32
Era un día como cualquier otro de diciembre, el clima estaba lo bastante cálido para un paseo por la playa o quizás una caminata por el sendero de flores que había fuera de la ciudad.
Era un día como cualquier otro pero no para Seokjin.
El chico peinó su cabello prolijamente en el baño de su casa antes que todos se levantaran, fue hasta la cocina y se preparó un desayuno digno de un cumpleañero, gracias a la abuela Kim pudo tomar su café con leche acompañado de galletas y un trozo de pastel hecho exclusivamente para él.
Cuando tuvo todo listo sobre la mesa de diario él metió la mano en el bolsillo de su pantalón de colegio y sacó la única vela que había encontrado en la casa y un fósforo. La puso en el trozo del delicioso pastel que ya quería probar.
Se sentó frente a su desayuno y encendió la vela. Cerró sus ojos mientras se cantaba cumpleaños feliz bajito para que nadie lo escuchara. Luego de pedir sus deseos para ese nuevo año de vida él apagó la vela y sonrió para luego comenzar a comer.
La abuela Kim había hecho un pastel increíble y él se encontraba saboreando cada trozo como si fuera lo más delicioso que alguna vez probaría en su vida.
Cuando terminó lavó todo y devolvió la vela y fósforos a su lugar, volvió a su habitación para buscar su chaqueta y mochila. Pasó por el baño para lavar sus dientes justo en el momento en que su padre entraba también al lugar.
—¿Ya te vas?
Seokjin asintió mientras botaba los restos de pasta de dientes.
—Apúrate que me tengo que duchar.
El chico salió del baño un poco decepcionado pero no sorprendido de que su padre hubiese olvidado su cumpleaños, no era raro. Pero sin duda al que más extrañaba era a Mingyu, el niño parecía cada vez más lejano, más irrespetuoso y Seokjin sabía que eso se debía a sus padres.
Ellos lo odiaban entonces Mingyu no era la excepción.
Cerró la puerta de su casa y se dirigió hasta la parada para tomar el autobús, en el camino se dedicó a mirar a las personas que transitaban a esa hora de la mañana. Le gustaba observar los rostros de las personas, algunas se veían somnolientas, otras realmente cansadas con ojeras bajo sus ojos. Pero las que Seokjin disfrutaba de mirar eran a esas personas que salían a hacer deporte, ellos se veían sanos y contentos, siempre con una sonrisa en los labios mientras el viento golpeaba suavemente sus cuerpos.
Casi cuarenta minutos después llegó hasta su destino y sin detenerse como siempre lo hacía en el quiosco a ver revistas de medicina caminó hasta su instituto. Era temprano pero ya varios alumnos rondaban los pasillos cuando Seokjin entró.
Fue directamente a su salón y se sentó en el piso cerca de la puerta, apoyó su espalda en el frío cemento mientras los minutos pasaban.
Quedaba una semana de clases y empezarían las vacaciones de verano. Antes de Taehyung, Seokjin odiaba que terminara el periodo escolar, pero luego de ser parte de la vida de su mejor amigo las vacaciones eran el mejor momento ya que podía estar todos los días en la granja de los Kim, disfrutar de las preparaciones de la abuela NaRa, escuchar las historias del abuelo Kim y jugar con Monie y Soonshim eran sin duda las mejores vacaciones.
—¿Podremos hablar?
Seokjin no tenía que levantar su cabeza para saber que era Felix quien estaba parado frente a él, aún si no lo hubiese escuchado lo sabría por la fragancia que emanaba del rubio.
Alzó su cabeza y se quedó unos segundos mirando el bello rostro de su ex novio. El dolor en su pecho volvió a molestarlo y él negó con su cabeza.
—Jin por favor, déjame explicarte.
El castaño se puso de pie con su ceño profundamente fruncido, enojado por el recuerdo de Felix dejándolo con más preguntas que respuestas —¿Ahora quieres hablar? ¿Que hay del día en que te vi en ese restaurante con otro chico? Te recuerdo que han pasado dos meses de eso. Déjame tranquilo.
Seokjin se alejó pero su brazo fue tomado suavemente —por favor. No quiero irme de aquí y dejar las cosas así entre nosotros.
—No. Ahora suéltame.
Felix lo hizo y Seokjin avanzó rápido por el pasillo dándole la espalda ya que sus ojos se habían llenado de lágrimas pero no lloró. Estaba siendo obstinado y quizá se iba a arrepentir de ello cuando Felix estuviera a miles de kilómetros de distancia, pero en ese momento solo quería estar lejos de él.
Dobló por el pasillo y ladeó su cabeza al ver a varios alumnos correr por el lugar que conducía a la entrada del estacionamiento.
—Es Jung otra vez.
Seokjin miró a quienes pasaron al lado de él riéndose de quien sería la nueva víctima del matón de tercer año.
Entonces él corrió, no estaba muy seguro de que iba a encontrar cuando llegara hasta donde estaban los demás, pero en su interior algo le decía que debía ir allí.
Y no se equivocó cuando paró detrás de muchos alumnos, todos estaban fuera del instituto, en un gran círculo. Seokjin comenzó a empujar y pidiendo disculpas llegó hasta el centro.
Su estómago se apretó ante la escena.
Taehyung estaba en el suelo, sucio y golpeado. Su mochila descartada a un costado, varias rosas esparcidas y un sobre sucio sobre una poza de agua.
—Wow, ¿Para quién será esta carta de amor? —Hoseok se burló mientras mantenía un papel entre sus manos.
Seokjin no lo pensó dos veces y entró al círculo quitándole de las manos la hoja que luego cayó a la poza de barro sin que quedara rastro de ella —¿Que mierda te pasa? —Lo empujó tan fuerte que Jung cayó al suelo pillado por sorpresa ante el movimiento rápido de Seokjin.
Jung no se movió y observó como Seokjin se alejaba de él para agacharse frente a Taehyung y así revisar sus heridas.
Todos comenzaron a irse cuando el inspector corrió hacia ellos, venía con su bolso al hombro y con una notable expresión de preocupación en su rostro.
Seokjin alzó la cabeza y se levantó en el momento que Hoseok tomaba su mochila para irse del lugar.
—No vas a ningún lado —lo tomó fuerte del brazo incluso si su compañero le dio un fuerte manotazo tratando de zafarse.
El inspector se acercó a Taehyung y aliviado corroboró que el chico estaba bien, golpeado pero bien.
Seokjin fue obligado a volver a clases mientras llevaban a Taehyung al hospital. Su mañana fue un asco mientras las horas pasaban lentamente.
Al salir fue directamente hasta la casa de Taehyung, la preocupación recorriendo su interior mientras golpeaba en esa ya tan conocida puerta.
—Hola corazón —Kim NaRa sonrió hacia Seokjin dejándolo entrar a la propiedad.
—Hola abu, ¿Cómo está Tae?
La mujer hizo una mueca antes de responder —está bien, bueno no tan bien, no quiere ver a nadie y no quiere salir de su habitación.
El castaño bajó su mochila y la dejó en el piso —¿Puedo subir? Seré breve.
—Por supuesto cariño, espero tengas mejor suerte que nosotros.
Seokjin asintió mientras se quitaba su chaqueta que luego colgó junto a las otras del clan Kim. Iba a subir las escaleras cuando fue llamado por la mujer mayor.
—Feliz cumpleaños mi niño.
—Gracias —dijo sonrojándose ante la mujer buena y bondadosa que era Kim NaRa.
—Si haces que ese niño tonto de mi nieto quiera bajar les tendré una sorpresa.
Seokjin asintió de inmediato subiendo las escaleras de dos en dos escalones para llegar más rápido.
Golpeó suavemente y se quedó esperando la respuesta.
—No quiero ver a nadie. —Gritó el azabache al otro lado de la puerta.
—Tae, soy yo...
Hubo un silencio de segundos y cuando Seokjin creyó que Taehyung lo dejaría entrar la respuesta lo dejó con su corazón apretado.
—No quiero verte.
Se afirmó contra la puerta no entendiendo nada. Volvió a intentar.
—¿Tae?
—Vete, ven otro día.
El castaño negó con su cabeza y giró el pomo para luego entrar en la habitación que estaba completamente a oscuras.
Se adentró aún más y llegó hasta la ventana para abrir un poco las cortinas. La luz de media tarde entró de inmediato haciendo que un cojín volara en su dirección.
—Gruñón —Seokjin se quitó sus zapatos y se acercó hasta la cama para acostarse en esta. Observó el rostro golpeado de Taehyung.
—No me mires.
—Lo estoy haciendo.
Taehyung bufó molesto y se giró para darle la espalda a su mejor amigo. —Vete.
—No lo haré y lo sabes. —Seokjin mordió su labio y se acercó aún más al cuerpo del otro —¿Te duele mucho?
—Claro que no, hoy es el mejor día de mi vida. Me levanté temprano y como un idiota pensé que las amenazas de Jung eran una mentira, pero no lo fue y... Y me golpeó delante de todos... Delante de ti. No quería que me vieras en este estado... Pero no, ni me duele ni un poquito.
—Tae —Jin lamentó lo ocurrido esa mañana — se pasó de la raya completamente, me alegra que le hayan cancelado la matrícula. Es una mierda de persona. —Jin se recostó en la almohada y comenzó a acariciar el cabello de Taehyung —¿Vas a volver a clases? Queda poco para terminar.
—No creo, estos días no hacemos nada de todas formas. Es una perdida de tiempo, aprobamos nuestras materias y estamos a un paso de nuestro último año.
—Si —murmuró Seokjin —ha pasado tiempo, ya nos conocemos hace 3 años.
—Si.
La voz de Taehyung se escuchaba un poco mejor por lo que Seokjin lo giró para revisarle el rostro, el azabache protesto de inmediato y comenzó a moverse para que su mejor amigo no vea su rostro.
Seokjin comenzó a impacientarse y sin previo aviso tomó las mejillas golpeadas del azabache y le dio un beso en los labios. Taehyung dejó de moverse y las manos de Seokjin descendieron hasta quedar en el pecho del otro.
Taehyung abrió sus ojos grandes sin poder creer lo que estaba pasando, pero no se puso a pensar y correspondió al beso acercando a Seokjin hacia su cuerpo maltratado. Un quejido de dolor brotó de sus labios y de inmediato Seokjin se alejó.
—Ya sé como controlarte y quitarte el mal humor —bromeó el castaño alejándose.
Taehyung resopló tratando de esconder una tonta sonrisa que quería a toda costa aparecer en sus labios y burlarse de él por lo bien que se sentía ahora después de probar los labios de su mejor amigo.
—Feliz cumpleaños Jinnie —Tae miró a Seokjin y suspiró —este día no tenía que terminar así. Lo siento. Tenía regalos para ti…
—No importa, estás bien y ese es el mejor regalo que me puedes dar.
—Mientes —Taehyung sonrió —te encantan los regalos.
—Si, ustedes me mal acostumbraron —Seokjin sonrió también deseando poder besar nuevamente a Taehyung.
—Mereces todos los regalos del mundo, ¿Lo sabes, cierto?
El castaño se ruborizó de inmediato y se tapó el rostro con su mano —ya. No digas esas cosas.
—Feliz cumpleaños —dijo de nuevo mirando a su mejor amigo. La verdad de sus sentimientos atorados en su garganta queriendo salir y así no mentir nunca más. Tal y como lo había escrito en la carta que gracias al cielo ni Hoseok ni Seokjin habían alcanzado a leer.
—Gracias. Será un buen día el de hoy ¿No crees?
Taehyung asintió su corazón corriendo una maratón en su pecho —dame otro beso, Jinnie.
La boca de Seokjin se abrió y él negó suavemente —dijimos que no nos besaríamos nuevamente.
—Lo hiciste hace un rato —Tae dijo ofendido.
—Lo hice para calmarte... Yo no puedo...
—No te mientas, estoy seguro que querías hacerlo.
Seokjin tragó saliva y se acercó levemente hasta que sus narices estuvieron cerca —somos amigos.
—Lo somos… —Susurró Tae en la boca ajena. —Nada va a cambiar.
—Yo todavía quiero a Felix...
—Lo sé, te puedo ayudar a olvidarlo.
Seokjin no estaba muy seguro de que eso fuera a resultar pero tampoco pensó más allá y volvió a besar a Taehyung pero esta vez se aseguró de abrir su boca y lamer los labios ajenos antes de cerrar sus ojos y dejarse llevar.
Taehyung lo recibió con un jadeo y sus manos abrazaron el cuerpo ajeno.
Sabía que era una excusa patética el usar eso de que un clavo saca a otro pero era cobarde y no quería perder a Seokjin al confesarle sus sentimientos.
Estaba seguro que podía manejar el estar con Seokjin y ayudarlo.
Si. Taehyung estaba seguro que podía diferenciar las cosas sin enamorarse más en el camino.
***
No olviden que tienen 17 años y que están medios pendejos (ambos). 🤭
Cuídense mucho y tengan un buen inicio de semana 🥰♥️
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