Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cita

—Yo… me alegro de que les esté yendo bien. 

—Gracias. ¿Sabes? No te guardo rencor, Iván. Lo que pasó en el pasado ya pasó. De corazón, espero que puedas salir adelante, retomar tus estudios y conseguir un mejor trabajo. Deja ir el pasado, porque nada bueno trae, solo nos ata a el y no nos permite superarnos y encontrar la felicidad que merecemos. Si quieres, podemos ser amigos. No tenemos que cortar lazos por completo. Personalmente, no me gustaría que las cosas terminaran así entre los dos. 

—Sí, eso suena bien. 

—Tengo que irme, pero te daré mi número. Puedes escribirme cuando quieras. Me gustaría que estemos en comunicación. 

Considero que Iván merece una segunda oportunidad. Aunque las cosas entre él y yo comenzaron mal, no tienen que terminar igual. Después de todo, él no fue quien me lastimó. 

Regresé con mis amigas, Ingrid ya había conseguido un hermoso vestido. Es una lastima que no pude verla con el puesto. Aun así, estoy emocionada por ella. Luce tan feliz y sonriente. Solo espero que todo le salga bien y que con la persona que se va a ver, no resulte un depravado. Luego de lo que pasó, no solo siento miedo de mí cuando estoy en la calle, también siento temor por mis amigas.

Cuando llegamos a la casa, fuimos a la cocina por algo de comer. 

—¿Te sientes más tranquila? — indagó Jadiel.

—Sí. Realmente me hacía falta sacarme esto de aquí dentro. Noté que él también pudo relajarse luego de la conversación que tuvimos. Él no es un mal hombre, solo se equivocó y pienso que merece una segunda oportunidad. 

—Me tranquiliza saber que esto les ayudó. Sé que debió ser difícil para ti haberlo visto luego de todo lo que pasó, pero me alegra que no haya rencor entre ustedes. 

—Lo fue, pero sé que para él debió ser más difícil que para mí. Me rompió el corazón haberlo visto llorar. Siempre conocí su lado malcriado y prepotente, pero jamás lo vi tan vulnerable. La ha pasado tan mal desde lo que pasó. 

Oímos la puerta de la entrada abrirse y vimos a Chika entrar de prisa. 

—Las hacía todavía en el centro comercial, preciosas.  

—Llegamos hace apenas unos minutos. ¿Y eso? Saliste temprano — le dijo Jadiel. 

—Nos mandaron temprano. No cocinen. Yo prepararé algo ligero para ustedes. 

—No te preocupes, papá. Descansa de la cocina por hoy. Todo el tiempo estás cocinando para nosotras. 

—Bueno, si así lo quieren. No me incluyan. Iré a reunirme con unas amigas esta noche. 

—Hasta que al fin decides salir de la casa a distraerte. Todo este tiempo has estado haciéndote cargo de nosotras. 

—¿Cuál es el problema? Me gusta consentirlas— con una sonrisa se fue a su habitación. 

—¿Lo viste? Se ve de buen humor — le dije a Jadiel. 

—Pues sí. Se ve bastante contento— recogió su cabello en una coleta—. Todavía no me acostumbro. 

Jadiel se ha estado dejando crecer el cabello y realmente luce muy linda con el largo. 

—Y bien. ¿Cuál será el menú?

Decidimos preparar la cena juntas. Si no hubiese sido por su ayuda, fácilmente quemo la cocina. He aprendido tantas cosas de ella, tanto en la cocina como fuera de ella. 

Mientras estábamos charlando en la mesa y comiendo, vimos a Chika salir de su habitación. Estaba bien perfumado y con un vestido rojo y negro muy hermoso. Su maquillaje no estaba cargado, estaba en su mejor punto. Mostraba sus pechugas y esas buenas curvas, mientras su cabello largo se notaba que había usado las tenazas por las ondas que se formaban en las puntas. Es la primera vez que lo veo tan elegante y radiante. Camina mejor que yo en tacones. 

—¡Madre mía, papá! ¡Te ves regio!

—Regia, querida — se acercó a la mesa y nos despeinó a las dos—. Deseenme suerte, porque realmente la voy a necesitar. Buen provecho. Las amo mucho — nos dio un beso a ambas en la frente y luego se marchó. 

—Cualquiera diría que irá a una cita con alguien en particular y no con amigas—dejé escapar en voz alta. 

—Una cita, ¿eh? 

Las dos nos miramos, como si hubiéramos pensado en lo mismo. 

—¿Estás pensando lo mismo que yo? — cuestionó. 

Por alguna razón, las palabras de Ingrid vinieron a mi mente.

—Ingrid… — dijimos al unísono. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro