Capítulo 22: Una Apuesta.
04 de Agosto, 2011.
Por fin, tengo diecisiete, un día como hoy llegué a la vida, aunque fue algo sorpresa para mis padres, soy la luz de sus ojos, exagerando un poco claro, creo que a Matt también lo quieren.
La mañana de compras con mamá y la tarde de comida con papá fue de lo mejor y ahora compartimos un rato en familia.
—Hable con mamá y Matt se encargo de papá —Anne me da esa sonrisa suya que puede llegar a satisfacerte.
— ¿Y cual es la conclusión de todo? —me lleno la boca de pastel y helado.
—La conclusión es que ese será nuestro regalo —frunzo el ceño y trago lentamente.
—No entiendo Anne —rueda los ojos, miro hacia la puerta del jardín y entra Kiara con una amplia sonrisa cargando a Ted.
—Te dejarán hacer una fiesta.
— ¿Fiesta? —Kiara golpea mi cabeza—. Espera... ¿Podré hacer una fiesta?
— ¡Oh dios mio! Quitale el dulce que la volvió tarada —Kiara vuelve a golpear mi cabeza y Ted ríe.
—Ta... Tarada —vuelve a reír.
—Te explico hermana ¿A quien habrás salido de despistada? —niega con la cabeza antes de centrarse en mi—. Nuestros padres se irán con los abuelos y te dejaran hacer una fiesta.
Golpeó mi frente, amo a mis padres.
— ¿Cómo lo hicieron?
—Matt les dijo que se haría responsable de lo que ocurriera —dejo el tazón lleno de pastel y helado sobre la pequeña mesa frente a mi y corro hacia el jardín.
Encuentro a Matt hablando con Ada sentados en el césped, empujó a Ada a un lado y me lanzó sobre él.
—Mierda Kia, más cuidado.
—Hermano de mi corazón, gracias —grito con alegría.
—Le me asfixias, quítate de encima —dejo un beso en su mejilla y me levanto, miro a Ada sentada nuevamente y por pura maldad la vuelvo a empujar haciendo que caiga de lado.
—Perra —sicea por lo bajo y suelto una carcajada.
—Me amas —le guiño un ojo y voy hacia donde mis padres están sentados.
—Gracias por dejarme hacer esto —los abrazo.
Papá pellizca mis costillas haciendome alejar.
—No me abraces tanto que creo que es por puro interés —llevo una mano a mi pecho fingiendo que estoy lastimada.
—Escuchas eso mamá, de ahí saque lo tonta, mira lo que dice —lo señaló con diversión, mamá ríe.
—Definitivamente hija —le doy un beso en la mejilla y vuelvo por mi tazón de pastel y helado.
***
—Que sexy nena —me acomodo la falda negra que llevo puesta.
— ¿En serio? —me miro en el espejo de cuerpo entero que tengo en mi habitación.
—Estas que arde —me vuelvo hacia Kiara que termino de hablar por celular para elogiarme, le lanzó un beso en el aire y sigo mirándome.
Tengo un lindo crop top turquesa con flores, una falda negra alta y unos zapatos con poco tacon, parezco toda una dama.
Otra vez revivimos el proceso en el que Kiara me maquilla porque ella quiere y estoy lista.
Nosotras estamos en mi habitación, pero Matt estuvo encargándose de todo, se escucha la música hasta aquí y por lo que me dijo Ada ya hay bastante personas.
Mientras bajo las escaleras me consigo a algunas personas que me felicitan, hasta las que ni conozco.
Ya hay de todo tipo de bebida en la cocina, por lo que vamos directamente a buscar algo de beber.
—Regreso en un momento, llamaré a papá —dice Kiara.
—Lo acabas de llamar —le recuerda Ada.
—Lo sé, solo quiero verificar, otra vez —le sonrió y se relaja, esta preocupada y más que su padre está más débil.
—Ve tranquila que la fiesta no va a ninguna parte —aprieta mi mano antes de alejarse entre la multitud.
—Bien cumpleañera, bebamos un poco —Ada comienza a servir en unos vasos cuando escucho esa patética voz.
—Felicidades —me giro hacia Serena, por favor, es mi puto cumpleaños y no puedo ser feliz, ya tenía un tiempo sin tenerla detrás de mi, por poco pensé que me dejaría en paz.
—Gracias —vuelvo a darle la espalda, no la correré ni nada de eso, hoy es mi día, me voy a divertir y beberé hasta no acordarme de mi nombre, así que es hora de olvidar a Serena.
—Gran fiesta, lastima que la cumpleañera es una zorra —bufó y doy un largo trago al vaso que me entrega Ada, dulce y pasable, como me gusta.
—Te invito a disfrutar de la fiesta de la zorra, ahora piérdete —le quito importancia a su comentario.
Voy a pasar por su lado y agarra mi brazo dándole un duro apretón.
— ¿Cuánto más tengo que advertirte? No te quiero con Andrew, ese pedazo de mierda cree que eres mejor que yo —me suelto de su agarre.
—No me importa lo que digas Serena —la miro fijamente y sus ojos brillan.
—Leanne no sabes donde te metes —ruedo los ojos.
—No quiero amenazas y no quiero que me jodas la noche —le escupo irritada.
—Ya verás que...
—Joder ya deja el fastidio —Ada refunfuña y tira de mi fuera de la cocina.
Nos quedamos en la pista de baile y nos movemos al ritmo de la música.
Unas manos me rodean y besan mucho mi mejilla.
—Amor de mi vida, felicidades —Niall sigue aplastandome y diciéndome cosas lindas hasta que se cansa.
—Gracias —alboroto su cabello y se queja.
—Por ahí ví a Steph y Melody.
—También los vi, pero los acompañaba Serena —dice Kiara llegando a mi lado.
—Hoy no me importa —termino mi trago y le doy el vaso a Niall—. Consigue más para la cumpleañera.
— ¿Me acompañas abejita?
—Cállate y camina —Niall me enseña los pulgares cuando se van.
— ¿Andrew vendrá?
Me encojo de hombros y sigo bailando, le quito el vaso a Ada y me lo termino bebiendo.
—Tranquila nena que las resacas no son fabulosas.
—Apostemos —propongo, aunque estamos gritando sobre la música, me acerco para que me escuche.
—De nuevo con sus apuestas —Kiara se une a nosotras pasandonos nuevos vasos llenos.
— ¿Qué propones? —Ada sonríe.
—Hay que embriagarse esta noche, la que no lo haga se le asigna reto mañana.
—Yo pasó —Kiara se niega y entiendo porque, ella nunca a sido de rechazar las apuestas aunque no le agraden.
—Entendemos —habla Ada por las dos, le da un beso en la mejilla—. ¡HECHO!
Hacemos una especie de brindis y bebemos.
***
Literalmente el alcohol te hace sacar una gran parte de tu personalidad sin ninguna vergüenza.
—Me... quiere bañar en la piscina —creo que le susurro a Kiara, aunque soy consiente de que arrastre y cambie alguna palabra.
—Ni lo pienses Leann, apenas son las dos y ya estas vuelta un culo.
—Culo sexy —aclaro.
—Aja, camina —me saca del jardín y nos adentramos en la casa.
— ¿Ada? —Kiara me agarra de la mano para guiarme.
—Matt se encarga de ella, aunque no está tan mal como tú, por lo menos no a intentado lanzarse a la piscina.
Creo que no escuche ni la mitad de lo que me dijo, pero gane, si gane, creo.
—Besara a Matt —canturreo feliz.
—Abejita llévala a dormir —Bromea Niall y me pellizca la mejilla, le saco la lengua.
—Cállate... Sol... Solo necesito agua... —suspiro—. Alguien vio a... Emm... Allen.
Niall suelta una carcajada y acaricia mi cabeza.
—Llegó hace cinco minutos, por eso te buscaba —ruedo los ojos.
—Tarde... —alargo la última sílaba.
Creo que Andrew podía llegar a mi cumpleaños y felicitarme, no un día después a las dos de la madrugada, bufo y jalo a Kiara para la cocina.
Sirvo un vaso de agua del cual voto algo en la cerámica, maldigo y bebo mi agua como si no hubiera bebido en un tiempo.
—¡Seth! —le sonrió y Kiara voltea hacia él, miró quien entra después y mi sonrisa se borra—. Fuera... No quiero a... Imbeciles. Lo siento Seth, pero has venido con este.
—Si que estuviste bebiendo mientras no estaba —se acerca—. Vamos a hablar.
—Mmmm... No —Seth se acerca a Kiara y la traidora acepta ir a bailar con él.
—Lo siento y felicidades —me da una sonrisa ladeada, ruedo los ojos.
— ¿Eso es todo? —suspira y posa sus manos en mis hombros.
—Tuve un problema, cuando estés completamente sobria te cuento, igual con tu regalo, no quiero que lo pierdas —mi corazón da un brinco, me encantan los regalos.
—Esta bien —digo sin ánimos, vuelvo a llenar mi vaso con agua, de un momento a otro me siento deshidrata, aunque un poco mejor.
—Oye —sostiene mis mejillas para que no pueda apartar la mirada—. Tuve un día horrible, solo quería verte y pasar el día contigo.
Miro esos ojos y me molesta como me mira. Suelto un pequeño gruñido y quito sus manos de mis mejillas.
—Tranquilo Andrew, no es como si fuéramos algo —le sonrió para quitarle importancia a mis palabras.
—Que estúpido sonó eso —lo veo salir de la cocina irritado.
No fue para tanto, dije la verdad.
Boto el agua de mi vaso y sirvo vodka antes de irme, aún las personas bailan como locas y algunas se manosean demás.
Bebo de mi trago y paso entre las personas hasta conseguir a Niall.
—Hola amor —beso su mejilla y bebo del vaso.
— ¿Sigues bebiendo? —arquea una ceja.
—Por supuesto, solo necesitaba agua —aunque me siento mejor, aún mi cerebro se mueve lento.
—Creo que deberías dejar de beber —ruedo los ojos o eso creo que hago—. Se me olvidaba, Max paso por aquí y te dejo algo, Matt se encargo de guardarlo.
Asiento, que extraño que no se quedó un rato, podría haber bailado con él.
—Ya me cambiaste —una chica se engancha en los brazos de Niall, una morena con buen trasero.
—Claro que no, es todo tuyo —me retiro.
Tropiezo con alguien y la reconozco al instante.
—Por fin te veo, llegué hace un rato, pero con tantas personas no te encontré —Paige besa mi mejilla y me da un breve abrazo.
—Que bueno que viniste... —sonrió ampliamente.
—Ya veo que te pasaste de copas —me río y termino con lo que queda en mi vaso, ya siento un ardor grande en mi estómago.
—Un poco, nos vemos luego... Pásala... Suuuuper —me río y me alejo.
Llego hasta las escaleras, oh las escaleras, parecen mi perdición.
Comienzo a subir, aunque se que lo hago muy lento, cuando ya voy por la mitad un brazo rodea mi cintura para ayudarme a subir.
—Pensé que te habías ido —murmuro, dejando mi cara en su cuello, respiro hondo y huele genial.
—Te vigilaba —termina de subir las escaleras y vamos hacia mi habitación.
Me detengo antes de llegar y me alejo para mirarlo, haciendo que me suelte.
Lleva pantalones claros, una camisa negra y una chaqueta blanca.
Se ve taaan comestibleee, suspiro, porque dios me dio hormonas.
Muerdo mi labio inferior y me acerco a él, creo que tambaleó un poco, pero llego a él.
Ahora siento cualquier cosa, solo con el roce que deja por la parte descubierta de mi cintura.
—Lo siento... Por —olvido las palabras mientras me enfoco en la barba que esta dejando crecer en su rostro, otra de las cosas en las que no me había fijado momentos atrás, el alcohol me vuelve despistada y además valiente—, tratarte mal.
—Tranquila, solo se te subieron las copas a la cabeza —sonríe y no puedo evitar tocar sus labios, lo que hace que su sonrisa se desvanezca.
—Todavía las tengo en la cabeza —susurro antes de unir mi boca a la suya.
Suelta un pequeño gruñido cuando tiro de su labio inferior y me pego más a él.
Cuando su lengua toca la mía mis piernas flaquean, pero me sostiene en mi lugar.
Succiona mi labio superior y tiro de él para intentar acercarlo más mientras mis dedos se unden en su cabello.
—Leanne... —intenta hablar, pero lo corto, siguiendo el beso, tiro de él y giro hacia la puerta de mi cuarto quedando con ella en mi espalda.
Sus manos recorren mi espalda, pero en ningún momento hace un movimiento en falso y puede ser que odie eso.
Abro la puerta y nos adentro, me separo rápidamente cuando escucho un gemido.
Y no uno de Andrew y menos mío.
— ¡Joder! Que asco, fuera de aquí —grito, no reconozco a ninguno de los dos.
La chica se acomoda el vestido y sale disparada, él chico parece lo suficientemente ebrio como para verme descaradamente mientras se abrocha los pantalones.
—Los ojos al frente imbécil —aún así cuando escucha a Andrew sale rápidamente cerrando la puerta detrás de él.
Por lo menos estaban sentados en mi mueble y no en mi cama, que asco.
Niego con la cabeza y comienzo a reír.
—Olvidé cerrar mi puerta con llave —me sigo riendo.
—Me di cuenta —termino de reír para verlo fijamente—. Me miras como si me fueras a comer.
Relamo mis labios y su vista cae en ellos.
—Definitivamente —me acerco a él.
—Leanne estas un poco ebria, necesitas relájate y acostarte un rato —resoplo agarrando su chaqueta y acercandolo.
— ¿Has escuchado que los ebrios dicen la verdad? —se ríe y acaricia mi mejilla izquierda.
—Si, pero sobria no intentarías nada de esto —lo pego a mi de golpe.
—Deja de ser dulce conmigo...
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