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Capítulo 40: Shock.

Andrew.

— ¡Mierda! —Leanne está completamente roja, al parecer está muy avergonzada.

Pero no me puedo concentrar en eso, ella acaba de decir que es mi hermana, mis ojos se amplian de golpe.

—Eso no...

—Sí Andrew, no quería decirlo así, pero esta chica me esta jodiendo la paciencia, nunca me acostaria con mi hermano —hace una cara de asco—. La vez que te invite el trago era una actuación.

Asiento lentamente, solo parpadeo, todo me encajo, podía conseguir información, apareció de repente a ayudarme.

— ¿Desde cuando lo sabes? —suspiro, miro a Leanne y yo lo único que pude hacer fue tomar su mano, me alegro un poco que no se alejara—. Ella puede estar.

—Que raros ustedes, hace un momento se mataban —rueda los ojos—, en fin, me enteré cuando encontraste a mamá y exijias verla.

—No exijia, quería saber la verdad —sus ojos se cristalizaron.

—Escuche su conversación, sé lo que él le hizo —parpadeo seguido para no dejar salir las lágrimas—, ella no sabe que lo sé, ni que te busque.

—Si se entera te matará Ruby, ella ni siquiera quiere verme, ni hablarme, me ayudo con algo y se esfumó —niega con su cabeza.

—Mi madre no es así Andrew, se deprimió estos últimos meses en los que hablaron, ahora está enfrascada en el trabajo, yo quiero ayudarte y quiero saber más —con mi mano libre le doy un apretón a su brazo.

—Creeme que se como se siente, aunque sé que te debió afectar mucho saber que dañaron a alguien que amas, no te quiero meter en esto.

—Ya estoy en esto —nos quedamos en silencio.

—Lo siento —me concentro otra vez en Le que habla en un susurro—. Fui una idiota, disculpa por decir esas estupideces de ti.

Ruby se ríe.

—Tranquila, llegue en un momento acalorado.

—Por su culpa —me golpea el estómago.

—No me culpes, yo no estaba hablando animadamente con mi ex mientras te ignoraba —resoplo.

— ¿Qué iba a hacer? Sabes cómo son las cosas —soltó mi mano.

—Podías haberte acercado y luego entrado a mi carpa siendo una buena chica y quedarte ahí para que nadie te estuviera comiendo con la mirada —soltó una carcajada.

—En tus sueños iba a hacer eso —sonrió.

—En mis sueños hacías cosas mejore.

— ¡Jesús! Ustedes son un par de niños —Ruby se ríe y Leanne se sonroja, al parecer nos olvidamos de ella.

—Lo siento nuevamente, me llamo Leanne —se presenta.

—Un gusto, Ruby —se estrechan las manos.

—Aún debes decirle algo importante, así que los dejo —la retengo—, joder déjame respirar, tienes una conversación con ella, luego podré gritarte lo que quiera.

—No bailes con el bastardo —frunce el ceño.

—Cállate Andrew, no puedes decirme que hacer —comienza a alejarse.

—Te lo advertí —le digo antes de que se aleje por completo.

—Sí que eres controlador, pobre de tu novia —pasó una mano por mi cabello.

—No es mi novia —ya no más, quería decir, pero lo guarde para mí, hace un sonido de disgusto.

—Peor aún, lo que debe aguantar la pobre —tuerzo mis labios.

—Eres mi hermana, se supone que debes estar de mi lado —me mira por un momento sin expresión, pero luego se ríe.

—En fin, hay algo que debo decirte —se pone sería, me acerco a mi carpa y me sigue.

— ¿Qué edad tienes? —abro una cerveza.

—Casi diecisiete.

—Cero bebidas entonces, no tienes quien esté pendiente de ti —rueda los ojos.

—Vine con mi novio, el me esta cuidando —señala con su cabeza a un lado y miro a un chico viendo hacía acá.

—Ya veo —bebo de mi cerveza—. ¿Qué tienes que decirme?

—Preferiría reunirme contigo después —asiento de acuerdo.

—Supongo que así hablaremos bien de todo —me da una sonrisa.

—Eso estaría bien —palmea mi mejilla—, y deja de gritarle a esa chica, te mandara al carajo.

Se aleja hacía el chico que nos miraba y vuelvo a mi silla.

— ¿Qué pasa contigo cara de moco? —Ada golpea mi cabeza.

—Solo estoy aquí siendo un solitario —consigue una silla y se sienta a mi lado.

—Conste que me deberías caer mal por idiota —me quita la cerveza.

—Que bueno que eres honesta —me sonríe.

—Siempre —suspira—. ¿Qué esperas?

— ¿Para qué? —rueda los ojos.

—Para ir a perseguirla, el tiempo se va volando Andrew y la vida no espera —me le quedo viendo—. ¿Qué?

— ¿Desde cuando eres tan poética? —resopla, pero cuando me estoy alejando la escucho decir algo.

—Desde que tengo el tiempo limitado...

La dejo atrás, tomo la mano de Leanne y de una manera no tan educada la llevo lejos.

—Espera Andrew, joder estoy cansada —se libera, ya estamos algo lejos de los demás—, no quiero pelear y menos por tus celos, ni cualquier otra cosa, tú y yo no somo nada.

Ahogo un gruñido. Quiero que todo sea fácil, pero las cosas no suceden como quiero.

Estoy frustrado, pero la quiero, no puedo resistirme a los impulsos que tengo cuando esta cerca y no sé como hacerle saber eso. Después de todo estoy con "Melody" aunque no sea real.

Sus ojos tienen un brillo, me parecen como las estrellas bajo la luz de la luna, me siento vulnerable cerca de ella.

—No puedo... —susurro, parece más que confundida.

Me acerco y cuando se aleja cierro mis ojos.

—Debería irme... —continúa pero la detengo.

—Es cierto, lo siento, me siento un jodido infantil contigo —llevo un mechón de su cabello lejos de su cara—. ¿Qué hago? No fui impulsivo nunca y ahora que te conozco no sé cómo controlarme.

Me alejo y tiro de mi cabello, estoy mal sin ella, nunca había sentido algo parecido y odio no poder olvidar todo para seguir como estaba.

—Lo mejor será que te alejes... —dejo de mirar el mar para verla directamente y negar con mi cabeza—, necesito espacio, yo...

—Espera, por favor, solo tengo que explicarte —tomo su mano que esta algo temblorosa y la pego a mi pecho —, siento mucho por ti para dejarte ir.

—Ya lo hiciste —susurra y nunca me había parecido tan sincera.

—Le... —me acerco y la envuelvo en mis brazos—, no me dejes solo ahora.

No dice nada, pero algo cambió, aunque hablo conmigo el resto de la noche y cuando se fue a dormir me sonrió, algo es diferente y se que todo es mi culpa.

***
27 de Noviembre, 2011.

Me apresuró a la cafetería, es tarde y Ruby debe estar esperándome. Apenas entro la localizo en una esquina.

Su cabello rubio esta trenzado y parece entretenida con algo, cuando me acerco me doy cuenta de que no está sola.

—Por fin llegas, estaba a punto de irme —hace un leve gesto con su nariz.

— ¿Este es tu amigo? —el niño que está con ella, tal vez tenga ocho años.

Ella sonríe por la cara de fastidio que el me regala. Sopla sus rulos rubios lejos de su cara. Los ojos del chico llaman algo mi atención.

—Charlie no hagas esa mirada, Andrew es muy divertido —rasco mi nuca.

—Es cierto Charlie, ya que no han pedido nada, te puedo comprar una rebanada de pastel —sus ojos brillan.

— ¿En serio? —mira a Ruby—. ¿Me dejaras?

—En lo que me has metido Andrew —rueda los ojos—, ve a la barra y pidela, Andrew luego la paga.

El chico sale disparado, se ve muy feliz, creo que nunca le dan pastel.

— ¿Eh...

—Mamá me matará, no le gusta que coma dulces tan temprano —de un momento a otro se da cuenta de algo—. Bueno el es Charlie, mi hermano.

Asiento, él también es mi hermano, tal vez pude haber tenido una familia. Mi madre fue capaz de tenerme sobre todo lo que le sucedió, estoy seguro de que si hubiera sido diferente, ella se hubiera quedado conmigo, después de todo parece ser una buena mujer y eso es lo que odio de la porquería de mi padre, estoy seguro que él rompió un pedazo de ella.

—Lo tuve que traer porque mis padres no están en casa, no podía dejarlo solo...

—Entiendo.

—En fin —cruza sus dedos frente a ella—. Conseguí una especie de diario, era de mi madre, desde la preparatoria.

— ¿Lo leíste? —miro directo a sus ojos.

—El principio —aprieta su mandíbula—. No soy masoquista Andrew, tampoco metirosa, odio a tu padre y no sabes lo que le haría, pero amo a mi madre, es la mejor que pude tener.

Las lágrimas se deslizan por sus mejillas y aguanta un sollozo. Nunca pensé en lo que pudo sentir ella cuando se entero, es su madre, lo que habré sentido seguro no es lo mismo, ella tuvo que haber sentido más.

» Ella es maravillosa, es una gran mujer y él la apago, estoy confiando en ti para que hagas algo, aun no sé cómo papá no ha agarrado su arma para matarlo y yo, joder seamos realistas soy una cría y si le hizo eso a ella, imagínate a mí —solloza, golpea la mesa y sostengo sus manos—. Quiero que sufra, lo odio.

Me acerco a ella, hubiera sido mejor haberla llevado al apartamento, no habría tanta atención sobre nosotros.

—Mírame Ruby —lo hace y limpio sus mejillas—. Yo haré lo correcto, ahora cálmate, Charlie se dará cuenta.

Asiente, termina de limpiar su cara que se ha puesto más roja, su nariz la hace ver como un reno de navidad.

—No sé si tiene mucho —hipa—, pero llegando a la mitad menciona a tu padre.

Aprieto una de sus manos después de tomar el pequeño cuaderno que me ofrece.

—Confía en mí —la miro directamente para que sepa que hablo con honestidad.

—Eso hago, espero hacer lo correcto.

Después de una pequeña charla, intercambiamos  números y se va con el pequeño Charlie feliz por su dulce.

***
He tenido que regresar a la casa de el ser que violo a mi madre, solo para fingir sobre su vida feliz.

Aún así trato de pasar la mayor parte en la universidad o simplemente en el apartamento, no regrese a el, pero unas horas paso para hacer una visita relajante y ordenar mis ideas.

Tome la habitación desocupada del lugar para hacer una especie de sala de investigación, sí, es algo estúpido, pero supongo que me ayudará a no perderme de nada.

En medio de la pared en blanco escribí los nombres de las tres personas involucradas, en la parte de Shelly pegue su carta.

—Esto es un maldito comienzo vacío —escribo a un lado de lo de Shelly el nombre se Serena y Blair.

Trazo una raya que vincula a mi padre con Shelly, al parecer salieron años atrás.

Me siento frente a la pared, me estiro en la silla para agarrar el cuaderno.

Paso los primeros párrafos normales, todo es normal.

Una llamada entrante me hace sobresaltar cerrando el cuaderno a su paso.

— ¿Aló?

—Andr... —miro la pantalla.

— ¿Leanne? —pensé que nunca me volvería a llamar.

—Blair, esta en una tienda —susurra, me tenso y camino hacía la salida.

— ¿Donde estas? —dura unos minutos para contestar.

—Vine al centro comercial de siempre para comprar algo, me está siguiendo, logré escabullirme a la tienda de enfrente, estoy en los vestidores —me apresuró a encender el auto y poner el celular en altavoz.

— ¿Fuiste sola? —aprieto mi mandíbula.

—Sí, lo veo, me está buscando —su voz suena aterrada—. Viene a vengarse, eso es; Andrew viene por lo que le paso a él chico que quería hacerme daño.

—Joder Le escóndete bien, que no te vea.

—Me va a matar, él está loco —parece delirar, respira fuerte, ella no tuvo trauma con el secuestro o eso creo, espero que no comience con un ataque de pánico.

—Nena escúchame —no responde solo esta su respiración—. ¿Me escuchas?

—Sí —susurra.

—Voy por ti, te sacaré de ahí, nada te sucederá, todo estará bien.

— ¿Y si te hace algo? No Andrew, llama a la policía.

—Tranquila, no me pasará nada, no llames a la policía, lo alertarán, ya estoy cerca ¿en qué tienda estás? —trato fuerte en descifrar lo que me dice.

Cuando aparco no me preocupo si lo hago adecuadamente o si gano una multa por ello, solo tengo que llegar a ella.

—Mierda Andrew, creo que me vio —un sollozo se le escapa y corro.

Lo hago lo más rápido posible, porque debo llegar a ella, porque debo impedir que algo le suceda, esta vez nada le hará daño, aunque yo salga herido.

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