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Lo primero que hace al llegar a casa es ir a la habitación de Beomgyu, pero para su desgracia; mientras pensaba en que demonios le diría, justo se topa a Taehyun saliendo de allí.

—Hey—lo saluda el menor.

—¿Cómo está?—le pregunta.

—Mejor, está dormido—contesta con su usual seriedad.

Yeonjun asiente nervioso, preguntándose si Beomgyu le habrá contado el verdadero motivo por el que quiso irse o al menos mencionado algo respecto a su pelea.

Pero al final llega a la conclusión de que no, de lo contrario, es seguro que lo primero que hubiese hecho al verlo sería darle un buen puñetazo en la cara o por lo menos insultarlo.

Ninguno pasaría por alto que alguien hiciera sentir mal a Beomgyu, así que en definitiva no sabe. Sí, todos tienen una debilidad por él, a veces parece más el maknae que Kai.

—Dejémoslo descansar—añade y palmea su hombro antes de retirarse.

Yeonjun asiente falsamente, espera algunos segundos a que Taehyun entre a la habitación que comparte con Kai, entonces se mete con sigilo al cuarto de Beomgyu.

Cierra la puerta con cuidado de no hacer ruido y su corazón se derrite al ver al chico; recostado de lado con sus dos manos debajo de su mejilla, igual que en esa foto de bebé.

Yeonjun siempre se burla de él diciéndole que duerme igual que cuando era un bebé, sonríe sin siquiera notarlo y se acerca en silencio a la cama, sentándose a su lado.

Acaricia el suave cabello castaño del chico y se inclina un poco para olerlo, su corazón palpita fuertemente ante ésto. Finalmente, se deja guíar por sus instintos y se recuesta frente a él.

Sus ojos se llenan de lágrimas al notar sus ojitos algo hinchados por haber llorado, siente que su corazón se estruja al recordar su trato injusto hacia él.

No puede evitar pasar sus dedos con delicadeza por el costado de su rostro, delineando las hermosas facciones de Beomgyu, impresionado con lo bonito que es.

Sin poder evitarlo, su vista baja hasta sus labios. Sus bonitos labios; rosados y esponjosos, lucen tan suaves y brillantes por el bálsamo de fresa que el chico suele usar.

Relame sus propios labios y trata de controlar su cuerpo de una reacción indeseada, cierra sus ojos unos segundos y se concentra para que las cosquillas de su vientre no escalen a mas.

Lo estrecha delicadamente contra su cuerpo, haciendo que su cabeza quede pegada a su pecho, si Beomgyu estuviera despierto podría sentir sus latidos desenfrenados.

Yeonjun permanece así por varios minutos, disfrutando de tenerlo cerca de nuevo, dejando de reprimir sus sentimientos por primera vez desde que los notó.

Pero su tranquilidad se interrumpe cuando el chico abre sus ojitos y comienza a removerse en su lugar, aún somnoliento y extrañado de que alguien lo esté abrazando.

Yeonjun se separa levemente de él y le da una mueca parecida a una sonrisa, con las mejillas completamente sonrojadas por haber sido descubierto.

Beomgyu sale de su ensoñación por completo al ver al mayor abrazarle descaradamente, como si no lo hubiese llamado "puta" hace apenas unas horas.

Se aparta de inmediato, empujándolo un poco a la vez que ambos se sientan. Yeonjun no trata de pelear o detenerlo, sabe que se merece ser apartado por él.

—Beommi, solo quiero que hablemos, por favor.

—Dejaste en claro lo que piensas, no es necesario que finjas ser mi amigo.

—No finjo ser tu amigo, realmente lo somos.

—Te alejaste de mí desde hace meses, no entendía a qué se debía hasta el día de hoy.

—Y-yo no...

—Ni siquiera se te ocurra decir que no es verdad que te alejaste—le advierte—sabes bien que si lo hiciste.

Yeonjun se queda callado varios segundos porque no hay una sola manera de explicarle por qué lo llamó "puta" sin admitir que se muere de los malditos celos.

—No pienso eso de tí Beomgyu, estaba de mal humor...

—No me hables Yeonjun—le interrumpe—me haces daño, por favor, quiero ésta vez nos alejemos en serio...

—¿Qué? ¡no! Beomgyu...—intenta acercarse pero el chico se aparta.

—No me hables a menos que sea por algo relacionado con el trabajo, por favor...

—Beomgyu, por favor deja...

—Sal de mi habitación—se pone de pie y lo toma del brazo para jalarlo hasta la puerta.

Pero Yeonjun es mas rápido y fuerte que él, sostiene con facilidad sus dos manos y lo acorrala entre la cama y su cuerpo, forcejean un rato pero finalmente el menor se rinde.

—Quitate Yeonjun—ladea su cabeza para no verlo a los ojos.

—No hasta que hablemos—dice con firmeza.

—¡No hay nada de que hablar!—lo voltea a ver con sus ojos llorosos—solo déjame en paz...

Cualquier otra palabra que pudo haber dicho, es interrumpida cuando Yeonjun finalmente junta sus labios, en un beso casi tan rudo como el agarre en sus muñecas.

Beomgyu ni siquiera le corresponde, está tan shockeado que solo se deja hacer, el mayor aprovecha su disposición y saborea sus labios como todo un experto.

Había soñado tantas veces con besarlo que hacerlo ahora de verdad se siente tan irreal, sobre todo porque sus labios son más dulces y suaves de lo que pensó.

Siente todo su cuerpo hormigueando, las cosquillas en su vientre se convierten en un problema mucho mayor, que se frota orgullosamente contra la pierna de Beomgyu.

La mente del menor se termina de nublar por completo cuando siente la dureza de Yeonjun frotarse contra él, así como su lengua adentrándose en su boca.

Las lágrimas de Beomgyu finalmente se escurren por su mejillas, hasta llegar a donde colindan sus labios, haciendo que su sabor salado se mezcle con su saliva.

Ésto pone a tope todos sus sentidos, el escalofrío que los recorre es tan agradable que acelera sus corazones y sienten auténticas mariposas en el estómago.

Siguen con ese ritmo asfixiante por varios segundos, hasta que tienen que separarse a tomar aire. Ambos jadean agitados mientras se miran a los ojos, sonrojados y despeinados.

—Me alejé de tí porque me gustas muchísimo y sentí miedo por lo que podría pasar si te dabas cuenta—dice rápidamente.

—¿Q-qué?—parpadea con el rostro acalorado y confundido.

—Me da celos lo cercano que te has vuelto con Taehyun, hoy que te ví sobre sus piernas...—solloza contra su cuello—simplemente exploté, no pienso eso de tí, lo siento tanto—dice con la voz quebrada.

Beomgyu está pasmado, completamente congelado y confundido, ni siquiera nota cuando Yeonjun libera sus manos de su agarre para abrazar su cintura fuertemente.

Lo único que nota es lo mucho que extrañó sentir los brazos fuertes del mayor estrechando su cuerpo, tenerlo así de cerca, todo tipo de contacto físico con él.

Se permite dejar de pensar por unos segundos y solo hacer lo que su cuerpo y corazón le piden: abrazar fuerte el cuerpo de Yeonjun, aferrándose a él con sus brazos y piernas.

Lleva una de sus manos al cabello del mayor y lo acaricia suavemente, brindándole confort hasta que deja de oír su llanto entrecortado y sus lágrimas cesan.

Entonces solo cierra los ojos y continúa abrazándolo; como de costumbre, ambos pierden la noción del tiempo, pues se quedan en esa posición por varios minutos.

Beomgyu sale de su burbuja cuando el mayor comienza a depositar pequeños besitos en la pálida piel de su cuello, robándole algunos jadeos que intenta reprimir.

—Hyung—lo detiene.

Yeonjun sale de su escondite en el cuello del menor y se alza un poco para mirarlo a los ojos, Beomgyu seca los restos de sus lágrimas y sostiene su rostro entre sus manos.

—Por favor perdóname Beomgyu—derrama otra lágrima—fuí injusto contigo, solo te pido que al menos me dejes seguir siendo tu amigo, por favor, al menos eso...

—Hyung...creo que también me gustas—sonríe con timidez.

El corazón de Yeonjun casi da un vuelco al escuchar eso, aquella opresión en su pecho desaparece y la emoción le hace besar sus suaves labios de nuevo, a modo de celebración.

Beomgyu le corresponde nuevamente, colocando sus manos en su nuca para atraerlo todo lo posible a él, ansiando sentir el contacto que no han tenido en meses.

No era la intención, realmente no lo era, pero probablemente ambos llevan demasiado tiempo esperando ésto, pues sus cuerpos reaccionaron al instante.

Las erecciones de ambos se frotan juntas a través de la tela del pantalón y sus gemidos se escapan de sus labios en medio del beso cuando Yeonjun comienza a fingir embestidas.

Beomgyu lo deja hacer eso por un largo rato, disfrutando de los escalofríos que manda por su columna, pero finalmente lo aparta un poco cuando ve que están llegando demasiado lejos.

—¿Qué pasa?—pregunta jadeante.

—E-es que...nunca...—desvía la mirada con vergüenza—yo no he hecho eso—confiesa con un sonrojo.

Yeonjun sonríe enternecido con la reacción, realmente ya intuía algo así, sabía que no era normal lo ruborizado que se ponía Beomgyu cuando se tocaba el tema del sexo.

La confirmación explícita mandó una punzada de excitación a su cuerpo, sin embargo, lo que importa ahora es la comodidad de Beomgyu, así que se aleja de él aunque no quiera.

—Lo siento, me dejé llevar—ahora es él quién se ruboriza.

—No es que no quiera hyung...solo tengo algo de miedo—le explica.

—Podemos ir poco a poco, si quieres—se acerca de nuevo y le brinda una sonrisa.

—Sí, eso me gustaría—lo mira por unos segundos—podemos besarnos, si quieres.

—Eso me gustaría...pero primero quisiera saber si todo está realmente bien entre nosotros—se acerca más y lo toma de las manos, Beomgyu agacha la cabeza.

—Fuiste malo conmigo hyung; lejos de que me insultaras, te alejaste de mí sin ninguna explicación...—dice casi en un susurro, denotando tristeza.

—Estoy tan arrepentido...

—Deja que termine—le mira de vuelta.

—Lo siento, continúa—asiente.

—Entiendo que el miedo que sentiste te orilló a hacerlo...cualquiera comete errores, así que te perdono—le dice dulcemente.

Yeonjun está conmovido; impresionado por el hecho de que sea tan comprensivo a pesar de todo, ahora nota que una de las cosas que lo hizo caer por él fué su corazón tan puro.

—Ah Beomgyu...—toma su rostro entre sus manos—eres demasiado bueno para ser cierto—le da un pequeño pico.

—No te alejes más de mí—susurra cerca de sus labios.

—Nunca más—sentecia para finalmente volver a besarlo.

Sus labios se sienten casi como una caricia, sin segundas intenciones, solo dejando de lado lo que les aqueja y disfrutando de la oportunidad que se brindan ambos.

Beomgyu lleva sus manos a los hombros de Yeonjun, para atraerlo más a él, entonces ambos se pierden en el perfume, las caricias y el calor del otro.

Exploran tímidamente cada curva y músculo del cuerpo contrario, enloquecidos por la idea de que ésto realmente está pasando, anhelando que dure lo más posible.

En determinado momento, Yeonjun muerde levemente el labio inferior de Beomgyu, haciéndolo abrir un poco la boca para introducir su lengua, tomándolo desprevenido.

Es evidente que tiene mucha mas experiencia, sabe cómo usar la lengua, el vientre bajo de Beomgyu cosquillea peligrosamente cuando profana su boca de esa manera.

El menor se pregunta por un momento si sabrá utilizar así de bien la lengua para otras cosas...el solo pensamiento lo hizo ponerse más duro de lo que de por sí ya está.

Yeonjun no pasa por alto el estremecimiento de su cuerpo, ni como se separa de él por un segundo para ver su entrepierna, sonríe por la ternura que le causa.

—¿Te ayudo con eso?—dice al separarse un poquito.

El rostro de Beomgyu se sonroja notablemente, se siente como si el mayor hubiese leído sus pensamientos. Traga saliva y le da un tímido asentimiento, Yeonjun no pierde el tiempo.

Recuesta al chico sobre la cama, Beomgyu suspira nervioso cuando siente las manos de su hyung desabrochar lentamente su cremallera, sin quitarle la vista de encima en ningún momento.

Ni siquiera se da cuenta de cómo o cuándo, se perdió tanto en su mirada que no nota cuando Yeonjun lo deja desnudo de la cintura para abajo, solo trata de cubrirse con vergüenza.

—Dejame verte cariño—aparta sus manos y sonríe al verlo—...eres hermoso Beomgyu, no te haces una idea de lo mucho que te deseo.

Su entrepierna duele y sus ojos se ponen vidriosos por la excitación que recorre su cuerpo al ver la pálida piel del chico, le brinda una sonrisa y procede con lo suyo.

Alza un poco la camiseta de Beomgyu, dejando sus bonitos pezones rosados a la vista, lleva su boca a ellos y juega con su lengua a los alrededores, hasta dejarlos duros.

Beomgyu gime y se retuerce con sus ojitos cerrados, empuja más la cabeza de Yeonjun contra su pecho, ahora que sabe lo bien que se siente no puede evitar querer más.

Yeonjun se lo otorga, muerde levemente sus botoncitos robándole jadeos entrecortados, hasta que baja un poco más su cabeza y comienza a depositar besos por todo su torso.

Beomgyu siente de repente la amplia mano de Yeonjun rozando la piel sensible de su miembro, comenzando con caricias tentadoras a medida que lleva sus besos a su vientre bajo.

Está tan húmedo que la mano del mayor se desliza fácilmente de arriba a abajo, el excitante sonido de la fricción lo hace comenzar a pedir por más.

—Hyung...por favor...—jadea con necesidad.

Yeonjun sabe que es suficiente juego previo al mirarlo así de arruinado, finalmente lleva su lengua hasta la punta de su erección, probando lo que tiene para ofrecer.

Mueve su lengua circularmente alrededor de su glande; degustando el sabor levemente salado, recibiendo como respuesta una maldición de la bonita boca de Beomgyu.

No puede evitar meter una mano en su propio pantalón, sintiendo al fin algo de alivio al darse la atención que necesita. Traga de una sola vez toda la erección del menor, haciéndo que su delicado cuerpo de un respingo.

La excitación lo hace comenzar a chupar con más ganas, acompasa el movimiento de su cabeza con el de su mano en su pantalón y ambos se vuelven locos ante ésto.

El menor blanquea sus ojos por el placer tan inmenso que siente, aún sin acostumbrarse a la sensación tan fuerte, Yeonjun lo mira de repente al alzar su mirada sin dejar de chupar.

Beomgyu está en la nubes, una mamada se siente mejor de lo que pensó. La boca de su hyung es tan cálida, húmeda y lo toma tan bien que le dan ganas de empujar más y más.

Un escalofrío recorre toda la anatomía Yeonjun al escuchar los gemidos graves del chico, ahueca sus mejillas alrededor de su erección, tan excitado que quiere tomar todo de él.

Ambos consideran seriamente que están muertos, porque cuando Beomgyu se alivia en la boca de su hyung y éste en sus pantalones, sienten que es lo más cercano al paraíso.

Beomgyu retuerce los dedos de sus pies y aprieta con fuerza sus ojos, librandose de inhibiciones y jadeando sonoramente sin importarle nada más.

Los gemidos de Yeonjun son ahogados, pues no se separa del chico en ningún momento, se corre en silencio manchando su ropa interior mientras saborea y traga toda su esencia.

Si de algo están seguros ambos, es que nunca habían tenido un orgasmo así de fuerte y que lo suyo definitivamente no puede seguir siendo solo una amistad.

Yeonjun se aleja finalmente de su cuerpo y saca la mano de su pantalón, se sienta sobre la cama para mirarlo así: jadeante, despeinado y con las mejillas sonrojadas.

Beomgyu le brinda una dulce sonrisa y su corazón se derrite, confirmando de nuevo que no está dispuesto a seguir siendo solo su amigo. No solo le gusta, realmente lo ama.

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