12
Las festividades de fin de año estaban llegando a su fin, las calles de la ciudad bellamente iluminadas con hermosas luces de todos los colores que se pudieran apreciar, Seokjin amaba el momento al volver a casa desde la iglesia y ver todo lleno de color y vida.
La Navidad había pasado unos días antes y todo el mundo ahora se preparaba para la último día del año. Pero a pesar de que todos alrededor de Seokjin pensaban en la última noche del año y tenían ganas de festejar, él sólo tenía un pensamiento en mente y ese era el cumpleaños de su mejor amigo.
Las vacaciones habían comenzado y Seokjin había estado una semana completa en la granja de los Kim, justo unos días antes de Navidad tuvo que volver a su casa cargado de regalos y que su madre observó uno a uno.
Seokjin había tenido pánico de que le botara alguno a la basura, pero eso no sucedió y el castaño pudo decorar su habitación y también su armario con la nueva ropa que había recibido.
—Deberían adoptarte ya que te aman tanto —se burló su padre en la cena.
—¿Por qué Jinnie tiene más regalos que yo? —puchereo Mingyu mirando a sus padres.
—Por que tu hermano es un interesado y se mantiene al lado de ese chico por el dinero que tiene —dijo Hye soo.
—Eso… Eso no es así —se defendió de inmediato Seokjin luciendo herido.
¿Como podían decir eso de él?
—¡Es injusto! —Mingyu se cruzó de brazos botando su cuchara en el proceso.
—Seokjin, recoge eso.
El castaño abultó sus labios y no se movió mientras veía a sus padres mirarlo serios.
—¡¿No harás caso?! —Dong hae golpeó la mesa.
—Pero… yo no lo tiré.
—¡No importa! ¡Si tu hermano pequeño bota sus utensilios tú deber es recogerlo!
Seokjin sintió como las lágrimas bajaron de inmediato por su rostro. Sus mejillas se tornaron rojas mientras se agachaba para recoger la cuchara.
Cuando estaba por recoger el utensilio su hermanito, ese mismo que meses atrás había comenzado a cambiar su comportamiento y que Seokjin tristemente veía día a día como se alejaba de él, pisó los dedos de su mano derecha haciendo que pegara un grito de dolor.
El castaño se irguió en la silla y revisó sus dedos, luego miró a su hermano y sin pensarlo dos veces le dio un puñetazo en su brazo haciendo que sus dos padres enloquecieran.
Lo enviaron a su habitación sin siquiera haber terminado su comida, de nada sirvió que quisiera defenderse ya que Mungyu se había puesto a llorar y su padre furioso hizo que se levantara de un salto de la silla.
Cuando entró a su habitación lo hizo con lágrimas en los ojos, sus dedos dolían demasiado pero él solo se sentó en la cama y miró hacia la pared más cercana.
Ver las fotografías que tenía junto a Taehyung siempre lo aliviaba, su pecho no dolía tanto si recordaba los buenos momentos que había vivido junto a su mejor amigo. La vida no era tan triste mientras estuviera Taehyung en ella, nada era tan penoso o difícil si su mejor amigo estaba allí para animarlo y hacerlo reír.
Ese día era el cumpleaños de Tae y Seokjin no tenía idea si sus padres lo dejarían ir a cenar con la familia de su amigo. Ellos lo habían convidado a un restaurante de esos caros o al menos eso le había dicho Taehyung el día que lo invitaron, Seokjin jamás había comido en un lugar de esos y lamentablemente al parecer ese día tampoco lo haría.
Limpió sus lágrimas con la manga de su suéter y respiró varias para darse los ánimos suficientes y calmar las lágrimas que no querían dejar de caer por sus mejillas abultadas.
No supo cuanto tiempo estuvo en su fría habitación pero de pronto su puerta se abrió y él no alcanzó ni a reaccionar cuando Taehyung estaba sentado a su lado.
—Tus padres iban de salida y me dejaron entrar… ¿Estas bien Jinnie?
—Ahora si —Jin sonrió levemente sin mirar a su amigo.
—No me gusta verte triste… ¿Te castigaron? —Seokjin negó inmediatamente —entonces… ¿Vamos a celebrar mi cumpleaños hoy?
—Si, lo siento…
—No lo hagas, mi Joonie está esperando por nostros, mis papás nos verán en ese lugar.
—Oh… Entonces no lo hagamos esperar.
—Pero ¿Y tus padres?
Seokjin se encogió de hombros —ya me habían dado permiso, supongo que si salieron es por que no les importa si estoy aquí o no.
—Ya —Taehyung se paró —vamos antes que vuelvan y no te dejen salir, además te tengo que contar algo.
—Ajá, ¿Crees que estoy bien con esta ropa?
—Si, si. Vamos ahora.
Seokjin miró su habitación una última vez antes de salir, estando en la puerta principal tomó su chaqueta del colgador y revisó que sus llaves estuvieran ahí. Cuando tuvo todo salió siguiendo a Taehyung hasta el nuevo automóvil de Namjoon.
—Hola Namjoonie —dijo el castaño cuando ya estuvo dentro del vehículo.
—¿Como estás niño?
—Bien —sonrió Seokjin en respuesta.
Tae rodó los ojos celoso por como era su hermano con su mejor amigo.
—¿Nos podemos ir Joonie? Recuerden que es mi cumpleaños —el azabache se cruzó de brazos mientras su hermano ponía en marcha el vehículo.
—¿Que me tienes que contar?
—¡Uh si! —Tae se giró para mirar a su mejor amigo y se acercó hasta su oreja, antes de hablar olió el cabello ajeno y lamió sus labios perdiendo por un momento el hilo de sus pensamientos. —Adivina quién ya no es virgen.
Seokjin apretó su puño izquierdo en un acto nervioso ante la cercanía de su Taetae, pero luego, al escuchar aquello su pecho se sintió raro, una pequeña opresión no lo dejo respirar por unos segundos mientras trataba de buscar las palabras para responder a lo que su amigo le estaba contando.
—Oh… Eso es… Es inesperado.
Taehyung río y volvió a su lugar en el asiento trasero del vehículo de su hermano —digamos que fue regalo de navidad.
—¿Con quién? —casi gruñó Seokjin al preguntar.
—Adivina.
—No me hagas hacer la enorme lista de los chicos que estás viendo.
—Ni tan así ¿Eh? —Tae casi se mostró ofendido si no fuera por que era verdad. Últimamente le estaba yendo de maravillas con los chicos.
—Entonces…
—Dylan —susurró para que su hermano no escuchara. —Su cuerpo es tan pequeño, pensé que lo iba a atravesar.
—Ugh, no digas esas cosas.
Seokjin sintió sus orejas calientes, giró su cabeza para mirar por la ventana y alejar a toda costa las imágenes de su Taehyung teniendo sexo con un chico delgado y bonito como lo era Dylan.
—¡Pero es que fue genial! Él dijo que fui muy bueno y que estaba bien dotado —Tae alzó una ceja sonriendo.
—Eres asqueroso —Seokjin arrugó su ceño y mordió muchas veces sus labios tratando de calmarse.
—Lo siento, lo siento… Ya, no te enojes.
El castaño suspiró por que quería decirle a su amigo que no estaba enojado, para nada... Seokjin estaba dolido y también celoso de que otros chicos pudieran hacer cosas con Taehyung que él nunca podría hacer.
Por que el papel de Seokjin en la vida del azabache era uno solo y eso era ser su mejor amigo. Nada más que un mejor amigo y mientras antes dejara los sentimientos románticos mejor sería para él por que al parecer la curiosidad de Taehyung por estar con varios chicos iba solo en aumento al pasar los meses.
—Llegamos. —Habló Namjoon para luego bajarse del automóvil.
Seokjin salió de sus pensamientos y se obligó a sonreír, miró a Taehyung quien estaba con ojos preocupados, buscando en el rostro alguna respuesta al silencio de este.
—Espero que te hayas puesto esas cosas que tienes escondidas en tu armario.
Taehyung botó el aire que había estado reteniendo y se rió aliviado cuando vio a su amigo sonreír.
—Claro que sí, Jinnie. Ahora vamos a comer, ya luego te puedo contar los detalles.
—Si —susurró Seokjin no muy convencido a querer escuchar aquello.
El restaurante era tan lujoso que Seokjin se sintió un tanto avergonzado por la ropa que estaba usando, su suéter celeste estaba viejo y gastado. Pero era su preferido, además que a Taehyung le gustaba mucho y bueno, nadie de los Kim le dijo algo por su aspecto.
—Niños, ustedes van aquí.
Kim Samuel acomodó a su familia y cuando llegó el mesero pidió una botella de vino y gaseosas para los dos menores.
—Wow, que nombres son estos —Tae arrugó su ceño mientras trataba de leer el menú.
—Este es el restaurante de la familia Jeon y los productos que comerán serán en su mayoría los que salen de nuestra granja. Estos son mis mejores compradores y esta cena nos saldrá gratis. —Samuel dijo orgulloso mirando a su familia.
—Es un contrato enorme, estoy muy contento papá —Namjoon sonrió hacia sus progenitores lleno de admiración por la labor de haber sacado adelante el pequeño negocio familiar.
—Tengo hambre —Tae bajó el menú y miró a su mejor amigo —¿Ya sabes que pedir?
—Uhm, creo que esto estaría bien.
—No sé que es pero se lee delicioso.
Seokjin sonrió y llevó su mano herida hasta bajo de la mesa.
—Jinnie cariño, sube tus manos ¿Si?
—Disculpe tía Mi soo.
—No te preocupes, solo que no quiero que nadie diga algo malo de nuestro Jinnie.
El castaño asintió y subió su mano, pudo apreciar como cambiaba el color de sus dedos, y aunque no le dolía tanto, sus dedos estaban cambiando a un feo color.
—Papá, ¿Jinnie puede pasar el año nuevo con nosotros?
Samuel miró al castaño y sonrió —si sus padres no tienen problema, nosotros tampoco. Pero le preguntaste a Seokjin si quiere pasar la última noche del año en la granja.
—Uh, ¿Jinnie? —Tae miró a Seokjin.
—No sé si mis papás querrán —murmuró.
—Bueno eso lo veremos más rato —dijo Mi soo —yo iré personalmente a tu casa Jinnie, no te preocupes por eso ¿Si?
Seokjin asintió tranquilo. La verdad de todo es que él no quería pasar la noche de año viejo en su casa, quería estar con personas cariñosas y que lo quisieran.
Eso jamás lo encontraría en su casa junto a sus padres y Mungyu. Entonces ir donde la familia de su amigo era la mejor opción.
La comida llegó luego de un rato y todos ellos la degustaron conversando sobre sus días y los planes que tenían para los siguientes meses. Seokjin rió con las ocurrencias de Taehyung y conversó también con los padres de este, cada día que pasaba junto a ellos se sentía más cómodo y querido.
Los Kim eran personas buenas con él y Jin estaba agradecido por eso. Eran personas cálidas que estaban criando a Taehyung y a Namjoon de la manera que Seokjin siempre imaginó que debía ser.
De la manera amable y cariñosa.
Muy lejos a su realidad.
—Jinnie, ¿Estas bien?
La voz de su amigo lo hizo volver de sus pensamientos. Sonrió y giró su cabeza —estoy bien Tae, mejor que nunca.
Y sin duda ese era el mejor sentimiento que podía sentir lejos de casa.
Ellos, los Kim, no lo hacían sentir como un aprovechado, no era así como decían sus padres.
Él no era un aprovechado, ¿Cierto?
—Estás como en otro lado Jinnie.
Seokjin se disculpó cuando vio que todos en la mesa lo estaban observando. Con sus mejillas sonrojadas y sus orejas corriendo el mismo camino él comenzó a comer pero tenía ese pequeño malestar dentro de él que no le permitía disfrutar como quería de la cena.
—¿Estas bien cariño? —Mi soo acarició la mano de Seokjin.
Jin asintió y agradeció que la madre de Tae hubiese tocado su mano en buen estado. La otra la tenía ligeramente encorvada a causa del malestar.
—¿Te duele el estómago? —Taehyung había dejado de comer hace un buen rato mientras veía a su amigo tan ido.
—No… Estoy bien, no te preocupes.
—¿Pasó algo? —susurró más cerca de él aprovechando que los demás estaban conversando.
Seokjin mordió su labio y asintió despacio —¿Crees que soy un aprovechado de todo lo que me dan tus papás?
—¿Que? —Tae se tapó la boca por lo fuerte que se había escuchado su voz —¿De dónde sacaste eso?
—Yo…
—No digas eso por que no es verdad, mis papás jamás te verían de esa manera y yo tampoco, ¿Recuerdas que me conociste con una mochila rota y una casa que se estaba cayendo a pedazos?
—Uh si, pero eso fue hace mucho.
—Eso da igual, ese es el origen de mi familia y tú nos conociste así... ¿De verdad crees eso de ti mismo?
Oh no, Tae se veía molesto.
—No, es que mi mamá dijo…
—Oh, entiendo.
Seokjin bajó la mirada a su plato y una mueca se formó en sus labios.
Taehyung suspiró bajito y como estaba al lado de Seokjin apretó suavemente su muñeca. —Tú no eres un aprovechado, eres mi mejor amigo y tienes un lindo corazón.
Seokjin sonrió y alzó la mirada tímido hacia Tae —gracias Taetae.
—De nada y ahora come.
Taehyung quitó su mano y volvio a su plato, podía sentir la mirada de su hermano sobre él. Pero no importaba mucho, Namjoon sabía exactamente como se sentía el azabache junto a Seokjin, por lo que sabía que no era necesario decir nada.
Todos siguieron comiendo y conversando y Seokjin más relajado pudo reír y celebrar de buena manera y ahora sí, mucho más tranquilo el cumpleaños de su mejor amigo.
Ya que Taehyung, y como siempre sucedía, lo calmaba con sus palabras y con el cariño que Seokjin podía afirmar su amigo le tenía.
❄️❄️
Haré una pequeña maratón para avanzar esta historia ❤️
Hola! ¿Como están? Espero que estén bien teniendo buenos días.
He avanzado unos capítulos de esto así que creo que subiré uno por día hasta que se acabe la inspiración 😄.
Muchos cariños a quienes están leyendo y comentando, también a quienes dejan sus estrellas 🥰.
Lxs amo mucho 💜.
Nos leemos pronto.
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