Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Treinta y Cinco: Viejos temores

Capítulo treinta y cinco: viejos temores.



Matthew.



Ella no me dice nada, creo que se encuentra sin palabras.

Ver a Elise después de tantos días y todo el desastre se siente como un soplo de aire fresco, solo que en medio de respirar ese aire que se siente tan limpio, necesario y puro, comienzo a asfixiarme.

Hay cosas muy turbias, heridas viejas que han sido removidas. Quisiera decir que el pasado no me avergüenza, y quizá es así, pero no del todo. Hay una pequeña parte de mí que baja la cabeza ante el recuerdo de aquellas decisiones que tomé cuando mi corazón se encontraba tan herido y mi amor propio no brillaba, estaba en ausencia.

Todo es tan confuso. En mi interior sé que Elise no me haría daño adrede, pero en este momento mi vida es un caos, es casi igual de desastrosa que durante mi adolescencia. Todos quieren hablar de lo que me sucedió, todos creen saber por qué lo hice. Y ahora no soy solo Matthew Williams el escritor, ahora soy esa persona que estuvo internada tras dos intentos de suicidio. Todo fue expuesto de una manera tan detallada que fue perturbador presenciar esa parte de mi vida como un espectador más.

—Matthew...—comienza ella tras lo que ha sido el silencio más largo—. Nunca te haría daño, debes creerme. Todo ha sido un desastre—pasa las manos por su rostro—. Yo no sabía de qué iba ese programa, todas esas veces que Kennedy me felicitaba se trataba de eso, yo solo leía ese día y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde.

»Yo no rompería tu confianza de esa manera. Ya no trabajo en el programa y he estado movilizándome para conseguir entender qué y cómo sucedió todo este horrible desastre.

—Cuando Rupert, mi agente, comenzó a movilizarse para demandar...Todo te señalaba a ti, todo te señala a ti. Cada declaración, cada pista, todo conduce a ti.

—Lo sé—toma un respiro como si hacerlo le pesara. Solo hay una mesa entre nosotros, pero se siente como si todo un mar nos separara—. Son mis correos, pero yo no los escribí. Ni siquiera sé qué correos fueron intercambiados. Sé que suena como una pobre excusa y no tengo pruebas para demostrarlo, pero estoy siendo sincera, de verdad. Estoy siendo honesta, Matthew, por favor créeme.

Cierro mis ojos y tomo varias respiraciones. Mamá, uno de mis tíos, un par de primos y mi agente me advirtieron que tenía que pensar con la cabeza fría y analizar cuando Elise se justificara. No creo que me lo dijeran como un acto de mala fe, solo intentan protegerme. Lo cual me lleva a creer que me ven indefenso.

Sé que debo analizar bien esto, no creer en palabras bonitas porque ya una vez me dejé llevar por ello y no me fue bien; pero cuando abro mis ojos y veo los de Elise me es tan difícil no pensar en que es la misma mujer que pasó tantos momentos buenos conmigo, me escuchó y no juzgó. No se siente bien intentar no amarla, no se siente bien intentar despreciarla. Simplemente no creer en ella me hace sentir incómodo y vacío.

—Algunos me advirtieron y dijeron que debía venir con un caparazón de acero para cuando intentaras explicarme y darme excusas que como un tonto atrapado aceptaría sin dudar. Elise, lo que dices suena...Tan...

—Lo sé, suena improbable y como una excusa barata, pero yo estoy siendo honesta, Matthew, lo prometo—sus ojos se humedecen y eso me hace estremecer— ¡Joder! No fui yo. No lo fui.

Tengo el impulso de pasar las manos por mi rostro, pero entonces recuerdo que una de ellas quizá ni siquiera vuelva a funcionar, recordar eso es como sentir un bloque de hielo aplastar mis sueños. No es que pueda culpar a alguien más de ello, yo mismo arruiné mi mano y es algo en lo que trato de no pensar mucho actualmente porque estoy aterrado de la posibilidad de nunca más tener dominio de ella.

—No sé qué sucedió. Solo sé que se sintió terrible verme de ese modo, lo loco es que quiero y deseo creer en ti, porque Elise, eres una buena persona, lo sé. Todo lo que quiero es entender esto, necesito saberlo. Dímelo.

—Yo también lo necesito, pero no lo sé. Dame tiempo, te prometo que encontraré la respuesta a todo esto. Tiene que haber alguna explicación.

— ¿Me estás pidiendo que simplemente espere?

—Tiempo, Matthew, es lo que necesito. Tiempo, por favor.

Mi vista queda en la botella de agua frente a ella. Tiempo. Supongo que Elise se me adelantó un poco, porque estoy a instantes de decir unas palabras que me pesan, pero que conllevan a la decisión que tomé.

—Vamos a darnos un tiempo—sentencio.

—No es el tiempo al que me refería—susurra y trato de que esa declaración no me afecte.

—Es el tiempo que conseguimos—alzo mi barbilla—. Eres importante para mí, pero esto ha sido demasiado. Yo, simplemente yo...

—Honestamente esto me duele demasiado, Matthew—presiona su índice y pulgar contra sus lagrimales, pero aún así una lágrima se le escapa y eso me estruja el corazón. Ella pudo verse envuelta en todo esto, pero aun así eso no quiere decir que desee hacerle algún daño. La amo, difícilmente quiero lastimarla—. No es el tipo de tiempo al que me refería. Matthew yo te...

—No—alzo mi mano—. Detente. Necesitamos un tiempo, yo...Lo necesito. Ahora toda mi vida está de cabeza. Estoy asfixiándome, Elise. Trato de pensar que todo está bien, que estaré bien, pero aún tengo esos pensamientos oscuros, sobre no sentirme bien y estoy luchando con ello, pero toma tanto de mí que justo ahora no tengo nada para dar.

No miento. Estos días han sido caóticos y terribles. Me repito una y otra vez que soy fuerte, que soy digno y me digo una y otra vez que me amo, sin embargo ha emergido de nuevo una parte de mí, esa diminuta parte de mí que aún se asusta ante la vida y que me recuerda aquellas decisiones pasadas.

Sé que no caeré de nuevo.

Me recuerdo cada día que mi vida es muy buena, que soy afortunado. Sin embargo siento que de nuevo estoy en una lucha con el pasado y toma todo de mí. Lucho contra el control de la ansiedad, el insomnio, preocupación de mi mano y mi futuro incierto.

— ¿Crees en mí, Matthew?

Su celular suena y aunque trata de ignorarlo, no deja de sonar. Lee rápidamente el remitente y su ceño se frunce. Deja el celular a un lado y estira su mano acariciando la mía, la incapacitada hasta el momento.

Tengo este loco impulso de saltar sobre la mesa y solo abrazarla, esas ganas crecen cuando veo sus ojos humedecerse una vez más. Me observa con fijeza.

—Tu mano va a estar bien, ya lo verás. Todo está bien, Matthew. Y yo voy a demostrar lo que sea que nos hicieron.

—Debo irme, tengo una cita...

—Oh...—libera mi mano.

—Con mi antiguo psicólogo.

No el psiquiatra que vi en mi primer intento de suicidio que solo me recetó fármacos antidepresivos y de ansiedad que me hicieron sentir peor, hablo del psicólogo que me vio en donde estuve internado, que en todo ese tiempo me ayudó a dar pasos hacia adelante.

» ¿Qué clase de cita pensaste?

—Lo sé, soy una idiota, solo que la idea de perderte, yo...Eres más de lo que quise alguna vez. Eres esa persona especial entre tantas a las que le diría algo tan rosa como esto. Y soy idiota por pensar en cualquier otro tipo de citas, pero estoy tan aturdida y asustada sobre que esto sea el final cuando apenas comenzábamos.

Nos observamos fijamente durante unos largos segundos, tal vez se convierten en minutos y luego solo veo hacia otro lado. Debo irme, realmente tengo una cita con mi antiguo psicólogo porque me siento en medio de un pozo que está luchando para absorberme y no quiero dejarme arrastrar.

—Debo irme, Elise.

—Yo no—sacude su cabeza y mira hacia el techo—. No tengo trabajo y tengo muchas cosas que resolver, me quedaré aquí.

Vacilo sobre dejarla porque alejarme es como comenzar a tomar trozos de mi corazón, pero realmente necesito tiempo para enderezar mis piezas, para asimilar esto y hacer control de daños. No solo los daños de imagen y publicidad, hablo de los daños internos que han sido removidos, y claro, el externo en lo que respecta a mi mano. No sé qué haré si simplemente pierdo la funcionalidad de ella.

Finalmente tomo las fuerzas que aún conservo y me pongo de pie, suspiro y tomo impulso para alejarme de la mujer que tiene mi corazón atrapado y enlazado con el suyo. En última instancia decido responderle:

—Si no creyera en ti, nunca hubiese venido. Hace unos años no me preocupé por conversar con Abby luego de todo, pero contigo todo lo que quise fue escucharte. No pienses que no creo en ti.

La veo soltar una respiración profunda, con pesar giro y comienzo alejarme.

Alejarse y dar la espalda a lo que se vio como un futuro prometedor nunca dolió tanto. En mi interior hay una extraña voz asegurándome que este es el final para nosotros dos. Maldita sea, eso duele.

En este momento siento una pesadez en el alma. Siento que mi luz se apaga de a poco y me dejo arrastrar por antiguos tormentos. Debo luchar contra esto. No puedo dejarme caer.

***

4 de octubre, 2015.

Edmun y Alex permanecen en silencio mientras todo lo que hago es observar con fijeza el rompecabezas de cinco mil piezas que estamos armando mi mesa de comedor. Alex realiza el suspiro más largo y alzo la vista hacia él.

—Esto es patético, míranos. Hombres veinteañeros armando un rompecabezas mientras toman un té helado de infusiones de rosas. Dispárame—Edmun finge tener un ataque y morir, ruedo mis ojos.

—No puedo ingerir alcohol, eso podría afectarme. Estoy en una etapa vulnerable en la que el licor podría solo desatar algo negativo en mí, Franco y yo lo hablamos.

— ¿Franco es el nombre de tu antiguo psicólogo? —cuestiona Alex logrando encajar una pieza. Asiento con la cabeza— ¿Y él está bien con que hables tan fríamente ante la idea de tener cualquier conducta negativa?

—No, pero vive con ello. Aceptémoslo, soy una bomba con un reloj contando los segundos para explotar. Estoy en arena movediza. Lucho ¡Maldita sea! Lucho con una ansiedad que quiere consumirme y pensamientos que quieren atraparme. Hay un nudo en mi pecho que quiere afligirme, un millón de razones esperando a ser liberadas para hacerme creer que no puedo, que solo debo dejarme arrastrar. Lucho cada segundo, Alex, y ser sincero me ayuda a no darme por vencido y controlar esa parte de mí que aún existe y no desaparece.

—Tiene que ser una mierda luchar contra ti mismo. Contra una parte de ti.

—Lo es, Ed, pero me digo que saldré de esto como lo hice en el pasado. Solo necesito trabajar en ello y tiempo.

— ¿Cuánto tiempo?

Alex lo golpea de manera no sutil y Edmun rueda sus ojos.

» ¿Qué? No estoy siendo insensible, solo quiero saber cuánto tiempo para calcular el tiempo que le tomará a un montón de hombres intentar atrapar a esa hermosa novia suya. Honestamente en mi tienes un voto a favor de confiemos en Elise, he escuchado lo que muchos te han dicho, pero también he presenciado cómo son cuando están juntos; y Matt, casi quiero pintarlos y poner corazones cursis alrededor de ustedes. Amor, ahí hay amor y no creo que ella simplemente rompa una confianza que con tanto esfuerzo obtuvo. Ella debe tener su propia basura con la cual lidiar para solo revolver la tuya por gusto.

—No lo hubiese dicho de esa manera, pero honestamente, Matt, está vez tengo que estar de acuerdo con Ed. No creo que Elise directamente te hiciera ese daño, no creo que ella deseara hacerte daño y reabrir tus heridas.

—Mi mamá está tan furiosa—intento encajar una pieza, pero no calza. Suspiro—. Entiendo de dónde viene su preocupación, entiendo su temor, pero ella está cortando mi aire y cuando la veo a los ojos, ahí identifico su miedo. Ella teme que haga mi tercer intento y ver esa falta de fe me hace sentir tan vulnerable y culpable, porque soy yo quien pone esa mirada en ella.

»Es muy jodido, porque entiendo de dónde viene su angustia, yo me encargué de sembrarla hace mucho, pero mientras lucho solo quisiera sentir que creen en mi fortaleza, no que estoy a poco de dejarme caer. Me duele que mamá piense que tiene que estar en cada respiro que tomo para asegurarse de que no sea el último. Me duele que ella se sienta insegura por mi culpa—consigo una pieza que sí encaja—. Siempre he tratado de ahogar la voz que me dice que el pasado no solo queda debajo de la alfombra, y ahora no puedo solo ignorarlo.

—Natalie te adora Matt, tu mamá simplemente te ama y es comprensible el cómo se siente. Incluso mi loca madre se sentiría así, eres su bebé y siempre querrá protegerte. Está asustada de no ser lo suficiente buena para cuidarte porque siente que hace unos años te falló cuando no pudo detenerte y en este momento, incluso aunque Elise racionalmente no nos parece culpable, para ella simplemente resulta lógico y sencillo volcar la culpa en ella porque está asustada de cómo esto va a influir en ti—Alex ladea su cabeza a un lado—. No te impongas esta culpa, Matt, tienes demasiado peso sobre tus hombros, debes aligerarlo no volverlo más pesado.

—Dime la verdad, Matt ¿Culpas a Elise? —Edmun se cruza de brazos esperando mi respuesta.

—Todo señala hacia ella.

—Ya veo, bonita respuesta, Matthew Williams.

Permanezco en silencio, una maldita pieza no calza y me frustro mientras quiero obligarla a encajar. Es como mi maldita vida en este momento, quiero poner todo en su lugar y simplemente no hacen el ajuste perfecto. Estiro la mano y frustrado barro todo sobre la mesa haciendo que las piezas y lo que llevábamos hecho caiga al suelo. Edmun le da un largo trago a su cerveza mientras Alex frunce el ceño.

—Y ahí se va nuestro trabajo de una hora.

—Gracias al cielo, porque honestamente parecíamos ancianos pensionados sin posibilidad alguna de erecciones fuera de la pastilla azul—garantiza Edmun rascando su cabeza, toma mechones de su cabello—. Creo que voy a cortar esta mierda, mi tío dijo que casi me confunde con una nena.

Edmun consigue hacerme reír, porque no hay manera en la que aun con cabello largo alguien pueda confundirlo con una mujer. No hay nada femenino en él. Es absurdo. Suspiro viendo las piezas del rompecabezas en el suelo.

—La amo y el amor me hace desear y querer creer en ella—susurro—. Soy un idiota, quizá, pero gran parte de mí cree en ella. Lo hago.

***

6 de octubre, 2015.

Y ahí está mi teléfono una vez más, sonando mientras una llamada de Nicole intenta llegar hasta mí.

Lo observo en la mesa de la pequeña sala de reuniones en la que me encuentro, suena y vibra. No deseo hablar con Nicole de nuevo. Si bien todavía quisiera que fuéramos amigos, hablar con ella hace un par de días fue más que un poco frustrante. Fue como si hubiese decidido investirse de la novia agobiante que en su momento fue. Fue agotador, molesto e irritante.

Entonces ahora ella lo intenta. Lo intenta una y otra vez, y no tengo la paciencia ni las ganas para ello. En este momento no puedo lidiar con Nicole, más cuando parece que ha adquirido la idea equivocada de que tras lo que llama «una bastarda traición» por parte de Elise, yo pienso de inmediato en retomar las cosas con ellas. Cuán equivocada está.

—Lamento la tardanza, pero no esperaba que mi pequeño terremoto fuera dejada en mi oficina

Alzo la vista y encuentro la sonrisa de Kaethennis, trato de devolverle la sonrisa mientras la saludo; Grace entra rápidamente siendo seguida de un chico que luce joven y totalmente desconocido para mí.

—Hola, Grace.

Como siempre ella toma un profundo respiro mientras sus ojos se abren mucho, luego me sonríe y asiente con su cabeza. Es algo divertido que siempre sea la misma cosa cuando la saludo.

—Hola, Matthew. Qué bueno es verte.

—Él es mi nuevo asistente Mike—Kaethennis sonríe—; no te ofendas si se vuelve preguntón, aún estamos trabajando en eso ¿Cierto, Mike?

—Poco a poco. Es todo un gusto conocerlo, señor Williams. Soy un gran admirador de sus historias—alza las manos como si fingiera alguna explosión—. Maravilloso, espectacular. Es usted el señor rey de las palabras—se acerca y estira su mano, cuando la estrecho la sacude con fuerza y no puedo evitar sonreír. No ha de tener más de diecinueve años—. Llámeme su fan número uno ¡Esto es de locos!

—Él es peor que yo—me asegura Grace tomando asiento.

Cada uno se ubica en un puesto, veo de reojo a mi izquierda y la vista del chico aún sigue en mí. Aclaro mi garganta decidiendo que es mejor ir de una vez al grano, así que decido yo mismo sacar a colación el tema.

—Sobre todo lo que ha sucedido, la mala publicidad...

—Ninguna publicidad es mala, señor.

—Mike—lo reprende Kaethennis entrecerrando sus ojos hacia él, luego me observa—. Lamento mucho que estés pasando por toda esta situación, Matthew y creo que lo que Mike intentaba decir de una muy mala manera, es que todo este asunto ha disparado como loco las ventas. Tus libros vuelan.

—A las personas les gusta el morbo, quizá solo intentan descubrir si encontrarán información de mí en ellos.

—Creo...—comienza Grace—que no todos lo hacen con esa intención, quizá algunos solo se identifican contigo o te admiran y quieren leer la manera maravillosa en la que tienes un don y saliste adelante.

—Uhmm—me limito a decir. Veo hacia el techo y luego hacia la dueña de la editorial—. Entonces, todo este lío ¿No ha sido un problema para la editorial?

—No—casi parece avergonzada de su respuesta—, como te dije, por el contrario, las ventas se han disparado.

—Bueno—rasco mi barbilla—, es lo que es.

—No quiero que pienses que...

—Tranquila, sé que no es tu culpa. Y es realmente bueno que se venda, supongo. Mi desastre no es tu culpa.

—Es una lástima, señor, porque su novia es ardiente y hermosa, una lástima que le clavara el puñal por la espalda, aunque seguirá siendo hermosa.

—Oh, Dios mío ¡Mike! —Grita Grace—Mantente en silencio. Debes tomar notas, no hacerlo sentir miserable.

—Muy bien, calma a ustedes dos—pide Kaethennis y a pesar de todo, esto me hace reír. Encuentro totalmente divertido lo que sucede—. Matthew antes de que te hagamos enloquecer, quiero decirte que leí tu manuscrito, ni siquiera podía parar. Es francamente increíble.

»Es tan diferente a todo lo que has escrito antes, porque confieso que me he leído todos tus libros, desde que sacaste el primero. Pero este parece tan apasionado, atrapante y cautivador. Es la primera vez que leo que escribes romance y es simplemente impresionante.

Golpeo mis dedos sobre la mesa, por alguna razón o quizá adrede, olvidé que ella tiene mi manuscrito, la historia que escribí a raíz de un reto de Elise, pero que nos acercó hasta convertirlo en algo más.

—Quise probar nuevas aguas—miento.

—Totalmente estoy a bordo de publicarlo. Nuestro abogado redactó un contrato que le enviaremos a tu agente, pero que también hemos impreso para ti. Puedes leerlo, es negociable a los cambios que quieras darle siempre que sean manejables y acordes.

Publicar la historia. Antes parecía como algo que innegablemente quería, digo, por algo le di el borrador a la editorial, pero ahora, simplemente no lo sé. Sin embargo, no quiero descartarlo sin haberlo pensado bien.

No es bueno tomar decisiones cuando tu corazón está afligido y sensible. Estoy propenso en este momento a tomar decisiones que resulten cuestionables.

—Voy a leerlo ¿De acuerdo?

—Está bien, anota eso Mike, por favor.

—Sí, señora.

—Otro detalle. La primera edición de tu libro está agotada, por lo que hemos tenido que estar imprimiendo bajo demanda. Entonces, acá te presentó una nueva clausula sobre una nueva edición que es un poco la razón por la que Grace está aquí, ella tiene buenas ideas para pequeños cambios de maquetación y presentación de esta nueva edición.

Le doy toda mi atención a la rubia que ahora se sonroja pero que no se te intimida al momento de darme su explicación. Supongo que esto es todo en lo que puedo concentrar en mi carrera en este momento. No puedo evitar bajar la mirada a mi mano ¿Qué sucederá conmigo si no recupero la movilidad?

He saboteado mi carrera, mi sueño. Mi vida está hecha un caos y estoy aferrándome fuertemente a no dejarme ir. No dejo de luchar porque no quiero caer. No voy a permitirme caer. No tocaré fondo.

***

7 de octubre, 2015.

Lucas deja caer su mano en mi nariz mientras balbucea, le sonrío y dejo un beso sonoro en su mejilla que lo hace gritar. Estoy ansioso de que Lucas consiga poder hablar, sé que va a lograrlo del mismo modo que consiguió poder caminar de manera tardía. Mi prima, Corine, sostiene a Lucas en el mesón frente a mí e impide que el niño toque mi mano cada vez que quiere.

Mamá corta con demasiada fuerza unos vegetales y realmente trato de no prestarle atención a ese hecho, porque sé que está molesta...Conmigo.

— ¿Solo no vas a denunciarla, Matthew?

—Es lo que te he dicho, mamá.

—No estoy de acuerdo, ella ha traicionado tu confianza, te ha expuesto de manera horrible ante el mundo y ha hecho que emerja en ti antiguos miedos y demonios ¿Vamos a aplaudirle? Ha violado tu derecho a la privacidad.

—Elise no fue quien lo hizo.

— ¿Qué se supone que te hace creer eso cuando el mundo entero lo vio en televisión en vivo?

—La amo y yo sé en mi corazón de quién me enamoré.

—Ella te vendió, no solo a su canal para quién sabe qué, también a esa horrible revista donde redactó todo. Y si la amas tanto, tienes que reconocer que esa era su voz en muchos de los diálogos ¿Por qué habló tan mal de ti? ¡Con burla!

Miro hacia el mesón frente a mí. Sé que durante el documental hubo muchas palabras de parte de Elise, era su voz, no me atreví a preguntarle por ello, y es ese uno de los detalles que hacen que todo sea tan confuso. Yo quiero creer en ella, pero hay tantas señales enloqueciéndome. Señales que no me dejan ignorar.

Discretamente Corine carga a Lucas y nos deja a solas dándose cuenta de que esta es una conversación totalmente seria y delicada. Mamá se acerca y acaricia mi mejilla, hay tanto amor y preocupación en su mirada.

—Matthew, ya una vez fuiste lastimado, por favor, no quiero que lo hagan de nuevo.

—Yo la amo.

—Si un amor te destruye, entonces no es el indicado.

Pero Elise no me destruye, ella me dio tantos buenos momentos que no parece idóneo olvidarlos por este horrible suceso.

—Ella no me destruye, todo esto tiene que tener alguna explicación.

Ella suspira y besa mi frente, hay tristeza en el gesto. Mamá está odiando la idea de que yo pueda llegar a asociar la idea del amor con sufrimiento, tomando en cuenta mis experiencias. La abrazo fuertemente enterrando mi cabeza en su cuello.

»No la juzguemos, por favor. Ella va a darme una explicación, ella no es una mala persona. Por favor, mamá, apóyame.

—Oh, mi Matthew—se lamenta acariciando mi cabello mientras continúa abrazándome.

—Por favor, mamá. No me quites esa esperanza. Apóyame. Sé que te fallé cuando hice lo que hice hace tantos años, pero por favor, apóyame en esto.

No me doy cuenta de que estoy derramando lágrimas contra su cuello hasta que ella rompe a llorar abrazándome fuertemente, la única razón por la que parece que estamos en la misma altura es porque continúo sentado en uno de los altos taburetes del mesón. Ella solloza mientras yo no dejo de derramar lágrimas.

»Perdóname por lo que hice en el pasado mamá, pero no me des la espalda, por favor. Te necesito conmigo. Por favor, mamá. Perdóname por romper tu corazón, por favor.

—Matt, cariño, por favor detente. No tengo nada que perdonarte, bebé, está bien. Estamos bien.

La abrazo con tanta fuerzas que temo estar haciéndole daño, un sollozo escapa de mí, siento que estoy desmoronándome entre sus brazos.

—Estoy asustado, tengo miedo de mis pensamientos, tengo miedo de una parte de mí que sé que está en algún lugar siendo molestado por el pasado—lloro—. Temo tanto que el dolor me gane y me haga olvidar quién soy, lo mucho que valgo y lo orgulloso que estoy de mí.

»Temo un día no sentirme suficiente, despertar y volver a sentirme como un adolescente odiado incluso por sí mismo. Temo tanto, mamá, pero no temo de amar a Elise, y no puedo no creer en ella. No puedo. Cree conmigo, mamá. Por favor, no me dejes solo.

—Nunca te dejaría solo, mi niño. Todo va a estar bien.

Nos abrazamos por tanto tiempo que ni siquiera puedo llevar la cuenta, me deja llorar abrazado a su cuerpo como cuando era un pequeño niño obeso que no entendía de dónde provenía tanta maldad. En algún momento comienza a tararear una canción que me relaja hasta solo convertir el llanto en una respiración temblorosa y pequeñas exhalaciones.

—Hola, tía y Matt.

No dejo de abrazar a mamá, pero Amber se acerca y revuelve mi cabello como a un chiquillo antes de permanecer de pie a mi lado, solo entonces caigo en cuenta de que está aquí al medio día de un día miércoles. Me incorporo y limpio el rastro de lágrimas de mi rostro.

— ¿Por qué no estás con Dante?

Amber mordisquea su labio mientras parece pensar con detenimiento lo que va a decirme, me pongo alerta de inmediato.

»Amber, respóndeme.

—Hubo un contratiempo, él está con sus hijos en este momento. No me necesitan ahora y no por los próximos días.

— ¿Están bien?

—Sí, supongo—se acerca y pasa su brazo alrededor de mis hombros— ¿Cómo estás tú?

—Voy a estar bien.

Sonríe y se acerca para susurrar en mi oído:

—Yo creo en Elise.

***

13 de octubre, 2015.

Abro la puerta sin ver de quién se trata y me arrepiento cuando Nicole me abraza de inmediato con fuerzas. No rechazo su abrazo, pero tampoco soy él más entusiasta. En mi interior habita una parte que siente que le debe mucho y como el amigo que fui en su momento e incluso su novio, yo deseo que ella sea feliz.

Cuando deja de abrazarme toma mi rostro entre sus manos y me observa. Por alguna razón ella lleva grandes ojeras y luce como si no hubiese descansado los últimos días, lo cual la hace lucir un poco como yo.

— ¿Estás bien, Matty?

—Sí.

Ella se abre paso en mi apartamento y cierro la puerta. Le ofrezco algo de beber y me sorprende cuando me pide vodka, ella nunca ha sido de beber mucho. Me siento a su lado en el sofá junto a ella y la observo. Normalmente ella estaría atosigándome y sacando a colación nuestra pasada relación, pero Nicole luce muy diferente.

Su mano tiembla un poco y luego sus ojos me observan y se humedecen, una lágrima cae y me estiro a limpiarla. Ésta chica me salvó la vida, fue mi novia y no todo fue terrible, y antes de eso, fue mi amiga. Me preocupo por ella.

— ¿Sucede algo, Nicole?

—No soy una mala persona, Matty. Nunca he querido ser una mala persona—su labio inferior tiembla—. A veces siento que amarte tanto me hace daño, todo lo que quiero es que me des aunque sea la mitad del amor que siento por ti.

»Un día estábamos bien y luego solo no estabas junto a mí, y suspirabas por ella. Me dejabas. Me abandonabas.

—Terminaste conmigo.

—Pero sabías que era como otras tantas veces en las que me enojaba, tú solo querías una excusa para correr a ella.

Tomo una profunda respiración y me estiro para tomar su mano, en cierta manera no puedo desmentir que cuando me terminó yo me sentí libre de cualquier sentimiento de culpa que podría haber adquirido de haber sido yo el que terminara nuestra relación. Cobarde, lo sé.

—Tienes razón y ese es el por qué no estábamos bien. Tú merecías más que mi gratitud y amor de amigos. Tú mereces un príncipe, alguien que te ame y solo tenga ojos para ti.

—Pero tú eres ese alguien.

—No puedo ser yo, Nicole. Lo siento. Me encantaría amarte de la manera en la que lo deseas, pero no puedo obligarme a hacerlo, no podemos forzarlo.

—Es culpa de esa mujer.

—No, me sentía así mucho antes de Elise. Perdóname por haberte ilusionado, intenté lo nuestro, pero no éramos felices, lo sabes. Solo queríamos crear una rutina.

Sus labios tiemblan de manera incontrolable mientras grandes lágrimas comienzan a caer por su rostro. La atraigo procurando no lastimar mi mano. La observo fijamente.

»Mereces más de lo que yo podía darte. Te quiero Nicole, pero no de la manera en la que quieres. No puedo darte mi corazón y tampoco puedo tomar el tuyo, y ahora te duele que te diga esto, pero más te dolerá si cedo a fingir unos sentimientos que no están, tendrás una felicidad ficticia y toda persona merece sentir, tener y vivir un amor real.

—Es culpa de ella y ahora te ha traicionado, y aun así tú quieres estar con ella ¿No te importa que te traicionara? Confiaste en ella y te falló, y aun así te sientas aquí a decirme esto cuando siempre estoy contigo ¿Qué te ha hecho esa mujer? ¿Es por qué es famosa? ¿Por qué es físicamente perfecta? ¿Qué es, Matthew?

—La amo, Nicole, es eso. La amo, no puedo detenerlo ni evitarlo.

—Me haces tanto daño. Me duele horrible, Matty, por favor para.

—Lamento lastimarte.

Pero no lamento amar a Elise.

Sacude su cabeza y limpia sus lágrimas, toma mi mano inmóvil y me observa con absoluta seriedad.

— ¿Perdonarías a alguien que te ha hecho todo esto? ¿Quién ha expuesto toda tu confianza e historia al mundo?

—Elise no...

— ¿Qué dijo? ¿Qué no eran sus correos? ¿Qué no lo sabe?

Abro mi boca para responder y entonces me detengo. Parpadeo continuamente y retiro mi mano debajo de la suya con mi otra mano. Ella luce dolida y sus ojeras resaltan aún más.

— ¿Cómo sabes que todo se trataba de correos?

—Lo dijiste antes, luego de que la viste cuando te visité.

—No, no lo hice.

Trato de recordar todo con exactitud pero no puedo, sin embargo estoy casi seguro de que solo Alex y Ed saben completamente ese detalle de mi conversación con Elise.

—Lo hiciste.

No dejo de verla fijamente y entonces me doy cuenta que en su mirada se vislumbra un poco de remordimiento.

Nicole me salvó la vida.

Nicole vio todo lo que pasé.

Nicole siempre quiso que yo estuviera bien.

Nicole era mi amiga.

Nicole no me haría daño. No lo haría. No lo haría. No me lastimaría.

Sin embargo...

—Responderé a tu pregunta Nicole. Yo perdonaría a Elise porque sé que tiene que haber alguna explicación, la amo y cuando vi a sus ojos pude ver verdad, no había culpa. Pero cuando yo sepa quién hizo esto, si es alguien de confianza, alguien que ha estado a mi lado y conoce mi historia, yo no me sentiré tan bondadoso. Me romperá el corazón, pero no sé si perdonaré fácilmente, Nicole.

—Pobre de esa persona—susurra—, pero es ella.

— ¿Tú me traicionarías, Nicole? —la veo fijamente a los ojos, se humedecen.

—Yo te amo, nunca quisiera tu odio. No podría vivir sabiendo que me odias.

—No digas eso—la corto de inmediato—. Nunca le des a tu vida el valor del sentimiento de otro hacia ti. Tu vida vale más que lo que otro pueda pensar—siento escalofríos porque sus palabras me fueron familiar de una época en donde cosas peores salían de mi boca—. Nunca digas que no podrías vivir por mi causa.

—Pero es verdad, tú eres todo.

—Nicole...

—Es la verdad—suspira—. Debo volver al trabajo, pero puedo quedarme...

—Ve al trabajo, yo estaré bien. Tienes una vida que continuar, Nicole. Una vida que no gira a mí alrededor.

Quizá son palabras duras, pero tal vez es de ese modo en el que ella realmente entenderá que no estaremos volviendo a estar juntos de la manera en la que ella quiere. La acompaño hasta la puerta y trato de que nuestro abrazo de despedida sea breve.

—Tú no romperías mi confianza ¿Verdad? —pregunto una vez más.

—Nunca quisiera que me odiaras.

La veo irse y sacudo mi cabeza. Puede ser una terrible exnovia, pero la idea de Nicole haciéndome un daño tan grande me causa un malestar tremendo. Solo espero únicamente estar captando las señales equivocadas.

Cuando cierro la puerta me doy cuenta que mi celular lleva minutos vibrando. Respondo al número no registrado.

— ¿Hola?

—Muy bien, pensé que dos días eran suficiente para que sacaras la cabeza de dónde sea que la tengas. Pero me cansé, necesito que traigas tu culo aquí ahora mismo.

— ¿Qué? ¿Con quién estoy hablando?

—Con el maldito mejor amigo de Elise, soy Holden y de verdad necesito que traigas tu culo a la casa de Dante. Ella dice que no estás aquí, que no estuviste aquí. Muévete.

Dicho eso Holden termina la llamada, comienzo a moverme casi en automático en busca de mis zapatos y un suéter con el que cubrir mi camiseta, mientras lo hago marco el número de Amber.

— ¿Qué sucede con Elise? —es lo primero que pregunto cuando ella responde. Escucho su leve jadeo.

— ¿No lo sabes? —su voz se quiebra—Oh, Matthew lo siento, yo solo pensé que...—comienza a llorar.

—Amber, estás asustándome—tomo mis llaves y salgo del apartamento— ¿Qué sucede?

Me cuesta mucho entender lo que dice en medio de su llanto, pero cuando lo logro, me quedo paralizado en medio del pasillo negando con mi cabeza.

No estoy ahí.

No estuve ahí.

Ni siquiera me despido, solo finalizo la llamada con millones de pensamientos atormentándome. Mis problemas y viejos temores siendo alimentados por lo que se siente como un fracaso de mi parte hacia Elise. Su vida simplemente ha cambiado para siempre y yo no estoy ahí. Yo no estuve ahí.




Todo se  derrumbó dentro de mí, dentro de mí.

Comencemos el repaso:

1. ¿Conversación Melise?

2. ¿Melise tomandose un tiempo?

3. Matthew sufriendo con sus pensamientos y el pasado.

4. Conversación con las voces de la conciencia (Ed y Alex).

5. Aparición de dos chicas BG.5 y lo referente a Matthew con la editorial.

6. Matthew y su mamá :'(

7. Conversación de Matthew con Nicole.

8. Esa llamada.


El hada en esta ocasión se encarga de señalar a @Happy13536 espero y esto te haga happy jajaja gracias por el apoyo preciosa, me alegra que esta historia se encuentre en un espacio de tu corazón.

Recuerden que esta historia tiene página de facebook y puedes encontrarla como: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Y puedes unirte al grupo de facebook stefflovers-Darlis Stefany.

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro