Capítulo 14: El Campamento (II)
03 de Junio, 2011.
Golpe tras golpe, arrastro las sabanas sobre mi cabeza y las presiono contra mí, otros golpe va a mi costado, están sus voces, pero yo solo quiero dormir.
—Kya será mejor que saques tu apestoso trasero de la cama —gruño y me acurruco más en la cama.
—Leann ya todas están despierta, en unos quince minutos deberíamos estar afuera —me levanto de golpe, tomo todo lo necesario y salgo de la habitación.
—No seas gruñona —grita Ada desde la habitación.
Después de un momento de esperar en una pequeña fila para ir al baño, por fin puedo darme el placer de tomar una ducha, hoy estoy demasiado de mal humor, serán los síntomas pre menstruales, ruedo los ojos, no sé qué mierda sea, pero ni yo me soporto.
Paso a algunas chicas por el pasillo antes de entrar en mi habitación.
—Qué bueno que usas ropa deportiva —frunzo el ceño—. El entrenador vino, tenemos un juego en unas horas —Ada saca unos zapatos deportivos y se los pone—. ¿Lista para patear traseros?
— ¿Por qué el entrenador está aquí?
—Vino a arruinar el campamento —se queja Kiara y Ada rueda los ojos.
—Recuerdas que vienen los campeonatos, los chicos terminaron de entrenar hace un rato —recoge su cabello en una coleta alta—. Además es mejor que dar un paseo y tener dinámicas con los guías.
—Eso es cierto, hasta quisiera ser buena en los deportes —Kiara hace una mueca chistosa.
—Necesito liberar estrés —digo en busca de mis zapatos.
***
Estoy de defensa mirando como todo pasa delante de mí, que mierda ser defensa, Ada tiene el balón y va corriendo como si el diablo la estuviera persiguiendo, miro que hace un gol con ayuda de una chica de nuestro equipo.
—Así se hace Ward —la felicita el entrenador—. Cambio de posición —me mira y hace una seña de que suba.
— ¿Lista para un súper gol? —choco las cinco con Ada lista para jugar.
Corro y corro, siento toda la energía a través de mí, mis músculos se quejan por el esfuerzo que hago para alcanzar a la chica que esta frente a mí del equipo contrario.
Giro frente a ella y rápidamente me apodero del balón, la esquivo con algo de destreza y hago el pase a una de mis compañeras, corro por un lado buscando un lugar libre, unos ojos grises me distraen por un momento.
¿Qué hace él aquí? Debería estar con los guías, está un poco cerca y veo cuando me guiña un ojo, imbécil.
El balón pasa por mi lado y lo pierdo, una del equipo contrario lo toma.
— ¡Brown! ¡Ojos en el balón! —sacudo la cabeza y me concentro, corro tras ella y con ayuda el balón esta de nuestra parte.
Miro a Ada mover su mano y ya sé que es lo que quiere, corro a un lado derecho de la campo y en unos segundos veo el balón venir, sin pensarlo giro mi pierna en el aire y la golpeo lo más fuerte que me sale.
Escucho los gritos de mi equipo celebrar, Ada se acerca y choca las cinco.
—Como siempre, este dúo arde —suelto una carcajada.
—Es pura candela —nos reímos.
—Bien chicas, una vuelta y se pueden ir.
Limpio el sudor de mi frente con mi camisa, siento mis mejillas calientes, no quiero pensar en cómo está mi cara de roja, debo ser un tomate andante.
—Buen juego chicas —Andrew camina a mi lado.
—Somos geniales ¿Cierto? —Ada se emociona—. En el campeonato patearemos traseros.
—Espero y lleguen a la final —solo escucho su conversación de futbol mientras caminamos a la cabaña, necesito una ducha.
—Listo, te puedes ir guardaespaldas —le digo a Andrew antes de caminar hacia los escalones de la entrada de la cabaña, sus dedos se enroscan en mi muñeca.
—Bueno yo aquí sobro —miro a Ada suplicante y ella me da una sonrisa maliciosa antes de dejarnos solos.
— ¿Qué quieres? ¿Se te perdió una igual a mí? —rueda los ojos.
—Que intensa Leanne —lo miro expectante.
— ¿No deberías estar con el otro grupo, con los guías? —se encoje de hombros.
—Eso estaba aburrido.
— ¿Y esto no? —sonríe.
—Para nada, te esperare aquí, iremos a un lugar —frunzo el ceño.
— ¿Quién dijo que iría contigo a algún lado? —vuelve a sonreír.
—Yo lo digo —me empuja hacia la cabaña—. Mueve ese buen trasero que tienes, no me moveré de aquí.
***
— ¿Por qué tengo que estar vendada? —pregunto por quinta vez.
—Porque si ¿Por qué te quejas tanto?
—Porque no me gusta este juego, ni siquiera sé porque estoy aquí —me detengo.
—Vamos Leanne —sigo sin moverme—. Pero que terca.
Mis piernas dejan el suelo y suelto un chillido.
» Ni se te ocurra sacarte la venda.
— ¿Qué pasa si lo hago? —exclamo, moviéndome—. Suéltame Andrew ¡Ahora!
—No suenas ni un poco intimidante —sigo moviéndome y le da una palmada a mi trasero haciendo que me quede inmóvil—. Sera mejor que te comportes o te ira peor.
—No puedes hacer eso imbécil —gruño y me retuerzo.
—Claro que si —le da otra palmada, gruño y lo escucho reír.
—Te quedaras sin pelotas Allen —una carcajada sale de lo profundo de él, tomo un respiro y me rindo.
—Llegamos —anuncia y me baja de su hombro deslizando mi cuerpo contra el suyo, me alejo pero él me sujeta.
—Hiciste eso a propósito —me quejo.
—Claro que sí y no te alejes si no quiere morir —me tenso, presiono mis manos en sus brazos.
Siento sus dedos en mi cabello, lo acaricia y enrolla un mechón, luego rápidamente me quita la venda, pestañeo rápido para adaptarme a la luz del sol.
Lo primero que miro es su rostro, sus ojos se achinan y una sonrisa ladeada aparece, maldición este sucio espécimen está jugando conmigo.
» No miraras a otro lado.
Hago lo que dice y aun odiando cualquier contacto que deba tener con él olvido todo eso cuando miro el acantilado, enrosco mis brazos en su cintura.
— ¡Joder! No deberíamos estar aquí —escondo mi rostro cerca de su cuello, su risa sale del fondo de su garganta sacudiéndonos a los dos.
—Nadie tiene que saber que estamos aquí —nos mueve a un lugar—. Mira.
Hago lo que dice y se ve el valle a lo lejos, desde nuestra altura se ve muy hermoso.
» El año pasado esto no era prohibido y pasaba algún momento aquí —se encoge de hombros—. Aunque el mejor momento para estar aquí es cuando llega el atardecer.
— ¿Por qué no se permite estar aquí? —relame sus labios y frunce el ceño.
—El año pasado una chica se resbalo —mis ojos se abren como platos y me aferro a él.
No necesito preguntar, esa chica murió y a él le dolió, todo se reflejó en su mirada solo con esas palabras y aunque lo intento disimular conseguí atrapar ese momento.
—Creo que deberíamos irnos —asiente, toma mi mano y me lleva por un camino solo y no por las rocas, camina por la orilla alejándome del acantilado lo más que puede.
El camino de regreso es silencioso, pero no es uno incomodo, me fijo en la piedra que voy pateando, el Andrew de buen humor desapareció para darle paso a uno callado.
— ¿En qué piensas? —lo miro por el rabillo del ojo, ni siquiera me di cuenta que estaba mirándome.
—En nada —me encojo de hombros.
—Esa expresión no era de nada.
— ¿No deberías estar con tus amigos? —cuestiono despreocupada.
— ¿Te molesta qué este contigo? —responde con otra pregunta, frunzo los labios.
—No me molesta tu compañía sino tus intenciones —hablo con calma.
— ¿Cuáles serían esas? —me detengo frente a él.
—Los dos lo sabemos Andrew, conozco lo que haces y sé lo que quieres.
—No sabes lo que quiero Leanne, no tienes ni la mínima idea —se cruza de brazos y me dejo llevar un momento para observar lo bueno que esta.
—Todos lo saben, te acuestas con las chicas, las tratas como basura y las haces sufrir, yo no estoy para eso y tampoco voy a dejar que hagas eso, eres solo un niño que le tiene miedo a dejarse llevar, tienes miedo de querer a alguien —lo psicoanalizo y él mantiene un semblante fuerte e ilegible, tomo un respiro antes de seguir—. Solo nos hemos llevado bien pocas veces y es por eso mismo, quieres utilizarme y sabes que no me dejare.
—No hagas eso —frunce los labios.
— ¿Qué cosa?
—No hagas como si me conocieras porque no es así, siempre haces lo mismo, crees algo que ni sabes si es verdad —hace un gesto con su mano—. No sabes nada, te dejas llevar por los demás y ellos pueden hablar hasta de que asesine a alguien y tú les creerías, no hagas hipótesis sobre como soy y no intentes leerme porque no podrás, dices que tengo miedo —bufa y deja caer una sonrisa cínica—. La que tiene miedo de caer eres tú.
Y así si más, se aleja dejándome sola y pensativa.
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