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Capítulo Treinta y Dos: Nunca arruines las manos de un escritor (Parte II)

Capítulo treinta y dos: Nunca arruines las manos de un escritor. (Parte II)

***

— ¿Te dijo alguien que no eres un mal bailarín? —susurra dando un sorbo a su copa de vino antes de dejarla en la bandeja de uno de los meseros que transitan.

—Me alegra no pisar tus pies.

—Tal vez solo deberíamos pedir que pongan algo de JT.

Dejo suspendido el canapé que llevaba a mi boca para observarla, tiene una amplia sonrisa y en sus ojos brilla la picardía. Río.

—Para ello primero tendrían que instalar un karaoke.

—Espero algún día volverte a ver haciendo tan esplendida interpretación de sexy back.

— ¿Qué recibiré yo a cambio, musa?

—Seré lo que tú quieras.

—Ya tú eres mucho más de lo que quería.

—Oh, por favor Matthew, dame un descanso, estoy agotada de caer rendida por ti.

Deslizo mi brazo alrededor de su cintura para atraerla a mi cuerpo, no es que me importe que podamos ser fotografiados o que alguien hable de esta cercanía. No es que me importe mucho lo que otros opinen de mi relación con Elise.

—No puedo darte un descanso—río—, solo estoy siendo yo mismo.

Bajo mi rostro muy dispuesto a besarla, me gusta la manera en la que sus largas pestañas bajan a medida que sus ojos se van cerrando y sus labios quedan medianamente abiertos esperando por mi beso.

— ¿Elise?

Ella abre de inmediato sus ojos y ve detrás de mí, hay una pequeña sonrisa en sus labios mientras ladea su cabeza hacia un lado.

—Hola, Andrew.

—Sí, definitivamente reconocería a mi entrevistadora favorita.

Giro lo suficiente para estar frente al quinto miembro de BG.5 que suponía no vendría. Él está sonriendo ampliamente a Elise, luego repara en mi presencia y hay una mueca de confusión en su rostro levemente antes de sacudir su cabeza.

Conozco a Andrew Wood, principalmente porque conozco a todos los chicos BG.5 al tener contrato con la editorial de la esposa de uno de ellos, no somos amigos cercanos, creo que lo resumo a algo como conocidos y francamente he tenido pequeñas y buenas conversaciones con Andrew, sobre todo porque parece propenso a tener preguntas profundas y ser bastante amigable. Así que trato de hacer un lado el hecho de que su boca estuvo en la de mi novia hace un tiempo.

—Hola, Matthew—estrecha mi mano y luego se inclina besando la mejilla de Elise. Nos ve de ida y vuelta, luego cubre su boca como si escondiera una sonrisa—. Estoy un poco sorprendido de esta ecuación.

—No somos una ecuación—señalo y eso lo hace sonreír otro poco más.

—Lo siento, no quise ofender ni nada—alza sus manos y ve a Elise— ¿Por eso hace tanto tiempo en una entrevista dijiste que le pondrías a tu descendencia el nombre de Matthew?

— ¿Recuerdas eso?

—Eres mi entrevistadora especial, claro que lo recuerdo.

— ¿Qué tan especial? —no puedo evitar cuestionar.

—Matthew—Elise abre los ojos hacia mí. Me encojo de hombros.

—Solo pregunto.

Él parece que piensa muy bien la respuesta y luego pasa una mano por su rostro, se ha de tener en cuenta que tiene unas ojeras enormes. Pero me sonríe divertido.

—Tan especial que la besé—se encoge de hombros.

Veo hacia el techo procesando la declaración de lo que ya sé y luego entrecierro mis ojos hacia él. Se cruza de brazos y saluda a alguien detrás de nosotros antes de volver su atención a mí.

—Ese será un bonito recuerdo, Andrew. Ahora es tu entrevistadora especial sin besos ni nada así de loco.

— ¿Ni siquiera un inofensivo coqueteo? A mis fivers le gusta eso.

—Sin besos. Coqueteo solo para entretener e inofensivo.

—Trato—estira su mano y la estrecha con la mía. Elise aclara su garganta.

—Disculpen, pero estoy aquí y no autoricé este tipo de negociación en el que no velan por mis intereses.

—Jodidamente viniste, amorcito.

Volteo a ver a nuestro nuevo integrante a la conversación. Dexter Jefferson. Entrecierra sus ojos hacia mí y luego palmea mi hombro.

« ¡Hombre! Te has lanzado el libro de tu vida. Esa mierda es grandiosa ¡Felicidades!

—Gracias—enarco mi ceja hacia él, pero le sonrío. Se inclina para que solo yo pueda escucharlo.

—Estoy ayudando a Hottie y a la Fiver rubia—murmura— con tu borrador.

—Oh, mantenlo en secreto—murmuro de regreso y asiente con la cabeza antes de palmear con demasiada fuerza el hombro de Andrew.

—Me alegra que vinieras.

—No tuve opción, eso o enloquecer encerrado. Todos dijeron que necesito socializar ¿No? Ya veo que trajiste compañía, no sé si debería sorprenderme.

— ¿Estás cabreado conmigo, Andrew?

—Con la vida—responde encogiéndose de hombros y Dexter frunce el ceño—. Bueno, fue un placer hacer tratos contigo, Matthew; y Elise, ten una buena noche. Espero verlos de nuevo, ahora, iré a dar una vuelta...Por aquí.

Lo vemos irse y saludar a las personas a su paso, mi mirada se topa con los ojos grises de Abby, quien, no retira la vista y endurezco mi expresión antes de volver a ver a Elise, ella ha notado todo ese intercambio de miradas y creo que quiere decirme algo.

—Esto es tan jodidamente raro—susurra Dexter pasando una mano por su cabello—, hay mierda que debe ser limpiada. Los veo luego, diviértanse.

Me giro para observar de nuevo a Elise, llevo mis manos a sus caderas dispuesto a recuperar el beso perdido, pero ella me esquiva dejando una mano sobre mi pecho.

— ¿Qué sucede? ¿Verla te está afectando demasiado? No voy a enojarme, solo quiero saber si estar aquí con ella es demasiado para ti.

—Ella no tiene poder sobre mí, no me molesta estar en el mismo lugar que Abby. Me incomoda el que no me quite la mirada de encima y me vea como si yo le debiera algo.

—Creo que quizá se pregunta qué mierda pasó por su cabeza cuando dejó ir a la mente maestra de excelentes libros y quien ahora luce como un modelo de ropa interior—sonríe de forma ladeada y en sus ojos está ese toque de picardía mientras acerca su rostro al mío—. Me siento un poco mal de regocijarme ante el hecho de que la vida le está pateando hasta el alma mostrándole cómo siempre fuiste maravilloso y cómo la vida preparó para ti un futuro lleno de éxitos que te encargaste de alcanzar.

» ¿Sabes algo? Me siento orgullosa de que me presentes como tu novia, me siento orgullosa cuando veo tus libros en vitrinas de librerías o alguien habla del excelente escritor que eres. Y hoy me siento orgullosa porque enfrentas tu pasado como todo un campeón.

Veo hacia su boca y luego a sus ojos. No miento cuando la llamo mi musa, Elise me inspira tanto que podría escribir mil páginas solo para ella.

—Yo me siento orgulloso de ser quien te llevará a tu casa y te quitará ese vestido para luego con mis manos, mi boca y otra parte de mi cuerpo a la que le tengo cariño, escribir sobre tu cuerpo, sobre tu piel.

— ¡Listo! Te lo ganaste, puedes tenerme cuándo, cómo y dónde sea—río ante sus palabras, se alza hasta presionar su boca sobre la mía y besarme. Siento que alguien nos observa, no me importa.

***

20 de septiembre, 2015.

Observo la espalda desnuda de Elise mientras duerme. Bebo de mi café.

La noche de ayer no estuvo del todo arruinada, no por la manera en la que la ropa voló de mientras nos perdíamos en el cuerpo del otro. Sin embargo estoy un poco en estado de conmoción ante el hecho de un encuentro tan inesperado con el pasado.

Bebo otro poco de café y vuelvo mi atención a mi celular notando que Edmun y Alexander ya respondieron a nuestro grupo.



Ed: Quisiera creer que la mandaste a comer mierda, pero te conozco y fuiste este tipo maduro y sereno seguramente.

Alex: Lo cual está bien, es pasado superado, no hay que darle poder al pasado.

Ed: bueno, pero darle un poco de mierda tampoco está mal.

Alex: ¿Y eso en qué lo haría sentir mejor a él?

Ed: solo digo que nunca cae mal mandar a la gente despreciable a refundirse y comer toneladas de mierda.

Ed: Y no sé si lo haría feliz a él, pero a mí me haría reír a carcajadas y ya eso es mucho decir. Me parece razón suficiente para mandarla a comer una tonelada de mierda.

Matthew: parece irreal. Francamente no lo esperaba...

Matthew: No le estoy dando poder el pasado, solo fui golpeado fuertemente y sin advertencia.

Ed: no la mandaste a la mierda...Pero hiciste bien, Matt. Estoy orgulloso de ti. Eres fuerte.

Alex: Muy orgullosos de ti.

Alex: aunque quizá fuiste muy amable...

Ed: ¡El mundo se cae! Lo admites. Matthew fue todo un caballero, lo cual está bien, pero...

Matthew: ¿Pero?

Ed: Ella no merecía que siquiera posaras para sus fotitos. Sin embargo eres así y está bien. Estoy orgulloso de ti. Lo juro. Lo juro por mi anonimato.



Río porque Edmun comienza a enviar imágenes de aplausos y cualquier cosa que refleje cuán orgulloso está. Me siento muchísimo mejor. Termino mi café y dejo tanto la taza vacía como el celular en la mesita de noche. Sonrío y camino hasta la cama. Arrastro la sabana que cubre tan hermoso cuerpo y encuentro la manera de que mis dedos acaricien aun cuando está dormida boca abajo. Ella hace pequeños gemidos mientras beso cada mejilla de su traseroy mis dedos comienzan a sentir humedad.

— ¿Matthew? —dice su voz soñolienta pero necesitada tras unos minutos de mis toqueteos.

—Debería preocuparme que preguntes si soy yo mientras te dejas tocar, pero atribuiré eso a que estás despertando y entras en una nube sexual.

—Bastante justo—ríe, pero gime mientras alzo sus caderas. Elise está totalmente lista para esto. Bajo mi bóxer y mi erección se topa con su trasero desnudo—. Muy despierto, Matthew.

—Siempre listo ¿Puedes alzar un poco más, musa?

—Sí, puedo.

Y como siempre me da más de lo que pido cuando alza su culo y abre sus piernas para mí. Gimo y realmente no es difícil encontrar el lugar cálido y ansioso que espera por mí. Me hundo y nuestra mañana no puede empezar de una mejor forma mientras una vez más nos perdemos el uno en el otro.



Elise ríe mientras me dice palabras al azar para llenar el crucigrama. Los dedos de sus pies acarician mi abdomen porque es donde su pies descansan, la veo por sobre el crucigrama y me sonríe antes de morder su labio e intentar bajar mucho más su pie, lo sostengo y sacudo mi cabeza, eso la hace reír una vez más. Es domingo y la razón por la que no está en casa de su papá se debe a que su hermano lo está; ella está dejando y confiando en que este fin de semana trate de ellos dos. Al menos el hermano lo está intentando, no es que yo confíe de inmediato en él, pero al menos debe dársele el derecho de la duda.

Iré a mi apartamento más tarde, por ahora estoy demasiado cómodo en el sofá riendo con Elise luego de haber tomado una ducha juntos en la que primero nos ensuciamos para luego limpiarnos.

—Es muy estimulador verte lucir todo pensativo mientras intentas llenar el crucigrama.

—Y es bastante distractor cuando parece que tu pie quiere llegar más debajo de mi ombligo.

—Mi pie solo se ve tentado. Esa camisa y short de deporte de Holden te sienta bien, eres un poco más alto, pero si quieres, puedes solo desnudarte.

—Buen intento.

—Vivimos en un mundo paralelo en el que debo rogarte para quitarte la ropa y no al revés.

Sonrío y paso mis dedos por la planta de su pie haciéndola reír y retorcerse, lo que me hace obtener una buena visión de sus bragas debido a que lleva un simple vestido para estar en su casa.

—No puedo creer que nunca llenes estas cosas, es entretenido.

—A veces solo recojo el periódico y ni siquiera lo leo—admite—. Entonces ¿Te vas?

—No lo digas como si me fuera para nunca volver. Solo será una semana.

—En pocos días ¿Quién cuidará de mis necesidades?

—Tengo respuesta para eso.

—Apuesto que la tienes. Debes extrañarme.

—Prometo que lo intentaré—bromeo rellenando otro espacio del crucigrama. Hago el crucigrama a un lado para tocar un tema más importante—. Sobre anoche, me refiero a la situación con Abby...

El timbre de la casa suena interrumpiéndome y ella parece desconcertada mientras baja sus pies de mi regazo, se pone de pie y me garantiza que ya vuelve. Me incorporo hasta estar sentado con mis pies sobre el suelo mientras veo su culo moverse hasta la puerta principal.

—Hola, muñeca inflable.

Enarco una de mis cejas mientras unos brazos la envuelven en un fuerte abrazo, no sé si ella responde, pero luego cuando se hace a un lado y observo al tipo, él está riendo y recargando su hombro de la puerta. Lo reconozco porque he visto varias de sus películas y Amber lo amó en alguna serie juvenil en la que estuvo hace años.

—No te esperaba.

—Oh ¿Ahora no te gustan mis sorpresas? Pensé que te gustaban las visitas de tu vibrador humano —pregunta. Mi ceja sube mucho más como si eso fuera incluso posible.

—No cuando estaba a instantes de lograr que Matthew cayera en mis encantos—señala hacia mí y él me observa, endereza su espalda y luego sonríe adentrándose en la casa de Elise con bastante familiaridad.

— ¿Éste es Matthew?

—Efectivamente soy Matthew.

Sé que Kurt estuvo involucrado del tipo sin ropa con Elise, pero pasaré de ello, no es como si debo fingir que Elise nunca estuvo con otras personas. No quiero que me importe quienes estuvieron antes, a mí me importa lo que sucede ahora que está conmigo. Si me dejara llevar por enloquecer por sus ex o lo que sea, estaría en este momento enloqueciendo cuando anoche me topé con Andrew y hoy con Kurt.

Me pongo de pie justo cuando se detiene frente a mí y estira su mano palmeando mi hombro, no borra su sonrisa.

—Felicidades, campeón. Te ganaste el corazón de oro envuelto en hielo. Y créeme, no todos pasan esa línea. Un gusto conocerte, he escuchado de ti.

—Igualmente—estrecho su mano.

Él se deja caer en el sofá y toma el crucigrama, lo ve rápidamente y señala unas casillas vacías.

—Morsas. Hasta donde sé es el animal mamífero en la quinta posición con órgano sexual más grande—me entrega el crucigrama—. Y justo las letras calzan en las casillas.

— ¿Cómo es que sabes eso?

—A veces solo escucho rumores de pasillos y retengo.

Me siento en el mismo sofá y siento a Elise sentarse en el brazo del mismo, sus dedos van a mi cabello aun húmedo y le sonrío. Sorprendentemente «morsas» encaja en las casillas junto a las letras de otras respuestas.

»Te lo dije, aprendiste algo nuevo.

—Eso siempre es bueno.

— ¿Cómo estás? Ya sabes, después de todo...—le pregunta Elise.

— ¿Después de que mataran a mi personaje? Admito que es decepcionante y un poco amargo de dirigir, pero no hice nada malo. Tal vez fui estúpido hace tiempo al hacerme tales fotos, eran privadas y salieron a la luz, pero honestamente no cometí ningún crimen atroz ¡Que me condenen por mostrar mi polla! —enarco mis cejas y ríe—. Tienes la primicia ¿La serie en donde estaba que se estrenó hace poco? Me mataron por mis fotos filtradas.

—Pensé que en esos casos se hacía control de daños utilizando la publicidad. Mi agente solía decir que ninguna publicidad es mala si la sabes utilizar.

—Tu agente tiene cerebro—afirma Elise.

—Vendrán otros proyectos, estoy seguro de que será así. El problema de mi vida tiene nombre, una bella sonrisa y unas piernas largas que me matan.

—Una mujer—afirmo sonriendo.

—Exacto ¿No te pasa que estás loco y quieres besar el suelo que pisa Elise?

—Posiblemente.

—Bueno, también me pasa, no con Elise, y no te lo tomes a mal cariño, solo que no me refiero a ti.

—No me siento ofendida. No me interesa que beses mi suelo, solo me importa Matthew.

—Bueno, eso dolió un poco—finge sobar su pecho—. En fin, solo quise pasar a hablar de ello con mi muñeca in...Elise. No sabía que estarías ocupada.

Es un poco raro que él me agrade y que de hecho no me sienta inquieto, extraño o elocuente sobre la idea de dejarlo a solo con mi novia, teniendo en cuenta que tienen cierto tipo de historia. Supongo que es la cosa de la confianza y el ver que no parece tener ninguna otra intención

—No te preocupes, iré a casa—volteo a ver a Elise— ¿Te veo antes de viajar, musa?

—Seguro.

***

25 de septiembre, 2015.



Asunto: Lo siento.

"Matthew, seguramente este correo te tomará por sorpresa, posiblemente te enojará o te hará preguntarte "¿Por qué ahora?"

Desde hace mucho tiempo he estado pensando en ti, muchas veces me he preguntado qué pasaba por mi cabeza cuando solo fui una de esas personas que calló y no hizo nada por ti. Me duele ver hacia atrás y darme cuenta que nunca desmentí lo que otros decían, lo que mi hermano decía.

Me duele la idea de pensar que te hice una herida tan grande que te acorraló hasta lo que pensaste que era tu única opción.

Lloré mucho cuando supe que lo hiciste la primera vez, pero puedo intuir que piensas: no hiciste nada. Lo sé, y eso siempre va a pesarme.

Me siento estúpida porque sabía que aun sufrías, veía que el acoso empeoraba aún después de que un auto te lastimara, y yo solo me quedaba a observar con la absurda idea de que cuando te cansaras tú te defenderías, era mi pobre excusa y sé que no tiene sentido, me siento muy avergonzada.

Por muchos años he querido conversar contigo, pero tenía miedo de volverte a ver, de buscarte porque sé que no tengo ningún derecho sobre ello. Soy posiblemente de las últimas personas que quisieras ver en tu vida.

Quizá esto es injusto, pero me gustaría tener la oportunidad de que conversáramos, me alegra saber que tus heridas están cerradas y curadas, pero creo que necesito hablar contigo para poder cerrar las mías.

No espero que te compadezcas cuando nunca te ayudé a levantarte del lodo y todo lo que hice fue hundirte más. Quisiera decirte tantas cosas, pero este no es el medio.

Piénsalo, por favor.

Espero tu respuesta.

Lamento todo el daño que te causé,

Abby Vanner."



Respiro hondo terminando de leer el correo por segunda vez. Es una sensación angustiante darme cuenta que el pasado apareció y se empeña en encontrarme. Ver a Abby fue como abrir las puertas de viejos demonios que aun cuando no son fuertes, son un eco leve que me eriza la piel y hace que mi cuerpo se estremezca.

Mi agente está hablando sobre nuestro itinerario para mañana cuando empiece la segunda firma de libros y conferencia pautada, no le presto atención mientras permanezco sentado en la cama de hotel de un pomposo hotel en New York.

Bloqueo mi celular aun sin responder el correo de Elise, que fue la razón por la que estaba en mi correo y enciendo la televisión con servicio a cable, porque sé que con la diferencia horaria justo en este momento ella estará empezando su programa o si no es así, de tener suerte, estará en repetición.

De algún modo necesito verla. Necesito mantenerme en el presente y no viajar al pasado.

Breana y Krista se encuentran hablando, me concentro en escucharlas aun cuando no sé de quién hablan. Afortunadamente mi agente deja de hablar al notar que no estoy dándole la atención que quiere.

Pocos minutos después las cámaras enfocan a Elise y por un momento parece que frunce el ceño antes de comenzar a hablar.

—Tal como lo anuncié al principio del programa, hoy nuestra sección será muy especial—sonríe y la cámara hace otra toma— y diferente, seguramente se preguntarán por qué. Hace un tiempo me aboqué totalmente a este proyecto por qué que ustedes quieren saber todo y soy así de eficiente—ríe—. Así que, disfruten del especial.

Sonrío porque rueda sus ojos antes de que la cámara deje de enfocarla y comience a reproducir un reportaje. En un principio las imágenes son rápidas por lo que me cuesta capturarlas y supongo que a toda la audiencia.

— ¿Qué carajos? —murmura mi agente y yo entrecierro mis ojos.

Ese soy yo. Son fotos de mí.

Siento mis orejas calentarse, nunca he sido de verme en televisión o buscarme en internet, de alguna manera verme de ese modo siempre me ha intimidado, pero ahora simplemente no puedo dejar de hacerlo.

Es un reportaje muy elaborado, muchas imágenes, una voz de fondo hablando, a veces Elise lo hace. Presiono mi dedo índice contra mi boca sin perderme nada de ello. Muchos minutos.

Es un reportaje largo que mi agente y yo vemos en silencio sin poder despegar la vista. Cuando termina va de inmediato a cortes comerciales y parpadeo continuamente. Volteo a ver a mi agente, me devuelve la mirada.

—Era yo.

—Lo eras.

—En el programa de mi novia.

—Matthew, si quieres...

—Quiero estar solo.

—Mira, vamos a respirar hondo y analizar esto.

Asiento con la cabeza y me pongo de pie, doy al menos dos vueltas sin saber hacia dónde caminar. Luego me detengo frente al televisor, esperando que el programa comience de nuevo. Las propagandas y publicidad parecen ser eternas.

—Vamos, regresa—susurro pasando las manos por mi cabello— ¿Cuándo mierda termina el espacio publicitario? —Tiro de mi cabello— ¡Maldita sea! ¿Cuándo?

Rupert, mi agente, salta, nunca he gritado en su presencia y honestamente muy pocas veces grito. Siento mis orejas calentarse mientras poco a poco el control va escapando de mí. La serenidad se va evaporando y luego escucho las notificaciones inmediatas sonar en mi celular. No se detienen.

El puto programa no regresa del espacio publicitario.

—Vete de mi habitación, por favor. Necesito estar solo.

—No creo que sea conveniente, vamos a tranquilizarnos. Llamaremos...

Tomo el maldito televisor y comienzo a tirar de él, seguramente pesa pero en este momento no puedo notarlo. Lo sostengo arrancando los cables del tomacorriente y luego lo dejo caer al suelo haciendo que se estrella con fuerza y que chispas salten. Tomo respiraciones que se sienten como jadeos.

Estoy perdiéndome. Reconozco los síntomas de cuando pierdo el control. Hace muchos años no me sentía así, como si abrieran mi pecho y torturaran mi corazón hasta el cansancio. Como si burlas, disparos y torturas estuvieran en mi cabeza sin dejarme pensar.

Veo a mi alrededor sin ver realmente y luego bajo la vista al televisor que yo acabo de arrojar. Me agacho y comienzo a golpear la pantalla hasta comenzar a agrietarla, comienzo ver sangre en mis nudillos mientras hay gritos a mí alrededor. Quiero acabar con el televisor y hacer de cuenta que no acabo de verme en un reportaje.

— ¡Matthew! Calma, Matthew.

— ¡Déjame malditamente solo! Vete. Ahora.

—No...

—Solo vete, no es como si fuera a colgarme del puto techo una vez más—grito.

Rupert maldice, mi cuerpo se estremece mientras dejo de golpear la pantalla ahora rota. Cierro mis ojos con fuerzas ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué ha hecho esto?

Lucho contra las equivocadas palabras: quiero morirme. Hace muchos años eran palabras que pasaban mucho por mi cabeza y aprendí a no usarlas nunca más incluso si solo se trataba de una expresión ante situaciones que me sobrepasaban. No debo usarlas, no debo pensarlas.

No quiero morir. No quiero morir. No soy así, yo no pienso así.

Me doy cuenta que mi rostro está húmedo y cuando bajo la mirada mis manos, éstas son un desastre de sangre y piel desgarrada, no puedo mover una de ellas que luce de manera grave. Personas entran a mi habitación, alguien toma mis manos, pero no puedo verlos, estoy cegado y paralizado.

— ¡Llamen a un doctor! Está entrando en estado de shock y hay mucho daño en sus manos.

No puedo moverme sin embargo mi cuerpo tiembla. Creo que estoy hablando, no sé lo que digo, no puedo ver aun cuando mis ojos están abiertos, no puedo enfocarlos. Y no siento el dolor en mis manos arruinadas, siento un dolor más profundo dentro de mí.

» ¡Dense prisa! Espero y no arruinaras tus manos—es una voz femenina, se escucha a lo lejos—, porque son una de las herramientas más preciadas de todo escritor. Aguanta un poco, escritor.

Ni siquiera me importa.





Bueno... capaz que las cosas no son tan graves y todo se soluciona rapidito...

Esta parte del capítulo va dedicada  a @SuperBad_Girl  cariño muy gustosa el hada te ha señalado, gracias por todo el apoyo y por no rendirte, nunca hay que perder las ganas y finalmente aquí tienes tu dedicación.

Espero les guste.

Un beso.

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