Capítulo 26: Me Encantas.
02 de Septiembre, 2011.
Respiro de manera lenta y me muevo en la cama, no tengo ganas de despertarme, me siento muy agotada.
Estiro mis brazos por la cama y abro los ojos dándome cuenta de que no es mi cama, Andrew no está en ningún lado, me incorporo y consigo mi celular en la mesa de noche.
Le mando un rápido mensaje a mamá, en un rato ya debo estar en casa, en la mesa de noche también consigo un nuevo cepillo de dientes y me alegra que haya pensado en eso.
Me apresuró al baño y lavo mis dientes, no creo que Andrew me haya dejado aquí sola.
Cuando salgo lo encuentro sentado en la cama, pasa las manos por su cabello, aun no se a dado cuenta de mi presencia.
Puedo ver sus nudillos muy magullados y me duele su daño físico porque no lo pude detener, era el único dolor que le podía evitar.
Me acercó, intenta sonreír cuando me ve, pero esta claro que eso no parece una sonrisa.
Lo primero que hago es tirar de su brazo y envolverlo en un abrazo, lo estrecho fuerte contra mí como si pudiera quitarle su dolor.
— ¿Dónde tienes las cosas para curar un poco tus manos? —susurro sin alejarme, dura unos segundos sin contestar y traga fuerte antes de hacerlo.
—En el baño —asiento separandome de él, sus ojos están un poco rojos, acaricio sus párpados y dejo un dulce beso en sus labios antes de irme al baño.
No puedo creer que siento mi corazón acelerado, lo bese de esa manera, es una muy extraña manera, como si fuéramos algo.
Sacudo mi cabeza y abro la puerta detras del espejo sobre el lavabo, consigo alcohol, algodón y unas vendas, salgo del baño para verlo nuevamente sentado.
Por un momento tengo un déjà vu, la única cosa diferente aquí es que no es por una pelea que debo curarlo.
Me siento a su lado y me acomodo para quedar frente a él, se gira hacía mi y deja sus manos sobre mis piernas.
Sus nudillos están de un color morado verdoso y hasta amarillo, además de tener raspones.
—No vuelvas a hacer algo así —lo miro seria.
—Lo siento, no te asuste ¿Cierto? —niego con mi cabeza.
—Entendí, pero mira lo que te quedo como manos —muerdo mi labio inferior cuando comienzo a aplicarle el alcohol con el algodón.
No parece inmutarse, solo mira un punto fijo por detrás de mí, me preocupa.
Cuando tienes un dolor tan grande, el dolor físico no es nada comparado a lo que sientes, mientras más dolor tengas dentro, menos sientes fuera.
Eso veo en él, se está atascando en ese dolor, tanto que no le importo dañarse y ni siquiera se retorcio del dolor, porque solo pensaba en su interior.
No sé qué puede estar pasando por su cabeza o tal vez si, tal vez cree que fue la desgracia para su madre, que no debió existir o algo así, pero en realidad el único animal de esta historia es su padre.
Pasó una mano por su cabello y tiro un poco de el para que me mire.
— ¿Qué piensa? No te quedes callado, estoy aquí para ti, para escucharte.
—Sabía que eras un amor dentro de todo ese odio —una pequeña sonrisa aparece en sus labios.
—No te aproveches, cuando suba mi guardia te golpearas con una pared.
—Ya intente destruir una con mis manos, seguro puedo intentar con la tuya —golpeó su hombro y sigo limpiando sus nudillos.
—No juegues con eso, no es gracioso —se queda en silencio por otros minutos.
— ¿Y si le hizo eso a otras? —me encuentro con su mirada que refleja ira, al igual que temor.
—Esperemos que no, no sé toda la historia de tu madre y mucho menos los problemas con tu padre, pero ojalá y no le haya hecho eso a otras mujeres.
Respiro hondo, necesito soltarlo, no entiendo como lo sé, pero sé cómo se siente o eso creo, no debe pensar mal de él mismo.
» Debes entender que nada de esto es tu culpa, tú no hiciste nada y mucho menos eres como tu padre, eres un grano en el trasero —sonrió y cuando él me imita continuo—, no un mal chico, tienes un buen corazón.
—Nací Leanne, le arruine la vida... —lo cayó de inmediato.
—No y ni lo pienses, ella fue una mujer fuerte, no todas deciden tener un hijo de una violacion, otras lo abortan o simplemente se quitan la vida, ella salió de esto y no te dejó morir porque no tienes la culpa.
—Me dejó con él porque me odia.
—No creo que te odie, tal vez tiene sus razones, el amor de una madre es muy fuerte Andrew —comienzo a vendar sus manos y él solo mira como lo hago.
—Debí pasar tiempo contigo desde antes —susurra—. Te vi los primeros días en el inicio de los entrenamientos.
Terminó de vendar y le doy mi completa atención.
—Después de todo si eres un acosador.
Deja sus manos en misuslos, les da un leve apretón y sus ojos se concentran en mí.
—Solo el tuyo —me quedo un momento mirándolo, hay el anhelo de algo dentro de mí, que no logro descubrir.
Paso una de mis manos por su cabello nuevamente, creo que me agrada mucho pasar mis dedos por el.
—Ya debo irme —sus ojos parecen querer cerrarse por mis caricias.
— ¿No te puedes quedar un rato más o tal vez otro día? —me río.
—No, mi madre confía en mí, no puedo abusar —asiente refunfuñando.
—Yo te llevo —asiento poniéndome de pie, guardo mi celular y salgo de la habitación con él siguiendome.
Sus manos van a mi cintura desde atrás, pega su pecho a mi espalda y caminamos de manera extraña.
— ¿Qué hay en ti? No puedo mantener mis manos alejadas de ti, siempre quiero estar tocandote —sonrió sabiendo que no me puede ver.
—Solo te falta algo de sexo —me encojo de hombros.
Sus manos se aprietan en mi cintura, no es nada doloroso, pero me hace tensarme, estoy frente a la puerta, así que me estiro para abrirla, pero soy girada y el cuerpo de Andrew me atrapa.
—Puede ser Leanne, puede que lo necesite para olvidarme de la mierda que está llegando a mi vida —cuando se acerca demasiado giro un poco mi cara y su nariz acaricia mi mandíbula, llega hasta mi oído y me muerde el lóbulo, lo que me hace saltar—. Pero el único sexo que quiero es contigo.
Giro mi cara hacía él y nuestros labios se rozan, definitivamente sus ojos son alucinantes desde cerca.
» Claramente eso no sucederá ahora —presiona su boca sobre la mía y nos aleja, abre la puerta y nos hace salir.
En su auto solo cantamos las canciones de la radio, de vez en cuando me regala una pequeña sonrisa y me alegra de que parezca un poco mejor.
Tenemos esa atracción eléctrica que cuesta conseguir, es extraño, pero sorprendente la manera en la que estoy atraída hacía él.
Cuando se detiene frente a mí casa, le doy una sonrisa y estoy dispuesta a salir del auto, pero no me lo permite.
—Leanne gracias por todo, por quedarte conmigo y evitar que hiciera una locura, sobretodo gracias por ser alguien en el que me pude apoyar.
Alcanzó su mano para darle un apretón, terminó entrelazando nuestros dedos.
—No fue nada, eres un fastidio —le digo en broma—, pero puedes confiar en mí, si esta a mi alcance siempre querré ayudar.
Se gira un poco hacía mí para acariciar mi mejilla con su mano libre, sigue un camino desde mi barbilla hasta mi nuca.
—Me encantas —susurra antes de unir nuestros labios, no me da tiempo de nada cuando ya tiene mi labio inferior atrapado entre los suyos, mi mano libre va a su nuca y juego con la parte baja de su cabello, nuestras lenguas se enredan y saborean entre sí de una manera alucinante que me tiene bailando en una nube de sueño o deseo, en estos momentos no pienso bien.
Muerdo su labio superior y lo succiono a mi antojo, disfruto cada minuto que pasa.
La mano que mantenía en su nuca la hago bajar por su hombro y la dejo en su pecho, siento su corazón, esta tan acelerado como tal vez está el mío.
En un pequeño momento de lucidez imagino su abdomen, debe ser un buen abdomen y voy directo a comprobarlo cuando mi mano baja más y se cuela debajo de su sudadera.
Joder, es duro como roca, suelta como un suspiro, muerdo su labio inferior y presiono mi mano fría en esa tabla que es parte de su piel caliente.
Cuando los dos soltamos un gemido a la vez vuelvo a mí, dejo ir su labio y abro mis ojos como platos, retiro mi mano de su piel con la mayor velocidad posible.
Su rostro está solo un poco sonrojado, le da un apretón a mi mano que sigue entrelazada con la suya y una sonrisa aparece en su rostro, es esa puta sonrisa, esa que ya me tiene boba.
—Esto... Emm... Escríbeme cualquier cosa —asiento demasiadas veces para mi propio bien y salgo disparada a mi casa.
Cada vez me controlo menos y cada vez siento mucho más.
Cierro la puerta detrás de mí, de un momento a otro no aguanto y suelto una risa tonta.
Su voz se repite en mi mente.
«Me encantas»
Estas jodida Leanne Brown.
***
10 de Septiembre, 2011.
—Me siento muy feliz por esto, es un avance —la voz de Kiara suena muy emocionada, dejo que trence mi cabello mientras habla—. Él realmente está saliendo de esto.
—Está noticia me alegro el día, cuando papá me lo dijo quise llorar de la felicidad —el padre de Kiara lo logró, esta dejando el cáncer atrás—. ¿Cómo están todos con la noticia?
—Genial, Cris quiere hacer algo como una reunión para cuando regrese a casa.
—Eso es genial.
—Igual si quieres faltar no importa, mamá también entiende porque no has ido, ni llevado a Ted —termina mi peinado y me veo en el espejo que me pasa, Kiara tiene un don para esto—. Ya está buscando apartamento.
Asiento, Hunter es algo que estoy cerrando en mi vida, es hermano de una de mis mejores amigas, sé que lo veré muchas veces más, así que ya debería dejar de evitarlo.
—Obviamente iré, es el regreso de tu padre y él también es importante, lo sabes —me da un beso en la mejilla antes de acostarse mirando el techo.
— ¿Y Seth? —gira su rostro y frunce el ceño.
— ¿Qué pasa con él? —ruedo los ojos—. Es lindo.
— ¿Solo eso? —enarco una ceja.
—Compartimos un buen momento en tu fiesta y no hemos hablado —me siento para verla mejor.
— ¿Buen momento? —es su turno de rodar los ojos.
—Nos besamos un poco Leann.
— ¿Un poco mucho o un poco solamente? —sus mejillas la delatan.
—Un poco mucho —suelto un chillido.
— ¿Donde estaba yo en ese momento?
—Seguramente intentado seducir a Andrew —tapo mi rostro.
—Tú también, Ada me lo recuerda siempre, estaba ebria, sabes como me pongo.
—Sí, como si la ropa te pícara, siempre te la quieres quitar —golpeó su brazo cuando se ríe.
—Eso ya pasó, no cambies el tema ¿Cómo fue besuquearse con Seth? —mira a otro lado.
—Es dulce y apasionado, es la mejor combinación para mí.
— ¿Entonces saldrán?
—No lo sé —se sienta y muerde una de sus uñas.
— ¿Qué me escondes? —la miro de cerca.
—Fue en el campamento, el día del apagón —asiento con toda mi atención puesta en ella—. Alguien me beso.
Frunzo el ceño y pienso.
— ¿Y si fue Seth? —niega de inmediato con su cabeza.
—No, estoy muy segura de que no fue él.
— ¿Cómo lo sabes?
—Porque este beso, fue como más una caricia al alma —se ríe por su elección de palabras—. Fue intenso y no he podido dejar de pensar en eso.
—Tengo una idea, ve a besar a todos los graduados y nuevos últimos año para saber quien fue —me mira horrorizada.
—Por supuesto que no, estas loca, tendría que besar a muchos —asiento de acuerdo.
— ¿Y sí elegimos los tres más probables? —me mira pensativa.
—Creo que esa no es tan mala idea, aunque no me agrada tener que besar a tres distintos chicos —tuerce los labios—. Necesitamos a Ada.
Asiento de acuerdo, busco mi celular para escribirle a Ada y consigo un mensaje que me hace sonreír.
«De regreso del super reportandome, me he sentido mejor y evito pensar lo menos que puedo.
Ansioso de verte, compre helado por si quieres visitarme.
Pdt: mi cama es muy grande sin ti, extraño tu abrazo de oso asfixiante»
No veo a Andrew desde nuestro momento apasionado en su auto, pero aún así se "reporta" todos los días.
Me dice que esta bien, pero obvio necesito verlo para asegurarme.
Respondo rápidamente.
«Ese helado tiene mi nombre, te visito más tarde ;)»
—Qué bonita sonrisa —se burla Kiara.
—Shhh... ¿En que estábamos?
—En que necesitamos a Ada —asiento de acuerdo.
Marco su número y lo pongo en alta voz, me acuesto boca abajo y dejo el celular frente a mí.
— ¿Sí? —su voz suena somnolienta.
— ¿Estabas dormida a esta hora? —son las tres de la tarde y esa chica sigue durmiendo.
—Mmmmju.
—Ada levántate y ven para donde Leanne —habla Kiara que se a posicionado a mi lado.
— ¿Ahora? —se escucha como si estuviera moviendo.
—Obvio, deja de acomodarte que no te dejaré dormir —parece como si se riera.
— ¿Sabes que puedo colgar?
—Te iré a buscar, Kiara trajo el auto de su madre.
—Entonces vengan, yo estoy muy cómoda.
—No Ada, ven tú —se queja.
—Por favor no me hagan esto, tengo sueño —me rio por la forma aniñada en la que habla.
—Bien, iremos, no nos hagas esperar afuera —le advierto.
—Sabes donde esta la llave.
—Bien, perezosa, ya vamos —habla Kiara.
—Las amo —dice antes de colgar.
—Vamos pues, levántate, esto es muy importante —Kiara se pone de pie y me apresura.
Hago lo que me dice y nos vamos.
***
—Entonces ¿Ese es su plan? —Ada lleva una tostada a su boca.
—Bueno, Leann tuvo la idea —Ada asiente mientras mastica.
—Fue lo único que se me ocurrió.
—Bien ¿Quienes sería los más probables?
—Garrett —digo rápidamente y Kiara frunce el ceño.
— ¿Por qué él? —Ada rueda los ojos.
—Porque te acosa —digo lo obvio—. Además ya no es el feo Garrett.
—Pero eso le daría esperanza conmigo.
—Lástima, son partes de la consecuencia, igual le inventas algo y ya —habla Ada antes de comer otra tostada.
—Bien.
— ¿Niall? —pregunta Ada y yo frunzo el ceño.
— ¿Por qué Niall? —pregunto confundida, Ada se encoje de hombros.
—Se la pasa molestandola.
—Es así con todos.
—Es cierto —Kiara concuerda conmigo.
—Bien, esta descartado.
— ¿Reese? —Kiara niega inmediatamente.
—Él no fue —se rasca la mejilla pensativa—. Tomas.
—Tenemos dos.
—Fred —declaró recordando al chico que la ha invitado a salir muchas veces.
—No quiero besar a Fred —Ada se ríe.
—Te tocara hacerlo, él puede ser el de besos ardientes —me río.
—Yo pienso lo mismo.
—Esta bien, acepto a esta estúpida idea.
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