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PRIMER ENCUENTRO, PRIMERAS MENTIRAS


Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, excepto por algunos que yo misma he creado para poder narrar la historia. La historia no es mía, ya que me he inspirado en una película hindú llamada "Kuch Kuch Hota Hai" que en español significa "Algo sucede en mi corazón."

Lo que está en cursiva significa que es una escena del pasado y los tres puntos un cambio de escenario.

CAPÍTULO SIETE

PRIMER ENCUENTRO, PRIMERAS MENTIRAS

Una pelirosa muy alegre caminaba con su maleta por la universidad, mientras que un montón de miradas masculinas iban dirigidas hacia ella, pero no les hacía caso, solo quería volver a ver a su padre, hacía casi un año que no lo veía. Entró en el edificio, estaba un poco perdida entre tantos pasillos, por lo que no se dio cuenta cuando un chico estuvo frente ella.

Unos firmes pectorales chocaron contra su rosto y ella alzó ligeramente la vista, topándose con unos pozos oscuros que la tenían absorta, casi como si estuviese bajo una fuerte hipnosis. Sasuke también vio aquellos ojos verdes esmeralda, nunca había visto un verde tan intenso y atrayente, pero tenían algo de que le resultaba demasiado familiar.

Lo siento mucho–dijo ella con una cálida sonrisa y un ligero rubor, dejando parado al azabache, al verla no sabía porqué un sentimiento familiar se generaba en su corazón, como si eso ya lo hubiera vivido antes, no lo entendía del todo. Parecía un deja vu.

Un ligero pinchazo atravesó el corazón de la peliazul, no le había gustado como su mejor amigo había mirado a aquella chica. Aunque no se lo podía reprochar, aquellos hermosos cabellos de inusual tono rosado, esos ojos jade que podían poner envidiosos hasta a las esmeraldas más hermosas, era preciosa. Entonces su mente hizo un clic ¡Esa descripción! ¿A caso esa chica no era?

–¡Sakura! –susurró flojito Hinata sorprendida, ¡era la hija del director! Dejó su ensoñación de lado y corrió tras ella, debía cumplir la promesa que había hecho con Kizashi respecto a enseñarle la universidad. Tenía que apresurarse si no deseaba perderla de vista.

Naruto la miró extrañado al ver como su amiga seguía a aquella chica, por lo que también fue tras ella. El azabache al ver la reacción de Hinata hizo que la curiosidad por la pelirosa aumentase y también los siguió, quería saber quién era.

–Hola, soy Hinata–se presentó la peliazul parando a la chica, que la miró un tanto incómoda y ligeramente sonrojada.

–Y yo soy Naruto–interrumpió el rubio, que miraba disimuladamente a su amiga, preguntándose porqué se presentaba a la chica, que parecía aún más incómoda con la presencia de ambos. Sabía que Hinata no era de la que hablaba primero con desconocidos.

Hola–contestó la ojiverde un tanto evasiva y nerviosa. Dos chicos le estaban hablando de la nada y aunque no era la primera vez que eso le ocurría, nunca se sentía cómoda con los desconocidos, sobre todo si eran del sexo opuesto.

–Creo que la deberías dejar tranquila, ¿no veis que la estáis molestando? –dijo Sasuke esbozando una altanera sonrisa, la que siempre utilizaba cuando quería obtener a una chica. Logrando que la atención de la ojijade se centrara en él.

–Eres Sakura, ¿verdad? –preguntó la Hyuga ignorando lo que el azabache acaba de decir, sorprendiendo a la pelirosa, que solo pudo asentir confundida. Que recordara nunca había visto a ese atractivo peliazul, lo recordaría, no parecía el típico ligón.

–¿La conoces? –preguntaron Sasuke y Naruto muy intrigados, ya que nunca la había visto. ¿Sería una amiga de Suna?

–Sí, bueno, no la conozco, conozco. Pero sí la conozco–explicó extrañando a sus dos amigos. –Lo que sucede es que esta mañana fui a buscar al director para darle una pulsera por el día de la amistad, entonces él me comentó que su hi

–Quieres dejar de hablar de ese excéntrico–interrumpió Sasuke molesto, sorprendiendo a la peliazul, que no entendía porque le había dicho aquello. Mayormente el que la interrumpía era su blondo amigo y no él.

El Uchiha estaba molesto ¿Por qué tenía que ir y darle una pulsera a ese hombre? ¡No era como si lo conociera de toda la vida! Incluso él fue uno de los últimos en recibir una pulsera de la amistad por parte de ella. ¿Por qué se la daba a ese viejo? Parecía que estaba enamorada de él, siempre decía lo genial y amable que era. Aquello solo hizo que un poco de ira surgiera en él. Maldecía internamente, desde que el idiota de su amigo le había dicho que Hinata tenía alguien que le gustaba estaba demasiado paranoico con los hombres que estaban alrededor de la peliazul. Pero se debía tranquilizar. La Hyuga no podía estar interesa en ese viejo cuarentón, que además estaba interesado en otra persona. Sabía que era imposible, pero aun así le molestaba.

–Así que... Sakura es tu nombre, ¿no? ¿Hoy es tu primer día en nuestra universidad? –preguntó el rubio sonriendo, intentando acabar con el tenso ambiente que había creado Sasuke al haber hablado mal del director. Él también se extrañaba por el actuar del Uchiha.

–Acaba de llegar de Londres, vino del aeropuerto directamente–contestó Hinata volviendo a sorprender a los tres, ¿acaso no acababa de decir que no la conocía, conocía? Entonces, ¿cómo podía saber esos específicos detalles sobre ella?

–Sí, así es–respondió Sakura igual de sorprendida, tampoco entendía como aquel guapo peliazul sabía tanto sobre ella.

–¿Cómo sabes eso? –volvió a peguntar intrigado el Uchiha, ya que si no la conocía como lo podía saber.

–Es lo que trataba de decir antes, pero me interrumpiste. Esta mañana el director me dijo que su hi...

–No te he dicho que dejes de hablar sobre ese extraño hombre–dijo con un tono serio y lúgubre notándose que estaba más molesto, dejando un tanto sorprendida a Hinata, no entendía porque se enfadada cada vez que hablaba del director.

–Extraño–susurró incrédula Sakura en un tono casi inaudible, sorprendiéndose por lo que el azabache decía de su padre.

–Así qué, ¿en qué universidad de Londres estudiabas? –inquirió el blondo muy interesado, ya que le gustaba el extranjero.

–En la universidad de Cambridge–respondió otra vez Hinata adelantándose nuevamente a la Haruno.

–¿Cambridge? Nada mal–dijo Sasuke con otra altanera sonrisa, parecía que además de linda tenía cerebro, una rara combinación.

–Espera, como lo sabías–ahora preguntó Naruto, logrando sacar un suspiro a la chica, esperaba que como esta vez se lo había preguntado el rubio tendría la oportunidad de poder explicarlo correctamente y que Sasuke no la interrumpiera.

–Desde hace rato es lo que intento decir–dijo soltado un suspiro. –Eso es porque esta mañana el director me pidió que

–¡Ya para de una vez! Deja a ese excéntrico en paz. Siempre te la pasas hablando de nuestro estrafalario e inútil director, ¿Es que eres su fan, estás enamorada de él? ¡Qué! –gritó exasperado, sorprendiendo a sus dos amigos y a la chica.

–¿Inútil? –preguntó la pelirosa incrédula, pero ninguno se dio cuenta, ya que se extrañaban del actuar de su amigo. Nunca lo había visto hablar mal de nadie, ya que él solía pasar de aquellas cosas, diciendo que no valía su tiempo.

–Sí–le respondió a Sakura. –Pero olvídate de él, es un viejo con un peinado ridículo, ni siquiera tiene madera de director, además de tener un gusto horrendo por la ropa, parece un payaso–dijo Sasuke haciendo reír a Naruto que pensaba igual.

–Entonces ¿Cómo va tu primer día en esta universidad, que te parece el ambiente? –preguntó el blondo aun riéndose.

–Genial–contestó la chica irónica y un tanto cabreada, el encanto que había sentido por el azabache se estaba perdiendo cada vez que él abría la boca. ¡Como osaba hablar así de su padre! De verdad que no lo podría soportar mucho más.

–Venga, venga, ya comienzan las clases, todos vosotros vayan a sus respectivas aulas–habló el director.

–Es nuestro gruñón director–dijo Naruto burlón por lo bajo, haciendo que Sakura se cabreara más, estaba por explotar.

–Buenas tardes Haruno-san–saludó Hinata educadamente con una dulce sonrisa mientras Naruto hizo una ligera reverencia y Sasuke solo asintió con la cabeza, aún se sentía irritado por como la peliazul lo saludaba.

–Ya te lo he dicho muchas veces, no me llames así, además con esta pulsera que me diste dijiste que éramos amigos–bromeó el hombre haciendo que la peliazul sonriera y el Uchiha gruñera en señal de desagrado, de verdad le molestaba.

–Hmp–dijo el azabache volteando los ojos, ahora mismo estaba muy, pero que muy cabreado.

–No sabes que no está permitido llevar esa ropa a la escuela–dijo el director mirando a Sakura. Que llevaba una falda corta de color negro y un top blanco con un cárdigan color rojo de mangas cero y unos botines negros de tacón.

–Bueno, lo que ocurre es que acabo de llegar, he venido directo del aeropuerto y...

–Escuche, hoy es el primer día de Sakura-chan en la universidad, por lo que aún no ha podido deshacer las maletas–explicó Naruto compasivo por la chica, no quería que se metiese en líos su primer día.

–¿Cómo sabes eso Uzumaki-san? –preguntó el hombre extrañado frente a la respuesta que le había dado el blondo, a su hija no le gustaba hablar con desconocidos, menos si se trataba de hombres.

–Conozco a Sakura desde niños, bueno, nosotros. Sasuke y yo. ¿Verdad, teme? –preguntó como pidiéndole ayuda.

Sasuke lo miró molesto, ¿Por qué lo mentía en eso? El solo había abierto su boca, debía aprender cuando tenía que callarse y no ser tan bocazas. Suspiró cansado, por su culpa siempre acababa metido en líos, pero no podía dejar solo al idiota del Uzumaki, sino acabaría pifiándola, como siempre. Así que simplemente asintió con cansancio.

–¿Desde niños? –preguntó en tono burlón el hombre a su hija, mientras Hinata volvía a suspirar y negaba con la cabeza. se iban a meter en serios problemas, a Kizashi no le gustaban las mentiras, por más piadosas que fueran.

–De verdad–hizo una pausa, mientras seria veía a su padre que la miró extrañado. –Papá–dijo la pelirosa igual de burlona que el hombre, recostando su brazo en el hombre del mayor, mirando a los dos chicos que la veían sorprendidos.

–¿Papá? –preguntó Sasuke un tanto descolocado, no se parecía en nada al sujeto que tenía delante. ¿Eran padre e hija?

–Papá–dijo Hinata mirándoles con reproche a ambos, no le habían dejado explicarles quien era la chica.

–¡Papa! –exclamó sorprendido Naruto. ¡La que le iba a caer! Menuda suerte la suya, debía aprender a saber cuándo callar.

–Mr. Haruno, necesito su ayuda, por favor vaya a la sala de profesores. Lo estoy esperando–dijo Sumire en el altavoz de la uni haciendo que el enfado del mayor se viera drásticamente disminuido y una boba sonrisa se posara en su rostro.

–T-tenemos una importante reunión y bueno...–comenzó a decir el hombre nervioso, mientras a Hinata se le escapa una ligera risa, sabía lo nervioso que se ponía con respecto a la señorita Sumire. –Umh–carraspeó él tratando de ponerse serio otra vez. –Nos vemos luego, y usted señorita, cambien su vestuario–dijo despidiéndose, besando la frente de Sakura.

–¿Perdonad? –dijo la pelirosa atrayendo la atención de los tres después que su padre se había ido. – Mi papá podrá ser todo lo que dijeron, pero no es tan malo. Así que respétenlo, es su director después de todo–dijo Sakura molesta sorprendiendo a Sasuke, ya que parecía que la chica tenía bastante carácter. Luego de eso se fue sin siquiera despedirse.

–¿Entonces...? ¿Ocurrió algo? –preguntó Naruto burlesco, al ver como el azabache se había quedado mirando a la pelirosa irse, ocasionando que su amiga lo viese con preocupación y su corazón se viera oprimido.

–Pero que dices, ella no es mi tipo–habló haciendo que Hinata suspira en tono de alivio, cosa que ninguno notó.

–Pero que dices, ella no es mi tipo–dijo burlón Naruto tratando de imitar al pelinegro. –Así nunca encontrarás a nadie, Shion tiene toda la razón, eres y serás un amargado. Te quedarás solo el resto de tu vida–dijo Naruto en tono cansado mientras negaba.

–No voy a quedarme solo, dobe– respondió altanero. –Además ¿Por qué necesito encontrar a alguien?, Hinata está aquí, ella se casará conmigo–dijo abrazando a la ojiluna haciéndola parecer un volcán en erupción mientras que Naruto lo miraba contrariado.

–¡Que! –exclamó la chica muy sorprendida y sonrojada por las palabras de su pelinegro mejor amigo.

–Sí. Sino encuentro a nadie más, me casaré contigo. Me aceptarás, ¿verdad? –le dijo sonriendo como pocas veces lo hacía, ocasionando que sus latidos se dispararan, se sentía perdida mirando sus hermosos ojos negros, que la hipnotizaban.

–¿C-co-n mi-mi-go? –preguntó tartamudeaba Hinata llena de vergüenza, haciendo que una inmensa ternura llenara al Uchiha, de verdad no había nada mejor que ver como sus mejillas se sonrojaban. Adoraba verla así, más si él era a causa.

–¿No crees que te estás olvidando de algo teme? –dijo Naruto serio haciendo que el momento entre ellos se rompiera. –Ya te lo dije ¡baka! –dijo burlón. –Hina-chan tiene a alguien que le gusta, así que búscate a otra víctima–volvió a decir haciendo que Hinata se pusiera muy roja, casi a punto de desmayarse. A causa de la reacción de la Hyuga otra vez la ira volvió al Uchiha, de verdad le molestaba verla sonrojarse por alguien que no fuera él. Además, ¿qué podía tener de genial ese chico para que ella se pusiera así?

–La verdad es que yo también tengo curiosidad ¿Quién es? –preguntó serio y directo poniéndola muy nerviosa.

–Sí, Hina. ¿Quién es? –dijo Naruto con interés –¿Es alguien de Suna? –preguntó él, quería saber si su hipótesis era correcta.

–¿Suna? –inquirió Hinata muy confundida por las palabras del rubio. ¿Por qué se trataría de alguien de Suna?

–Sí Suna–dijo riendo. –Tú me dijiste que él era alguien que no conocía, por lo que al conocer a todos tus amigos aquí, creía que se podría tratar de alguien de allá, ya que no conocemos quienes son tus amigos allá–explicó el blondo, dándole una idea a Hinata de como escabullirse de ese embrollo sin que Sasuke descubriera sus verdaderos sentimientos. Aun no estaba preparada.

–Sí, es alguien de allí, lo conozco de hace tiempo–dijo ella un poco nerviosa. Esperaba que no le preguntasen por él, no podría describir a Neji, Kiba o Shino. ¡Eran como sus hermanos! –Mejor vámonos, las clases ya están por empezar y no quiero llegar tarde–dijo para irse. Mientras, tanto Naruto como Sasuke se quedaron pensativos ante sus palabras. Había cosas que desconocían de ella.

El resto de las horas pasó con tranquilidad, pero Sasuke no podía dejar de pensar en las palabras del rubio, "Hinata tiene a alguien que le gusta". A causa de ello muchas preguntas se le venían a la mente. ¿Desde cuándo le gustaba? ¿Le gustaba mucho? ¿Se había confesado?, se sentía exasperado. Ni siquiera entendía porque le daba vueltas a todo el asunto, la Hyuga solo era su amiga.

Cuando por fin sonó el timbre Sasuke necesitaba desestresarse, por lo que pensaba decir a Hinata que jugaran un partido de básquet.

–Vamos a jugar–dijo el Uchiha en tono demandante parando a Hinata y haciendo que Naruto también le tomase atención.

–Yo también me apunto–dijo el rubio a lo que el Uchiha solo soltó su usual monosílabo, y Hinata también aceptó.

Después de ir a cambiarse de ropa quedaron en el gimnasio. Sus amigos al enterarse decidieron ir a verlos, además de otros espectadores, para pesar de la peli azul. Que lo único que hacían era ponerla más nerviosa y que su juego empeorase. Mientras que para Sasuke solo era una motivación para su orgullo, ya que podía mostrar lo perfecto que era con una pelota en las manos. Y Naruto, bueno a él no lo importaba si había gente o no, solo se quería divertir.

Jugaron un par de horas, Naruto y Hinata formaban equipo contra Sasuke, ya que, aunque el rubio renegara, era mucho mejor que él y ella juntos. El pelinegro trataba de librase de toda la tensión acumulada, necesitaba despejarse, pero no estaba para nada concentrado y perdía el balón, haciendo que los puntos de diferencia comenzasen a aumentar.

Después de un largo partido los tres acabaron rendidos, pero el blondo y la peliazul estaban un poco serios.

–Naru-Naru, hoy estuviste genial. Tú y Hina por fin ganaron al Uchiha. ¡Fueron los mejores! –gritó Shion muy emocionada.

Hinata y Naruto notaban que había algo en Sasuke que no estaba del todo bien, la peliazul estaba muy preocupada, preguntándose que era lo que podría estar angustiando a Sasuke, al igual que Naruto. Conocía perfectamente cuando su mejor amigo tenía algo que le molestaba. Pero decidieron no preguntarle, conocían el arisco carácter del pelinegro, si le preguntaban solo sería peor.

–Por cierto, ¿queréis ir a comer por allí? –preguntó el rubio, acercándose a su amigo, quería animarlo, lo veía un tanto decaído.

–¡Me encantaría! –gritó Ino arrastrando a su novio con ella, que solo se limitó a sonreír en señal de aceptación.

–¡Nosotros también! –dijo Temari, haciendo que Shikamaru suspirara, no la podía contradecir. Todo eso era muy problemático.

–Me alegra que vayamos todos–dijo la peliazul con una radiante sonrisa, mientras aún notaba el serio rostro del Uchiha.

–Por cierto, ¿vas a ir en buzo? –preguntó el azabache logrando sonrojarla, molestarla era lo único que lo ponía de buen humor.

–Me voy a cambiar, ya nos vemos en IchiRaku–contestó para salir rápido de allí, había olvidado como iba vestida.

–Y tú qué, ¿no te piensas cambiar? –dijo Shion molesta logrando que una socarrona sonrisa se posara en los labios del morocho.

–Eso se lo deberías decir a tu novio. Yo estoy bien hasta con un trozo de tela rota y sucia–contestó altanero haciéndola enrabiar.

–Teme más arrogante y no naces–dijo molesto el rubio.

–Aunque tu novia tiene razón, quiero darme una ducha, ya nos vemos allí–dijo también marchándose.

–¿Entonces vamos tirando? –dijo en tono feliz y despreocupado.

–¿Vas a ir oliendo a perro muerto? Que guarro–soltó Sai con ese tono que tanto molestaba al blondo, haciéndolo sonrojar del enojo.

–¡Cállate! Yo ya lo iba a hacer–gritó molesto mientras corría hacia su casa. –Nos vemos allí–dijo despidiéndose.

Luego de unos minutos Hinata regresó con una camisa a cuadros blanca y azul, debajo de un jersey gris junto con un pantalón crema y unos botines marrones, volviendo a ser reprendida por Shion, que le decía que debía utilizar ropa más femenina. Los dos chicos ya estaban allí por lo que la ojiluna se sentó al lado del menor de los Uchiha, necesitaba saber porque se encontraba tan distraído. Sabía que lo mejor era esperarse un poco a que las cosas se calmaran, luego le preguntaría que le pasaba, así tal vez se lo contara.

–Sasuke-kun ¿ocurre algo? –preguntó Hinata en tono preocupado mirando al Uchiha, necesitaba saber que le ocurría.

Sasuke no sabía que decirle, ya que ni el mismo lo acababa de entender, solo se sentía molesto, ¿por qué? Tampoco lo sabía. Pero por alguna razón no quería que la peliazul lo supiera, necesitaba decirle algo para que le dejara de preguntar sobre ello.

–No, ¿por qué lo preguntas? –dijo tranquilo mientras daba el último bocado a su comida.

–Sasuke-kun, te conozco–habló seria. –Hoy estabas muy distraído en el partido. Me preocupas–dijo con un ligero tono de reproche.

Él volvió a tocar su frente con sus dedos, mientras Hinata aun lo miraba con angustia. De verdad que no quería preocuparla, pero él tampoco entendía muy bien porqué se sentía tan molesto. Sentía una opresión en su pecho, un molesto palpitar que no le dejaba tranquilo, algo que nunca antes le había ocurrido. Entonces, a lo lejos vio a la pelirosa, y una idea se le pasó por la cabeza.

–La chica nueva es interesante–dijo él de la nada descolocando a la Hyuga, haciendo que volcase el agua.

–¡Hinata-chan! –gritaron Shion y Naruto a la vez al ver como la ropa de la chica se mojaba.


–¿Hina, estas bien? –preguntó preocupada la rubia, lográndola sacar de su ensoñación y que asintiera ligeramente. Todos los demás se quedaban en silencio, sin entender que había ocurrido, pero algo era notorio, Hinata estaba actuando extraño.

Sasuke tomó su mano sorprendiéndola. –Deberías ser más cuidadosa–dijo mientras se dirigían al lavabo, pero ella no le contestó. Tenía una cara muy seria. –¿Qué ocurre? –preguntó él deteniendo su paso, haciendo que Hinata alzase la mirada.

–Ella... ¿te gusta? –preguntó la peliazul descolocándolo, pero luego le dio una altiva sonrisa, tal vez la podía molestar un rato.

–¿Estás celosa? –dijo burlón ocasionando un fuerte sonrojo en ella, que comenzó a negar como loca. –Bueno, es linda. Por lo que podría ser–dijo otra vez empleando un tono misterioso pero burlón. Solo quería tomarle el pelo, pero ella no lo tomo así.

–Es verdad, Sakura-san es muy linda, además de lista. Estoy segura que harían una linda pareja–dijo la peliazul con una enorme sonrisa, que solo hizo volver a estremecer al azabache. –Ve con los demás yo iré al lavabo, ya regreso–dijo para desaparecer.

Cuando el pelinegro volvía a la mesa con sus compañeros se sorprendido al ver allí a la pelirosa. Era cierto, la había visto entrar en el restaurante. Pero, ¿qué hacía allí, acaso alguien la había invitado? Él único capaz de hacerlo era Naruto, era muy impulsivo.

–¡Teme, mira a quien nos hemos encontrado! –dijo el Uzumaki muy animado haciendo molestar a Shion. Sí, él la había invitado.

La rubia veía disconforme a la recién llegada, ya que su novio, ¡su novio! La había invitado, estaba muy pero que muy molesta.

Sasuke se acercó hacia ellos y se sentó junto a la ojijade que se veía un tanto nerviosa a causa de las penetrantes miradas que sus amigas tenían en ella, seguramente preguntándose de que conocía al rubio. Al verla con sus mejillas ligeramente sonrojadas no pudo evitar pensar en Hinata, ella seguramente estaría igual de nerviosa en una situación así.

–¿Ya has ordenado algo? –preguntó Sasuke con un inusual tono suave, despertándola de su ensoñación.

Naruto miraba al morocho y una burlesca sonrisa se le formaba, conocía a Sasuke, no era una persona que entablase una conversación primero, así de la nada y menos con una chica. ¿Acaso podría estar interesado en la hija del director? Eso era interesante, ya tendría algo con lo que molestarle, se iba a divertir mucho.

Hinata, al regresar del baño presenció la escena. Un montón de sentimientos se apoderaron de ella, tenía ganas de salir corriendo y no quedarse allí, pero eso no serviría de nada. Las palabras de Sasuke se repetían en su cabeza como afiladas agujas. ¿Y si de verdad estaba interesado en ella? ¿Ya no podría estar a su lado? ¿Tendrían que separarse? Todo aquello la estaba aterrando.

–Vamos Shion, no seas exagerada–le reprendía Temari a la rubia, que estaba a punto de montar una escena.

Al llegar vio que Sakura ocupaba su sitio, entre Naruto y Sasuke. Por algún motivo ahora Sai estaba al lado del blondo, para luego estar Shion, Ino, Temari i Shikamaru.

–¿Qué ocurre? –dijo Hinata sentándose entre ellas las dos rubias, mientras una pequeña punzada se producía en su corazón al ver a Sasuke con Sakura. Además, ese sitio era suyo, y aunque no quería, estaba un poco molesta. Solo se había ido un rato.

–Hina–lloriqueó Shion casia arrojándose a los brazos de su amiga.

–Naruto invitó a esa chica a sentarse con nosotros–explicó Ino suspirando, entendía perfectamente porque Shion se sentía molesta, a ella tampoco le hubiese gustado que Sai invitase a otra chica.

–¿Shion, estas bien? –preguntó el rubio al ver como su novia abrazaba a la peliazul.

–Naruto, es cosa de chicas, ya sabes, dolores, una vez al mes...–dijo Temari tratando de salir del paso, haciendo que la cara del Uzumaki se ruborizara y asintiera, dejando espacio a su novia. No quería interrumpir las charlas de chicas.

–¡Porque le dijiste eso! –susurró Shion claramente avergonzada.

–¿Y qué esperabas que le dijese? Que estás celosa porque invitó a esa chica. A la cual, por si no te has dado cuenta no ha hecho ni caso, por pelear con Sai. Ella está hablando todo el rato con Sasuke, si alguien debería estar molesta es Hinata-chan–dijo Temari, pero luego se calló, ya que sabía que eso iba a afectar a la nombrada.

Las tres chicas miraron a sus amigas, mientras Sai y Shikamaru intercambiaron miradas disimuladamente, harían las cosas fáciles para sus novias y no preguntarían sobre lo que acaban de escuchar, aunque era un bombazo.

Por su parte Hinata solo esbozó una sonrisa torcida y fingida "Me alegra que Sasuke-kun se lleve bien con otras personas" decía la peliazul con esa falsa sonrisa, que parecía real. Ninguna dijo nada por contradecirla, no deseaban echar más sal a la herida. Temari se sentía culpable por lo que había dicho, Shion estaba molesta por que el Uchiha y esa tipa no se dieran cuenta de cómo se sentía su amiga, e Ino no sabía que decir para animarla. Por lo que les había oído hablar, Sasuke sí que se llevaba bien con pelirosa.

Después de que terminaran de comer todo se volvió tenso, pero ni Sasuke ni Sakura lo notaban, ellos se habían prácticamente apartado del grupo y ahora estaban en la barra pidiendo unas bebidas.

–¿Amigos? –preguntó Sasuke altanero, mientras una arrogante sonrisa se le formaba y se acercaba peligrosamente.

–Acabamos de conocernos, la amistad es algo mucho más profundo–dijo coqueta para luego irse meneando delicadamente sus caderas, mientras otra socarrona sonrisa se posa en la cara del Uchiha. Esa chica sin lugar a dudas tenía algo.

–Teme, no me mientas, te conozco. ¿Te gusta, no es así? –Sasuke suspiro, ¿Por qué todos le preguntaban eso? No era así, aunque no podía negar que se sentía ligeramente interesado en ella, tenía algo que le hacía sentir cómodo, algo familiar.

–No voy a negar que es bonita, pero es todo–dijo el azabache dirigiéndose hacia su grupo de amigos, entonces Hinata se le acercó y le dio una dulce sonrisa. –Muy bien, ¿qué quieres? –preguntó escéptico, cuando le sonreía así significaba que quería algo.

–No nada, tengo que irme y solo me quería despedir. Adiós Naruto, adiós Sasuke–dijo volviendo a sonreír, para luego irse.

–¿Sabes que le ocurre a Hinata? –preguntó Sasuke a su rubio mejor amigo que solo negó.

–Pues yo sí sé que le ocurre–dijo Shion extrañando a los dos chicos, pero rápidamente se vio detenida por las otras dos rubias.

–¿Qué es lo que crees que haces? –encaró molesta Ino, que fue secundada por Temari. Que la veían como si estuviera loca.

–Lo mejor para Hina–declaró molesta. –Además, conozco perfectamente el carácter de Sasuke, estoy segura que se molestará si le digo sobre lo de llamada. Tal vez no esté enamorado de Hinata, pero él es alguien muy posesivo–explicó con soberbia.

–¿Quieres hacer que tenga celos y vaya a buscar a Hinata? –preguntó Temari sorprendida, y creía que ella era la retorcida del grupo.

Ambos chicos las escuchaban cuchichear sin entender lo que ellas decían, las mujeres de verdad eran todo un misterio.

–Shion–llamó Sasuke ya perdiendo la paciencia, si sabía algo sobre Hinata el también tenía el derecho de saberlo, era su amiga.

–La llamaron, y estuvo hablando durante un rato, cuando acabó tenía una linda sonrisa en su rostro–explicó, dejando pensativo a Sasuke, preguntándose de quien se podía tratar. ¿El chico que le gustaba? Eso le molestó. –Dijo que se iba a encontrar con él en la plaza, que la estaba esperando–soltó con un ligero tono de acidez, disfrutando como la cara del Uchiha se ensombrecía.

El Uchiha salió de allí sin despedirse de nadie, mientras Shion sonreía satisfecha, por fin lo había hecho enrabiar.

Sasuke había empezado a correr hacia la plaza, no sabía porque ese sentimiento de malestar había vuelto a su pecho, estaba muy cabreado. No entendía porque Hinata no le decía de quien estaba enamorada, todo aquello le molestaba. Cuando llegó trató de ubicarla, pero no había rastro de ella, se sentía frustrado. Buscó durante unas horas más, pero no la pudo encontrar. Cuando noto como el cielo se oscurecía decidió parar, seguramente ya había regresado a la residencia.

Llegó a su casa y se tumbó en la cama, estaba cansado, todo aquello le parecía ridículo. No entendía porque desde que se había enterado que Hinata estaba enamorada de alguien se sentía tan molesto. No era la primera vez que la Hyuga estaba con otros chicos.

–Sasuke–le llamó su hermano al tocar su puerta, pero él no respondió, se encontraba demasiado cansado. –Voy a entrar–anunció.

–¿Qué quieres Itachi? –preguntó sentándose en su cama. Su hermano solo lo miraba detenidamente sin decir nada.

–Puedes confiar en mí–le dijo extrañándolo. –Si me necesitas, aquí estoy–dijo para luego marcharse, sin decir nada más. Dejando al pelinegro solo otra vez. A veces no entendía el actuar de su hermano mayor.

Cuando el primogénito de los Uchiha estuvo fuera dio un largo suspiro, no entendía porque su hermano era tan reservado con las cosas, aunque suponía que era cosa de familia, todos los Uchiha se comportaba de la misma manera, hasta él mismo. Por eso se alegraba de que Sasuke tuviera buenos amigos a su lado, tanto Naruto como Hinata lo apoyaban incondicionalmente.

.

Al día siguiente

.

Sasuke se dirigía a su clase, le tocaba psicología, aun no entendía porque debían tomar esa clase con los estudiantes de esa carrera. Empresariales era algo totalmente diferente. Pero según los argumentos del director y la junta educativa, ayuda a potenciar el talento cuando se trata con negocios. En verdad, no estaba de humor como para siquiera ir a clase, en cima estaba por llegar tarde. Desde ayer estaba de muy mal humor, no entendía porque Hinata no le había dicho que ese chico la había ido a visitar. Se preguntaba de quien podía tratarse y la rabia le llenaba de solo pensar que era aquel en el que ella estaba interesada.

Al entrar en la clase vio a Hinata hablando con un chico, nunca lo había visto, por lo que asumió que era el chico con el que ayer se había encontrado. Nuevamente esa pesada sensación invadió su pecho y unas ganas asesinas de ir a acabar con aquel tipo crecían.

–¡Teme! –gritó Naruto moviendo su mano, que se encontraba al lado de Hinata y aquel misterioso chico. Por algún motivo no deseaba ir, por lo que los ignoró, buscó un sitio alejado de ellos, entonces vio a Sakura, sentándose a su lado.

–No está ocupado, ¿verdad? –dijo en tono zalamero a lo que ella solo rodo los ojos, pero tampoco le negó su petición.

–Lo sabía–susurró Naruto risueño obteniendo la atención de la peliazul. –El teme tiene interés por Sakura-chan–dijo burlón.

Otra vez Hinata solo volvió a sonreír falsamente, lo hacía tan bien que ni ella misma podría notar cuando daba una verdadera. Pero había algo en lo que Naruto tenía razón, Sasuke jamás se había comportado así con una chica, el nunca daba el primer paso, y parecía que no solo ella lo notaba ya que el club de fans del Uchiha tenía los ojos puestos en la pelirosa.

–Buenos días alumnos–dijo la maestra al entrar con una radiante sonrisa, que hizo suspirar a algunos chicos que le devolvieron el saludo. Sumire era una de las maestras más populares de la universidad. –Por si alguno no me conoce soy Sumire Nanase y soy la profesora de psicología–dijo con otra amable sonrisa. –Como hoy es nuestra primera clase será algo light, hablaremos sobre sentimientos–explicó haciendo que algunos resoplaran. –¿Que saben del amor? –preguntó. –¿Algún voluntario para que lo explique? –esperó un momento. –¿Nadie? –miró a sus alumnos, pero ninguno levantó su mano. –Sakura–le dijo señalándola.

–Un sentimiento que nos hace sentir bien–respondió la chica un tanto avergonzada, pero con una ligera sonrisa.

–Bueno respuesta, entonces... ¿Porque no le preguntamos a nuestro cupido personal? ¿Hinata, que es el amor?

–Creo que el amor es algo que a todos los seres humanos nos inspira y nos motiva, pero también puede causarnos mucho sufrimiento cuando no es correspondido–contestó Hinata con una sonrisa fingida, haciendo que Sasuke la observara, eso no era lo que ella usualmente decía sobre el amor. De verdad le molestaba que ella estuviera detrás de un idiota que no la quería, talvez ni era amigos.

–Un punto de vista muy interesante–contestó la castaña. –¿Alguien más? –miró otra vez a los alumnos. –Sasuke, ¿qué es el amor?

–¿Amor? El amor es amistad–Hinata lo miró sorprendida, eso era lo que siempre ella decía. –Sin amistad no hay amor, simple, el amor es amistad. Así qué, si ella no puede ser mi amiga, es imposible que me pueda verla como algo más–finalizó él haciendo suspirar a varias chicas y que Sakura se sorprendiera por lo romántico que podía llegar a ser.

–¿Acaso no es lo que tú siempre dices? –susurró el rubio un tanto extrañado por las palabras del Uchiha.

Hinata miraba atentamente al azabache, preguntándose que era lo que en verdad sentía. Ella había escuchado como el otro día él le había dicho a Sakura que fueran amigos, ¿acaso la estaba intentando conquistar? De verdad se sentía muy mal. Seguramente si su primo Neji ayer no le habría dado esa grata sorpresa de verlo, estaría aún más deprimida. Lamentaba que solo se había podido quedar por ayer, lo que le hacía falta en esos momentos.

Sakura no podía sacarse las palabras del pelinegro de la cabeza, ¿lo habría dicho por ella? Cuando el timbre sonó vio su oportunidad.

–Entonces, ¿quieres que seamos amigos? –preguntó la pelirosa un tanto avergonzada. haciendo que una arrogante sonrisa se posara en los labios del morocho. Él no lo había dicho precisamente por eso. Solo quería que Hinata se diera cuenta que la amistad es más importante, pero si la chica quería que fueran amigos él no podía negárselo, además tenía algo que se le hacía demasiado familiar.

Notas de la autora: solo quiero decir que este capítulo me ha costado horrores, espero que no les molesto lo OC que me está quedando Sasuke, haciéndolo casi tan despistado como el rubio.

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