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23



Seokjin se sentó al borde de la cama de su novio mientras lo veía hablar por teléfono con su padre, luego de un rato Felix salió de la habitación y el castaño escuchó claramente como su novio le pedía explicaciones a su progenitor.

Al parecer el padre de Felix no iría a comer con ellos ese día.

Miró por la habitación y aunque sentía que debía haberse ido en el momento en que Changbin puso sus labios en los de Felix, él se quedó por que en el fondo le creía a su novio.

Se levantó y vagó por el lugar deteniéndose en una fotografía que estaba en el escritorio. Levantó el marco y vio a una mujer muy bonita en ella, pelo rubio largo y ojos claros. Sin dudar esa era la madre de Felix, ambos eran muy parecidos.

Dejó el portarretrato en el mismo lugar y se giró en el momento que la puerta se abrió. Los ojos de su novio estaban rojos, así como también su nariz.

—Él no va a venir hasta el domingo —el rubio metió sus manos en los bolsillos de su pantalón. —Puedes irte a casa si quieres… O no sé, lo que decidas.

Seokjin suspiró y caminó hasta él para luego abrazarlo fuerte —lo siento —el castaño le susurró por que sabía lo que se sentía la decepción. Sabía lo que era esperar algo con tantas ganas y no poder obtenerlo.

—Yo lo siento, hoy ha sido un día de mierda para ti, yo quería que fuera diferente... Lo siento.

—No es tu culpa —Seokjin acarició su rostro y le dio un besito corto en los labios.

—¿Que te gustaría hacer? Podríamos salir, tengo dinero, vamos a comer o lo que sea. No quiero estar aquí.

—Eso está perfecto para mi —el castaño sonrió y besó los bonitos labios de su novio. Sus brazos lo rodearon por el cuello mientras lo sentía relajarse y suspirar.

Luego de que ambos se alistaran salieron de la casa pero no avanzaron más allá por que Changbin seguía esperando fuera de esta. Sus ojos estaban rojos mientras fumaba.

—¿Todavía estás aquí? —Felix dio los pasos necesarios para pararse frente a su ex novio y tomarlo de la chaqueta para golpearlo.

Seokjin corrió donde él y lo separó —Felix no.

—¡Fuera de aquí! —el rubio gritó haciendo que Changbin se pusiera a llorar.

—Yo todavía te amo, a pesar de todo yo sigo queriendote.

La respiración de Seokjin se hizo dolorosa mientras veía la vacilación en los ojos de su novio. Había algo allí que hizo que apartara la vista y comenzara a caminar lejos de ellos. No avanzó mucho antes de que su novio lo tomara del brazo y suavemente lo girara.

—¿Donde vas? —el rubio buscó la mano de Seokjin pero este la metió en su bolsillo. —¿Jin? —Felix abrió sus ojos preocupados ante el rechazo de su novio.

—Creo que mejor me voy a casa… Tienes cosas que arreglar —el castaño miro detrás de su novio y vio a Changbin que seguía llorando. —Hablamos luego.

—No, Jin…

—Es lo mejor, me siento como un pez fuera del agua la verdad, no me siento bien ¿A ti todavía te gusta él, cierto?

Felix dio un paso atrás y negó de inmediato —¿Que estás diciendo? Yo te quiero a ti, solo a ti.

—Entonces si es así no tendrás problemas en darme un tiempo para pensar.

El rubio mordió su labio y negó varias veces pero al ver a su chico bonito alejarse él lo tomó de la chaqueta. —Siento mucho esto, tienes razón. Lo voy a solucionar ¿Si?

—Hazlo. Nos vemos Felix.

Seokjin comenzó a caminar y ya no fue fuerte para aguantar las lágrimas y la tremenda pena que lo embargó, sintió celos porque había dejado a su novio en manos de Changbin y como a él nada le salía bien tuvo el presentimiento que sería dejado de lado por Felix. Que sería olvidado.

Miró hacia un parque de niños y mordió su labio inferior, su vista se volvió borrosa y bajó la cabeza para que nadie lo viera llorar como un tonto.

Su padre le decía eso todo el tiempo.

Los tontos son los que lloran perdiendo el tiempo y no solucionan nada.

Limpió sus lágrimas y siguió caminando sin rumbo alguno, entró al bonito parque que estaba lleno de parejas. Se sentó en la primera banca desocupada que vio y se quedó ahí mirando a la nada.

Su estómago sonó luego de un tiempo indeterminado de tiempo y él solo se quedó allí ahora mirando a las diversas parejas que transitaban por el lugar. Su estómago volvió a gruñir pero no quería volver a su casa.

De todos modos ahí también pasaba hambre.

Seokjin se abrazó y dejó de mirar a las demás personas. Su cabeza dolía un poco pero más le dolía el pecho. No podía identificar el lugar exacto pero tenía como una piedra alojada allí. Se levantó de la banca por que el viento comenzó a mecer sus cabellos y ropas, casi llegaba el invierno, solo unas semanas más de clases y él tendría a cambio tres semanas de vacaciones.

Y si antes él ansiaba las vacaciones, ahora mismo quería que estas no llegaran, ya que llevaba dos años pasando sus vacaciones de invierno con Taehyung, pero Seokjin no sabía en qué estaba su relación con su mejor amigo y eso le dolía.

No quería una vida sin Taehyung en ella.

Salió del parque y caminó de vuelta a casa, cuando llegó estaba congelado por lo que apenas entró a su dormitorio tomó su suéter más gordo y calentito y se lo puso. Salió de la habitación y encontró a su hermano menor viendo televisión, se sentó en el mismo sofá pero bien lejos ya que a Mungyu no le gustaba que lo tocara.

—¿Que estás viendo?

—Televisión.

El castaño suspiró y miró el programa que estaba viendo su hermano y su corazón se hundió un poco más antes lo infeliz que se sentía en ese lugar.

—Pensé que irías donde tu amigo —Hye soo se acercó al sofá —estuvo llamando toda la tarde.

—¿Que? —Seokjin se levantó de un salto y se paró frente a su madre —¿Dijo algo?

—Que quería hablar contigo, que era urgente.

Seokjin corrió hasta el teléfono y con dedos temblorosos marco el número de la casa de su mejor amigo pero nadie contestó y su corazón comenzó a latir tan rápido por el miedo que de pronto lo embargó. Miró a su madre y le pidió permiso para llamar al celular de Taehyung y ella asintió de mala manera rodando los ojos.

A los dos toques la llamada fue contestada y su corazón se rompió un poquito cuando escuchó a Taehyung llorar.

—Es mi abu, Jinnie.

El castaño dejó caer su mano libre y la preocupación llegó rápidamente a él. Taehyung se escuchaba desecho y temió lo peor mientras esperaba que su amigo hablara un poco más.

—¿Tae, que pasó?

—Hospital general. Ven por favor.

Y Seokjin lo hizo.


****

Nunca le había rogado nada a sus padres, jamás había pedido algo con tanto ahínco, pero lo hizo esa fría tarde de junio. Le rogó a su padre para que lo llevara al hospital y este de mala gana aceptó..

Pero eso era lo de menos si podía estar con Taehyung en ese momento.

Se bajó del automóvil temblando pero debía ser fuerte, sea lo que sea que hubiese pasado con la abu NaRa, él tenía que ser fuerte.

Preguntó en el mesón por la unidad de pacientes críticos y cuando llegó allí su pecho dolió mucho más. Corrió hasta donde estaba Taehyung enrollado en una silla llorando en silencio.

Apenas se sentó a su lado lo abrazó por los hombros y Taehyung también lo hizo aferrándose a su cintura. No le preguntó nada y mientras acariciaba el cabello de su amigo miró por la sala apenado por no haber saludado como correspondía. Pero su urgencia por darle apoyo a Taehyung había sido más grande.

Miró a Namjoon quien estaba apoyado en una de las paredes con sus ojos rojos y claras muestras de haber llorado, estaba solo y mirando el piso sin siquiera pestañear.

Seokjin nunca lo había visto así. Era raro ver triste a Namjoon por que nunca había tenido que presenciar algo como eso y no se sentía nada de bien ver a las personas que quería sufrir.

Cuando Taehyung se calmó incluso cuando ya estaba respirando bien, Seokjin no dejó de abrazarlo y acariciar su cabello para trasmitirle algo de paz. Todavía no sabía que había pasado y sentía miedo de preguntar sobre lo que realmente le había pasado a la abu de su mejor amigo.

—Fue un infarto —dijo Taehyung luego de varios minutos.

—Lo siento mucho, Taetae.

Taehyung se acurrucó un poco más en el cuello de Seokjin y asintió más tranquilo —el doctor dijo que teníamos que esperar. Que hicieron todo lo posible.

La voz de Tae se apagó y nuevas lágrimas llegaron a él.

—Ya, puedes llorar, aquí estoy para ti —Seokjin dijo y acarició ahora la mejilla mojada de su amigo —yo no te voy a dejar solo.

Tae asintió como si eso ya lo supiera de ante mano y luego de una hora o más  ambos decidieron salir a tomar un poco de aire. Namjoon estuvo de acuerdo y se quedó en la sala de espera solo con sus ojos preocupados por todo lo que estaba pasando.

Los amigos caminaron hasta la salida y el frío le caló hasta los huesos por el viento que había.

Taehyung más callado que lo habitual pateó una piedra y observó el cielo nocturno.

Seokjin a su lado metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta. Observó que su amigo solo llevaba un suéter delgado y que estaba tiritando de frío, entonces se quitó su chaqueta ya que bajo esta tenía su enorme suéter.

Taehyung la rechazó pero Seokjin se paró frente a él con su ceño fruncido y se la puso de todas maneras haciendo sonreír al azabache.

—¿Donde están tus papás?

—En urgencias, mi abuelo se descompensó… Yo no sé qué voy a hacer si uno de ellos se va, Jinnie.

Seokjin también quería mucho a los abuelos de Taehyung pero claramente no era el mismo pesar, él jamás tuvo la imagen de abuelitos cariñosos como lo eran los Kim, jamás tuvo regalos de navidad que fueran tan significativos como calcetines de lana o un cuaderno donde pudiera escribir sus tristezas o alegrías. Entonces él podía entender a su amigo, sus abuelos eran irreemplazables.

—Yo creo que van a estar bien —el castaño tomó la mejillas de Taehyung y quitó las nuevas lágrimas que habían bajado —todo va a estar bien, estoy seguro.

Tae tragó y asintió mirando los ojos ajenos. —Gracias.

Seokjin se acercó un poquito más hasta que sus narices se rozaron levemente.

Sus manos seguían acariciando el rostro de Taehyung y él solo quería hacerlo sentir bien, quitar su tristeza, no quería ver nunca más los ojos de Taehyung llenos de lágrimas, no quería ver dolor en su rostro.

—¿Deberíamos entrar? —Tae rompió el contacto nervioso por la cercanía de Seokjin.

—Si, vamos.

El castaño siguió a su amigo con una mezcla de emociones dentro de él, siempre estaba confuso cerca de Taehyung.

Quería algo más de él, pero la amistad era algo valioso que debía cuidar, Taehyung era su única persona, era quien lo cuidaba cuando nadie más lo hacía, incluso antes de Felix, Taehyung siempre había estado para animarlo y quererlo. Había estado a punto de besarlo y el solo pensar en eso hizo que los vellos de su piel se erizaran.

Llegaron de nuevo a la sala de espera y Namjoon ya no estaba solo sino que los Kim mayores también estaban ahí. Seokjin los saludó y se sentó junto a Taehyung quien tomó su mano para luego entrelazar sus dedos.

Se quedaron mucho más tiempo, incluso Taehyung se durmió en el hombro de Seokjin por lo que ya era lo demasiado tarde cuando el señor Kim los arrastró a ellos hasta el automóvil.

Taehyung no se quería ir del hospital pero su madre insistió con lágrimas en los ojos y Namjoon también se lo pidió.

Entonces mientras iban camino a la granja Seokjin temió de que Taehyung no quisiera siquiera hablar con él. Algo que había aprendido en los años de conocer a su amigo era que este se cerraba en su mundo cuando algo le afectaba lo suficiente y Seokjin no quería que eso ocurriera esa noche.

Bajaron del vehículo e inmediatamente subieron a la habitación de Taehyung. Kim Samuel los siguió.

—Yo volveré al hospital —el señor Kim acarició el cabello de su hijo y miró a Seokjin —cuídalo por nosotros ¿Si?

—Si señor.

La puerta se cerró y Seokjin miró a Taehyung que estaba sumido en sus pensamientos sentado al borde de su cama. Se acercó de inmediato y se sentó a su lado.

—¿Tienes hambre? —el castaño intentó pero Taehyung no dijo nada. —Debes comer, tu mamá dijo que estabas desde el almuerzo sin comer. —Seokjin se puso de pie y tomó la mano de su amigo —vamos, haré algo para ti.

—No quiero.

—Vas a tener que querer, debes estar fuerte para cuando tu abu vuelva del hospital.

—Tú no sabes que va a pasar —Taehyung estaba enojado como un niño pequeño.

—No lo sé, pero quiero ser optimista, no voy a ponerme en el mismo plan que tú, eso no nos llevaría a nada. Ahora vamos a comer, ya verás que así la espera será más corta.

Taehyung no se movió y Seokjin lo tomó de la cintura para levantarlo pero Tae era pesado, por lo que ambos cayeron a la cama y Seokjin sonrió al escuchar la risa de su amigo.

—Estás riendo —el castaño se afirmó en sus antebrazos y observó el rostro de Taehyung.

—Me haces reír, tonto.

—Me gusta verte reír, es mil veces mejor que verte triste. No me gusta.

El azabache tragó y rodeó al otro con sus brazos. Su corazón comenzó a latir más rápido por que él quería besar a Seokjin, quería tanto hacerlo en ese momento entonces lo hizo. Se acercó lo suficiente y rozó sus labios contra los otros pero Seokjin corrió la cara y se levantó de la cama.

—Vamos a comer algo Taetae. —Jin salió prácticamente corriendo de la habitación.

Taehyung suspiró y se pasó la mano por el rostro sintiéndose como un tonto por querer siempre un poco más de Seokjin.

Tenía que parar.

Eso estaba mal. Muy mal.

Se levantó de la cama a regañadientes y dejó también la habitación.

****










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