—Yo tampoco quisiera que lo nuestro permanezca en secreto. Para ser sincera, era algo que quería hablar contigo hoy, solo que te adelantaste. Primero que nada, no estamos haciendo nada malo ni lastimando a nadie, además, ya tienes tu mayoría de edad, por lo que considero que deberíamos hablar con tus padres y con mi hija al respecto. Y no, no para pedirles su aprobación, porque la relación es nuestra y somos quienes decidimos si esto debe o no continuar. Te lo digo para que estés consciente de que estén de acuerdo o no, eso no va a influenciar en lo que tenemos tú y yo.

—Me hace tan feliz que pienses lo mismo.

—¿Te sientes más tranquila ahora?

Mi corazón saltó un latido cuando le vi sonreír.

—Sí, lo estoy.

Mis labios fueron tomados de manera sutil y delicada por los suyos. Sentía que me derretía como un helado en pleno sol de verano. Mi corazón se sacudió en mi pecho, mientras que miles de mariposas se pasearon deliberadamente por mi estómago y un calor se situó más abajo de mi ombligo.

Cuando nuestros labios se separaron, todavía tenía la sensación de que permanecían sobre los míos. Su suavidad y dulzura fue embriagante y fascinante. Eran sensaciones y emociones que anhelaba experimentar por más tiempo.

Su mano se enredó en mi cabello y sonrió.

—No quiero que lo nuestro se acabe nunca.

—Yo tampoco.

—Te quiero mucho—descansó su frente en la mía—. Y porque te quiero para bien, lo mejor será detenernos aquí— besó mi frente, antes de tomar el control del volante.

Aunque se haya vuelto a contener, estoy tan feliz de saber lo que piensa sobre lo nuestro. Me conformo con saber que siente lo mismo que yo.

[...]

Perla

Esa misma noche, en su regreso de la cita, vinieron las dos juntas. Fue algo que confirmó automáticamente las sospechas, aun así, nos hicimos las que no sabíamos ni sospechábamos nada.

Se veían muy felices de contarnos sobre su relación. La verdad es que Jadiel lo tomó sorpresivamente bien. Es algo que ya sospechábamos desde la primera vez que se conocieron. Esa conexión que tuvieron al instante fue bastante notoria por todos. Honestamente, me hace muy feliz verlas juntas. Hacen una linda pareja.

[...]

Mes tras mes, todo fue cayendo en su sitio. La decisión de mudarnos seguía en pie, por eso tan pronto ahorramos lo suficiente, nos mudamos a un apartamento cercano a la universidad. Nos sentíamos realizadas de por fin haber dado este gran paso. Lo mejor de todo es que nos va muy bien en los estudios. Gracias a ella he aprendido mucho y le dedico más tiempo a estudiar.

Ingrid y Chika comenzarán a vivir juntas en unas cuantas semanas. Fue algo complicado de procesar para sus padres, pero ellas, a pesar de todo, siguen luchando contra viento y marea, buscando la manera de defender su relación de todo y todos. Ahora que estarán viviendo juntas, podrán sentirse con más libertad de vivir su amor como quieran.

Jadiel y yo hemos estado durmiendo juntas, como lo haría una pareja común y corriente, pero no hemos tenido ningún acercamiento de ese tipo. De hecho, siempre se abstiene y lo he notado, pero a veces siento que dormir juntas o abrazarnos no es suficiente. A veces quisiera sentirla mucho más cerca.

[...]

Recibí una llamada en plena clase del abogado que ha hecho hasta lo indecible con tal de ayudar a mi mamá, pues él, al igual que todos nosotros, compartimos el mismo pensamiento, y es que fue una injusticia lo que le hicieron.

Le pedí permiso a mi profesora para ir al baño, solamente para atender la llamada y por supuesto que me lo permitió.

—Espero no haberla interrumpido, señorita.

—Estaba en clase, pero no se preocupe. Dígame que me tiene buenas noticias de mi mamá. ¿Se podrá apelar el caso?

—Lo prudente sería esperar un tiempo más, tal vez unos cuantos meses para solicitar la apelación y esta sea tomada en cuenta. Confío en que el juez le reducirá un par de años. Pero el propósito de mi llamada es porque acabo de hablar con el Agt. Ruiz, oficial que atendió el caso y le tengo una noticia que brindar. Hallaron muerto a su padrastro en su celda.

—¿Qué?

—Desde que fue ingresado a la cárcel, había estado enfrentando problemas con otros reclusos. Incluso fue aislado varias veces por varias peleas en las que estuvo involucrado. Verá, allí tienden a dar un trato no muy agradable a los nuevos reclusos, sobre todo, cuando estos son violadores o pedófilos. Su excompañero de celda se hizo responsable, por lo que no le espera nada bueno.

«Tal vez esté mal en mí el sentirme de cierto modo aliviada, porque ese desgraciado ya no podrá lastimar a nadie más».

—¿Está ahí?

—Sí, lo siento. Yo… no esperaba algo así.

—Quizá no sea muy ético o profesional de mi parte lo que diré a continuación, incluso puede que mi punto de vista carezca de sensibilidad en un momento como este, pero se ha hecho justicia, por la joven que fue silenciada y por usted. Aunque siempre he pensado que monstruos como ese, deben pagar en vida por sus atrocidades, me hace sentir aliviado de que es un monstruo menos al que mantener o que suelten en las calles a desgraciarle la vida a más jóvenes.

—Concuerdo con usted, señor. Pensé que el monstruo era yo, al no sentir ni un poco de empatía por la muerte de una persona.

—Lo siento, pero eso no era una persona, era un vil monstruo disfrazado de una.