Capítulo 21: Dejando Algo De Orgullo.
01 de Agosto, 2011.
Limpio el sudor de mi frente, mi respiración es dificultosa, comienzo a moverme sin perder el tiempo, tengo media hora o más corriendo sin parar, estamos perdiendo el partido por un gol.
— ¡Tiempo! —grita nuestro entrenador y nos hace acercarnos—. Nos están pateando el trasero señoritas ¿Dejaran que eso suceda?
— ¡No! —se escucha el grito de todas.
—Bien, cambiaremos la jugada —busca su libreta y comienza a dibujar algo en ella—. Así las quiero ahora.
Me toca el lateral izquierdo, localizo a Ada en el centro y a Brit en el otro lateral, esta será una buena jugada.
Este es el primer partido antes de las vacaciones, es como el comienzo para lo que se viene después, regresamos al campo y el partido comienza, esta una chica del otro equipo que está empeñada en no dejarme pasar.
Corro para detener a una de las chicas y la que está pegada a mi como un chicle me sigue, cuando logro quitarle el balón, mi chicle personalizado me da una patada en el tobillo y me hace caer, muerdo mi labio inferior para aguantar el dolor, mi entrenador entra rápido al campo y me estira el pie, justo el pie que me torcí en el campamento, me arden un poco los ojos.
— ¿Dime que estas bien? —murmura el entrenador.
—Kia levante amor —me rio cuando escucho a Ada.
—No sé cómo está mi pie, tengo que pararme —me ayudan a levantarme y afinco mis pies, no duele demasiado, pero siento la molestia—. Déjenme en la banca un momento y estaré lista para patearles el trasero.
—Esa es mi chica —palmea mi trasero cuando paso por su lado cojeando un poco, a la chica chicle le sacaron tarjeta roja.
Me dejo caer en la banca y bebo un poco de agua, unas manos caen en mis hombros y me sobresalto.
— ¿Estas bien? —me giro hacia él.
— ¿Qué haces aquí? —sonríe y se pone frente a mí, agarra mi tobillo y comienza a moverlo para que pase la incomodidad.
—Todos me aman nena, es mi privilegio —aleja el cabello de mi cara—. Esa chica te ha dado a propósito.
—No lo creo
—Créeme yo estaba viendo su cara de envidia.
—Si tú lo dices Allen —sonríe y ruedo los ojos.
Estoy un momento perdida en sus ojos, pero es solo un momento, el color me cautivo y no vi cuando mi equipo metió el gol de empate.
—Estúpido me lo perdí por tu culpa —suelta una carcajada, todos están gritando, en las gradas el montón de personas esta vuelta loca.
—Yo te mande a estar babeando por mí —golpeo su pecho.
—Cállate —el entrenador me da una señal para que entre y me pongo de pie rápidamente, la molestia no está y vamos a ganar esto.
Me estoy alejando, pero Andrew me detiene.
—Suerte, dedícame el último gol —me guiña un ojo y deja un beso rápido en mis labios antes de alejarse.
Esto lo vio todo el jodido mundo, espabilo y sacudo mi cabeza antes de correr al campo.
***
—Soy tu fan número uno bebe —Niall me abrasa y siento que me deja sin aire—. Los últimos dos goles, sí que te levantaste a patearles el trasero.
—Esa suerte se la dio el beso de Andrew —en serio Ada debería callarse, mis ojos encuentran los de Andrew y me guiña un ojo.
—Vámonos a celebrar, una pizza ahorita suena excelente —Kiara siempre estará para cambiar el tema.
—Una pizza me encantaría —digo alejando a Niall de mí.
—Que rustica Le —se queja.
—Siempre —murmura Andrew y golpeo su cabeza.
—Cállate.
—Bueno dejemos de hablar y vamos a comer —interrumpe Matt.
Nos vamos a una pizzería cercana, buscamos una mesa grande para comer todos juntos.
— ¿Y Max? —pregunta Niall.
—Se fue antes de que Le entrara a jugar después de su caída —Kiara me mira y comprendo su mirada, es una que dice debemos hablar luego en privado, lo sé es extraño, pero cuando llegas a tener una amistad tan larga sueles entender casi todo con una mirada.
—Le molesto algo y se fue —comenta Matt.
—Me imagino que le molesto —susurra Andrew en mi oído, si casualmente se sentó a mi lado.
Deja su mano sobre mi muslo y aprieta, giro mi rostro hacia el suyo y está demasiado cerca, hago como que lo voy a besar y dejo mi mano sobre la suya en mi muslo, en el último instante voy hacia su oído.
—Si vuelves a poner tu mano ahí, te quedas sin pelotas —aprieto sus dedos con fuerza y alejo su mano de mí.
Comienza a reír y lo ignoro para ver como una chica deja nuestra pizza sobre la mesa, todos comen y hablan animadamente, mi celular vibra, miro el mensaje, es un número desconocido.
<< Hablemos Leanne, por favor>>
No sé quién es, así que lo ignoro.
—Ágamos algo esta noche —Andrew susurra en m oído y me alejo un poco, giro mi cabeza hacia él algo asombrada.
— ¿Cómo qué? —agarra un mechón de mi cabello que se escapó de mi coleta.
—Podemos ver una película en mi casa —enarco una ceja y este rueda los ojos.
— ¿De qué secretean ustedes? —Matt estrecha sus ojos hacia nosotros.
—De que mis padres fueron a una conferencia y podemos ir a ver una película en mi casa.
—Eso suena genial —Ada choca las cinco con Andrew.
—Después de comer nos vamos, compramos cualquier dulce de camino para acompañar la película —digo y Andrew me sonríe.
***
—No, déjame los chocolates —Ada lloriquea para que Kiara no se lleve todos los chocolates.
—Ya tienes, vi cuando agarraste —Kiara la mira acusatoriamente.
—Mentira, Kia dame de los tuyos —suelto una carcajada.
—Eso no pasara —me hace pucheros y rio más—. Matt tiene muchos.
Se cruza de brazos, sonríe y sale disparada de la cocina, le he mandado una devoradora a mi hermano.
— ¿Todo listo? —Andrew entra a la cocina y Kiara saca las palomitas de maíz del microondas.
—Si —las vierte en diferentes envases, como puede los sostiene, me giña un ojo y sale de la cocina.
Andrew se acerca y lo esquivo para pasar por su lado, creo que me dejara ir, pero envuelve sus brazos por mi cintura y me pega a él.
—Estas como que abusando mucho de mi guardia baja —digo lentamente.
Su pecho está pegado a mi espalda, sus brazos aun rodean mi cintura, reposa su mentón en mi hombro y su respiración me hace cosquilla en el cuello.
— ¿Por qué? —susurra, este imbécil sí que sabe jugar con los nervios de las chicas.
—Eres muy pegajoso —se ríe y casi siento mis piernas temblar, casi.
—Solo quiero que te dejes llevar por lo que sea que sentimos —me giro entre sus brazos para mirarlo.
— ¿Quién dijo que sentía algo por ti? —enarco una ceja y él estrecha sus ojos, aguanto la carcajada que se me quiere escapar por su cara y en un abrir y cerrar de ojos sus dientes están clavados en mi labio inferior, sin poder evitarlo suelto un quejido.
Sonríe con sus dientes en mi labio y tira de el haciéndome quejar, comienzo a golpear su brazo, pero me agarra las muñecas.
—Suéltame por favor —cierro mis ojos.
Pasa la lengua por mi labio y lo succiona, sus manos van a mis mejillas y comienza a besarme lentamente, de manera tortuosa y relajada.
— ¡Mierda! —me separo rápidamente de Andrew para ver a Niall.
—No —lo señalo—. Serás un buen mejor amigo y cerraras la boca.
Succiono mi labio inferior aliviando un poco el dolor que me dejo el imbécil con su brusquedad, Niall sigue con la boca abierta, ruedo los ojos y me giro hacia Andrew.
—Me pagaras esta idiota —le susurro y él sonríe engreídamente, me detengo frente a Niall y le cierro la boca—. Así te ves más guapo.
Le guiño un ojo y salgo de la cocina, me dejo caer en uno de los sofás de la sala.
—Vaya amiga no sabía que te habías inyectados los labios —suelto una carcajada y golpeo su brazo.
—Cierra la boca Ada —Kiara tira de mi coleta.
—Te rompió —murmura Kiara señalando mi labio.
—Lo sé —paso la lengua por mi labio inferior—. Niall nos vio.
Kiara bufa y se encoje de hombros.
—Es un grano en el trasero, pero es tu amigo, no inventara nada.
—Eso también lo sé, pero que lo sepan está bien para mí, no escondo nada, pero que lo véan me incomoda, paso mucho tiempo desde que me vieron con alguien.
—Nena eso no es importante, solo relájate —besa mi mejilla y voltea cuando Matt la llama Stich—. ¿Qué estúpido?
—Te daré de mis chocolates si te sientas a mi lado —Ada aprieta los labios.
—Este idiota sabe cómo comprarme —nos susurra y se aleja.
—Listo, apaga la luz Niall —Andrew se acerca y le dice algo a Kiara y esta se levanta de mi lado y se va a otro sofá junto a los otros chicos—. ¿Me abrazaras cuando te asustes?
—No.
— ¿Estas molesta?
— ¿Por qué debería?
—Sí, definitivamente estas molesta —pasa un brazo por detrás de mí y lo deja en el espaldar del sofá, opto por ignorarlo y concentrarme en la película que acaba de empezar, es de terror, creo que se llama una noche en el cementerio o algo así.
Ya como a mitad de película tengo los pies sobre el sofá y me abrazo las rodillas, no odio las películas de terror, pero esta sí que asusta, más cuando veo la cara del demonio aparecer en toda la pantalla, pobre chica, está muy claro que morirá.
Como mis dulces concentrada y asustada, además de vez en cuando me tapo los ojos, pero luego puedo seguir mirando, el brazo de Andrew ya está sobre mis hombros y estoy algo más pegada a él.
—No es para tanto —susurra.
—Shhh —se ríe por lo bajo.
Meto una gomita en forma de patilla a mi boca y la saboreo antes de tragarla de golpe por el susto.
—Quiero dulce —lamo el azúcar en mis labios y le paso mi bolsa de gomitas—. De tu boca.
Me ahogo con otra gomita que había metido en mi boca y escucho su risa, me estoy dando cuenta de que Andrew no tiene un filtro, es como si todo lo que quisiera hacer o decir, lo suelta sin inconveniencia.
— ¿Nunca te callas?
—Cállame —le doy un codazo en las costillas.
—Ya, rápida y segura —lo siento mirándome y yo solo me intento concentrar en la película.
—No era esa manera en la que yo pensaba —sonrió cínicamente.
—Obviamente no hare lo que tú quieres, hace rato en la cocina te sobrepasaste.
¡Mierda! Doy un salto, el demonio atrapo a el protagonista, lo está ahorcando.
—Está bien, lo siento Leanne, solo no puedo controlar mis impulsos porque eres una cabezota y complicada chica que me atrae —me rio.
—Y tu un idiota —suspira.
Parece que se aleja, relajo mis hombros, intento pensar en que si realmente quiero arriesgarme con Andrew, pero mi única respuesta es que no lo sé, no es solo porque él sea Andrew Allen y ya sepa cosas que ha hecho, porque como él lo dijo no lo conozco.
Siento ese miedo de que si me arriesgo perderé, de que si lo dejo entrar llegue a significar mucho para mí, tengo ese disturbio en mi mente, ya es un hecho que me gusta y no sé si la atracción que tenemos sea suficiente para intentar algo, además siempre me dije que no lo dejaría llegar a mí y eso creo que me molesta, golpea un poco mi orgullo.
Ya deje la película atrás y solo esta Andrew, solo esta una gran decisión en mi mente, no soporto no saber qué hacer al respecto.
—Andrew —hace un sonido con su garganta y no se gira, respiro profundo porque hace un momento yo era la molesta por lo sucedido en la cocina y ahora es él.
No digo nada y me apego a él, subo mi mano izquierda y la entrelazo con su mano que queda en mi hombro.
Siento su respiración relajarse mientras comienza a jugar con mis dedos y a dejar pequeñas caricias, estoy algo tensa, pero solo es por la sensación extraña en mi estómago y la manera en la que mi corazón late, como si me fuera a dar taquicardia, ha pasado mucho tiempo y las sensaciones que tengo con Andrew se sienten como nuevas para mí.
—Relájate que no pienso comerte aquí —susurra y trago fuerte—. Aunque siempre pienso en comerte.
Suelto la respiración que contenía y golpeo su pierna volviendo a mí.
—Tú nunca puedes mantener la boca cerrada.
—Me la puedes cerrar así —me da un beso rápido en los labios y pellizco sus costillas y se queja.
—Deja de besarme, compórtate si no quieres que te mande a lavar baños —a pesar de que digo esto algo molesta una sonrisa está en mis labios.
—Como usted mande señorita —dice con una sonrisa que me hace volverlo a pellizcar.
Definitivamente mi orgullo se está yendo por un caño y todo es debido a Andrew Allen.
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