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Especial.

Andrew.

Llego al apartamento y todo está sumamente silencioso, frunzo el ceño, Leanne ya debería estar aquí.

— ¿Amor? —dejo el saco de mi traje en el perchero al lado de la puerta y me encamino a nuestra habitación.

La puerta esta entreabierta, la empujó con el pie, no hay nadie, pero veo un sobre blanco sobre las sabanas azules que cubren la cama. Busco mi móvil mientras me acerco y tomo el sobre.

Palpita mis bolsillos y no lo consigo, lo debí dejar en el saco.

Su fina letra adorna la parte de adelante del sobre con un: Bienvenido.

Salgo de la habitación con el sobre en la mano y voy directo al saco para buscar mi móvil, marco su número y escucho el buzón de voz.

Hola, en estos momentos no puedo contestar, si eres Andrew no contestaré tus llamadas, ya nos veremos, te amo.

Hago una mueca, esta mujer está loca, pero por eso la amo, niego con mi cabeza y me dispongo a abrir el sobre.

Me consigo una nota.

Hola amor, si lees esto es que ya llegaste a casa, obviamente...

Dejo de leer con una sonrisa en los labios, seguro en ese momento rodo los ojos, pero creyó que la nota tendría más personalidad.

... Siempre haces los mejores regalos de aniversario, esta vez te sorprenderé y en el lugar de nuestro primer encuentro estaré.

Deja la nota en el sobre, ha pasado ya mucho, pero obviamente sé dónde está. Aflojo un poco mi corbata y salgo del apartamento, miro el reloj en mi muñeca izquierda, tengo reservación en un buen restaurante para mi regalo, aún queda tiempo.

Me subo en mi auto y conduzco a la preparatoria, a pesar de que son las seis de la tarde, espero no tener problemas para entrar.

Apenas llegó voy directo al vestuario del equipo de fútbol femenino, se me hizo extraño no encontrarme con el Guardia, pero seguro ella lo compro para poder hacerse sus locuras.

Lo primero que veo es un sobre en uno de los bancos, pero por supuesto ella no está aquí. Las demás luces están apagadas, pero una en el vestuario que apunta al sobre esta encendida.

Este sobre tiene el número uno.

Lo abro y voy directo a leer la nota.

Aquí comienza nuestra travesía, admito que esa vez quería golpearte, pero ahora sólo quiero amarte y dejar que tú me ames, este fue el comienzo y aún queda camino... te veo donde el control nos dejó y el primer beso nos llegó.

Dejo la nota en el sobre y lo guardo en mi bolsillo con el otro, me muerdo la mejilla interna.

Después de basarnos por primera vez ella huyó, me evitaba a toda costa, me encantaba molestarla, fue...

Golpeó mi frente.

Los baños de chicas.

Camino por los pasillos solitarios y oscuros, creo que ella no pensó que esto podría ser algo tenebroso.

Entro a los baños y las luces están encendidas, hay un sobre pegado en la puerta del cubículo en el que estuvimos aquella vez.

Este tiene el número dos, saco la nota y la leo.

Y así revivo nuestra historia, te diré un pequeño secreto, con ese beso enloqueciste mi mundo, espero yo enloquecer el tuyo. Aún no me encuentras, esfuérzate un poco más... ya conoces la historia y bromeas con eso, te veía a lo lejos, con ojos soñadores sin ser consciente.

Sonrió, si es tonta, nunca dejaré de bromear al respecto a que se sentaba a verme en las prácticas, aunque siempre ponía escusas de que aprendía de las prácticas de los hombres porque el entrenador no era tan duro con las chicas.

Llego al campo y camino por unas cuantas gradas hasta encontrar un sobre, este tiene un tres, saco la nota.

Sé que te he hecho caminar, pero ese cuerpo tiene que mantenerse en forma para mí. En esta nota te digo que el hombre en el que te has convertido vale más que todas las palabras que te pueda escribir, lo dice tu novia tontamente enamorada... Y a través de un puente pasaremos, como esa noche bajo la lluvia en una cita inolvidable, ahí te esperare.

Me enamore de Leanne por muchas cosas, pero más por lo que me hace sentir, nunca creí que que caería tan profundo por alguien, mucho menos que sería esa chica atorrante a la que me gustaba molestar, pensé que la mayor cosa que teníamos era la atracción, pero esto ya lo he pensado antes, lo nuestro siempre será algo más que atracción.

Camino hasta el auto y conduzco hasta el muelle en el que una vez tuvimos una cita, una de muchas, una especial e inolvidable.

Algunas personas transitan el lugar tranquilamente, algunas parejas, otras sólo disfrutan de un paseo y también los gruñones que seguro no tuvieron un buen día, miro el reloj, se hace un poco tarde.

No sé qué es lo que debo buscar aquí, pero lo consigo al ver a Kiara al final del muelle.

— ¿Hola? —se vuelve hacia mí con una sonrisa.

—Al fin llegas —me extiende un sobre—, ya hice mi trabajo, que te vaya bien.

Sin dejarme decir otra cosa se aleja, me encojo de hombros y veo el cuatro en el sobre, lo abro y saco la nota.

Solo te resumo la historia, mientras te llevo al pasado con estos recuerdos, te pierdes de un montón de cosas asombrosas, pero esas ya las sabes, estamos llegando al final y podría decirte un millón de cosas, pero quizás sean mejor en persona... te espero en casa amor.

Regreso al auto, conducir a casa se vuelve algo horrible, quiero llegar cuanto antes, pero de alguna forma el tráfico se pone en mi contra, miro la hora, ya perdimos la reservación, tocó mi bolsillo distraído, me tocará improvisar.

Cuando por fin el ascensor me deja en nuestros piso, miro el sobre en la puerta, el número cinco, lo despego de la puerta y saco la nota.

Este no es el final, no te asustes, este es nuestro hogar, es más que un comienzo, es nuestro presente y lo que verá nuestro futuro, aunque algunas veces no puedo contigo y discutimos, después de un largo día solo quiero regresar a casa y estar en tus brazos, llena de amor y de seguridad... ¿Qué esperas? Abre la puerta.

No pierdo el tiempo porque estoy ansioso de verla, de abrazarla y de besarla.

Me encuentro las luces apagadas, las velas me llevan hacia ella, con un vestido rojo, todo en ella es hermoso y solo ver su sonrisa cálida, el amor en su mirada, no puedo pedir más, no quiero más, porque ella es todo para mí y más cursi no puedo ser porque de alguna forma ella se apoderó de esta noche, ella la volvió algo inefable para los dos.

Si Flash se creía velos, no me vio apresurarme para llegar a ella.

—Bienve... —fui directo a sus labios, no deje que terminara de hablar solo podía pensar en besarla.

Comencé un beso lento, pero profundo, atrape su labio inferior entre los míos probándolos con gusto, soltó un pequeño suspiro que me animo a adentrar mi lengua en su boca para acariciar la suya, mis manos se mantienen en su rostro mientras que la beso.

Sus manos están en mi pecho y todo parece tan delicado, no parece tan de nuestro descontrol, pero de alguna forma todo esto me sabe a gloria.

Me alejo cuando necesitamos respirar, la envuelvo entre mis brazos, siento su respiración en mi cuello. Ahora puedo notar la cena que está en el suelo junto a unos cojines, champán, chocolates, todo es tan ella.

Me siento el hombre más afortunado de tenerla a mi lado.

—Me esforcé esta vez —dice alejándose un poco para mirarme—, quería recordarte algunas de las cosas que nos trajeron a este preciso momento, quería decirte que no me arrepiento de nada, que una de las mejores cosas que hice fue enamorarme de ti, que te amo con locura Andrew Allen.

—Me encanto todo, me gusto recordar lo que pasamos, eso es algo que no debemos olvidar jamás, gracias a eso estamos aquí, gracias a eso nos espera mucho más, por supuesto que también te amo —dejo un pequeño beso en sus labios.

— ¿Podemos comer? No quiero arruinar el momento, pero muero de hambre —hace un puchero adorable y me rio.

—Está bien.

La dejo guiarme hasta mi lugar, charlamos un poco de nuestro día y dd como ella soborno a Kiara para que estuviera en el muelle.

La comida esta deliciosa y cuando termino, se encarga de llenarme la boca con chocolates y besos, según yo tengo que estar en forma, pero ella me llena de chocolates.

Bebo de mi copa de champán mientras la observo, está sentada delicadamente con sus piernas hacia un lado, su brazo derecho sostiene algo de su peso y con su otra mano sostiene la copa.

La aleja de su boca y enarca una ceja.

— ¿Por qué me miras así? —deja la copa a un lado y se me acerca gateando de una manera graciosa, pero sexy.

Me acomodo para que se siente ahorcajada sobre mí.

— ¿Cómo te miro? —se encoge de hombros y distraída termina de aflojar mi corbata, la saca por sobre mi cabeza y la lanza a algún lugar, desabotona los dos primeros botones y me sonríe.

—Me miras muy fijamente —dejo un rápido beso en sus labios.

— ¿Quieres saber cuál era mi regalo para ti?

—Por supuesto, pero ¿Cómo que era? —me rio.

—Pues perdimos la reservación que hice en ese restaurante que te encanta —sus labios se entreabren, para conseguir reservación tuve que llamar con un mes de antelación, es muy difícil conseguir lugar en ese restaurante.

—Lo siento cariño, no tenía ni ida, mierda seguro gastaste mucho para nada —niego con mi cabeza rápidamente, no quiero que piense que lo que hizo no valió para mí.

—La verdad tu hiciste lo mejor de nuestro aniversario, además tu regalo lo tuve conmigo meses antes —le sonrió al ver su confusión—, revisa mi bolsillo.

Me mueve un poco hacia atrás y siente lo que hay en mi bolsillo, mete su mano y con dificultad saca la pequeña caja aterciopelada.

—No quiero apresurar las cosas con esto, pero no quiero que pase un día más sin que te lo pida, al final luego decidiremos los dos —sus ojos brillan cuando me mira, lo abre lentamente—, Leanne cuando lo decidamos... ¿Quieres casarte conmigo?

Se queda en completamente silencio.

—Realmente lo arruinas sin siquiera intentarlo —eso alarmaria a cualquiera, pero recuerden que mi novia está algo loca—, tu regalo opaca totalmente el mío.

Me mira indignada y estalló en una carcajada, creo que aún no ha caído en cuenta.

Quito la caja de sus manos y saco el anillo que vi perfecto hace unos meses, apenas lo vi pensé en ella, pensé en este momento.

— ¿Querrás volverte mi prometida? —pregunto algo más serio, respira hondo y una lágrima se le escapa.

—Por supuesto que sí, estaría desquiciada si dijera que no —estira su mano y dejo el anillo en si dedo—, te amo.

Limpio su mejilla, me da un beso corto.

—Tu regalo fue el mejor, hizo este día mucho más especial para esto y solamente porque estabas tú al final, porque nuestra historia continua y faltan muchos años para el final.

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