
Capítulo Trece: No todo son palabras
Capítulo trece: No todo son palabras.
Nos observamos durante largos segundos. No puedo creer que le dijera Matthew de mierda. Eso no estaba dentro de mis objetivos de vida, pero supongo que no estoy tan de buen humor como creía, o lo estaba y él lo arruinó.
Dejo de ver fijamente sus ojos y me doy la vuelta para caminar hasta la seguridad de mi casa. No voy a pasar por este proceso de nuevo de la tentación de ver algo que no puedes comer.
—Elise— me llama, pero camino con más prisa. Sin embargo usar zapatos de tacón hace que sus zapatos cómodos me alcancen con rapidez—. Espera un momento.
—No voy a hacer esto de nuevo.
— ¿Qué? ¡Elise!
— ¡¿Qué quieres?! ¿Enloquecerme? — alzo mis manos exasperada mientras me doy la vuelta. Él da un paso hacia atrás.
—Lamento lo de...
— ¡No te disculpes! No fuiste tú quien fue una completa perra, porque eso es lo que tu novia fue, una perra total— siseo— ¿Y sabes qué? Siento pena por ti que tienes que aguantarla, porque solo me bastó unas horas para saber que por voluntad propia no me rodearía de ella.
»No me importa si cree que soy una puta porque su opinión me vale nada, pero ¿Decirlo frente a mi papá y alterarlo? Eso la mete directamente a mi lista de personas a las que quisiera eliminar si fuera realmente una asesina.
» ¿Y sabes qué? Tú eres realmente un tipo genial, me gusta hablar contigo y tener estas raras discusiones, pero si tu novia va a alterar mi paz mental, entonces serás mejor que me hagas saber del libro cuando esté terminado porque el drama no es lo mío.
— ¿Qué pasa con mi correo?
— ¿Qué pasa con el? — respondo mientras retomo la caminata a mi casa, me sigue.
—Te envié un correo.
—Sí, con un asunto sobre disculparse. No quiero tus disculpas, y tampoco las de ella, gracias.
—Eso me quedó claro cuando se disculpó y te fuiste.
—Estoy segura de que tú sabes identificar una disculpa falsa.
—Y esa lo era— afirma.
Introduzco la llave en la cerradura de la puerta abriéndola, me giro hacia él y suspiro.
—En serio. Me gusta mi vida no dramática. El drama más grande que puedo tener son 2 amigos sin hablarse y un productor siendo un cerdo.
Bueno, y el año pasado un amigo yendo a la guerra.
—No leíste mi correo.
—Ya te dije que no necesitaba tus disculpas.
—Supongo que le puse el asunto equivocado y que menos te interesaría leer.
—Ve a casa, Matthew.
—No.
De nuevo tenemos una batalla de miradas ¡Él me desespera! En serio me siento muy frustrada, siento que quiero empujarlo y mandarlo lejos para que deje de revolver todo mi ser estando frente a mí.
—Yo no estoy para esto.
—Bien, si no vas a leer mi correo yo te lo hago mucho más sencillo.
Saca su celular y presiono mi índice y pulgar sobre el tabique de mi nariz. Cuando se pone insistente es realmente insistente.
—Matth...
—Señorita Smith... o quizás debido a la naturaleza de mi correo solo debería llamarte Elise— comienza a leer y odio que me atrape porque definitivamente me gusta su voz—. Está vez te escribo por diversas razones. La primera razón es que quiero disculparme por lo ocurrido más temprano, no fueron mis actos y mis acciones, pero siento que contribuí a ello. Supongo que te preguntas de manera elocuente ¿Cómo lo hice?
—Bueno, sí que me lo pregunto—lo interrumpo. Parpadea y hace una mueca antes de proseguir su lectura.
—Contribuí desde el momento que estuve más enfocado en que mi personaje demostrará con acciones hacia el suyo lo que estaba sucediendo entre ellos y no con Nicole. Lo hice en el momento en el que pasaba más tiempo escribiendo sobre este romance que me retaste a escribir que con Nicole.
»Lo hice desde el momento en el que tal como lo expresó tu papá, no hice más que robar vistazos tuyo como si simplemente yo no pudiera evitarlo— hace otra mueca irónica— ¡Solo mírame! Estoy enviándote un correo donde te tuteo y mi redacción es informal. Como si simplemente me relajara para ser totalmente honesto.
»Nicole actúo mal y es decepcionante, pero yo contribuí. Yo alimenté esos celos y malos pensamientos ¿Sabe cómo lo sé? Porque pasaba más tiempo con contigo aun sin verte de lo que pasaba con Nicole a mi lado. No la justifico, pero me hago responsable de como mis acciones influyeron en su actuar.
—Bueno...— no sé qué decir porque ha hecho una pausa. Toma un profundo respiro.
—Me temo que he sido poco cooperativo, terco y poco inteligente al estar dentro de un todo del que no me sentía parte. Me disculpo por los malos momentos, por los malos ratos. No creo que seas ninguna de las palabras negativas que ella uso. Me gusta tu libertad y la frescura con la que simplemente haces lo que amas y nadie tendría por qué juzgarte por ello. Es tu vida.
»Quisiera decir más, pero ¿Qué tan largo pretendo hacer este correo? Supongo que algunas cosas deben decirse de frente y espero tener la oportunidad de concertar vernos cuando leas este correo y me digas lugar, hora y fecha. Sincero, honesto y genuino, Matthew Williams.
Observo sus pies y tomo profundas respiraciones ¿Cómo hago para que él no me guste tanto?
—Bueno, supongo que debí leer el correo— digo finalmente. Paso una mano por mi cabello—. Tú correo tiene el efecto de causar todo un torbellino de pensamientos, pero ¿Por qué? ¿Por qué haces esto? Ahí admites que no le das tiempo suficiente a Nicole, pero aun así estás aquí y no intentando arreglarlo con ella.
—Porque me interesa estar aquí.
— ¡No acabo por entenderte! Dices ese tipo de cosas, pero entonces luego hay fotos por todos lados y tú diciendo que es complicado, pero teniendo novia.
»Mira, no voy a mentirme ni mentirte. Me gustas, y sí, me estresa de sobremanera que me gustes de este modo porque se supone no debería ser así. Pero no soy masoquista y tampoco me involucro en medio de relaciones. No me gustan los infieles ni la idea de ellos. Así que creo que me torturas diciendo estas cosas, en serio. Me haces pensar muchas cosas que definitivamente no debes hacer con un tipo con novia.
—Terminé con Nicole.
— ¿Por cuántos días? ¿2? ¿O tal vez una semana? Quizás dentro de una hora...
—No por 2 días, no por una semana o una hora. No estoy con ella.
Da pasos hacia mí y como no soy una cobarde, alzo mi barbilla y lo enfrento cuando está a solo centímetros de distancia. Ya sabes, mi corazón late como loco.
—No soy un infiel. Me gusta hacer las cosas bien. No puedo estar con una persona que no quiero y mucho menos si mis pensamientos están llenos de otra persona— toma un respiro— ¿Necesito ser más claro que eso? ¡Perfecto!
»No puedo estar con otra mujer cuando me gustas tú. No cuando puedo verte claramente en cada escena ¿quieres saber algo realmente loco? Quiero regalarte cada escena que escribo para que tengas esos recuerdos porque me dijiste que el corazón de Eloise nadie lo ha tocado, y yo quiero que ella viva ese tipo de historia.
—Para.
—No, no voy a parar. Seguiré hablando y la única manera en la que voy a callarme es cuando te decidas a besarme.
—Debes parar.
—Creo que he dicho de qué manera voy a callarme.
—No voy a besarte.
—Entonces supongo que seguiré hablando. Me gusta Eloise y me gusta Elise, me gusta tú. Y no sabes cuánto admiré el modo en el que no te dejaste ofender por sus ataques, tus elocuentes respuestas. Como me deslumbré viéndote calmar a tu papá. Entiendo por qué te llama su ángel.
Mi control está a nada de escapar de mis manos. Debe callarse, de verdad.
Quiero arrojarme sobre él, pero no quiero tampoco luego que alguna estúpida foto diga que está destinado y enamorado porque vuelve con Nicole.
—Me gustan tus respuestas ingeniosas, incluso cuando resultas grosera. Tengo alguna pequeña manía con tus pecas y con tratar de intentar ver tus ojos desde un poco más cerca— baja su rostro inclinándose hacia mí, su nariz toca la mía—. Así de cerca o incluso más cerca si se puede.
»Yo sim...
No puede llegar a más porque mi autocontrol se rompe y lo callo de la manera en la que me dijo que lo hiciera. Mis labios cubriendo los suyos.
Llevo mi mano a la parte baja de su nuca mientras dejo besos cortos sobre sus labios. Cada presión se siente como ir dejando ir mucho de mí. Solo vivir el momento. Él permanece de pie, con los ojos cerrados sin moverse lo cual me hace alejarme.
¿Qué pretende? ¿Me provoca y luego se cierra? No estoy para juegos.
Cuando voy a dar pasos lejos de él, frunce el ceño y toma mi cintura tirando de mi cuerpo hacia el suyo.
— ¿Qué haces? — pregunta, mis manos van a su pecho haciendo un terrible intento de alejarlo. No puedo engañarme a mí misma, quiero acercarlo mucho más.
—Evito besar a una estatua.
—No soy una estatua, Elise. Solo me sorprendió que tu lado terco cediera.
—Bueno, mi lado terco quiere que me sueltes.
—Es una suerte que esta noche no estamos escuchando a tu lado terco— sonríe de costado—. Una absoluta suerte.
Siento sus manos extenderse hasta estar planas sobre el centro de mi espalda antes de que baje su rostro y deje un beso en la comisura derecha de mis labios. Siento una pequeña humedad antes de sentirla en mi labio inferior, luego él lo atrapa entre los suyos y comienza a besar.
Y así una de mis fantasías recientes con Matthew Williams comienza a hacerse realidad.
Bueno ¿No hay muchas opciones, verdad? Es decir, obligatoriamente yo tengo que devolver este beso profundo y apasionado ¿No sería yo una maleducada si solo me quedó de pie sin hacer nada? Así que como la persona educada que soy, paso mi brazo alrededor de su cuello para que se incline mucho más y luego abro mi boca para que esto se vuelva más húmedo. Y ahí está, ahora nuestro beso es profundo y húmedo mientras nuestras lenguas se saludan.
Mientras mi brazo rodea su cuello mi mano se posa en su mandíbula, siento sus dedos clavarse en mis espalda mientras mueve con lentitud sus labios sobre los míos y su lengua se toma todo el tiempo que quiere para jugar con la mía. Me hace caminar a un lado y mi espalda da contra la pared de mi casa. Todo su cuerpo se presiona al mío y es maravilloso.
Su rastro de barba raspa la palma de mi mano mientras acaricio su mandíbula. Estoy en otro mundo. Un beso no puede ser así de bueno, por lo que esto no puede ser real. Pero cuando una de sus manos baja y peligrosamente está muy cerca de mi trasero, causándome todo tipo de cosquilleo, confirmo que esto es de hecho muy real.
Me deleito con cada movimiento de sus labios sobre los míos, con cada caricia de una lengua que no esperé fuera tan buena contra la mía y de una cercanía que me hace desear más. Mucho más.
Tristemente como cada ser humano con necesidad de respirar, alejo mi boca de la suya tomando profundas respiraciones ¿Puede tenerse un ataque cardiaco luego de tener el mejor beso de toda la vida? Y mira que he besado a muchos chicos y ninguno tuvo las habilidades de Matthew para volverme loca.
Hecho mi cabeza hacia atrás y observo el cielo oscuro. ¿Cómo de correos de guerra pasé a besuquearme con este sujeto? Mis bragas tiemblan por él, parece que me imploraran que las dejara abandonar mi cuerpo para darle acceso libre.
Me estremezco cuando su nariz acaricia mi cuello y susurra palabras que no puedo entender, como si se estuviese repitiendo algo una y otra vez.
— ¿Qué?
—Alex. Alex dijo que no podía venir a saltar sobre ti. Arrancarte la ropa o llevarlo muy lejos.
— ¿Qué?
Sacudo mi cabeza saliendo del trance mientras salgo de su agarre y trato de poner distancia entre mi potencial droga y yo.
»No caeré de nuevo en el juego de besos y luego tú ya no serás soltero.
—No es el caso.
— ¡Ajá! Claro, Matty Bunny.
—Golpe bajo llamarme de ese modo tan horrible— camina hacia mí y lo evito. Ridículamente estamos jugando al gato y al ratón.
— ¡Dios! ¿Es que Alex siempre tendrá la razón? Dijo que creerías que estaba despechado.
—Alex es muy sabio entonces.
— ¿Por qué no le seguimos la corriente mejor a Ed?
— ¿Qué dijo Ed? — intenta rodearme y lo esquivo, resopla pareciendo entre divertido y frustrado.
—Que debíamos matar nuestra tensión sexual encerrándonos en tu casa y estando sin ropa. Aseguró que Nicole es pasado y Elise es presente.
Bueno, me agrada Edmun. Piensa como un tipo genial, pero...
— ¿Qué quieres de mí? Se supone que me odias.
—Yo no te odio.
—Bueno, odias a lo que llamas mi alter ego.
—Falso, nunca dije que lo odiase.
—Tú...Tú ¿Qué quieres?
—Quiero seguir besándote, por supuesto.
— ¡Oh, Dios mío! ¿Estás drogado?
—No. Solo soy un hombre actuando como un adulto porque está cansando de luchar ¿No estás tú cansada, Elise?
— ¿De qué?
—De caminar uno alrededor del otro.
—Pues ahora que lo dices literalmente me estoy cansando de caminar para que no me atrapes.
Se ríe pasando ambas manos por su cabello con ondas y eso totalmente me distrae, cuando menos me lo espero me atrapa entre sus brazos y yo hago esta cosa que hago mucho con mis chicos del programa cuando me agarran y no quiero:
— ¡Suéltame sucio hijo de mierda! ¡Si no me sueltas te cortaré las bolas de perro! Cara de salchicha flácida sin cocinar, te maldigo con una mordida de polla cuando te la chupen y...
— ¡Vaya! ¿Qué carajos Elise? — Se ríe— ¿En serio todo eso salió de tu boca?
Mi rostro se sonroja. Son cosas que aprendí de papá cuando veía el fútbol y se molestaba, claro, aprendí muchos otros insultos por mi cuenta y creatividad, a Derek le encanta escuchar todo mi repertorio de Elise enojada.
—No, yo no dije eso, fui poseída en el momento en el que me atrapaste.
— ¿Poseída, eh? — se ríe otro poco más— ¿Y qué clase de maldición es esa? ¿Eres tan cruel?
—Suéltame Matthew— digo más calmada, casi como si me rindiera—. En serio. Me gustó mucho como me besaste y va a ser muy grave si luego solo tu Nicole sube fotos sobre ustedes estando destinados y tú desapareces. No soy solo una mujer que vas y besas como experimento.
»Sí, sé que tengo un corazón de piedra, pero eso no implica que no me afecte saber que las personas juegan conmigo. Soy perra a veces, pero soy una buena persona y aunque tu novia me llamó puta no planeó bajarle el novio o ser un brillante cuerno.
¡Dios! ¿Dónde quedó la zorra que se supone todas las mujeres poseemos en el fondo de nuestro ser? Este era el momento en el que el lado zorra debió emerger y olvidarlo todo para tomar al dueño de la calentura y más, pero mis principios pueden más.
—Escúchame bien. Claro y fuerte. No es mi Nicole, no es mi novia y no volverá a serlo. Por primera vez en mucho tiempo estoy pensando en lo que quiero yo y no en lo que luce como lo correcto. Tienes un punto diciendo que acabo de salir de una relación, pero yo ya tenía un pie afuera incluso antes de que esto comenzara.
— ¿A qué te refieres con esto?
—A tú y yo siendo terribles disimulando cuanto nos atraemos— respira hondo—. No estoy destinado o lo que sea a lo que te refieras a estar con Nicole. No sé si tu corazón es una piedra, pero aunque en serio muchas veces quise venir y sacudirte por tus groseros correos también quise venir a besarte para callarte.
—Cuanta amabilidad en tu confesión.
—No voy a ponerle el cuerno a alguien porque no tengo novia.
—Blah, blah, blah. Y luego ya tienes a tu Nicolet...Nicole.
— ¡Mierda! — bueno, así que Matthew si sabe decir malas palabras. Interesante. Me suelta antes de señalarme con su dedo—. No puedo creer que supe leerte tan bien.
— ¿De qué hablas?
—De que Eloise es igual de terca y obstinada que tú.
—Yo no soy...
— ¡Sí que lo eres! Así que voy a tomar el ejemplo de Mattheo.
— ¿Qué?
—Sí, señora. Si él se está tomando la molestia de enloquecer a Eloise, entonces yo seguiré sus pasos.
—Enloqueciste y te fumaste una muy buena.
—Por supuesto. Me drogué con un buen beso.
— ¡No! Cállate. Aléjate con tus palabras de escritor caliente.
—No seas ridícula— frunce el ceño—. Tengo que estar bien loco para estar interesado en alguien que dice estupideces.
—Cara de culo de mono, imbécil...de pene de...
— ¡Dios mío! ¿Cuán sucia se puede poner tu boca cuando te molestas?
—No es cuando me molesto— me defiendo—. Es cuando pierdo el control. Nunca me encontrarás diciéndole esto a Kennedy aun cuando me hace enrabietar.
Da grandes pasos hacia mí y toma mi barbilla en sus dedos. No hay manera en la que no quede atrapada por esa mirada profunda y determinada.
—Voy a enloquecerte como Mattheo lo está haciendo con Eloise. Veo que eres una mujer de hechos y no de palabras. Muy bien Elise. No me importa si debo enloquecerte a ti y tu alter ego, o a la loca de los correos. Cuantas creas que sean tus facetas o tus personalidades, enloqueceré a cada una de ellas, luego cederás y entonces estaremos haciendo cosas mucho más productivas y significativas que escuchar tu maldición de bruja odia pollas.
Oh.
Dios.
Mío.
Mis bragas. Mis pobres bragas no tienen salvación.
Agradezco a la fuerza de voluntad que me mantiene de pie porque esto era para acabar en el piso. Ha sido una fuerte declaración.
— ¿Alguna vez alguien te ha conquistado? — estoy en trance, niego con mi cabeza—Bien, para todo siempre hay una primera vez.
—Palabras vacías. Eso es todo lo que son. Palabras— encuentro mi voz, algo ronca, pero al menos no tiembla.
—Oh, no, pequeña loca encantadora. No solo son palabras, conmigo esto va a ser algo más que palabras. Prepárate.
Estoy a instantes de regalarle mis bragas, pero tengo mi dignidad, por lo que las guardaré para cuando se las regale más adelante ¡Porque mierda! no soy ingenua y si este hombre habla en serio, entonces mis días están contados.
—Hechos. Esperaré por los hechos.
—Los tendrás— responde sin intimidarse ni un poco.
Hay tanta tensión que no sé cómo no nos estamos ahogando con un aire tan denso entrando a nuestros pulmones. Por largos segundos solo nos observamos fijamente. Y ¡Jesús! Debo tener alguna clase de problema para llegar a un acuerdo conmigo misma, porque ahora deseo que me bese. Sí, finalmente terminé de perder mis tuercas y enloquecí.
Por suerte mi celular vibra en mi bolsillo. Lo tomo sin dejar de verlo pero luego leo el identificador de llamadas, gimo con dolor, lo que no necesito en este momento.
Rechazo la llamada, pero entonces una vez más está llamando. Falta poco para llegar a la una de la madrugada y no es nada bueno que Hope llame. La vena molesta de hermana me hace plantearme que puede estar realmente en peligro y no puedo solo ignorarla.
— ¿Qué quieres? — es lo primero que digo al contestar. No estoy para cortesías.
— ¡No seas una pretenciosa! — grita de forma aguda y rara.
—Tienes 15 segundos para justificar tu llamada antes de que cuelgue y te mandé al carajo— le advierto y creo que eso la sorprende. Nunca soy miel y azúcar con ella y Edgar, pero de alguna manera no voy directo a la hostilidad en menos de un minuto. Acabo de romper mi propio record.
—Necesito que vengas a ayudarme.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa con tu hermano mayor?
—No contesta.
— ¿Disculpa? Creo que no escuché bien.
Sufre pequeña perra pretenciosa.
—No contesta el teléfono.
—Así que tu primera opción no contesta el teléfono, que mal hermanita. Creo que me iré a dormir.
— ¡No cuelgues!
—Habla.
—Ven a sacarme, me detuvieron.
— ¿Cómo que te detuvieron?
— ¡No seas una idiota! ¡Me detuvieron! Estoy en una jodida cárcel.
— ¿Cómo que estás en una cárcel? — grito.
—Lo que escuchaste.
— ¿Cómo me llamas desde tu celular en una cárcel?
—Lo escondí.
—Oh, Dios mío. Ni siquiera voy a pensar de qué tamaño está tu vagina para esconder un celular.
—Eres tan asquerosa y sucia.
No, solo estoy asustada por la mocosa engreída y digo estupideces. Pero ella es así de malagradecida.
—Ven y ayúdame.
— ¿Es acaso una orden? Creo que te quedaría bien el uniforme. Seguro luce con ese bello cabello claro.
— ¡Elise! — Y comienza el llanto—Sácame de aquí, mamá nunca me dejaría aquí ¡Papá nunca lo haría!
—Manipulación. Bonito, buena jugada— masajeo con mis dedos mi sien izquierda— ¿En qué estación de policía estás?
Me lo dice rápidamente antes de colgar. Quiero golpearla y salvarla al mismo tiempo. Me siento frustrada.
— ¿Qué sucede?
Alzo mí vista hacia Matthew, pasó de ser todo ese hombre caliente y lleno de promesas a un hombre preocupado. Gracias Hope.
—Mi hermana menor está pasando el rato en la cárcel.
— ¿No pudo ir y pasar el rato comiendo pizza?
Su mal chiste me hace reír y él sonríe un poco. Pero luego gimo una vez más de dolor ¿Por qué he tenido 24 horas tan intensas? ¿Por qué?
—Debo ayudarla.
— ¿Debes?
— ¿Qué? ¿Por qué lo preguntas así?
—Debes y ¿quieres?
—Debo ir a ayudarla— es toda la respuesta que doy. Él parece procesar mi respuesta antes de asentir lentamente con la cabeza.
—Te llevaré.
— ¿Qué?
—Bueno, luces como una persona apunto de cruzar la línea de la cordura y estoy seguro de que Mattheo haría esto por Eloise.
— ¡Oh, por favor!
Sin embargo lo sigo hasta su auto. Abre la puerta del pasajero.
— ¿Qué? Te dije que te enloquecería. ¿Empecé bien?
Empezó jodidamente bien y esa es la razón por la que subo a su auto y cierro la puerta con fuerza. Me frunce el ceño sin estar encantado con mi maltrato hacia su propiedad. Me gusta tanto este hombre que simplemente es impresionante.
Holaaa Newersssssss vine antes de tiempo porque soy buena :D (me refiero a que volvía después del 12).
Este capítulo me gusta porque por primera vez Melise tiene una laaaaaaaaaaarga conversación y Matthew habla mucho, es quien más habla y eso es *-* RIP Micole.
Impresiones:
1. Elise diciendole a Matthew que su novia es una perra.
2.Matthew leyendo el correo.
3.Matthew diciendo que solo va a callarse si le da un beso.
4. El beso.
5.Elise y las enseñanzas de Dante a su vocabulario.
6. Matthew promentiendo más que palabras.
7.Hope.
La lista estuvo larga está vez haha, pero es que el capítulo igual es medio largo, creo que el más largo hasta ahora.
Capítulo dedicado a Willa, mi reina, yo sabía que aquí no te había dejado capítulo solo estaba esperando el momento correcto y ese momento es ahora. Salta y llenate de este capítulo, que sé que te dejará como el coleto de tu casa una vez más: en el suelo. Ti amu haha.
Espero les guste.
Un beso.
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