06
—¿De quién es el cumpleaños?
Taehyung miró su teléfono muy entretenido mientras hacia sobre mesa con su familia.
—Seung.
—¿El papá de ese niñato?
—Se llama Jungkook, no le digas así, Namjoon.
Taehyung alzó la cabeza y miró a su hermano, sonrieron cómplices mientras su padre rodaba los ojos.
—Lo siento, creo que no me acostumbro todavía al ambiente en el que nos movemos ahora.
—Tendrás que hacerlo en algún momento hijo, estás a nada de graduarte de la universidad y ver los negocios de la familia no estaría mal. Por cierto —Kim Samuel lo miró —¿Te decidiste?
Taehyung se encogió de hombros —iré por medicina.
Mi Soo aplaudió emocionada —¡Un doctor en la familia!
—Eso suena bien —Samuel tomó su copa de vino mirándola con interés —¿Y Seokjin?
—¿Que hay con él?
—¿Va a dar la prueba?
—Claro, iremos a la misma universidad y estudiaremos lo mismo.
—Jinnie quiere ser pediatra —Tae sonrió —a mi me da igual la verdad.
—Las especialidades son importantes, hijo. —Samuel dijo.
—Por ahora quiero aprobar el examen.
—¿Invitaste a Seokjin?
Taehyung asintió —lo hice pero comenzó a trabajar en una cafetería.
—Es un chico muy trabajador —la voz de su padre era puro orgullo —un gran chico que sin duda será un gran hombre en el futuro.
—¿Que le vamos a regalar para su cumpleaños? —Namjoon intervino.
—Necesita una computadora portátil para la universidad —Taehyung miró a su padre —no puede costearla.
Samuel asintió —bien, será eso y lo invitaremos de vacaciones.
Taehyung sonrió, amaba a sus padres por siempre permitir que Seokjin tuviera buenos recuerdos y que lo quisieran como uno más de la familia.
Amaba a Seokjin, lo amaba de todas las maneras posibles por lo que siempre era gratificante que Seokjin pudiera acceder a todas las cosas que para él eran cosa de todos los días.
—¿Tienes todo listo para tu fiesta de cumpleaños? —su padre preguntó.
Mi Soo resopló —todavía no entiendo porque adelantaste antes tu festejo, Tae.
—Quería que fuera antes de las fiestas —Taehyung se encogió de hombros —además que nosotros siempre vamos a cenar o algo así para mis cumpleaños pero Jinnie no tiene eso, él solo tiene ese día para celebrar y es por eso que elegí celebrarlo junto a él.
Namjoon le dio una mirada evaluadora, una ceja alzada y su mentón levantado era la clara señal de que estaba tratando de leer entre líneas, tratando de averiguar si había algo más y claro que lo había.
Taehyung podría haber tenido dos fiestas, tres incluso, pero solo un día para celebrar a Seokjin, solo un día para hacer que su día fuera especial y que pudiera recordarlo por siempre.
—Está bien, Taehyung tiene razón, el día de su cumpleaños podemos salir a cenar.
Taehyung le sonrió a su padre, era genial, siempre le ayudaba a comprarle cosas a Seokjin, nunca le decía que no cuando se trataba de su mejor amigo.
—Bien, entonces, ¿todo listo para el sábado?
Namjoon asintió —el lugar está pagado, es una casona grande, habrán garzones y personas que limpiaran al otro día.
Sus padres parecían satisfechos con la información, habían dejado la celebración en manos de Namjoon, ellos solo firmarían los cheques de pago.
Taehyung tomó su teléfono y se puso de pie, agradeció la comida y salió del gran comedor, atravesó el salón y subió la escalera para luego entrar a su habitación. Estando allí buscó su billetera y su chaqueta de jeans que se había convertido en su prenda favorita. Peinó sus cabellos y dejó la habitación para luego bajar rápidamente las escaleras.
Se despidió a los gritos de su familia y cuando iba a salir escuchó su nombre.
—¿Vas a la ciudad?
—Si —Taehyung miró a su hermano —tengo cosas que comprar.
—Te llevo, yo también debo ir.
El azabache asintió y siguió a su hermano hasta la camioneta impecable que sus padres le habían regalado un par de años antes. Él aún no tenía un automóvil, sus padres estaban esperando que cumpliera los dieciocho. Eso era lo que Taehyung creía ya que necesitaba transporte y estaba harto de pagar por taxis.
—Voy al centro —le dijo a su hermano mientras salían a la carretera.
—Ajá.
—Necesito un regalo para Jinnie.
—Por supuesto que sí.
Taehyung dejó pasar el tono medio irritado con el que su hermano respondió y solo se dedicó a mirar su teléfono. Había una nueva aplicación, una cosa llamada red social que prometía conectarlo con muchas personas de su edad. No lo entendía para nada por lo que a los minutos desistió de la tarea de hacerse un perfil.
Miró hacia las conocidas calles del centro y su estómago comenzó a hormiguear. La familiar sensación le hizo morder su labio y apretar un poco más fuerte el teléfono, ¿algún día dejaría de sentir como si fuera a morir cada vez que lo veía? Esperaba que si, esperaba el día que pudiera ver a Seokjin solo como un amigo, como el gran amigo que era y no como el interés romántico que su tonto corazón anhelaba más que cualquier otra cosa.
—Bajaré en la esquina, pasaré a la librería.
—Está bien —Namjoon avanzó hasta la esquina y se detuvo cuando el semáforo dio rojo.
—Gracias por traerme. —Taehyung abrió la puerta pero su hermano lo detuvo antes de bajar. Lo miró con curiosidad. Namjoon parecía pensativo.
—¿Estás seguro que vas por medicina? ¿Es lo que quieres?
Taehyung arrugó su ceño, ¿por qué su hermano estaba preguntando eso?
—Si, es una buena carrera, con Jinnie...
—No me interesa lo que Seokjin diga, quiero saber lo que tú quieres, lo que tú deseas para tu futuro, porque estamos hablando de eso aquí, no de un enamoramiento adolescente.
El azabache quitó la mano de su hermano un tanto molesto por la manera en que dijo lo de su enamoramiento, esa era una real burla a los intrincados sentimientos que tenía por Seokjin.
—No necesito esto, Namjoon.
—Habla conmigo... Debes decidir por ti, bebé. Sé que Seokjin es importante y quieres mantenerlo en tu vida, pero no es un juego esto.
—Nadie dijo que era un juego.
Taehyung se bajó de la camioneta, enojado, triste y con ganas de desaparecer. Que su hermano cuestionara sus decisiones le hacía sentir enfermo por dentro porque Namjoon siempre lo había apoyado, siempre había sido su mentor, la persona que él admiraba después de su padre por lo que era terriblemente doloroso que pensara que no estaba usando su cabeza para decidir sobre su futuro.
Caminó hasta la librería y entró en esta, no deambuló como cuando iba con Seokjin y fue directamente a buscar el libro que su amigo pasaba a mirar día por medio y por el que estaba ahorrando.
Taehyung lo revisó, era exactamente el libro que Seokjin quería y aunque habían decidido que no se darían regalos, Taehyung no iba a desperdiciar la oportunidad de ver los ojos brillantes de su amigo al ver su regalo sorpresa.
Se acercó hasta la caja para pagar y sacó su billetera del bolsillo, la cajera le sonrió mientras digitaba el código.
—¿Regalo sorpresa?
—Algo así —respondió por cortesía, odiaba que los extraños adultos le hablaran.
—Tu novio viene todos los días, es muy lindo.
Su corazón traidor latió fuerte ante la palabra novio. Lamentablemente esa no era la realidad de ellos.
—Es mi amigo.
—Oh, ¿en serio? Pensé que ustedes estaban juntos —ella arrugó su ceño —es una pena —murmuró.
Taehyung no dijo nada, no era necesario, él también creía que era una pena pero era lo que era. La amistad pesaba demasiado como para agregarle más drama a la mezcla.
Pagó por el libro y salió rápidamente de la librería, cruzó la calle y divisó la cafetería en donde Seokjin trabajaba de lunes a viernes ahora que ya habían terminado sus clases.
Justo cuando iba a entrar recordó que tenía el libro en su mano y tuvo que dar media vuelta y alejarse del lugar.
Miró por las tiendas aledañas, no necesitaba una nueva mochila pero no tenía donde más ocultar el regalo por lo que se metió en la tienda de artículos deportivos y eligió el modelo más económico y en color negro para que no arruinara su outfit.
La tarjeta de crédito que su padre le había pasado estaba pensada para compras relativamente grandes pero no importaba demasiado, su padre jamás le decía algo por sus gastos, de todas formas solo se compraba ropa y muchas veces golosinas para Seokjin. No podía gastar en alcohol o cualquier otra cosa prohibida aunque quisiera.
Volvió a pararse frente a la cafetería y tomó un respiro, siempre era difícil ver a Seokjin, verlo y no poder ser más que su mejor amigo. Verlo y ver a su alrededor y las miradas apreciativas que Seokjin recibía y que nunca tomaba en cuenta, era como si su mejor amigo no se diera de la belleza que cargaba, pero no era de esas bellezas que ves en las revistas de moda o en los actores de las películas de moda, sino que una belleza irreal, como si de un ángel se tratara.
Taehyung agitó su cabeza para quitarse esos pensamientos y entró al lugar que olía a café y a vainilla, una mezcla que hizo que su estómago se apretara.
Demasiado dulce para él.
Mirando por el lugar lo encontró de inmediato detrás del mostrador, estaba conversando con alguien, una chica de cabello negro que reía como una tonta cada vez que Seokjin decía algo. Y todo su malestar luego de su breve conversación con Namjoon quedó en el olvido cuando lo vio.
Taehyung ajustó los tirantes de la mochila y caminó a paso seguro hasta el mostrador. Seokjin pareció adivinar su presencia porque se giró de inmediato a verlo y la familiar sonrisa, la hermosa sonrisa de su mejor amigo le hizo doler su pecho. Sintió todo tipo de emociones mientras su amigo rodeaba el enorme mesón.
El abrazo que le dio le hizo suspirar bajito y se obligó a no cerrar sus ojos cuando sintió sus brazos rodearlo.
—Taetae —susurró Seokjin en su oreja.
—Hola —fue lo único que salió de sus labios mientras era liberado.
—No me dijiste que venías, ¿quieres tomar algo? Me quedan unos quince minutos antes de salir.
—Estoy bien, puedo esperar afuera.
—No harás tal cosa, ven. —Seokjin comenzó a caminar y a él no le quedó más remedio que ir detrás. Observó con atención el uniforme de su amigo, lamió sus labios mientras miraba su espalda y la pequeña cintura que se le veía gracias al chaleco de tela. El pantalón era de tela, jamás había visto a Seokjin vestir de esa manera y se veía demasiado atractivo como para no decirlo.
—Lindo pantalón.
Seokjin se echó a reír, una risa ridícula y hermosa que Taehyung amaba.
—Es incómodo como la mierda pero no es malo. Ya me estoy acostumbrando.
Taehyung se sentó donde Seokjin le indicó, era una mesa a un lado de la ventana por lo que podía ver a la gente pasar desde donde estaba.
—Te espero —le dijo a su amigo.
—No me demoraré tanto, tengo que guardar unos postres... ¿Quieres uno?
—Está bien, pero lo pagaré, no quiero que tengas problemas.
Seokjin rodó sus ojos pero sonreía y para Taehyung todo estaba mejor si su mejor amigo sonreía de esa manera.
—Iré a buscar el postre, estoy seguro que te va a gustar.
Lo vio irse y no dejó de admirarlo hasta que Seokjin se perdió de su vista y enfocó su mirada a la cafetería. La decoración era hogareña, le recordaba un poco a la casa de su abuela en el campo. Era acogedora aunque no se acostumbraba al aroma dulzón del lugar.
Pronto Seokjin volvió y puso un pequeño pastelito rojo con una crema color blanca y una pequeña galleta en la cima. La nariz de Taehyung se arrugó y la risa de su amigo le hizo mirarlo.
—Se llama cupcake, este es de red velvet.
—¿Red que?
—Red velvet, Tae. Pruébalo, es delicioso.
Taehyung no estaba muy seguro pero lo hizo de todos modos. El sabor no estaba mal pero, de nuevo, todo era demasiado dulce.
—No está mal, ¿de verdad te gustan estas cosas?
—Creo que si, no es como si antes hubiese podido probar pero no es un mal sabor —Seokjin se encogió de hombros —iré a cambiarme de ropa.
Taehyung asintió y miró el pequeño pastelito. No probó otro bocado y se puso de pie, se acercó a la caja para pagar y mientras sacaba su billetera escuchó unas risitas cerca de él.
—Es tan lindo, hoy me invitó una manzana.
—Creo que tiene novia, no mira a nadie.
El azabache se acercó un poco más, le gustaba el chisme. Una de ellas mantenía un teléfono en su mano y ambas chicas estaban mirando una borrosa imagen. Taehyung achicó sus ojos y no pudo ver más cuando Seokjin lo abrazó por la espalda haciendo que perdiera un poco sus pensamientos.
—Estoy listo.
Tragando saliva Taehyung le sonrió y cuando miró hacia las chicas estás tenían sus mejillas sonrojadas.
—Tengo que pagar.
—Te dije que no —Seokjin lo dejó ir y Taehyung casi hace un berrinche por aquello.
—Vamos.
Seokjin lo tomó de la mano ante las miradas sorprendidas de ellas. Taehyung sintió sus mejillas calientes mientras salían de la cafetería pero de todas formas enredó sus dedos con los de Seokjin. Se sentía bien, era el contacto que más deseaba, incluso más que un abrazo o cualquier otro gesto cariñoso.
Tener sus manos unidas y sentir su calor era sin duda alguna la parte favorita de Taehyung. Se sentía protegido cuando Seokjin lo tomaba de la mano pero como era de esperar el contacto solo duró hasta que salieron de la cafetería.
—Esas chicas son muy insistentes. Espero que ahora ya no me molesten más.
Taehyung miró su mano y lentamente la metió dentro de su chaqueta de jeans. Miró hacia la calle sin atreverse a mirar a Seokjin. No quería que viera la ilusión aplastada en sus ojos.
Aunque quizás era bueno que lo viera y acabar de una vez con la farsa del mejor amigo. Amaba a Seokjin, amaba todo de él y estaba seguro que nunca iba a sentir lo mismo por otra persona.
Aunque era difícil saberlo, solo tenía 17 años pero su corazón se lo decía cada vez que estaba junto a su amigo, cada vez que compartían tiempo juntos haciendo cualquier cosa. Cada vez que lo miraba a los ojos y confirmaba una y otra vez que nunca jamás conocería a alguien como él.
Nadie era como Seokjin.
—¿Tae?
—¿Mhm?
—¿Tienes que ir a algún sitio ahora?
Taehyung miró hacia la calle y negó, la verdad es que no tenía nada que hacer más que asegurarse que Seokjin llegara bien a casa.
—¿Que quieres hacer?
—Hay un lugar que conocí hace unos días, ¿quieres ir conmigo?
—Quiero.
Seokjin le pegó con su hombro, sonriendo comenzó a caminar y Taehyung lo siguió. Siempre lo haría, lo seguiría hasta el fin de sus días si fuese necesario y Seokjin se lo pidiera.
Caminaron hasta casi el final del centro y luego subieron por una de las calles hacia lo más alto de la ciudad. Taehyung no conocía esos lugares, la verdad es que nunca se había aventurado a recorrer la ciudad más allá del lugar donde había estudiado, la casa de Seokjin y su propia casa en las afueras de la ciudad.
—Hay una fuente —Seokjin dijo mientras pasaban por unas enormes casonas donde Taehyung supuso vivía la clase alta.
—¿Como una fuente de agua?
—Algo así, es muy linda, ya verás.
—No me gustan esas cosas.
Seokjin se rio —te va a gustar, confía en mí.
—Estás muy seguro —Taehyung lo empujó con su hombro haciendo que Seokjin riera más alto.
—Lo estoy. Mira, allí está.
En medio de todos esos lujos había una especie de parque, pasto recién cortado muy verde. Algunas bancas de madera y flores por doquier.
Y efectivamente había una fuente color gris, era alta y tenía una especie de diseño antiguo. El agua corría hacia abajo desde lo alto.
—Hay monedas. —Dijo mientras miraba el fondo.
—Vamos a pedir un deseo.
—¿Que?
Seokjin metió las manos en su bolsillo y sacó dos monedas. Le entregó una y Taehyung la tomó incrédulo. ¿De verdad Seokjin creía en esas cosas?
—Un deseo, Tae. Hazlo por mi.
Embobado el azabache miró su mano y la moneda y luego hacia la fuente, pensó en algo que deseara y había una lista bastante larga pero eran estupideces.
Quería una moto, también un automóvil... Quizás un gatito bebé. Taehyung no podía decidirse.
—Yo pediré primero.
Seokjin cerró sus ojos y Taehyung abrió su boca mientras deslizaba sus ojos por su perfecta piel, a pesar de que todos sus compañeros, incluído él tenían espinillas y granos en la cara Seokjin no, tenía una que otra imperfección en su rostro pero en general se veía sano y hermosamente atractivo a sus ojos.
Su cabello castaño brillaba ante el sol de media tarde de diciembre y se removía cada vez que la brisa los envolvía. Era precioso, hermoso y su corazón lo era aún más. Un chico trabajador, que nunca tuvo demasiado amor de sus padres ni de nadie hasta que él lo había conocido.
Taehyung lamió su labio inferior y cuando Seokjin tiró la moneda sus ojos se abrieron y se encontraron con los suyos.
Nervioso miró hacia la fuente y tiró la moneda, sus pensamientos solo eran Seokjin, desde que lo había conocido cuatro años antes. Su vida giraba en torno a él y Taehyung nunca fue más feliz.
Pidió por la felicidad de su amigo, porque siempre pudiera estar cerca de él para cuidarlo. Esa iba a ser su gran meta para siempre.
La moneda tocó el fondo de la fuente y satisfecho observó como esta se quedaba junto a las otras. Ahí estaba su deseo junto con el de Seokjin.
Un recuerdo más para guardar en su corazón.
—¿Que pediste?
Taehyung sonrió y dio un paso atrás —eso no se cuenta, Jinnie.
Seokjin hizo un puchero con sus labios y Taehyung desvió la mirada.
—Yo te puedo contar el mío.
—Mejor vamos a comer... Tenemos una fiesta que planificar.
—¿Podemos comprar de esas frituras con sabor a jamón?
Comenzaron a caminar y Taehyung asintió. —Podemos comprar lo que quieras, tu solo pídelo.
La risa de Seokjin alimentó su corazón de amor. Jamás le negaría algo, todo lo contrario, siempre haría de todo por él.
Seokjin merecía el mundo y Taehyung iba a hacer hasta lo imposible por dárselo.
♥️
Hola!! Espero que se encuentren bien, paso a dejar este capítulo espero les guste ♥️
Nos leemos pronto 💜
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