Al despertar había mucha claridad en la habitación, ya que era de día. Quería dormir más por lo cómoda que me sentía, pero algo me decía que no lo hiciera.

¿Dije de día? Abrí los ojos de la misma forma que lo haría en un examen sorpresa. Quedé sentada más rápido que ligero al recordar que no estaba en mi casa y, no solo eso, sino que me encontraba compartiendo cama con Jadiel. Mi cerebro casi explota, bueno lo que queda de él. Al mirar a mi lado vi a Jadiel despierto mirándome fijamente. No encontraba cómo mirarlo a la cara luego de lo de anoche. Fui yo quien le dijo lo de quedarme con él. Mi cara quería caerse de la vergüenza.

—Es muy temprano para tanto escándalo. Despertarás a tus amigas.

—Lo siento.

—Ni siquiera durmiendo puedes quedarte quieta. Tal parece que tus sueños son tomando lecciones de karate o algo parecido.

—Disculpa la molestia — me levanté de la cama y caminé a la puerta.

—¿No olvidas algo? —tenía mi ropa interior en sus manos.

Me tapé con la camisa al darme cuenta de que no llevaba nada puesto.

—¿Me lo dejarás de regalo? — en sus labios se formó una sonrisa maliciosa.

—Dame eso— avergonzada, intenté arrebatársela de las manos, pero me sujetó la muñeca, arrastrándome con él a la cama.

—Oh, parece que aún estás interesada en algo más — se subió sobre mí, tomando por completo el control.

—Fuiste tú quien me empujó.

—Shhh... — puso su dedo en mis labios—. Podemos hacer esto todas las veces que quieras. Es mucho más divertido, ¿no crees?

—No, no lo es. No te burles de mí— mi cara y mi corazón querían estallar.

—Me gusta ver esa expresión que tienes ahora. Espero que para la próxima vez no haya ninguna interrupción.

—¿Y quién te dijo que habrá otra próxima vez?

—Oh, eso no fue lo que tu cuerpo mostró anoche.

—E-eso no debió pasar — desvié la mirada.

—Ya veo—se salió de encima de mí y me pasó la ropa interior —. Haz de cuenta que nada pasó.

—Será lo mejor —me puse la ropa interior y salí de cuarto a punto de morir de un infarto.

Tal parece que nadie se ha despertado. Suspiré aliviada hasta que vi una de las puertas abrirse. Quedé congelada.

—¿Qué haces despierta tan temprano? — dijo Ingrid entre un bostezo.

—Estaba buscando el baño— traté de sonar lo más convincente posible.

—Es ahí a la derecha— se metió de nuevo al cuarto y pude calmar mis nervios.

Cómo si no lo supiera...

Lo que faltaba del trabajo pudimos terminarlo gracias a Jadiel. Me pregunto si ya hizo el suyo. Ha estado extraño toda la mañana. ¿Será que dije algo que no debía? ¿Cómo podría saberlo?

El fin de semana se fue volando. El día de la presentación del trabajo investigativo la pudimos hacer muy bien y todo por él. Sacamos una buena nota, pero aun así, no fue por nosotras. Fue él quien hizo parte del trabajo. Hubiera querido agradecerle, pero ha estado algo distante. No me ha dirigido la palabra y su actitud hacia mí en la escuela es la misma de siempre. Habla con mis amigas como si nada estuviera pasando, pero conmigo es diferente. No se ha conectado a jugar, no me escribe, supongo que ahora sí las cosas han cambiado.

Estaba hablando con una chica de lo más sonriente. Todo lo contrario a como es conmigo. Por alguna razón, me hace sentir triste. No he podido dejar de pensar en lo de esa anoche, en cambio, él se ve como si realmente ya lo hubiera olvidado. ¿Así que esto se siente cuando eres ignorada por la persona que te gusta? No me gusta sentirme así.