Epílogo.
Cuatro años después
-Déjame procesarlo -Ada se rasca la cabeza y luego parece golpear la pantalla de su laptop- ¿Te mudaras con veintiún años?
Asiento frenética.
-Aunque no me mudare, me estoy mudando -suelta una carcajada y la pierdo de vista cuando la veo caer de la cama, por lo que yo rio también.
- ¿Con el imbécil Allen? ¿El que no te debía gustar? -ruedo los ojos por sus preguntas retoricas.
-Cállate Ada -vuelve a reír, me vuelvo hacia la puerta cuando escucho un golpe. La puerta es abierta sin esperar una afirmación.
-Kiara necesita tu ayuda en la cocina -Matt se queda en silencio cuando ve a la pantalla, después de un minuto se aclara la garganta-, hola Ada.
Ella solo asiente con una pequeña sonrisa.
- ¿Decías qué? -intervengo en las miradas extrañas que se dan.
- ¿Eh? Si necesita tu ayuda, algo huele a quemado.
-Joder -golpeo mi frente-, espera un momento, ya regreso.
Troto escaleras bajo y cuando entro en la cocina, un olor horrible llega a mi nariz.
- ¿Qué has hecho? -levanta las manos asustada.
-Solo fue una tanda, ninguna de las otras se quemaron -suspiro, por lo menos nos quedan galletas.
-Anda a hablar con Ada, yo me encargo.
-Gracias heroína -le saco el dedo medio y se ríe.
***
- ¿Háblame de la sonsa de Serena? -estoy con Ada nuevamente, después de salvar las galletas.
-Escuche que se mudó, según está viendo un psicólogo -Kiara responde por mí.
- ¿Cómo sabes eso? -murmuro.
-La semana pasada, cuando vine pase por el supermercado de aquí cerca y escuche a su madre hablar con una cajera, la chica estudio con Serena o algo así -se encoje de hombros.
-Le tenía mucha rabia a Serena, pero, bien por ella que se alejó de la loca de su madre -Ada comienza a trenzar su rubio cabello. Ya sus mechones azules desaparecieron.
-Su locura no es culpa suya -medio la defiendo.
-Relativamente es cierto -dice Kiara.
Ada agarra su computadora y la cambia de lugar, ahora podemos ver su cuerpo entero.
-Bueno si -busca algo en su closet-, ¿Qué tal se ve esto?
Muestra frente a la cámara un vestido azul, sencillo, pero lindo.
- ¿Saldrás? -Kiara se incorpora para ver mejor.
-Algo así.
-Ese se te vería bien -digo.
-Concuerdo con Lean -Ada sonríe.
-Este será.
- ¿Con quién saldrás? -pregunto intrigada.
-Un amigo.
- ¿Segura? -dice Kiara burlona.
-Claro, es mi profesor de español, es lindo, pero no mi tipo.
-Porque su tipo es Matt -sigue Kiara burlándose. Ada resopla.
-Tonterías, pasaron cuatro años ya y jamás sucedió nada.
-Pero como querías -la molesto yo. Rueda los ojos.
-Son unas idiotas -comienza a moverse por la habitación-, las llamo el fin de semana, las dejo.
Lanza un beso y cuelga.
-Como que le pego -murmuro cerrando la laptop.
- ¿Debemos dejar de molestarla? -miro un momento a Kiara.
-Por supuesto que no -me rio y esta se une a mí.
***
-Me gusta tu apartamento, mamá no grita órdenes y puedo jugar video juegos -Charlie no aleja la vista de la tele.
-Ahora será el apartamento de los dos, no solo mío -Andrew tira de mí, arrastrándome por el sofá en el que estoy hasta quedar casi sobre él.
-Que cursi, me vomito -Ruby se burla.
-Ya te quiero ver con tus noviecitos -le responde Andrew con el mismo tono burlesco.
-Cállate -me rio- ¿Qué les falta para terminar la mudanza?
-Que Leanne decida si quiere pintar el cuarto o no, como no se ha decidido todas nuestras cosas están en el cuarto de huéspedes, además está un poco aferrada a su cuarto de adolescente -frunzo el ceño.
-No es cierto, no creas nada de lo que dice.
-Hasta tiene mamitis, no entiende que no nos mudaremos a otro continente, está pegada a su mamá como si no la fuera a ver más -golpeo su pecho.
-Idiota -me lo quitó de encima y voy a la cocina.
-Como que se enojó campeón -escucho a Ruby antes de perderme en ella.
Abro el refrigerador y busco una cerveza, cuando me doy la vuelta, él está en el umbral con una ceja enarcada.
- ¿Cerveza? -me encojo de hombros.
-Me provoco ¿no puedo? -le doy un trago- ¿Cuándo viva aquí lo prohibirás?
-Cuando vivas aquí, lo único que te prohibiré es usar ropa -me da una sonrisa pícara.
-Estúpido.
-Mal humorada -se acerca hasta mí y solo deja un leve espacio entre nosotros.
-Imbécil -susurro subiendo mi mirada para verlo a los ojos.
-Mandona -cuando lo dice roza ligeramente sus labios sobre los míos.
Después de cuatro años ahí esta esa conexión entre nosotros, nunca desaparece.
-Bésame -mis ojos bajan a sus labios y luego suben a su mirada.
Roza mis labios nuevamente y sonríe, estrecho mis ojos y cuando creo que no me besara solo para molestarme, comienzo a retroceder, pero sus labios atrapan los míos.
Furiosos de pasión, acelerando mi corazón y haciendo cosas locas en mi cuerpo, le regreso el beso con la misma intensidad. Enredo mis dedos en su cabello y tiro de él más cerca, nuestras lenguas se rozan y no soy consciente de en donde estoy.
Para el punto en que escucho un carraspeo y una risa, es cuando me alejo de Andrew.
-Le, estas muy sonrojada -Ruby se burla-, siento interrumpir, pero tengo sed.
Busco mi cerveza perdida sobre la encimera, le doy un trago largo cundo la veo agarrar una soda y salir.
-La habitación está en el pasillo -dice en burla cuando sale.
-Estas muy tensa -Andrew se ríe y deja sus manos sobre mis hombros.
-Estoy algo estresada.
-Relájate un poco -besa mi frente-, te dejare un momento.
Lo miro salir y respiro profundo.
Esto es un gran pasó en nuestra relación y me estoy aterrando.
***
12 de enero, 2015.
Me vuelvo a girar, tener insomnio es horrible, todo mi cuerpo está cansado, pero mi mente es un torbellino y no me deja en paz.
-Le, te mueves mucho -la voz de Andrew sale ronca y somnolienta. Lo he despertado.
-Lo siento -me giro otra vez, le doy la espalda y cierro los ojos.
Pasan unos minutos y lo siento abrazarme.
- ¿Estas bien? -es nuestra primera semana viviendo juntos y creo que estoy actuando realmente extraño.
-No puedo dormir, siento haberte despertado.
-Llevas toda la semana así -besa mi nuca- ¿Dime que sucede?
Suspiro, me doy la vuelta entre sus brazos y miro su silueta en la oscuridad.
-Tengo miedo de que no funcione -su mano va a mi mejilla y aleja el cabello de mi cara.
- ¿Qué no va a funcionar?
-Esto, si al final lo arruina que me haya mudado.
-Ya tenemos casi cinco años juntos ¿Por qué lo arruinaría?
-Nosotros tenemos unas personalidades contradictorias -suelta una carcajada y golpeo su brozo-, hablo en serio, a veces peleamos por estupideces.
-Porque tú eres muy terca.
-Y tú muy idiota.
-Y así empezamos, pero, ¿Qué pareja no tiene peleas?
-Todas, pero
-Pero nada, ¿me amas?
-Por supuesto.
-Entonces solo ámame y estaremos bien, porque yo solo siento que cada día te amo más, solo quiero tenerte a mi lado mientras cumplo mis sueños y quiero ver que todos los tuyos se cumplan -tira de mi acomodándome sobre su pecho-, si te dan dudas de nosotros o si te molestas porque dejo la tapa del inodoro arriba y me quieres dejar, yo siempre te hare cambiar de opinión, porque cuando realmente crees haber encontrado a la persona correcta, siempre lucharas por ella.
Me quedo muda, como las otras tantas veces que me dice lo que siente, empieza a dejar suaves caricias en mi cabello. Respiro profundo y lo abrazo más fuerte.
-Estoy perdida y totalmente enamorada de ti, te amo y ame todo lo que dijiste, pero en serio aprende a bajar la tapa del inodoro porque si no meteré tu cabeza en él, ya me canse de caer de trasero en el inodoro, no es nada agradable -su pecho vibra con la risa que suelta.
-Prometo que pondré de mi parte, pero solo si comienzas a ducharte conmigo.
-Cada vez que hago eso, llego tarde a la universidad.
-Llegar tarde no es malo.
-No eres tú el que enloquece para llegar.
-Pero soy yo el que pasa más tiempo con la mujer que ama.
-Eres un tonto -suspiro casi dormida-, nos queda mucho por recorrer.
-Pero contigo el camino se hará corto.
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