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19




Seokjin tragó el último vestigio del cono de lo que había sido el helado con sabor a galletas que Felix había comprado para él y suspiró tranquilo mientras veía la tarde caer.

—¿Quieres otro?

—Uhm, no creo que esté bien, ya he comido tres.

—¿Te gusta mucho ese sabor? —Felix agradeció que el lugar donde estaban era lo suficientemente lejano de los ojos de los demás. —Tu boca debe saber a galletas —dijo lamiendo sus labios sin querer contenerse de besar al chico que lo miraba con su boca entreabierta.

—Me gusta —Seokjin se acercó un poco más a su compañero y como lo tenía tan cerca pudo apreciar de mejor manera las pecas que este tenía en sus mejillas y nariz. Le gustaban mucho. Quería contarlas.

—¿Puedo besarte? —Felix acarició la mejilla de Seokjin haciendo que este cerrara sus ojos.

—Si —susurró Seokjin antes de sentir la leve presión sobre sus esponjosos labios.

Al rubio le tomó por sorpresa que Seokjin abriera su boca enseguida buscando su lengua. Pero pudo recuperarse rápidamente para saborear la boca ajena y había estado en lo cierto cuando imaginó el sabor que tendrían los labios de su compañero luego de comer aquellos helados.

Juntaron sus lenguas y el beso escaló rápidamente a uno mucho más húmedo. Felix lo recostó sobre el pasto para poder besarlo de mejor manera. Y Seokjin no puso resistencia alguna llevando sus manos hasta el cuello del rubio para acercarlo más.

Se separaron para mirarse, Felix sonrió contento de haber avanzado un poco más con el chico que lo traía como un idiota.

Tanto tiempo lo había mirado en silencio buscando la mejor manera de acercarse a él sin asustarlo, por que Felix se había tomado el tiempo y había analizado muy bien a Seokjin. Un chico que era solitario y de muy pocos amigos, tímido pero con un fuerte sentido de justicia que no dudaba en ponerlo en práctica cuando la ocasión lo ameritaba.

Felix también había sido testigo del cambio físico de su compañero de clase y cada día se sorprendía más de lo atractivo que se estaba volviendo el castaño.

—Seokjin, ¿Quieres ser mi novio? —preguntó sin pensarlo demasiado pero al ver la vacilación en los ojos del otro él suspiró dándose cuenta que había quizás avanzado demasiado rápido —no es necesario que me contestes ahora, en serio. Puedo esperar.

—Si quiero —Jin se llevó sus manos hasta sus mejillas, estaba completamente avergonzado y ruborizado hasta las orejas.

Felix le quitó las manos y le robó un beso corto mientras Seokjin seguía acostado en el pasto. —Será mejor volver, estamos lejos de tu casa y no quiero que tengas problemas con tus papás.

—Oh. Si, tienes razón —Seokjin se incorporó y miró las luces de la ciudad desde donde estaban. —¿Que harás mañana?

Felix se limpió el pantalón —nada, los fines de semana mi padre no trabaja por lo que tengo que estar en casa y ayudar en lo que sea que necesite, ya sabes como son los papás. —El rubio se puso su mochila y limpió su ropa que tenía un poco de tierra. 

—Si —murmuró no muy convencido el castaño, él no hacía nada de esas cosas con su padre, más bien el fin de semana era en donde menos veía a su familia.

—¿Que te gustaría hacer? —Felix se paró justo frente a su compañero de clases y lo tomó de la cintura —¿Te gustaría ir al cine?

—Eso me gustaría, tengo unos pequeños ahorros.

—No es necesario, puedo pagar —el rubio se acercó un poco más queriendo probar de nuevo la boca de Seokjin.

—Me gustaría invitarte —Jin hizo un pequeño puchero —siempre me invitas tú.

—Me gusta hacerlo —Felix finalmente juntó sus labios con los del otro y disfrutó de nuevo del sabor de Seokjin. Mordió suave su labio inferior y lo apretó un poco más cuando lo escuchó jadear bajito. —Besas bien —dijo en sus labios tratando de no perder el control pero Seokjin se lo hacía tan difícil.

Seokjin se sintió más que bien ante ese cumplido y apoyó sus manos en los hombros ajenos. Felix era un poco más bajo que él y eso le gustó muchísimo más. El castaño profundizó el beso chupando su lengua mentras sentía su pene despertar ante la deliciosa fricción de sus bocas.

Felix bajó su mano hasta su espalda baja y la dejó ahí sin ir más allá. Él sabía que tenía una mala fama, que todos pensaban que era un imbécil y un aprovechado, entonces él no quería que Seokjin comprobara todo eso que se decía. Con él, Felix sería diferente, lo trataría bien, de la manera que Seokjin merecía.

Se separaron un tanto sonrojados y cuando empezaron a caminar Seokjin tomó la mano del rubio y entrelazó sus dedos con él.

Caminaron en la oscuridad de las calles siendo solo iluminado por la luz artificial.

—¿Entonces al cine?

Felix asintió de inmediato —después podríamos ir a comer algo. Tengo un tío que tiene un restaurante de sushi, siempre me dice que vaya pero no he querido hasta ahora, ¿Te gustaría ir conmigo?

Jin meció sus manos juntas y asintió, él nunca había comido sushi, había escuchado sobre esa preparación pero no había tenido la oportunidad de probarla.

—Si, me gustaría, hay muchas cosas que nunca he comido, pero me gustaría intentarlo… Así como con el helado de galletas —murmuró.

—Bueno eso lo podemos cambiar en el tiempo, ¿Te gusta cocinar? Yo suelo hacer muchas cosas, hace poco aprendí a hacer galletas.

—Eso suena delicioso —Jin sonrió y lamentó que ya estuvieran llegando a su casa.

Felix se detuvo y en la misma calle en que casi besa a Seokjin lo abrazó por la cintura e inmediatamente buscó su boca para besarlo.

El castaño no se opuso y lo rodeó con sus brazos de inmediato. Ladeó su cabeza y lo abrazó un poco más no queriendo que el tiempo pasara, quería estar un poco más con el chico que se veía rudo ante los ojos de los demás pero que para Seokjin era dulce y preocupado.

—¿Sabes que es más delicioso que mis galletas? —preguntó Felix cuando se separaron.

Seokjin casi podía adivinar lo que el otro iba a decir y una enorme sonrisa boba se formó en sus labios —¿Que es? —preguntó inocente.

—Tú. Realmente me gustas mucho Seokjin.

—Y tú a mí —Seokjin no estaba mintiendo, de verdad le gustaba Felix y ahora ellos eran novios. El solo hecho de pensar en aquello hizo que sus mejillas se pusieran rosadas.

Su primer novio.

Un chico.

Seokjin quería gritar un poquito emocionado por eso.

—Te dejaré a unos pasos de tu casa.

Seokjin se rió —estaré bien, estoy cerca de todos modos. Tú me preocupas más, vives lejos de aquí.

—Me iré en taxi —el rubio besó una vez más al más alto antes de dejarlo ir. —Entonces, ¿Mañana?

—Si, cine y sushi —Seokjin se despidió con su mano y luego las metió en los bolsillos de su chaqueta y comenzó a caminar. La sonrisa no desaparecía de su rostro y ya le estaba empezando a doler las mejillas, sumado a eso, sentía sus labios afiebrados por tanto beso.

De pronto escuchó unos pasos rápidos detrás de él y se asustó ligeramente, pero antes que pudiera hacer algo Felix se paró frente a él y le entregó una caja pequeña.

—A las 5 en el centro comercial —dijo el rubio.

—Si —Seokjin tomó la caja y la acarició —¿Puedes llamarme cuando llegues a tu casa?

—Lo haré, no te preocupes —Felix le dio un beso corto y se fue corriendo por donde había venido.

Jin lamió su labio inferior y sin mirar la caja la guardó. Era tarde y no quería que su padre lo castigara, por lo que apuró el paso hasta su casa.

Cuando entró se relajó de inmediato al no ver a nadie, estaban las luces apagadas por lo que se metió en su habitación y se quitó su chaqueta, tomó la caja la abrió y volvió a sonreír como un estúpido.

Eran galletas con chips de chocolate y se veían maravillosas. Seokjin observó la decoración de la caja y el bonito papel que envolvía estas, realmente Felix era un chico muy romántico.

Se llevó la caja hasta su pecho y suspiró.

Luego la escondió en su armario no sin antes tomar una galleta y deleitarse con el sabor. No sabía si su novio las había preparado… Oh dios, su novio, Seokjin se puso a reír eufórico mientras recordaba la manera en que el rubio lo había besado, como su pecho se había sentido cálido mientras sus manos habían estado juntas meciéndose al caminar.

Volvió a suspirar y salió de su habitación para ver un poco de televisión, después de todo era noche de viernes y algunas veces daban buenas películas en el cable.

Se acomodó en el sofá más grande y no alcanzó ni a cambiar de canal cuando el teléfono de la casa sonó haciéndolo saltar del susto.

Se levantó de inmediato, bien podía ser Felix, aunque no había pasado mucho rato desde que se hubieran separado como para que su novio ya hubiese llegado a su casa.

Novio.

Seokjin iba a hiperventilar de nuevo cuando el timbre del teléfono volvió a sonar. Tomó el auricular y se lo llevó a la oreja.

—¿Jinnie?

—¡Tae! —dijo sonriendo —¿Como van las mini vacaciones?

—Aburridas, ¿Por que no quisiste venir?

Seokjin estaba casi seguro que Taehyung estaba haciendo un puchero y eso hizo que sonriera aún más amplio —porque no es bueno ser una carga para tus papás, además que siempre estamos juntos y no tengo pasaporte —Jin se rió.

—Oh. Supongo que tienes razón.

—Además que imagino que tus padres querrán estar con ustedes, solo los cuatro... Yo qué sé.

—Bueno, está bien, supongo que sí... Mhm, ¿Como estuvo tu semana?

—Bien, lo de siempre. Han pasado un montón de materia nueva.

Hubo un pequeño silencio en la línea, algo incómodo, Seokjin escuchó un suspiro por parte de su amigo.

Ellos no habían vuelto a hablar de lo que había sucedido casi tres semanas antes. Su amistad seguía intacta luego de haber tenido sexo y Seokjin estaba más que aliviado por eso. Pero algo no estaba bien, Taehyung estaba más callado que lo habitual.

—¿Que hiciste hoy?

El castaño enrolló entre sus dedos el cable del teléfono —salí con Felix… Comí mucho helado de galleta y fuimos al mirador de los soñadores.

—Oh vaya. Sí que se está esforzando.

—Si —susurró Seokjin sintiéndose un tanto extraño al contarle esas cosas a su mejor amigo, aunque eso era lo que hacían los mejores amigos ¿No? Es lo que Taehyung hacia con él. —Me pidió ser su novio.

—Pensé que ya lo eras.

El tono de Taehyung era bajo y pausado. Seokjin comenzó a preocuparse un poco, quizá las cosas no estaban tan bien después de todo.

—No, pero ahora sí ¿Estas bien?

—Si, solo cansado, Joonie ayer quiso ir a todos los malditos museos de por aquí cerca y es realmente agobiante hacerte entender en un idioma que no es el tuyo —rió bajito.

—Pero estás en Nueva York, deberías disfrutar, parece como si estuvieras en un funeral, Taetae. 

—Estoy bien, no te preocupes… Entonces novio ¿Eh? Increíble como las cosas pueden cambiar en pocos días ¿No crees?

—Si… Me regaló galletas, parece que las hizo él, le gusta cocinar.

—Te escuchas contento… parece que te gusta en serio.

—Claro que sí, si no me gustara no lo hubiese besado.

Hubo otro silencio este un poco más largo que el anterior, Seokjin iba a volver a hablar cuando Taehyung lo hizo primero.

—Uh Jinnie, tengo que irme, mamá quiere que tomemos desayuno antes de salir.

—¿Que tan temprano es allá?

—Muy, de hecho apenas desperté te llamé… Bueno ya me voy, nos vemos en tres días, tengo muchos regalos para ti.

Seokjin sonrió y se despidió de su amigo. Dejó el auricular en su lugar y volvió al sofá. Se acurrucó en este y comenzó a cambiar los canales uno a uno mientras pensaba en Taehyung. Lo cierto era que lo echaba de menos y su fin de semana era extraño, ya se había acostumbrado en demasía a pasar casi todo su tiempo con él.

Dejó una película que se veía medianamente interesante y se acomodó un poco más sobre el viejo sofá. No tenía hambre pero quería probar una de esas galletas de nuevo, rápidamente desistió de la idea ya que estaba cómodo por lo que simplemente se quedó allí hasta que en algún momento de la película se quedó dormido.

No supo por cuanto ya que despertó con el sonido del teléfono. Se levantó somnoliento y contestó de inmediato.

—¿Hola?

—Menos mal llegaste, estamos en una reunión de la iglesia, no sé a qué hora llegaremos pero te dejé un poco de comida en el refrigerador.

—Oh, bien. Gracias —murmuró.

—Mañana te tienes que levantar temprano, iremos a la iglesia.

—Si.

—No enciendas nada, no vaya a ser cosa que quemes la casa. Con lo inútil que eres. 

Seokjin se encogió en su lugar y negó con su cabeza aún si su madre no podía verlo. Esa poca confianza en él le dolía de muchas maneras diferentes.

Él ya no era un niño pequeño. Podía hacerse cargo un par de horas de su casa sin quemarla, por supuesto. Y tampoco se consideraba un inútil, Taehyung siempre decía que era muy capaz de hacer muchas cosas.

—Adiós mamá. —Se despidió aunque la mujer ya había cortado la llamada.

Dejó el auricular en su sitio y miró su casa vacía. Lo embargó un extraño sentimiento de soledad que si bien había experimentado antes, ahora se sentía como si él no perteneciera a ese lugar. Como si fuera un verdadero extraño en la casa que lo había visto crecer.

El nudo en su garganta se intensificó y tragó saliva cuando su nariz comenzó a picar. Pero no lloró, ya de nada servía sus lágrimas, aunque lo hiciera, aunque sufriera sus lamentos no ayudaban en nada.

Nadie podía ayudarlo a llenar el enorme vacío que sentía dentro de él.

Se sentó en el piso justo al lado de la mesa del teléfono y escondió su cabeza entre sus piernas. No entendía por qué unas simples palabras de su madre bajaban su buen humor de manera estrepitosa, él estaba contento, había tenido una bonita tarde y luego había estado aliviado al recibir una llamada de su mejor amigo.

Pero su madre hacía que su corazón doliera y él estaba cansado de eso.

Cerró sus ojos y se quedó ahí sin moverse.

Ya su buen día no tenía sentido.

****

Taehyung dejó el teléfono de su padre sobre la mesita de café que estaba en la habitación y miró por la ventana la bonita plaza que estaba frente al hotel en donde se estaban hospedando.

Deslizó su mano por la ventana sintiendo como su mundo se caía a pedazos luego de hablar con su Jinnie. Y es que él debería hacer estado preparado para algo así, Taehyung sabía que Seokjin en algún momento avanzaría con Felix pero eso no significaba que doliera menos.

Dolía y mucho.

—¿Tan temprano te despertaste, bebé? Los papás siguen durmiendo, ¿Que haces aquí solo?

Taehyung dio un salto y se giró de inmediato cuando la voz de su hermano llenó el silencio de esa habitación.

—Uh, yo llamé a Jinnie antes que se durmiera.

—Ya veo… ¿Y cómo está? —Namjoon se sentó en el sofá frente a su hermano y lo miró midiendo su estado emocional.

—Él está bien. —Tae miró a cualquier lugar menos a su hermano.

—¿Pasó algo? Anoche cuando nos fuimos a dormir estabas contento por que los días estaban pasando más rápido pero ahora te ves triste, incluso un poco molesto...

—Tiene novio —lo interrumpió Taehyung —y está contento, se escuchaba feliz.

Namjoon asintió —entiendo.

—Pero ese chico no es para él, osea, es un matón, día por medio se mete en peleas, no tiene buenas calificaciones… No sé qué vio Jin en él.

—Algo debe tener, bebé, algo que no muestra al resto… Seokjin es un chico inteligente, imagino que sabrá lo que es mejor para él.

—Jinnie necesita otra persona en su vida, no ese Felix.

—¿Alguien como tú? —el tono de Namjoon fue tranquilo y conciliador. Tanteando terreno.

Los colores de Taehyung subieron rápido hasta sus mejillas mientras miraba a su hermano con sus ojos buen abiertos.

—N-no. Yo no dije eso —Tae habló atropelladamente, balbuceando varias veces que no.

—¿Por que no confías en mí, bebé? Cuéntame, soy más grande que tú, puedo darte un consejo o simplemente escucharte.

Tae se rindió y se sentó justo al lado de Nam, dejó sus manos en su regazo y respiró profundo.

—Estoy enamorado, creo... —mordió su labio y suspiró fuerte —no quise verlo de esa manera pero fue inevitable por que él es tan divertido y tierno. —Taehyung bajó un poco más la voz —él me entiende y me cuida, yo simplemente no pude evitarlo —finalmente el menor alzó su mirada y observó los ojos de su hermano —no pude evitar enamorarme de Jinnie, he tratado… —una risita triste se coló en su boca ante la maraña que eran sus pensamientos mientras trataba de hacerle ver a su hermano lo que sentía por su mejor amigo —he estado con otros chicos y todo eso pero no es suficiente para quitarlo de mi cabeza. Ya no sé qué hacer, Joonie. No quiero perderlo, estoy seguro que él no me ve como yo a él y si me declaro yo sé que se va a asustar y se alejará de mi.

Namjoon hizo una mueca con sus labios al ver una lágrima en la mejilla de su pequeño hermano.

Lo rodeó con su brazo y lo atrajo a su cuerpo para consolarlo. Namjoon estaba realmente sorprendido de la intensidad de sus sentimientos hacia Seokjin, aunque él había visto esos ojitos llenos de anhelo y amor jamás se había imaginado que su pequeño, ya no tan pequeño Taehyung pudiera tener esa clase de sentimientos tan grandes.

—¿Por que estás tan seguro de que él no siente algo por ti?

—Somos amigos, la amistad para él es importante.

—Pueden ser algo más y amigos… Ustedes aún están creciendo pero no sabes que pasará en un futuro, quizás en algún momento esa amistad tan poderosa se transforme en algo más fuerte.

Taehyung no dijo nada más por que cualquier cosa que dijera iba a hacer que se ilusionara y por nada del mundo quería eso.

Seokjin era su mejor amigo y punto.

Nada podía cambiar con respecto a eso, ni siquiera sus sentimientos hacia él.

—Estaré bien, gracias Joonie.

El mayor dejó ir a su hermanito pero la preocupación por el estado emocional de Taehyung comenzó en ese mismo momento y sería algo que lo acompañaría muchos años más.

❄️❄️

Tengan bonita semana ❤️

Felix y Jin es la mejor combinación de la vida 🤭❤️





























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