Capítulo Diecinueve: Bien jugado, Elise
Capítulo diecinueve: Bien jugado, Elise.
11 de agosto, 2015.
De alguna manera nosotros logramos hacer venir a la casa de Derek a Rayan y Breana engañados sobre el pretexto de una reunión para el almuerzo con toda la familia InfoNews incluyendo a Adelaide.
Es una suerte que Valerie esté distrayendo a Summer, porque Rayan está furioso golpeando el armario de Derek, el cual seguro lleva a Narnia, porque es enorme. Mientras que Breana patalea y le hace el trabajo difícil a Holden quien la carga.
— ¡Suéltame hijo de puta!
—Mi madre no es una puta— se queja Holden y Breana se paraliza.
—Oh, Dios mío, lo siento Holden. No quise insultarla, jamás lo haría.
—Lo sé Barbie y...
— ¿Qué? — pregunta ella calmada, Holden abre solo un poco la puerta del armario y Rayan pretende salir, pero Parker pica sus ojos de manera incómoda.
— ¡¿Qué demonios, Parker?!
—Bueno, era eso o darte un puñetazo.
Rayan gruñe y Adelaide ríe antes de cubrir con una mano su boca, con ella y junto a Krista, disfruto de todo esto. Derek se mantiene ordenando comida china al teléfono. Algo normal y típico está situación.
—Y vas con Rayan— termina finalmente Holden su frase. Jocker abre un poco más y Holden prácticamente le arroja el cuerpo de Breana a Rayan.
La puerta es cerrada con llave y Jocker guarda la llave en el bolsillo de su pantalón.
—Malditos traidores, gusanos parasitarios de mierda— grita Breana muy cabreada.
—Yo le enseñé ese insulto— anuncio.
—Gran orgullo el tuyo— se ríe Adelaide.
—Muy bien. Déjenme decirle las reglas— dice de forma tranquila Jocker frente al armario—. Tenemos 8 horas libres antes de ir al programa, por lo que tienen muchas horas para hablarse y arreglar su mierda. En una esquina tienen botellas de aguas, barras nutritivas, golosinas y a pedido de Krista un par de ensaladas cesar.
—Soy así de buena, pueden darme las gracias cuando salgan—Krista incluso se ve las uñas de las manos.
—Jódete— gruñe Rayan.
—No vamos a dejarlos crear brechas en esta familia. Ya han estado sin hablarse el suficiente tiempo. Así que nos vimos en la obligación de tomar esta medida drástica. Hasta que no hablen y resuelvan su conflicto, no salen—Jocker habla de forma tranquila.
— ¡¿Y cuando quiera orinar?! — chilla Breana.
Todos nos vemos, esa es una excelente pregunta que no consideramos, Jocker se encoje de hombros.
—Supongo que ese es suficiente incentivo para que se hablen.
— ¡Hijo de puta! Y no, no estoy insultando a tu mamá, Jocker. Dejarás de ser un caramelo, todos ustedes traidores dejarán de ser un caramelo.
—Correremos el riesgo, Breana. El tiempo está corriendo— anuncia Jocker antes de ir hacia Derek y añadirle más al pedido de comida china.
Básicamente todos empezamos a actuar como si dos de nuestros amigos no estuvieran encerrados en un armario. El problema se plantea en Summer cuando pregunta por su papá, pero Adelaide es lo suficiente descarada para decirle que Rayan fue a una reunión de la escuela.
Aprovecho y Krista me pinta las uñas de las manos de un color azul eléctrico muy bonito. Trato de no pensar en Matthew y en lo que casi sucede esta madrugada, o en lo que pudo suceder con su decisión una vez me fui.
Tengo fe en él, en lo que estamos haciendo, en la historia que escribe y en nosotros, si es que hay un nosotros, por ello aun no me rindo ni salto a conclusiones precipitadas. Él no es un cobarde y cual sea que haya sido su próximo paso, me lo hará saber. No me dejaría a oscuras.
—Breana— Holden se acerca al armario cuando ha pasado una hora, ella no responde—. Bien, sé que me escuchas Bre. Ahora estás cabreada y lo has estado durante este tiempo con Ryry, pero ¿Puedes recordar cuando estuviste enferma y decían que podría ser un virus contagioso? Fue hace un año y medio.
»Sé que lo recuerdas, y entonces sabes que fue Rayan al que no le importó si lo contagiabas, pero fue y te llevó comida y estuvo contigo jugando sopas de letras e intentando armar un rompecabezas. Eso no lo hace cualquiera, eso lo hizo Rayan.
Sonrío porque había olvidado eso, a su manera, Rayan y Breana siempre se han cuidado la espalda, ella porque siempre tuvo sentimientos por él y se volvió su amigo, y él porque siempre ha tenido esta necesidad de procurar que esté bien.
—Y Rayan, sabes que Bre siempre ha estado para ti, para salir con Summer, regalos especiales en tu cumpleaños y notar cuando algo te sucede. No sean tercos, por favor— no responden a las palabras de Holden—. Ustedes son demasiado tercos para su propio bien, lo bueno es que nos quedan seis horas con cuarenta y cinco minutos. Y la comida china ya llegó. Deséenos buen provecho.
—Vete a la mierda— grita Rayan.
Comemos e incluso jugamos a las cartas. Tomo el brazo de Adelaide y la alejo del resto sentándonos en las sillas altas del mesón de la cocina.
—Tengo mucho que contarte.
— ¿Matthew de mierda Williams?
—También puedes llamarlo Matthew caliente Williams.
Le cuento todo desde la noche del karaoke y si bien omito muchos detalles de igual forma la historia sigue sonando candente. Ella finge abanicarse.
—No sé si eso le gana a mi primer orgasmo con Jocker en una sala de cine, pero supongo que cada momento es caliente a su manera. Lo cual es...Lindo.
Río y continúo mi relato sobre cómo me sentí después de ello y llegando a la noche de ayer. Casi río de las expresiones de su rostro, porque ella suele ser algo irónica, mordaz y sarcástica, pero esta vez la estoy sorprendiendo. Cuando finalizo mi relato tomo un profundo respiro.
— ¡Vaya! Eso estuvo intenso y mira que yo vivo con el señor intenso, pero eso definitivamente se lleva la palabra intensidad. Has estado teniendo unos días bien calientitos ¿No?
—Ni qué lo digas.
—Hiciste bien, no necesitas ser la segunda opción de nadie y si él sabe lo que hace, y no es un idiota, pronto sabrás de él. A veces las personas necesitan meditar y analizar las decisiones que tomaron antes de hacerlas saber a quienes involucra o quizás como escritor solo quiere darle un toque de suspenso y drama— se ríe y no puedo evitar reír con ella.
—Me trae loca.
—No es algo nuevo, te trae loca desde que el primer correo rechazándote llegó. Desde entonces ese hombre no ha hecho más que enloquecerte— sonríe—. Y siendo muy seria sobre esto, es bastante genial y peculiar que se encargue de hacerte vivir una historia que lo inspiraste a escribir, no sé, eso demuestra que eres especial para él y me da a entender que no hay forma de que te saque de su cabeza, y es...
— ¿Lindo?
—Sí. Muy lindo.
—Tengo fe hacia esto que está sucediendo entre nosotros.
—Eso está bien. Mira, creo que mi relación con Jocker solo falló cuando nos ocultamos cosas y la fe se debilitó. Él por no tener fe de decirme de sus planes y yo por no tener fe cuando me decía que estaría bien. Todas las veces en las que tuve fe de entregarle mi corazón, fueron las decisiones correctas.
»No me importa cuántos baches tuvimos para poder estar aquí juntos, pero te digo sinceramente que no me arrepiento de la fe que nos tengo y del valor que nos obligó a admitir lo que sentíamos e intentar algo. Ahora tengo a mi nerd caliente, mis orgasmos y una biblioteca de donde tomar libros cuando quiero ¿No es eso perfecto?
—Tu sueño hecho realidad—ambas reímos.
—Ahora veamos cómo va el avance con Stavis.
— ¿Qué? —pregunto.
—Alexa dijo que cuesta mucho unir sus nombres y sugirió que uniéramos los apellidos. Stone y Davis, Stavis.
—Creo que Alexa me encanta.
—Solo no se lo hagas saber, o se le irá a la cabeza.
No tengo ni idea de cómo va eso dentro del armario, pero las horas comienzan a correr. En un momento pego mi oreja contra los espacios de ventilación del armario y sonrío notando los murmullos. Están hablando y al menos no están gritándose. Uno de ellos se queja, luego hay silencio y entonces viene otra queja y murmullos. Decido alejarme, porque creo que estamos a minutos de que salgan del armario como los antiguos amigos.
El encierro de Stavis, como los llama Adelaide, dura oficialmente cinco horas con cincuenta minutos. Y es Rayan quien dice que todo está en paz, que podemos liberarlos. Jocker hace un par de preguntas para confirmarlo y luego la puerta es abierta.
Breana prácticamente corre al baño y Rayan es atrapado por un abrazo de una desconcertada Summer.
— ¿Cómo llegaste ahí? Estabas en la escuela ¿Hay una puerta en la escuela que te trae aquí, papi?
—No cariño. Solo entré sin que me vieras a hablar con Breana.
—Oh ¿Fue divertido?
—Claro— dice él rascando su barbilla y alzándola. Luego entrecierra sus ojos hacia nosotros—. Solo recuerden este día cuando yo haga algo así de drástico por alguno de ustedes.
—Sin rencores, Rayan— se queja Derek—. Suficiente maldición tengo de chicas enojadas.
— ¿Me llevas a comer helado, papi?
—Sí, vamos a invitar a Breana— dice viéndonos, restregándonos en la cara que todo está aparentemente bien. Breana aparece con un rostro aliviado.
— ¡Me iba a hacer pis por culpa de ustedes!
—Bueno, una suerte que llegaste a tiempo— señala Jocker.
—Contrólalo, amiga traidora— ordena a Adelaide.
—Lo siento, pero olvidé su correa en mi otro abrigo. Mi error, Breana.
—Vamos a comer helado Breana ¿Te unes? — pregunta Rayan. Ella lo observa durante largos y tensos segundos, antes de asentir con su cabeza.
—Déjame ir por mi bolso.
La sigo rápidamente hasta la sala de estar donde está su bolso. Ella frunce el ceño hacia mí antes de señalarme.
—Tienes suerte de que te amé tanto, de lo contrario estaríamos en guerra.
— ¿Qué sucedió en el armario?
— ¿Hablamos?
— ¿Por qué me lo dices como una pregunta?
—No seas ridícula— esa declaración me hace recordar a Matthew, es exactamente lo que suele decirme—. Logramos a hablar, aún estamos tensos y es extraño, pero estamos bien. Recuperé a mi amigo.
—Eso me alegro, ustedes dos estaban siendo miserables sin hablarse.
—Exagerada.
—Adelaide los está llamando Stavis.
—Locos todos ustedes, ahora iré por un helado y más tarde hablaremos bien de toda esta locura y tu locura con Matthew.
—Trato hecho.
La veo irse y sonrío. La familia InfoNews vuelve a ser funcional con todos sus miembros hablándose.
***
Canto un poco mientras doblo la esquina muy cerca de llegar a mi amado hogar. Por un momento pienso en detenerme cuando veo a una camioneta en el lugar habitual donde estaciono, pero luego sonrío. Mucho.
Saco mi pequeño control de la cochera porque cierta camioneta me obliga a estacionarme adentro. Me estaciono y antes de apagar el auto me observo en el espejo retrovisor, estoy por bajar pero reviso en mi bolso encontrando las toallitas para desmaquillarme. Saco mi maquillaje y mis apenas perceptibles y pocas pecas aparecen.
Tomo mi bolso y salgo del auto, voy afuera de la cochera y me encargo de cerrarla. Camino hacia la puerta de mi casa y de inmediato Matthew Williams se pone de pie mientras me observa acercarme.
Observa mi rostro y sonríe.
—Sin maquillaje.
—Tómalo como un regalo.
Termino de acercarme y me detengo frente a él. Mis manos pican por tocarlo y mis labios mueren por un beso.
» ¿Cómo marcha tu soltería, Matthew?
—Ese es un modo muy discreto de preguntar, pero tendrías que decírmelo tú.
— ¿Yo?
—Estoy escribiendo un libro y tú eres mi musa.
—De acuerdo.
—Y este escritor quiere salir con su musa.
No Nicole en su vida.
—No lo sé, tengo un alter ego...
—Y yo soy un escritor simplón. Creo que eso funciona bastante bien.
Sonrío y dejo caer mi bolso al suelo antes de enredar mis brazos alrededor de su cuello y estrellar mis labios contra los suyos. De inmediato sus brazos me envuelven y me pega a su cuerpo mientras me sigue el ritmo del beso.
Su lengua es astuta y acaricia la unión de mis labios antes de que le dé paso y se enrede con la mía. Nos besamos de manera profunda y resulta tan sensual que dentro de mis bragas las cosas comienzan a volverse una historia diferente. Ya no están tan secas. Mis dedos se enredan en esas hondas de su cabello que me encantan. Tomo todo lo que me da en su beso, es tan apasionado, estuve totalmente errada al llamarlo alguna vez escritor simplón. Este hombre cuando se propone hacer algo que quiere lo hace apasionado.
Chupa mi labio inferior luego lo mordisquea varias veces antes de volverlo a besar y alejarse. Abro mis ojos encontrándome con los suyos, está tan cerca que si me inclinara hacia adelante obtendría otro beso.
—Tengo una propuesta— susurro.
— ¿Cuál? — deja un beso en la comisura derecha de mi boca, acaricio la parte baja de su nuca con mis dedos.
—Sí te comes una cena hecha por mí, entonces estaremos saliendo.
—Trato.
Pobre Matthew, no sabe lo que ha aceptado. Pero me gusta tanto que incluso cuando se niegue a seguir comiendo lo que prepare, querré salir con él. No puedo creer que esté a poco de aventurarme en una relación, y más con el hombre al que le di más de un insulto y que hasta hoy no da indicios de querer ser entrevistado.
—Entonces te invito a cenar en mi casa esta noche, escritor versátil.
—Acepto.
Besa mi mejilla y me libera por lo que también abandono mi agarre. Se agacha y toma mi bolso, me lo entrega y me sigue muy de cerca mientras me encargo de abrir la puerta de mi casa.
Me encargo de encender las luces y arrojo mi cartera en una de las sillas, me quito mi abrigo y camino hasta mi pecera. Por suerte, todos los peces están vivos lo cual me hace feliz. Me encargo de alimentarlos y me vuelvo hacia Matthew.
—Ponte cómodo, iré a cambiarme los zapatos.
Observa mis zapatos de tacón y asiente lentamente con la cabeza mientras se acerca a observar mis peces. En mi habitación me encargo de quitarme los zapatos de tacón y me coloco unas pantuflas de felpa. Decido quedarme con el vestido y voy hacia el baño para lavar mi rostro.
Cuando vuelvo en la sala, Matthew está enfocado en su celular, pero cuando me ve volver deja de distraerse y me sonríe.
—Espero y estés preparado para mi comida, Matthew.
—Yo también lo espero.
Me sigue hacia la cocina, y no es que tenga muchas opciones sobre qué cocinar. Pero encuentro unas fajitas que aún no caducan y saco milanesa de pollo para cortar pequeñas tiras.
Matthew me observa atentamente y finjo que sé lo que estoy haciendo, bueno, sé lo que hago lo que no entiendo es por qué parece que nunca queda bien.
—Me gustas mucho Elise—dice y dejo de cortar tiras de los vegetales para sazonar el pollo. Sonrío.
— ¿Si?
—Sabes que sí.
—No, solo sé lo que tú me muestras.
— ¿Quieres que te muestre lo mucho que me gustas? Pensé que estaba haciendo un trabajo decente mostrándotelo.
—Lo haces— le guiño un ojo.
Tomo el bol con las tiras del pollo ya sazonadas y me encargo de echarlo todo en la sartén. Mi primera señal de que no va a resultar como quiero es que por más que está cocinándose no se percibe ningún olor celestial, simplemente no huele a nada. Aun así, sigo con mi hazaña, pero cuando Matthew se descuida me encargo de sacar la comida que la ama de llaves de Derek hizo y que él comparte conmigo para garantizar mi supervivencia. Sé que al final esa será nuestra cena.
Relleno las pálidas fajitas y las dejo frente a Matthew. Él las observa fijamente y luego me ve a mí.
—Bueno, esto será bastante interesante— declara tomando una. Muerde y mastica, pero luego se detiene viéndome fijamente. Entonces vuelve a masticar muy lentamente sin ninguna expresión en su rostro.
— ¿Y bien? — pregunto ante su silencio y viéndolo dar un segundo mordisco.
—Nunca probé nada como esto.
Me entran las dudas y tomo una de sus fajitas, doy un gran mordisco y mastico. De inmediato quiero escupirlo. Pareciera que estoy comiendo solo pimentón con algún insípido trozo de pollo. Trago rápido.
—Está horrible, Matthew. Suelta eso, no quiero envenenarte.
Tomo la fajita de su mano y la dejo en el plato, el cual llevo hacia el microondas para luego obligar a alguien más a comerlo. Tomo dos latas de Coca-Cola y le doy una a Matthew. Una vez pasamos el trago amargo, él ríe.
—Sí estaba bastante horrible, nunca probé algo tan nefasto. Estaba planeando en mi mente cómo fingir mi muerte o alguna excusa para deshacerme de ello.
—Imbécil— me río—. Por suerte sabía que eso sucedería y tengo comida muy buena que voy a calentar para nosotros.
Voy a ir a calentar la comida pero toma mi cintura y me atrae hacia el hueco entre sus piernas, aparta el cabello de mi rostro.
—Entonces, comer tu desastrosa comida ¿es suficiente para que estemos saliendo?
—Uhm, no lo sé.
— ¿Debo obligarte a saberlo?
—Tal vez...Pregúntamelo de nuevo.
— ¿Cómo tu peculiar comida es suficiente para que estemos saliendo?
—Lo es— me inclino y le doy un leve beso—. Ahora deja que caliente comida decente, muero de hambre.
—Está bien.
Cuando la comida está caliente, nos sentamos en las sillas altas frente al mesón. Es gracioso que tenga una hermosa mesa que salió más costosa de lo que debería, pero que la use tan poco. Igual que el hecho de que mi casa es bastante cómoda y amplia pero solo yo la ocupo.
— ¿Por qué no tenías novio, Elise?
— ¿Tenía? Yo sigo sin novio, por lo que escuché solo estamos intentando salir.
—Eres ruda— sonríe antes de ingerir otro bocado y masticar lentamente—; tú entiendes mi pregunta.
Doy dos bocados antes de limpiar mis labios con una servilleta, él espera pacientemente mi respuesta.
—No soy tan sencilla. No sé si se trataba de ser quisquillosa, pero no salgo con cualquier hombre, soy difícil de sorprender— excepto por ti, podría decirle—, y en pasadas relaciones no me sentí cómoda, me aburría o simplemente no habían chispas.
»Soy fanática de la soltería sobre estar con alguien con el que no te sientes a gusto de ese modo.
—Entonces ¿Llevas todo este tiempo soltera?
Técnicamente, si te guías por mi última relación oficial, llevo aproximadamente un año y muchos meses soltera. Pero, la verdad es que me enganché en un desastroso encuentro sexual con un periodista que no me dio ni las primeras dos letras de la palabra "orgasmo"; y luego está quien desde hace un buen tiempo ha sido mi constante ejercicio de descarga de frustración sexual: Kurt.
Con todo esto de salir con Matthew, quitarse la ropa con Kurt queda descartado, no es que de todas maneras fuera a acostarme con Kurt cuando desde que Matthew y yo nos vimos por primera vez en persona, ha sido la persona que me enciende y está en mis pensamientos. Eso no hubiese sido ni un poco justo para Kurt.
Yo no uso a las personas. No me gustaría ser usada, por lo tanto no las uso.
—Algo así.
—Algo así—repite mis palabras.
—Tú no estuviste jugando a las Barbies con Nicole, de eso estoy segura.
—Puedes guardar tus espinas, Elise. No estoy juzgando, está bien. No me importa los que estuvieron antes de mí— se encoge de hombros—, debe importarme el presente. Antes de conocernos ya teníamos una vida, no espero que vengamos con páginas en blanco, hay páginas que han sido escritas en el pasado.
»A mí me interesa escribir tus páginas nuevas y las futuras.
—Cada vez te superas más.
Terminamos de comer y casi río cuando caemos en la típica rutina de uno fregar y otro secar los platos. Cuando todo está listo, nos observamos fijamente uno frente a otro.
—Debo irme...
— ¿Sabías que ya son la una de la madrugada?
—Eso vi.
Podría pedirle quedarse, le doy muchas vueltas al asunto y cuando me quiero dar cuenta ya está tomando su abrigo y acercándose a mí.
—Gracias por la cena.
— ¿La originalmente mía o la que si estaba buena?
—Ambas—ríe.
Veo su rostro acercarse y cuando va a llegar, corro mi rostro sintiendo sus labios en mi mejilla, hace un resoplido de frustración. Riendo por mi bromita, tomo su barbilla con mis dedos y le doy dos cortos besos.
—Trabaja un poco tu sentido del humor.
—Los besos que se desean, no se niegan.
—Buen eslogan, podrías patentarlo y venderlo.
—No seas ridícula.
—Ah, ahí está el Matthew que conozco. Si no decías esa línea iba a preocuparme.
Ríe de esa forma encantadora antes de pasar una mano por mi cabello. Se inclina hacia mi oreja.
—Escribí una escena de Eloise y Mattheo que espero mostrarte pronto...Y espero que te guste, sé que a mí va a gustarme.
Los vellos de mi brazo y nuca se erizan, me guiña un ojo y lo sigo hasta la puerta. Lo veo irse y muerdo mi labio inferior.
—Pasé de insultar a Matthew a besarlo. Bien hecho, Elise— me felicito cerrando la puerta de mi casa.
Como diría papá: bien jugado, Elise, bien jugado.
Holaaaaa, tenía el capítulo solo me faltaba corregirlo pero como tenía parcial no me puse en ello hasta ahora que estoy sentada frente a mi laptop tranquilamente :D
1. Breana y Rayan siendo encerrados. Stavis, como los llama Alexa.
2.Jocker líder del plan de encierro.
3. ¿Alguna vez sabremos de la conversación del armario?
4. Conversación Adelaide y Elise.
5.Sorpresa, sorpresa, Matthew esperando por Elise.
6.¡Melise saliendo!
7. Matthew y la comida de Elise.
8.Melise otra vez *.*
El hada está vez señala a una señorita muy persistente que cree que es invisible, pero no querida, el hada te ve y te señala @AtiraSky gracias por tooooooooodo el apoyo, por tus ocurrencias y por dejarle un ladito de tu corazón a mis historias.
Espero les guste.
Un beso.
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