12 de Octubre, 2011.

No me di cuenta que me quede dormida hasta el momento en que unos gritos me molestan.

Miro la hora en mi celular, mamá debería estar llevandole el almuerzo a papá al hospital, el único aquí es Matt, a menos que Anne haya venido a discutir con alguien no pienso en nadie más.

Me levanto pasando las manos por mi cara, debo parecer un zombie recién convertido, intento descifrar las voces.

¿Esa es Ada?

Me medió despierto y salgo de la habitación y los consigo en las escaleras.

—Cierra la boca de una jodida vez —Ada mueve las manos frustrada, pareciendo que quiere tirar de su cabello.

—Ahora quieres que me calle ¿qué mierda quieres Ada? —Matt esta rojo, pero de un rojo que nunca había visto en él.

—Que te jodas, eso quiero, pedazo de mierda —Ada gira y sus ojos se encuentran con los míos, los cuales abro como platos.

—Buena idea, me iré a joder a la próxima rubia que encuentre —los ojos de Ada siguen en los míos y la llama que veo en ellos me aterra, agradezco no ser la causante de ese fuego en su mirada.

Se vuelve hacía él y escupe con rabia.

—Me importa un carajo lo que hagas, ve y disfruta de una follada con una rubia hueca imbécil —camina con furia hacía mí y toma mi brazo arrastrándome a mi habitación.

Se deja caer en mi cama no muy arreglada por mi siesta, mientras yo solo puedo quedarme de pie mirándola.

— ¡Qué! —levanto las manos rindiendome desde un principio.

—Creo que sigo dormida, pero he presenciado una batalla que no sabía que existía —resopla.

—Tienes el sueño pesado, llevamos como una hora gritando.

—¿Y eso sería por?

—Nada... —suspiro, sé de ante mano que a Ada no hay que presionarla o se asfixia.

Me tumbo a su lado y bostezo, aún me siento agotada, llevo días así y esta es la primera vez que puedo tomar una siesta desde lo que me ocurrió.

—Me duele el estómago —Ada se ríe y la miró.

—Solo tienes hambre Kya —me quedo en silencio.

—Oye, tienes razón —vuelve a reír, su celular suena y lo saca del bolsillo de su short.

—Es él que dono el semen para que naciera —lo dice fríamente.

Se pone de pie y contesta.

—Por supuesto —dice con sarcasmo al celular.

Solo me quedo acostada mirándola pasear por la habitación.

— ¿Eso crees? —me mira y no tiene expresión alguna.

» Absolutamente no, ya te hable de eso —hace una pausa—. Bien, discutiremos esto ahora, ya voy para allá.

Cuelga y suelta un gruñido para nada amistoso, luego como que recuerda que estoy aquí y respira hondo.

—Tengo un asunto —intenta sonreír, aunque no le llega a los ojos—. Te escribo luego.

A veces detesto que Ada se cierre, me gustaría ayudarla más.

—Hey —me pongo de pie y me aproximó a estrecharla en mis brazos.

— ¿Qué haces? —su voz suena un tono más bajo, creo que tiene otra carga y no dirá nada hasta explotar.

—Te abrazo, llamame por cualquier cosa —asiente y sale de mi habitación sin decir otra palabra.

De inmediato le envío un mensaje a Kiara.

***
— ¿Pasa algo? —Andrew tira de un mechón de mi cabello.

— ¿Ah?

—No has parado de mirar tu celular —dejo mi mano en su mejilla para pasarla por su barba.

—Te vez más adulto con barba —cambio de tema.

— ¿Te gusta? —asiento y presionó un beso rápido en sus labios.

—Nada que no pueda aguantar —rueda los ojos.

—Claro señorita.

Desidimos pasar un día en el parque, un lugar seguro para las hormonas o eso creo.

— ¿Habrá una fiesta esta noche? —pregunto al recordar lo que me dijo ayer.

—Sí, pero la verdad no tengo ganas de ir ¿tú si?

Una fiesta de fraternidad, sería algo divertido para cualquiera, pero realmente ahora no me apetece aparecer por ahí.

—No, preferiría dormir.

— ¿Dormir conmigo? —enarco una ceja y este ríe.

—Ya empezarás con tus cosas —se aleja un poco, estamos sentados en el césped uno al lado del otro.

— ¿Qué cosas? ¿Dormir no es cosa de todos? No sabía que tu no dormías —me mira de manera divertida y quiero golpearlo.

— ¿Dormir para ti que seria? —pone una expresión concentrada.

—Dormir para mí sería, una forma de drenar lo que he vivido por un día —lo miro atónita por unos breves segundos, pensé que saldría con algo subido de tono, se ve que Andrew siempre puede sorprenderme.

— ¿Por qué lo tomarías así? Para otras personas solo sería descansar —se encoje de hombros.

—Es bueno pensar que somos distintas personas —me sonríe—, yo lo veo así.

—Me agrada esa forma diferente de expresarse sobre el sueño.

—Pero dormir contigo no sería drenar mi día —se vuelve hacía mí abriendo las piernas y dejándome entre ellas.

— ¿Qué sería? —susurro acercándome más.

—Sería olvidarme del día y de todo a mi alrededor, sería solo tenerte a ti en mi mente y solo a ti entre mis brazos, a eso le llamaría descansar —susurra rozando mis labios.

—Te estas volviendo todo meloso —susurro nuevamente y este se aleja para reír.

—No me dejaste terminar —intenta acercarme más jalandome por mi espalda baja—. Eso sería después de hacerte el amor.

Suelto una carcajada nerviosa, definitivamente necesito un filtro nuevo para Andrew.

—Debes aprender a no decir esas cosas en público —él mira a los lados antes de fijar su mirada en mí.

—Nadie a escuchado.

—Pero podrían escuchar.

—Pero nadie lo hizo —voy a protestar contra eso, pero sus labios cubren los míos en una rápida movida.

Atrapa mi labio inferior y tira de el haciéndome quejar, continúa en un beso que se siente suave, pero a la vez duro, aunque lento.

Aprendió a hacer que sus besos lentos me vuelvan un poco más loca.

Me alejo lo suficiente para respirar profundo y regresar a mi trabajo, dejando que su lengua se deleite con la mía a compás.

Tiro un poco de su cabello haciendo que suelte un gruñido ronco y sexy, definitivamente el parque no es ninguna área segura de hormonas.

—Andrew... —susurro entre besos.

— ¿Mmmmm? —casi quiero reír, pero el succiona mi labio superior haciendo que suelte un jadeo.

—Ya... —digo sin siquiera detenerlo o parar.

—No —gruñe nuevamente cuando muerdo su labio inferior.

—Por... Favor —suelta mis labios para seguir a mi mandíbula, dando pequeños besos húmedos como caricias y solo soy capaz de cerrar mis ojos.

—Es mejor irnos de aquí —le da una mordida a mi cuello y doy un pequeño salto.

—En otro... Lado no te dejaré... —aprieto mi agarre en su cabello y lo alejo, pero no demasiado.

Dejo un rastro de besos por su cuello y casi pierdo la batalla por querer seguír.

—Un guardia vendrá a sacarnos por demostración indecente en el lugar público —mis dedos se bajan por su pecho firme.

—Ese guardia podría chuparmela —suelto una carcajada.

—Por dios, cierra la boca —sonríe abiertamente, es esa sonrisa de la cascada, esa sonrisa que me hace saber que el verdadero Andrew está aquí.

—Me afeitare —dice de repente y frunzo el ceño.

— ¿Por?

—Porque no puedo apartar la mirada de esos hermosos labios rosados que tienes justo a hora y solo quiero sentirlos directamente en mi piel y la barba no lo permitirá —me río y asiento de acuerdo, así sea afeitado o barbudo se está metiendo bajo mi piel, no tiene ninguna diferencia su aspecto, realmente siempre se ve muy apetecible.

Creo que lo miro como si mirará al chocolate más sabroso de la tierra, lo mejor es que lo tengo para mí.

***
— ¿Estas son horas de llegar? —miro a mamá molesta al final de las escaleras, saco mi celular y miro la hora, apenas son las once.

—He llegado más tarde mamá ¿cuál es el problema? —la miro confundida, además avisé que estaría con Andrew.

—El problema es que estoy sola en casa y podías haberme dicho que llegarías tarde.

— ¿Y Matt? Avisé que estaría con Andrew —papá hoy tiene el turno de noche y Matt seguro si fue a buscar a cualquier rubia hueca.

—Debes avisar y más ahora Leanne, viste lo que te ocurrió —comenzó a alzar la voz.

Casi nunca discuto con mamá, pero esta vez no entiendo su molestia, avise, salí y regrese.

—Lo sé mamá, yo estuve ahí, pero no puedo quedarme pensando en eso, debo seguir...

—Por supuesto, pero no entiendes la manera en la que me preocupo por ustedes —asiento, algo sucedió con ella hoy y siento la necesidad de dejar toda su charla atrás.

—Comprendo... —paso por detrás de ella y me detengo cuando habla.

—Quiero que me avises cuando regresaras —asiento y intento seguir con mi camino—. No quiero más salidas en las noches con las chicas.

Me paralizó y me vuelvo hacía ella.

— ¿Qué?

—Me oíste, nada de salidas a fiestas nocturnas.

—Mamá... —me corta y se va a la cocina.

¿PERO QUÉ?

Respiro profundo, tiene uno de sus ataques locos, me encierro en mi habitación y voy directo a tomar una ducha.

***
¡Joder! Me muevo por la canción que escucho, gruñó y me giro en la cama, frunzo el ceño sin abrir los ojos.

Me doy cuenta que es mi celular, lo busco y contesto sin ver quien es.

—Leann necesito tu ayuda con algo —siento un déjà vu.

— ¿Qué sucede? —me siento de una vez en medio de la oscuridad.

—No es nada grave, pero no creo poderlo manejar sola —escucho un murmullo y risa detrás de la voz de Kiara.

Alejo el celular y mis ojos se convierten en pequeñas rendijas por la cegante luz, miró la hora, no es ni tan tarde.

—Mamá no me dejará ir, discutí con ella, menos a la una de la madrugada —prendo la lámpara en mi mesa de noche y mis ojos se adaptan a la tenue luz—. Matt no está y papá está en el hospital.

—Estoy en la casa de Ada —se queda en silencio y murmura algo antes de seguir—. Esta algo loca.

— ¿Nivel qué? —dejo mis pies en la alfombra y me pongo de pie.

—Once —no pienso en nada cuando respondo.

—Llegó en un momento.

Entró en el baño y lavo mis dientes, luego comienzo a vestirme rápidamente.

Pantalones oscuros y una sudadera, además de mis converse negras, algo efectivo y rápido.

Me siento en la cama, marcó su número y espero, al tercer timbre contesta.

— ¿Algo anda mal? —suena preocupado.

—Lo siento por despertarte, necesito un gran favor —se escucha como se mueve.

— ¿Es sobre dormir conmigo? —me río y siento la necesidad de golpearlo.

—Andrew es en serio.

—Está bien ¿dime? —su voz suena adormilada y sexy.

Concentrate Leanne.

—Ven a buscarme, tengo que escapar de casa, para ayudar a Ada con algo.

— ¿Es tan importante?

—Sí —digo con insistencia.

—Bien, ya voy por ti.

—No hagas ruido, envíame un mensaje —cuelgo y me quedo esperando.

***
— ¿El problema es que ella está algo loca? —tiro de un mechón de su cabello despeinado.

—Once es algo importante.

—Claro —su cara de dormido me parece que es un arma para arrancarle la ropa a las chicas.

—Bien, gracias por esto, eres un gran novio —digo cuando aparca frente a la casa de Ada.

Me detiene antes de que baje y me mira con una sonrisa pícara, me acerca a él y me da un beso rápido.

—Luego hablamos de esto, avisame cualquier cosa —babeo un poco por la forma en que me mira, antes de obligarme a asentir y salir de su auto.

Llegó a la puerta de la casa y está se abre de repente.

—Joder mi Kya... Pensé que nunca llegarías —miró el estado de Ada por un momento.

Esta pendeja esta ebria.

Sus ojos rojos me reciben, además de su sonrisa. Kiara tira de ella desde atrás para que yo pueda pasar.

Cierro la puerta detrás de mi para adentrarme a la casa algo oscura, solo la iluminan la luz de la cocina y el pasillo.

— ¿Qué anda mal? —Ada de ríe y Kiara me ve.

—La pregunta correcta sería ¿qué no anda mal? —dice mientras seguimos a Ada a la cocina.

—No quiero hablar ahora —casi no arrastra las palabras, lo que creo es buena señal—. Mis padres no están y estoy algo subida de copas.

Se ríe y no puedo evitar mirar a Kiara, que se encoje de hombros confundida. Vemos como Ada juega con un vaso que al parecer no posee agua.

» Pero estoy algo cuerda y tengo planes para nosotras —pone una mirada extraña en su rostro.

—Seguro has pasado un montón de cosas hoy, puede que tengas mucha emociones, vayamos a dormir —habla Kiara como la persona razonable que es.

—No... No, no, no —frunzo el ceño, literalmente su nivel de locura está en once o más que eso.

Se que la explosión se acerca.

— ¿Qué tienes en mente? —me relajo y trato de evitar la mirada de horror de Kiara.

—Nos tatuaremos —supongo que con esto mi cara de horror también aparece en la escena.