue lo que siempre quiso? ¿Demostrar que se había convertido en una persona digna?
Al recordar donde estaba, las túnicas que vestían, y el daño que se había hecho, solo pudo negar, porque no fue nada como Lan WangJi pensó. Ya que ni siquiera había aclarado su identidad, y mintió.
Había un precepto en el muro de reglas del clan Lan que enunció: 'No mentir'.
Lan WangJi tenía gran amor a su secta, y se dijo que era un verdadero seguidor de las reglas.
Por lo que Lan WangJi no pudo mentir en sus palabras, pero eso no significó que fueran la verdad.
Buscó dentro de su manga, y consiguió un talismán que había trazado para la ocasión. La tinta fresca estaba un poco derramada pero con una gota de sangre de su pulgar, consiguió activarlo.
Metió el talismán dentro de la túnica de Lan WangJi y se adhirió con fuerza. En su muñeca apareció una línea fina y delgada de energía espiritual, como los extremos de una cuerda de guqin tensa. Era un hechizo sin nombre. Pensó que podría llamarlo 'talismán vinculante', tal vez un nombre aún más estupido para que Wen Qing se enojara con él.
"Hay un campamento Nie en Hanzhong, si sigues el camino de energía espiritual llegarás ahí, pero tendrás que darte prisa. Solo quedan dos shichen antes del amanecer".
"... ¿Qué hay de ti?", le preguntó WangJi, apartando su atención de la fina cuerda en su muñeca.
"Te ganare algo de tiempo con los guardias", con esto dicho, Wei WuXian comenzó a trotar de regreso y se derrumbó habiendo saltado el muro del Búyèxiān dū.
Sus piernas habían comenzado a fallar, y le costaba trabajo respirar. Además, la piel en su brazo ardía como el ácido de ese yao de montaña que era realmente grotesco. Al deshacer las muñequeras, revisó la piel del húmero, solo para notar una enorme mancha negra de corrupción que comenzó a extenderse hasta el antebrazo.
Pero aún estaba muy lejos del interior del palacio de Wen RuoHan y sería sumamente sospechoso que Wei WuXian, el escolta de Wen Qing, durante el tratamiento de Lan WangJi, estuviese al borde del territorio. Así que buscó en su propia bolsa qiankun, y encontró dos enormes jarras de alcohol. Las había conseguido antes de la cena y planeaba beberlas durante la noche antes de ir a dormir.
Era bien sabido su gusto por beber, pero al tratar de no destacar se privó de montar un espectáculo en cuanto a los límites de su embragues. Por lo que sería raro pero no anormal si se le encontraba al borde del territorio con muchas jarras de alcohol. Se tragó un poco para lidiar con el regusto a sangre en la boca y se bañó con el alcohol.
Mientras se debilitaba por la maldición, se preguntó si acaso MingJue, o compañía habían recibido su mensaje a tiempo.
Con este último pensamiento, se desmayó.
***
De no ser por aquel amable soldado, Lan WangJi hubiese sido incapaz de permitirse escapar.
Si bien aún estaba lisiado y su pierna dolía con cada punto de apoyo, no estaba en un estado tan miserable como la primera vez que despertó.
Aún podía recordar los huesos rotos, la tortura y tantas otras vejaciones por las que tuvo que pasar.
Él, sin embargo, le dio buena comida, medicamento e incluso energía espiritual. Esto permitió que las peores heridas sanaran, y las suturas, cerraran. Si podía cojear en ese momento, fue porque el joven cuido de él a su manera.
Lan WangJi corrió por el bosque hasta que le sangraron los pies. Estaba débil y sus piernas apenas reaccionaron. Pero estaba lejos de que su pierna estuviese quebrada de nuevo. Wen Xu se había divertido bastante al hacerlo y aún podía escuchar su risa mientras el hueso se rompía.
Lan WangJi reconoció que su nariz goteó con un fuerte olor a óxido y sal, pero lo limpió de un manotazo.
En la soledad del bosque, sintió que las lágrimas se derramaban por los costados. Debido a su estado vulnerable, la muerte de su padre, la quema de su amada secta, y aquellas palabras desagradables que Wen Xu pronunció junto al aviso de que sería ejecutado en la brevedad posible.
"No te preocupes, pronto podrás reunirte con tú amado hermano", We Xu dijo.
Se negó a la idea de que estaba muerto, y se inclinó a creer que eran palabras de un miserable que deseaba ver una reacción para su entretención. Pensó que, si las palabras del joven soldado eran verdaderas, y el campamento Nie estaba cerca, buscaría ayuda de los subalternos de Nie MingJue y después a su hermano XiChen.
Un shichen tras el amanecer, el talismán perdió efectividad, y el cordón de energía espiritual desapareció. Cuando intentó revisar el talismán, se convirtió en polvo fino, pero no encontró nada.
O eso pensó, pues, al cabo de un tiempo, alguien gritó en su dirección, y le reconoció.
Tal como el soldado dijo, encontró a Nie MingJue en Hangzhou.
Agotado, cayó exhausto. Pero fue atrapado por el líder de la secta Nie.
Cuando despertó, sintió el cuerpo cubierto de vendas de pies a cabeza. Aunque se le preguntó cómo escapó, no tuvo manera de explicar toda esa odisea; de hecho, las palabras de Nie MingJue dictaron su sentencia y su voz no volvió a manifestarse en su garganta pese a sus deseos de verbalizar, hablar, gritar, o llorar.
Nie MingJue se posó cerca de su catre, su expresión cansada y miserable solo pudo significar una sola cosa, pero no lo dijo en voz alta. Lo supo con solo ver la lástima en sus ojos, y la ausencia de su hermano mayor a su alrededor.
Nie MingJue declaró a sus aliados que Lan WangJi yacería bajo el asilo del QingHe Nie, debido a la hermandad no jurada con su mejor amigo.
Esto solo terminó de confirmar lo que ya sabía: él era el único sobreviviente de la masacre del Yúnshēn Bùzhīchù.
Pero no tuvo lágrimas para llorar porque estaba entumecido.
Cuando se le preguntó por su benefactor, tampoco tuvo manera de decirlo, porque nunca se animó a preguntar su nombre. Había permanecido en silencio cuando tuvo la oportunidad de hablar, ahora que deseó hablar ya no tuvo voz para hacerlo.
Tiempo más tarde, se enteró de que, aquel soldado misterioso, había enviado una carta a Nie MingJue, la misma noche del escape. En la misiva ofrecía su ayuda para la recuperación de WangJi, pero no dio razones.
Nie MingJue no confío en la carta en un inicio, y fue una segunda carta, rogando con desesperación, lo que le permitió considerar la petición.
"El remitente informó que había ayudado a la dama Jiang una vez, trayendo de vuelta algo que era precioso para ella a través del río", dijo MingJue. "Así que me acerqué a ella, y le conté de la situación. Ni siquiera tuve que ser específico, o dar más detalles de eso. La dama Jiang pareció iluminarse y supo de quién hablaba", le contó el hombre, mientras WangJi yacía paralizado en cama.
Lan WangJi no pudo evitar preguntarse si acaso, el hecho de que Jiang WanYin también fuese el único sobreviviente, y heredero de secta, en escapar de la masacre de su hogar, tendría relación con su historia.
Sintiéndose demasiado agotado para pensar en nada más, cerró los ojos, pero en lugar de un sueño tranquilo por los medicamentos, rememoró la última imagen angustiosa de su hermano, quien prometió que volverían a encontrarse.
Sus brazos se cargaron de rollos y escritos sagrados. Su hermoso rostro, similar al suyo, contuvo el dolor de la separación, y la silenciosa promesa de reencuentro.
Pero ese reencuentro ya no sería posible.
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