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03



Lo primero que sintió Seokjin al entrar a su colegio fue el olor a piso recién encerado. Le gustaba en demasía esa fragancia, aunque no era algo que se prolongara en el tiempo, en unas horas más ya no lo sentiría, cuando todos los alumnos colmen los pasillos y sus zapatos de colegio ensucien todo el lugar el olor característico a la cera se iría.

Caminó por los tan conocidos pasillos, llegó al final del corredor y subió la escalera, en el segundo nivel se encontraban las salas que le correspondía a su año académico.

Divisó la primera puerta y se acercó hasta la lista que había en ella, buscó su nombre y no lo encontró, suspiró y llegó a la otra puerta, volvió a hacer lo anterior y buscó su nombre.

Habían tantos Kim que se sentía mareado. Luego de bajar por al menos cinco chicos con su mismo apellido se dio cuenta que estaba su nombre en la lista.

Bien, ya había encontrado su salón.

Ahora solo una cosa le importaba y no alcanzó a volver a revisar la lista cuando una risa desagradable llegó directo a sus oídos.

—¡No me digas que seremos compañeros también este año Kim! 

Jung Hoseok. Ni siquiera tenía que girarse para verlo, conocía esa voz, esa risa malévola y burlona.

—Lamentablemente Jung.

Hoseok arregló su cabello antes de pararse a su lado —deberías estar feliz Kim, todos estos imbéciles te quieren saltar encima y golpearte por ser el rarito, ahora dime ¿quien te ha protegido desde que llegaste a estudiar aquí?

—¿Protegido?, me estas bromeando ¿cierto?

Hoseok rió —claro que no, si no te has metido en peleas es gracias a mi —dijo con una gran sonrisa en el rostro.

—No tienes que hacer nada por mi, puedo cuidarme solo.

El chico a su lado rió en respuesta pero no alcanzó a decir nada más porque se escuchó un ruido muy fuerte, como si muchas cosas hubiesen caído al piso.

Seokjin giró su rostro y fue cuando vio a un chico tratando de levantar sus libros que habían caído, seguramente, de sus manos.

Algunos se rieron y Hoseok fue el primero en apuntar en dirección al chico y burlarse por su torpeza.

Seokjin negó para luego acercarse a él, se agachó y comenzó a recoger también los libros. Levantó la mirada levemente y sintió un poquito de pena por el chico. Este estaba completamente avergonzado y veía una fina capa de sudor en su frente.

Nunca era fácil ser el nuevo en algún lugar.

Cuando terminaron de recoger todo Seokjin se quedó con la mitad de los libros y el otro chico con unos pocos cuadernos más.

—¿Estás bien?

—Si, gracias.

El castaño volvió a observarlo, el chico se veía nervioso y rehuía su mirada.

—Soy Seokjin.

El chico de pelo negro asintió y finalmente lo miró. Se quedaron viendo un rato largo, luego Seokjin dio un paso atrás y se rascó el cuello con su mano libre, un poco incómodo por la penetrante mirada del chico frente a él.

Esperaba al menos un agradecimiento por haberlo ayudado a recoger sus libros, aunque Seokjin sabía que no debía esperar nada de las personas.

Por lo que sin esperar más se dio media vuelta y comenzó a caminar.

—¡Espera!

El castaño se giró y el chico que antes lo estaba mirándolo de la manera más extraña que alguna vez había vivido en su corta vida le sonrió.

Seokjin abrió sus labios y se quedó mirando esa peculiar sonrisa. Luego aclaró su garganta y lamió sus labios resecos.

—Te estás llevando mis libros.

Efectivamente, Seokjin bajó la mirada hacia sus manos y se sorprendió de encontrar los dichosos libros en ellas.

—Oh, disculpa, no me di cuenta.

El chico frente a él volvió a sonreír y sus ojos se arrugaron en las esquinas. Seokjin tragó y su corazón comenzó a latir fuerte, arrugó su ceño no entendiendo que diablos estaba pasando.

—Soy nuevo, me llamo Taehyung.

Asintió lentamente —yo soy Seokjin.

Una carcajada.

El castaño sintió una extraña presión en su estómago pero su rostro se iluminó y sonrió al escuchar aquella risa tan divertida salir de los labios del nuevo.

Era extraño sonreír, Seokjin no recordaba la última vez que había sonreído genuinamente para alguien.

Muy extraño.

—Ya te habías presentado Seokjin, pero está bien, ¿podrías ayudarme a encontrar mi salón?

—Si, claro —caminaron los pasos necesarios para pararse frente a la primera puerta cerrada. Seokjin miró de reojo el ceño fruncido de Taehyung mientras buscaba su nombre en la lista. Luego de un momento el chico negó.

—No es esta.

—¿Estás en este nivel cierto?

Taehyung sonrió sin mostrar sus dientes —claro que sí, sino no estaría en este piso ¿no crees?

Seokjin sintió el rubor subir por su cuello hasta sus orejas.

—La próxima sala es la mía. —Avanzó rápido, se sentía un verdadero idiota. Aunque el chico, Taehyung, no se había burlado ni nada, o al menos eso fue lo que Seokjin quiso creer.

Él era demasiado inseguro de todos modos para diferenciar lo uno de lo otro.

Taehyung miró el papel y se acercó mucho más de lo que debía porque no veía las pequeñas letras, esa lista era un poco más extensa que la anterior.

Uno de sus dedos repasó los nombres hasta que paró en el apellido Kim, encontró su nombre al momento. Luego se giró y con una sonrisa en sus labios fijó su mirada en Seokjin.

—Esta también es mi sala.

El castaño asintió contento de haber ayudado a su nuevo compañero de curso.

El timbre sonó y todo se volvió ruidoso, algunos chicos corriendo por los pasillos para no llegar tarde a su primera clase de año. Otros felices de ver a sus amigos de siempre, también estaban los que se lamentaban por quedar en cursos diferentes.

Seokjin no era ninguno de esos chiquillos, él solamente esperaría hasta que uno de los los asistentes de pasillo abriera la puerta del salón y así poder entrar de una vez.

Henry Anderson era un treinton americano que a pesar de ser muy joven para el trabajo era muy respetado por todos el alumnado.
Él era el encargado del nivel de Seokjin, nuevamente, entre sus labores contaba llenar los libros con los atrasos de los alumnos, enviar las diferentes informaciones al hogar de los estudiantes y muchas veces ser consejero también de los hormonales chiquillos.

—¿Donde mierda estará? —Hoseok apoyó su espalda en la pared más cercana a Seokjin

Taehyung no lo miró, estaba seguro que ese chico burlón le iba a dar unos cuantos problemas ese año.

—¿Que estamos esperando? —preguntó Taehyung solo para que Seokjin lo escuchara.

—Al señor Henry, es nuestro inspector. Él se encarga de abrir las salas.

—Oh... en mi antiguo colegio no teníamos... era demasiado pequeño.

Seokjin se encogió de hombros viendo de reojo que Jung estaba muy atento a la conversación de ambos. —Este colegio es más grande supongo.

—¿Y porque mantienen las puertas cerradas? —Taehyung estaba genuinamente curioso.

Seokjin con un poco de vergüenza dijo —si las dejaran abiertas romperían todo.

El azabache se sorprendió pero no dijo nada.

Seokjin todavía mantenía los libros en sus manos. No entendía porque el chico nuevo los había llevado todos, no era necesario, de hecho todavía no tenían un horario establecido, por lo que era una verdadera perdida de tiempo llevarlos, además que eran muy pesados.

El inspector de pasillo llegó corriendo pidiendo disculpas por la demora, se escucharon algunos abucheos mientras el hombre abría la puerta y los dejaba entrar.

—¡Bienvenidos chicos! —Henry se quedó en la entrada viendo como cada alumno ingresaba al salón de clases —muy largo ese cabello Choi, tu también Yoon.

Los chicos no hicieron caso y corrieron hacia sus puestos. Cuando fue el turno de Seokjin, Henry lo saludó afectuosamente.

—Buen día Kim.

—Buen día señor Anderson.

—¡Ahora dale un beso Kim! —gritó Hoseok desde su puesto.

—¡Jung, no sea idiota!, pensé que en vacaciones renovaría algunas de sus neuronas muertas pero ya veo que no es así.

Todos rieron sin excepción y Hoseok lo miró de mala gana.

—Bienvenido...

—Kim Taehyung —dijo el azabache al hombre frente a él.

—Espero que tengas un buen año, este curso es díficil pero no son malos, no todos —dijo Henry murmurando lo último.

Seokjin y Taehyung caminaron por una de las filas.

El castaño se sentó casi al final y se acomodó en el puesto que estaba justo a un costado de la pared, dejando el puesto de al lado libre.

Una invitación abierta para que su nuevo compañero tomara el puesto. Pero este aún así preguntó y Seokjin se encontró pensando que Taehyung era muy diferente a sus otros compañeros de clases.

—Buenos días niños. —Henry dejó la sala cuando la profesora hizo ingreso a la sala. —Espero que hayan tenido unas muy descansadas vacaciones, este año se viene cargado de nuevos contenidos y espero el mejor de los comportamientos.

La docente se paseó por la sala mirando a las caras ya conocidas, les había hecho clases a todos en algún momento de su carrera profesional, solo uno llamó su atención y sabía que había un nuevo alumno en su sala.

Todo era silencioso cuando ella volvió a pararse frente a sus alumnos.

—Tenemos un nuevo alumno este año con nosotros, así que vamos a ser respetuosos con él y le daremos una cálida bienvenida —ella miró en dirección a Taehyung y le hizo un movimiento con su cabeza para que se presentara.

El azabache tragó nervioso y se levantó, apretó sus dedos entre sí mientras sentía la mirada de todos sobre él.

—Yo soy Tae... Taehyung, Kim Taehyung.

Unas pequeña risitas se escucharon y la profesora miró con mala cara cuando otros quisieron reír también.

—Bienvenido Taehyung, cuéntanos sobre ti.

Seokjin negó despacio, odiaba cuando los profesores hacían eso, con esa mínima información que un chico nuevo entregaba podían hacerle toda clase de bromas por todo el año.

¿Por que los adultos eran así?

—Uh, bueno... vivo con mis papás y mi hermano mayor... vivo en una granja en las afueras de la ciudad —mordió su labio mientras veía asentir a la profesora —tengo dos perros... eso.

—Gracias Taehyung por compartir algo de ti con nosotros.

Habían murmullos, Seokjin podía escuchar muy bien las burlas de Hoseok dos puestos atrás de ellos.

La puerta fue golpeada y la profesora se alejó para ver quien había interrumpido.

Esto dio pie a que los alumnos comenzaran a hablar y Taehyung suspiró aliviado de no tener las miradas sobre él, ya se había sentado y ahora miraba su cuaderno como si fuera lo más divertido del mundo.

—¡Tenemos un campesino en la sala!, ¿que se siente ordeñar una vaca Kim?

Hoseok rió fuerte y como era costumbre, muchos lo alentaron. Siempre había sido así.

—¿Es verdad que los campesinos se follan a las ovejas? —preguntó otro.

—¡Que asco, Kim se la mete a las ovejas! —Hoseok rió de su chiste abriendo su boca grande y aplaudiendo.

—Es un idiota, no le hagas caso.

Taehyung se encogía cada vez más en su puesto avergonzado hasta decir basta. Tenía ganas de llorar pero por supuesto que no lo haría.

—¡Oye Kim!

Taehyung no se movió y cerró los ojos esperando que las burlas acabaran.

—Deja de ser un imbécil Jung —Seokjin se giró para mirar directamente en dirección a Hoseok. —Lo que dices solo demuestra una vez más lo ignorante que eres.

Todos se quedaron en silencio, o por lo menos los que estaban más cerca de ellos.

Por alguna razón que nadie entendía, Jung Hoseok se quedaba callado cuando Seokjin intervenía. Nadie se atrevía a molestarlo, Jung era algo así como el líder de todos los molestosos del curso. Por lo que la broma que iniciaba Jung se acababa cuando Kim Seokjin intervenía.

Y no sucedía a menudo, Seokjin prefería pasar más desapercibido, solo intercedía cuando veía que habían golpes o cuando simplemente cuando algún chico lloraba en manos de Hoseok.

—G-gracias.

Taehyung alzó la mirada hacia Seokjin y este se encogió de hombros luciendo despreocupado.

—No es la gran cosa.

Taehyung sonrió y volvió su mirada a su cuaderno.

Suspiró y luego lamió sus labios.

Ese chico era tan genial. Taehyung ya contaba las horas para volver a casa y contarle a su hermano Namjoon lo afortunado que había sido por conocer a un chico tan excepcional como lo era Seokjin.

El castaño en tanto se sentía un poco aturdido por lo que había pasado minutos antes.

Jamás había tenido la necesidad tan urgente de callar a Jung, nunca había sentido tanta rabia y enojo cuando molestaba a alguien más.

Había intervenido otras veces, pero nunca así.

Eso hizo que se sintiera un poco incómodo el resto de la clase y durante toda la mañana.

Su estómago dolía sin razón alguna.

¿Que le estaba pasando?

Seokjin no lo entendía pero no tuvo tiempo de averiguarlo, no cuando entró al baño y vio como Hoseok tenía arrinconado a Taehyung en la pared y mantenía su puño en alto para golpearlo.

El estómago de Seokjin volvió a doler...





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Hola!!
Estoy amando escribí esto, ya veremos en los próximos capítulos como se hacen amigos y avanzan juntos en esta jungla que es el colegio de ambos.

Hoseok como matón burlón es mi concepto favorito (ᵔᴥᵔ)

No siempre Seokjin será quien defienda a Tae, ya veremos con el paso de los capítulos que ambos serán el soporte del otro.

Muchas gracias x leer ❤️.

Tengan una hermosa semana ❤️.

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