Capítulo 44:Cita Para Olvidar
11 de diciembre, 2011.
Leanne.
— ¿Es una cita elegante? —sacudió mi cabello despeinándolo.
—Es una cita para olvidar —arquee una ceja acomodando mi cabello.
— ¿Qué quieres decir? —me da una sonrisa ladeada.
—Ponte hermosa y no preguntes más —me dio un rápido beso y comenzó a alejarse—. Es una sorpresa, pero sí usa algo un poco elegante.
—Está bien, me das miedo con tanto suspenso —lo escuche reír.
—Paso por ti a las seis —lo veo subir a su auto y entro de una vez en mi casa.
Paso un rato conmigo, pero realmente vino a invitarme a salir una cita para olvidar ¿Qué debíamos olvidar? No me dio a entender mucho, pero me tiene con los nervios de punta.
—Me parece que Andrew está muy cursi ahora —me rio.
—No es así mamá, él solo es un poco más lindo.
—Saldrás con él ¿eh? —la manera despreocupada de la que habla me hace saber que solo quiere es cuchichear lo que hará su hija.
Comienzo a prepararme una merienda para aplacar mi hambre.
—Depende
— ¿De qué? —me mira inquisitivamente, ahora ella piensa que puedo salir sin su permiso, esto es nuevo.
—De si me dejas salir esta noche —sigo con sarcasmo.
—Ah claro, bueno yo si te dejo —me encojo de hombros.
—Entonces sí —le sonrió alegre antes de irme, por fin un poco más de libertad.
—Anne viene hoy —la escucho gritar desde la cocina.
—Aleja a Scott de Ted —le grite de regreso. La última vez que tuvieron un encuentro Scott casi queda sin cola.
Marco el número de Kiara y espero con ansias esta es la que me sacara de mi pequeño aprieto de nervios.
—Hey —respondió con demasiado entusiasmo.
— ¿Qué haces? —pregunte cautelosa, soltó una pequeña risa.
—Solo leía y mi personaje favorito es un amor —me rio.
—Está bien, te necesito en casa —hizo un rápido sonido.
—Leann
—No, no me puedes poner excusas, es para algo importante que amaras —resoplo con fastidio.
—Pero estoy leyendo.
—Puedes hacerlo después.
—No debí haber contestado —susurra.
—Te oí perfectamente Kiara, mueve tu jodido trasero hasta aquí.
—Bien —gruño.
— ¿Qué hay de Ada?
—Hable con ella temprano, está arreglando los papeles de intercambio.
—Bueno
—Me dijo que dejaría el baile y el futbol, que solo iba a estudiar.
—Ella no haría eso —frunzo el ceño.
—Esas fueron sus palabras —suspiro.
—Es su elección, solo apoyémosla.
—Lo sé, te veo en diez minutos.
—Está bien —colgué y me concentre en el bello sándwich.
***
Después de comer ese sándwich caí en una especie de sienta muy relajante y no me di cuenta hasta que sentí un gran peso sobre mí.
—Eres bien mierda, me llamaste para verte dormir —me tape la cabeza con la almohada.
—Déjame solo un momento, era una buena siesta —murmure ahogadamente por la almohada.
—No, levántate y dime para que me necesitas.
—Maquillaje —susurre aun acostada sin su peso sobre mí.
— ¿Ah?
—Maquillaje —dije más fuerte.
—Ya te había escuchado, pero quería ver si lo ibas a repetir, esto es un milagro –comenzó a moverme desesperada—. ¿Por qué te maquillare?
—Porque tendré una cita elegante con Andrew, bueno, según él —soltó un chillido.
— ¿Qué usaras? —me senté para mirarla bien.
—No tengo ni la mínima idea —sus ojos brillaron, a ella le encanta usarme como su muñeca.
—Qué bueno que tienes una amiga con talento.
Y así fue como perdí el control completo de mi cuerpo, porque esta chica no acepta un no como respuesta, por lo que me volví la Barbie humana.
***
—Listo, tu mi bella amiga estas hermosa —le di una sonrisa ladeada y me puse frente al espejo.
Realmente amaba a Kiara, ella era capaz de hacer magia de diferentes formas, es definitivamente una de las mejores personas que pude conocer en mi vida.
—Tu eres jodidamente increíble —me lanzo un beso desde la cama.
—Lo sé, ahora iras y pasaras una noche increíble, así que yo me iré y esperare tu llamada con ansias para que puedas contarme todo —me reí dándole un rápido abrazo.
— ¿Cuándo tendrás una vida amorosa activa de nuevo? —se encogió de hombros.
—Reese fue mierda y el chico del beso fantástico no apareció así que, por ahora no pienso en eso, me siento bien con mis novelas y las historias inspiradoras que me dan mis mejores amigas.
—Aunque Ada no aporta nada —digo recordándole.
—No, hasta que pueda sacarle toda la sopa, sé que ella y Matt llegaron a algo —asiento de acuerdo.
— ¿Qué pasa si el chico del beso aparece? —Niall ronda mi mente, maldición Niall lo respeto por ser el mejor, pero joder esta es Kiara y está loca por ese chico del beso inesperado a pesar de odiarlo, solo si supiera quien fue el que estuvo jugando a robar besos, creo que estoy bien en el punto medio entre ellos, ellos deben arreglar este bello asunto.
—Quien sabe, él puede ser un imbécil y yo aquí loquita por sus besos —se rio y me uní a ella—. Ahora sí, me tienes retenida, Andrew ya debe estar por llegar, me llamas.
Después de que se fuera me quede frente al espejo, mi cabello cae en cascadas en mi espada con sus suaves y naturales ondas, el vestido rojo que llevo es sencillo, pero elegante a su manera, tengo unos tacones no tan altos, pero que hacen cosas buenas en mis piernas y el maquillaje ni se diga, natural y hermoso, ya sé que lo dije, pero Kiara hace magia.
Mi celular me saco de cualquier pensamiento de mí y lo bien que Kiara me dejo.
—Aló —digo casualmente.
—Espero que estés lista —siento su sonrisa a través de la línea.
—Sip
—Estoy en la puerta, apunto de tocar.
—No toques —le digo rápidamente.
— ¿Por qué?
—Mi hermana y mi madre están esperando el momento para decir cosas vergonzosas, prefiero evitarme eso —escucho su risa.
—Pero me gustaría ver eso.
—No Andrew, espera, ya voy a bajar —como que escucha la súplica en mi voz porque esta desacuerdo antes de colgar.
Agarro mi bolso de mano y guardo mi celular, me doy una última mirada y bajo las escaleras rápidamente.
— ¡Dios mío!-ruedo los ojos—. ¡Esta es la cosa más caliente que he visto hoy! Llamen a los bomberos que esto puede arder en cualquier momento.
Termino riendo por las pendejadas de Anne.
— ¿Dónde está Ted? No lo vi hoy.
—Esta con los padres de Logan —hago un mohín.
—La próxima vez lo traes —le digo alejándome hacia la puerta.
— ¿No te despedirás de mamá? –casi gimo.
—Hazlo por mí por favor, dile que la amo y no regresare tarde.
— ¿Estas huyendo? —junto mis manos en modo de súplica.
—Sabes cómo es, me toma fotos por todo, estoy apresurada y nerviosa.
—Eres su pequeña —intento imitar la voz de mamá y me reí, se acercó con su celular—. Solo una foto sino me mata.
—Bien —me posicione lanzando un beso a la cámara—. Dile que la amo
—Sí, sí, ya se –le di un rápido beso en la mejilla y cuando abrí la puerta Andrew estaba a unos pasos de ella, cerré la puerta detrás de mí antes de Anne pudiera decir algo.
Me quedo frente a él contemplándolo como el conmigo, Dios quien diría que Andrew podía verse tan caliente.
Pantalones de oscuros con una camisa de botones gris dentro de ellos y un saco negro, definitivamente me lo como, hasta tiene un pañuelo en el bolsillo del saco. Su cabello esta algo peinado y su barba incipiente me mata, estoy perdida por él.
—Esta hermosa –me concentro en sus ojos porque me mira con una extraña sonrisa que hace temblar mis piernas—. Me encanta como te ves siempre, pero hoy me matas.
Sonreí ampliamente, me acerco y dejo un pequeño beso sobre sus labios, limpio el poco poquito de labial que le queda y le vuelvo a sonreír.
—También te ves bien —alejo un mechón de mi rostro, parecemos par de tontos mirándonos sin decir nada.
—Se les pasara toda la noche aquí —escucho la voz de Anne desde la ventana y comienzo a reír.
—Cállate y deja de espiar.
—Soy la mayor no puedes decirme que hacer —le saco el dedo medio y parece indignada, agarro la mano de Andrew para alejarnos de mi casa.
Me abre la puerta de su auto y me da un rápido beso en la mejilla antes de cerrar la puerta, cuando entra entrelaza nuestros dedos y nos ponemos en marcha.
— ¿A dónde vamos?
—Ya te dije.
—Claro, el suspenso —ríe y no puedo evitar sonreír.
—La pasaremos bien, lo prometo —me quedo mirando por la ventana.
No puedo evitar sentirme nerviosa, las sorpresas me inquietan, pero me encanta estar con Andrew sé que vale la pena estar con él esta noche, sé que vale la pena volver a amar a alguien y más si esa personas distorsiona tu mundo.
Entramos a un restaurante elegante, cuando bajamos un hombre se acerca y se encarga del auto, Andrew entrelaza nuestros dedos y nos lleva al frente donde una chica detrás de una mesa atiende a las personas, hoy parece el día perfecto para una cena porque esta algo lleno el restaurante.
— ¿Tienen reservación? —sonríe descaradamente hacia Andrew, está bien es joven y muy linda, pero no se da cuenta que el vino conmigo.
—Sí, de hace algunas semanas —el lapicero de la señorita sonrisas cae sobre su labio inferior, supongo que no es tan elegante el lugar si contratan a alguien tan descarada con los hombres.
— ¿Nombre? —el lapicero se ha trasladado a su blusa algo descotada y realmente felicito a Andrew por no mirar.
—Andrew Allen —le da otra sonrisa antes de buscar, mientras la muy lenta busca atraigo la atención de Andrew.
— ¿Desde cuándo hiciste reservación? —me dio un rápido beso y eso me encanto, ojala la chica sonrisas haya visto eso, limpio sus labios, el labial rojo es muy problemático.
—Una semanas después de que volvimos, quería traerte sonrió adorablemente, ok amo mucho a mi novio. La tos de la chica sonrisa nos interrumpió.
—Su mesa es aquella —nos guio y por fin dejo de sonreír aunque de todas formas no dejaba de mirarlo.
— ¿Viste como levantas chicas? —soltó una carcajada mientras se sentaba frente a mí.
—No me levante a nadie —un mesero paso dejando unos menús y se alejó dándonos tiempo para elegir.
—Por supuesto que sí, casi se le trababa la mandíbula de tanto sonreír —volvió a reír.
—Para nada —llamo al mesero—. Una botella de vino y la especialidad para mí por favor.
— ¿Para la dama? —realmente no sabía que pedir así que me guie por la experiencia de Andrew.
—También me gustaría la especialidad —cerré el menú y lo deje en su mano, cuando se retiró Andrew siguió con la conversación.
—No me levante a nadie porque en realidad estaba perdiéndome en lo fantástico que te queda ese vestido y lo afortunado que soy de salir con la chica que amo —está bien sé que ya lo dije, pero jodidamente amo a mi novio—. Estas algo sonrojada.
—No hables más —se volvió a reír.
La comida estuvo realmente deliciosa, aunque no se específicamente lo que estaba comiendo, solo bebí un poco de vino para acompañar la comida, no quisiera estar ebria en una cita tan linda, hablamos mucho de cualquier cosa y se sentía tan bien poder estar así de relajada.
— ¿Qué tal estuvo? —pregunto cuando regresábamos al auto.
—Me la pase muy bien, gracias —le di un beso en la mejilla.
—Aún no ha terminado.
— ¿A no? —el hombre nos entregó el auto y salimos del lugar.
Me concentre en cantar la música de la radio hasta que llegamos.
— ¿El muelle? —pregunto sonriendo.
—Yo sé que te encanta tanto lo elegante como lo sencillo, así que pensé en algo variado —aun no nos bajábamos del auto.
Mi mano bolo a su nuca y estrelle mis labios con los suyos, en un buen beso, algo más duradero de lo que nos hemos estado dando esta noche, un gruñido sale de su garganta cuando nos separamos lentos.
—Por fin un buen beso, ahora bajemos si no quieres que arruine el paseo —vuelvo a limpiar su boca y me rio mientras salgo.
— ¿No crees que estamos muy elegantes para las atracciones del muelle? —se encogió de hombros.
—Que importa, seamos los elegantes del muelle —entrelazo nuestros dedos acercándome más a él.
— ¿Cómo extranjeros? —se rio.
—También o solamente seremos los locos.
—Los locos enamorados —murmure.
—Por supuesto.
Comenzamos a ir al principio de las atracciones y después de conseguir un algodón dulce estamos pasando por los juegos del lugar, algunas personas nos miran, pero ellos no nos prestan mucha atención.
— ¿Qué tal el juego de fuerza?
—Está bien.
—Consígueme un peluche gigante –lo anime.
Y si me consiguió uno, pero primero fue uno mediano en el juego de fuerza y para no quedar mal compro un gran oso de peluche.
—Estás loco —me reí y le lance el peluche grande—, cárgalo tú, ni siquiera puedo caminar con él.
—Está bien, pero no estoy loco, tú lo querías —abrace al que gano.
—Me hubiera gustado cualquiera que me dieras.
—Bueno amaras este porque te lo doy con amor —lo abrace como pude con el oso en medio.
—Eso hare.
— ¿Qué tal un paseo en la rueda de la fortuna? —hice una mueca.
—Comí demasiado y no quiero terminar mareada y menos vomitar.
—Por mi está bien solo caminar hasta el final del muelle, no quisiera vomito sobre mí —hizo una cara de asco y me reí.
—Está bien —comenzamos a caminar hasta el final, solo las parejas en si iban hasta el final, los juegos están en medio del muelle por lo que el final no era muy concurrido.
Algo me vino a la mente.
— ¿Por qué dijiste que era una cita para olvidar? —me quede viendo su perfil, comenzó a detenerse hasta que se recostó en una de las barandas del muelle.
—Porque es así, tengo cosas importantes que hacer y solo quiero olvidar, solo contigo puedo —agarro al oso con una mano y me acerco al el con su mano libre en mi cintura, un trueno me hizo saltar y pegarme más a él.
— ¿Hablas sobre lo de tu mamá? —suspiro.
—Lo de mi mamá, lo de Connor, sobre la madre de Serena y sobre la verdad, solo quisiera olvidar por un rato.
—Te entiendo, es nuestra cita para olvidar —dejo mis labios sobre su mandíbula, beso un poco el lugar de manera suave.
—Parece que lloverá —no dejo que siga hablando, uno nuestros labios, me concentro solo en eso, en los roces suaves y deliciosos, en lo caliente que es estar en sus brazos.
Muerdo su labio superior tentadoramente, profundiza el beso con ganas de más y no me quejo, tentativamente nuestras lenguas se rosan y un gemido se me escapa cuando se intensifica, ni siquiera me importa que estamos en un lugar público y parece que nos estamos comiendo.
Hasta que una lluvia comienza a mojarnos.
—Maldición, te dije —comencé a reírme hasta que vi el peluche.
—Corre se va a mojar —tire de él y comenzamos a correr al auto.
— ¿En serio? Son peluches se pueden secar —se ríe mientras corre a mi lado.
—Cállate que es difícil correr en tacones —se volvió a reír.
Llegamos a la puerta del copiloto y la abro, pero él no me deja entrar, ya esto completamente empapada, lanza a los peluches a la parte de atrás y cierra la puerta para recostarme en ella, ni siquiera puedo emitir sonido cuando su boca esta sobre la mía, no pierde tiempo y profundiza el beso, me enloquece con roces y mordidas, ni me importa estar completamente empapada, sus manos recorren mi torso con la tela del vestido pegada a mí.
Me separo en busca de aire y el sigue a mi cuello, ladeo la cabeza para darle acceso y gimo cuando llega al punto exacto.
Lo alejo y está algo muy alterado, me toma de la mano y me hace girar, la lluvia hizo que su cabello se pegue a su cara, hasta así se ve sexy.
— ¿Te gusta mucho la lluvia? –me mira sonriente.
—Me gusta hacerte mojar —me da un guiño y ruedo los ojos.
—Ya casi no hay nadie, vámonos —se me acerca deja caricias en mi cintura—. Nos vamos a resfriar.
—Eso no pasara —envolvió sus brazos a mi alrededor y comenzó otro beso, uno que me hizo olvidar que estamos bajo la lluvia, simplemente puedo ser consiente de él.
—Vamos a tu apartamento —susurro y rápidamente vuelve a mi boca, está desesperado y Dios yo también, muerdo su labio inferior y tiro de el—, vamos Andrew.
Sacude su cabeza y abre la puerta para mí, necesito estar en el departamento rápido, debería existir la tele-trasportación.
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Holaaa.
Espero que les guste el capítulo.
Voten y comenten.
Hasta el próximo capítulo...
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