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Yo soltando disparates a mis médicos.

Quiénes me conozcan, sabrán que estoy jodidamente loca, pues bien, esta locura no se suprime cada vez que hablo con una de mis hematólogas, sino que existen veces en las que se aviva.



Ahora os hablaré de mí y mis saludos y demás a las médicos cuando entraban a verme a la habitación o yo a su consulta:

1° Esto fue el último día en la burbuja. Mi hematóloga solía llegar tarde, sobre la una de la mañana, pero ese día le dió por lucirse y tardó aún más ¿Resultado? Una adolescente saltando agachada tras su cama(para asustarla) gritando "¡A buenas horas!" "¡Sácame de aquí!" a su médico. Menos mal que ya llevaba viéndome un tiempo y sabía que yo era así, por lo que se limitó a reírse junto con la residente.

2° El mes pasado, un día que me tocaba revisión, como cada semana. Me levanto muerta de sueño a las 8, tras haberme acostado tarde, creo que me dormí a las 2/3. Me voy en ayunas al hospital y me sacan la sangre del hickman. Cuando ya estoy saliendo por la puerta de allí, va la auxiliar y me dice "Inma, dice que te esperes, que quiere verte."
Bueno, explico, lo normal cuando solo vienes a revisión con la hematóloga (estoy hablando de casos de trasplante de médula oséa) es sacarte sangre, irte a desayunar y volver a las tres horas para quedarte ahí hasta casi dos horas más esperando a que tengan todos los resultados de tu analítica, porque sacan casi diez tubitos, para que entonces tu médico que no ha parado de ver pacientes y redactar informes en toda la mañana, te atienda.
Pero noooooo, ella aparte de verme a las 12 tenía que hacerlo también a las 9, y tardó lo suyo en llamarme.
Y claro, yo, loca como estoy, zombie perdida de sueño y con un antojo de café bestial no se me ocurrió otra cosa que al tocarme abrir la puerta de consulta y en vez de "Buenos días" decirle:
"¡Rapidito que me muero de sueño y quiero mi café! ¡Tengo hambre y necesito desayunar!" Muy educada yo. La mujer me dijo que vaya manera de entrar aunque no me echó ninguna bronca ni se enfadó, ya que al igual que la anterior hematóloga, me conocía bien y sabía que eso era "El pan nuestro de cada día".

3° Era la semana que había empezado la primera quimioterapia de la segunda leucemia, rondarían las 9 y yo estaba en mi cama, al igual que mi madre, durmiendo como angelitos. A lo que entra un médico con una enfermera diciéndonos que viene a hacerme un AMO, una prueba que consiste en pincharte en la médula oséa roja, por la espalda y duele horrores, la cual ya me había sido practicada la semana pasada, por lo que la siguiente me tocaba dentro de un mes.
A ti se te mete una persona en la habitación diciendo que te va a taladrar la espalda como ya hicieron la semana pasada, ¡Y TE ENFADAS!
Ya que cuando no estás ingresad@ te dan un orfidal para los nervios y si lo estás te administran calmantes vía intravenosa además del orfidal.
Y yo ahí "¿¡Cómo!? ¡¿Pero sin orfidal ni nada?! ¡Qué me hicieron una la semana pasada! Tú a mí sin orfidal no me pinchas." En plan reina del barrio toda chula, y mi madre "Pero si la hematóloga no nos dijo nada y la semana pasada ya se lo hicieron."
Bueno, ¿qué pasó? Que al muy idiota no se le había ocurrido mirar los apellidos siquiera ¡PORQUE HABÍA DOS ALBAS PACIENTES DE HEMATOLOGÍA! ¡Y LA OTRA ALBA ACUDÍA AL HOSPITAL DE DÍA PUES NO ESTABA INGRESADA!

4° Antes de ayer estaba dando vueltas por el pasillo de hematología y me asomo a la sala de las médicos donde se encuentran redactando informes en los ordenadores. Me encuentro a mi hematóloga (la de 1°) y le digo levantando un pelín la voz "O***** haz algo con mis plaquetas y la dichosa bacteria" Tengo la plaquetas bajas y no saben por qué. Como podéis comprobar, para mí el pudor y la vergüenza son una agrupación de letras sin sentido alguno.




¡SOMOS #91 EN NO FICCIÓN! ¡MUCHAS GRACIAS A TODAS!
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PD: No sé cuando, pero un día haré un capítulo en agradecimiento a las que me estáis ayudando a extender esto. ;*

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