Capítulo 13: El Campamento (I)
02 de Junio, 2011.
— ¿Sabes lo que tienes que hacer? —una vez más mamá le pregunta a Matt.
—No dejar que Leanne se meta en problemas —contesta y yo ruedo los ojos.
—No soy una niña mamá —me cruzo de brazos.
—Aun eres mi niña —besa mi frente y luego la de Matt—. Tengan un buen viaje.
Por fin es la semana del campamento, me encanta ser de penúltimo año, solo penúltimo y ultimo van a los viajes de campamento, recuerdo que cuando Matt fue por primera vez no paraba de hablar de eso, de las fogatas, el lago, los juegos académicos y otras cosas que los estudiantes inventaban para divertirse.
Miro a Kiara sonreír, esta con Ada en la fila para guardar el equipaje, ella no quería venir, pero el señor Hill la convenció de no perderse el viaje. Arrastro a Matt y mi maleta a donde ellas están.
Matt se encarga de guardar nuestros equipajes y vamos a hacer la fila para entrar al bus, miro a Melody hablando con Serena a unos metros de distancia, Melody no debería estar aquí, apenas es de tercero, cuando hacen el llamado para que se acerquen y saber que están todos Serena se acerca y Melody se va, me enfoco en Kiara.
Hay dos autobuses, el director manda una mitad al otro para poder ir bien y cómodos.
—Recuerda lo que debes hacer —susurro y ella asiente, planeamos una pequeña travesura que a Ada no le gustara.
El director Adams abre la puerta de nuestro bus, llevo a Matt del brazo detrás de las chicas, Kiara hace sentar a Ada en la ventana y yo empujo a Matt a su lado.
—Matt no dejes a Ada sola, me sentare con Kiara —concreto nuestro plan, siento miles de dagas en mi cabeza cuando los dejo atrás, seguramente Ada desea estrangularnos, pero ella me la debía.
Miro a Seth hacerle señas a Kiara, que bien creo que me tocara sentarme con un extraño, me mira expectante y asiento, no es como si la fuera a obligar a sentarse a mi lado.
— ¿Leanne? —miro a Max que me da una amplia sonrisa, bueno me tocara sentarme con él, aunque la última vez no fue un imbécil y me divertí.
Camino hacia él, pero en un rápido jalón estoy sentada, miro ese color metálico en sus ojos y siento que los míos están en llamas al ver una sonrisa arrogante asomarse en sus labios.
— ¿Qué haces? —se sienta a mi lado.
— ¿Qué crees que hago? —ruedo los ojos, me cruzo de brazos y miro por la ventana ignorándolo hasta que escucho la voz más irritante que si fuera por mí nunca querría escuchar.
—Estas en mi lugar —Serena ve a Andrew como si le pidiera mentalmente que me saque de su lugar.
—No por mi culpa —gruño y también la ignoro.
— ¿Andrew? —hace una voz chillona insoportable.
—Busca otro lugar Serena —exclama con fastidio saliendo del fondo de su garganta, se escucha que refunfuña antes de alejarse pisando fuerte.
— ¿Por qué haces esto?
—No hago nada —se encoge de hombros—. No quiero que Max use su cara de niño bueno contigo.
Me rio y niego con la cabeza, no puede ser más cara dura, por lo menos con Max me divierto y no me la paso discutiendo como siempre que lo tengo cerca de él.
—Imbécil —busco mis audífonos en mi mochila, los conecto en mi celular y me desconecto del mundo, miro por la ventana mientras el bus está en marcha y verdaderamente no sé cuándo me quedo dormida.
Me encantan las caricias en mi cabello, que jueguen con el mientras yo caigo en un profundo trance en el que tal vez este despierta y dormida a la vez.
Siento unas caricias y no sé si estoy soñando, pero se siente bien, sé que balbuceo algo y luego escucho una risa ronca en mi oído.
—Llegamos nena —su aliento golpea mi cuello y me quedo petrificada en este momento, aun acaricia mi cabello y odio que me guste.
Resoplo y me muevo un poco, me doy cuenta que tengo mi cabeza apoyada en su hombro, que este en silencio y siga acariciando mi cabello hace esto mejor, tomo una respiración profunda, estas abusando de esto, regresa a ti de una vez Leanne.
Me alejo de él y froto mis ojos, diviso a las personas bajando del bus, estaba tan cómoda.
—Tengo tres cosas que debo hacer y te incluyen para esta semana —lo miro un momento y luego busco mi celular, lo guardo en mi mochila junto con mis audífonos.
— ¿Dime que debes hacer que me incluye? —me pongo de pie y hace lo mismo, no me deja salir esperando que los demás salgan delante de nosotros.
—Primero, no me despegare de ti, segundo, te sacare de quicio —enumera con sus dedos mientras sonríe de manera arrogante—. Y tercero, hare que yo sea en lo único en lo que puedas pensar.
Empujo su pecho haciéndolo retroceder para poder salir de mi asiento, somos los últimos en el bus.
—Se acabaron los juegos Allen —realmente no dejare que esto vaya a más de unos pocos besos—. Espero y entiendas que no estoy dispuesta a jugar a lo que sea que estas planeando.
Frunce ligeramente el ceño, lo dejo atrás para bajar del bus, todos están recibiendo una charla por parte de los recreadores y encargados.
—Pensé que eras buena jugando —los vellos de mi cuello se erizan, su respiración permanece en mi oído—. Eres una cobarde.
Me enderezo y me aferro a las correas de mi mochila, esto no me afecta, que él piense lo que quiera, después de ver a Hunter y el beso que nos dimos no quiero complicaciones, no quiero más errores, me alejo sin decir nada.
— ¿De qué me he perdido? —me concentro en lo que dice un hombre que parece estar en sus cuarenta y tantos.
—Recuerda que te matare —Ada gruñe y tengo que luchar para contener la risa.
—Las habitaciones serán de tres y cuatro personas, solo cuatro cabañas, chicas y chicos separados —el hombre señala las cabañas, unas muy modernas, no recuerdo que Matt dijera que son tan buenas—. Las luces se apagan a las 10:30 y ningún chico debe estar fuera después de esa hora, pueden instalarse, una guía pasara por sus caballas para el almuerzo.
Para el momento en que llego a unas de las caballas Kiara ya ha conseguido un cuarto para tres personas y por supuesto que Ada me cierra la puerta en la cara para que no entre.
—Ada no seas una niña berrinchuda abre la estúpida puerta —exclamo con fastidio.
—No sabes lo que causaste Kya —bufo.
—Kiara también lo hizo no me castigues a mí.
—Ella me consiguió una cama y tú fuiste una perra —abre la puerta y arrastro mi maleta adentro—. No sabes lo que pase con el idiota de tu hermano llamándome mini stitch.
Sin poder evitarlo suelto una carcajada, dejo mi maleta al lado de la cama que dejaron libre para mí.
—Es muy original —me sigo riendo, miro a Kiara que se ríe silenciosamente.
—Son unas perras —sigue quejándose, comienza a desempacar ignorándonos.
—No puedo con su drama —Kiara me susurra—. Le encanto pasar tiempo con él.
—Matt la derrite como chocolate bajo el sol —puntualizo y Kiara ríe.
—Aun las escucho ¬—exclama Ada detrás de nosotras.
—Y no lo niegas, eres su chocolate y él es tu sol —Kiara resalta divertida.
Frunce el ceño, nos enseña el dedo medio y sale de la habitación, ni idea a donde ira, seguramente necesita un momento a solas para pensar, por primera vez en toda nuestra tortura hacia ella esta es la primera vez que no niega nada, puede que al fin haya aceptado todo lo que sucede en su loca cabeza.
A pesar de que Ada ha salido con otros chicos siempre ha tenido ese brillo por Matt, es tan obvio y tal vez odie a mi hermano por no darse cuenta de la gran persona que tiene cerca.
Nunca mil amoríos se comparan a un amor real. Creo que Ada ve a Matt como su amor real.
Suspiro mientras desempaco, me limito a ordenar mis cosas en silencio al igual que Kiara, al parecer las tres tenemos la cabeza enredada, aunque tal vez sean cosas diferentes cada quien ahora tiene un conflicto.
—Hunter me pregunto por ti —me congelo con una camisa en mis manos, Kiara apenas lo susurro, pero lo escuche como altavoces—. Se quedaran aquí para apoyar a papá durante el tratamiento.
Cuando Hunter se mudó a Charlestown para hacer su vida un poco lejos de Boston Cris se fue con él, entiendo que ahora regresen para estar con su padre, sin embargo la sola idea de saber que está cerca descontrola mi mundo.
—Está bien, igual sabes que yo no quiero saber nada de él —no dice nada, por un momento olvido que es su hermano y que ella está dividida entre nosotros, trago con fuerza antes de respirar hondo—. Sé en qué lugar estas y esto es incómodo para ti desde el primer momento, así que olvidemos esto.
Asiente de acuerdo y ahí muere el tema, no tengo ni las mínimas ganas de pensar en él.
La cabeza de Ada se asoma a través de la puerta.
—Llego la guía —salimos detrás de ella, el pasillo está lleno de chicas, llegamos a la gran sala de la caballa y ahí nos espera una guía.
—Bienvenidas chicas, este primer día será para descansar y para conocer las estancias —es una mujer que debe estar en sus treinta y algo, lleva su uniforme bien limpio y su cabello impecable, tiene ese tipo de rostro en el que puedes ver a alguien amable, espero que sea así—. Un aviso para ustedes, hay un acantilado cerca del lago, tienen prohibido estar cerca de él, si se les encuentra cerca serán trasladados a sus respectivos hogares.
Hace que la sigamos, hay un poco de césped por diversas partes, pero la mayoría que cubre el terreno es tierra, llegamos a la caballa más centrada del lugar.
—Esta es la caballa donde desayunaran, almorzaran y cenaran, la comida debe estar preparada, así que después de comer algo pueden conocer el lugar, recuerden a qué hora las luces deben apagarse —hace una pausa sonriendo—. Mañana temprano empezara lo bueno.
Se retira dejándonos solas, al entrar ya están los otros comiendo, espero mi comida en una fila y luego busco una mesa, Niall me hace señas a lo lejos.
— ¿Has visto a Carla? —gruñe apenas me dejo caer a su lado, niego con la cabeza y la busco no muy disimuladamente—. Dios Le ¿Podrías disimular?
Me rio por lo bajo, con más cuidado la busco y la encuentro en las piernas de Finn, frunzo el ceño ¿Con él engaño a Niall? No lo puedo creer, esta chica tiene neuronas de ardilla, ha caído bajo.
— ¿Cuál es el propósito de tu cara? —Ada se deja caer en frente de mí, niego con la cabeza.
—Hay muchas perras en la tierra —mascullo.
—Concuerdo contigo —Kiara interfiere.
—Yo igual abejita —Kiara le hace una mueca a Niall.
— ¿Qué haremos después de comer? —Ada cambia el tema, me encojó de hombros y revuelvo mi comida, verdaderamente no tengo mucha hambre.
— ¿Les parece ir al lago? —Niall da una idea.
—Por primera vez no me caes tan mal —me rio por el comentario de Kiara.
—Me encanta esa idea —dice la alocada rubia frente a mí.
—Bien, le diré a los chicos —Niall recoge su bandeja vacía y se va.
Me concentro en arrancar los hilos de mi pantalón por sus lados rotos, no comí demasiado, pero ya estoy llena.
— ¿Qué sucede contigo? —Kiara me ve expectante y su pregunta hace que Ada también me mire—. Has estado pensativa desde que llegamos —sus ojos me evalúan por un largo tiempo, no pasa nada conmigo, estoy siendo callada por unos momentos y si, tal vez tenga algunas cosas en mentes, pero nada más.
—Nada, ya no tengo hambre —me pongo de pie y recojo mi bandeja—. Las veo en la cabaña para irnos al lago.
—Espéranos —Ada recoge su bandeja y Kiara la sigue.
***
— ¿No entraras al agua? —Ada se sienta en la misma roca en la que estoy viendo a los chicos bañarse, además de nosotros otros chicos vinieron a disfrutar del agua.
—En un rato —miro la cascada que está cerca de mí.
— ¡Mini stitch! —Matt grita desde el agua, ella le enseña el debo medio—. No te enojes, ven aquí.
— ¿De qué me perdí? —Ada niega con la cabeza y se lanza al agua sin responder a mi pregunta.
El lago es tan claro que se ven todas las pequeñas rocas debajo de la orilla, se ve muy limpio y el sol pega por la cascada creando un arcoíris a través de ella.
Me alejo de la roca en donde estoy para ir al lugar donde deje mis cosas, me quito rápidamente la ropa quejando en un traje de baño azul marino que compre hace unos meses, camino con cuidado por las rocas hasta llegar a la cascada, paso por detrás y veo el agua correr frente a mí.
Podría quedarme un largo tiempo mirando como cae el agua, estiro mi mano y mis dedos rosan el agua, no está fría, pero tampoco caliente, un término perfecto.
—Quien diría que te verías así en traje de baño —doy un salto y me giro rápidamente hacia la voz—. Creo que de frente es mejor.
— ¿Podrías dejarme sola? —guardo la calma, creo que es raro que sienta que mi corazón está muy agitado, sonríe y se acerca.
— ¿Por qué lo haría?
—Para que yo pueda ser feliz —me cruzo de brazos y su mirada cae en mis pechos por lo que los dejo caer rápidamente.
— ¿Piensas saltar? —miro de la cascada a él, no pensaba en saltar y ahora que lo pienso no parece una buena idea.
Escucho solo el ruido de la cascada mientras la contemplo.
» ¿Te da miedo?
—No —miento sin mirarlo, escucho su risa.
— Mentirosa —siento el rose de su brazo en el mío.
— ¿Por qué mentiría? —muerdo mi labio inferior.
—Quiero que saltes —niego con la cabeza, esto no está bien, no quiero que piense que soy una cobarde, pero tampoco quiero saltar.
—No saltare porque tú quieras Allen —tira de mi cintura hasta que estoy frente a él, miro su cuerpo pálido y bien formado, tiene un short negro como traje de baño, me pierdo un momento en sus ojos y el sonido de la cascada, trago fuerte—. Bien, me da miedo hacerlo.
Sonríe y examino su rostro, no es esa sonrisa arrogante que me da siempre, esta es un poco ladeada y fugaz, con un pequeño brillo en sus ojos, es su sonrisa verdadera y no puedo mentirme y decir que no me gusto ver eso.
Se acerca lentamente.
Está a solo centímetros.
Roza mis labios.
—Si te niegas a hacer una gran locura, jamás tendrás un gran recuerdo —susurra antes de estrellar sus labios en los míos.
Y lo próximo que sé es que estoy saliendo del agua mientras él aun me sostiene.
» No estuvo mal ¿Cierto?
No digo nada y escondo una sonrisa, aquí en el agua cerca de la cascada y con este Andrew podría quedarme por un tiempo en sus brazos, pero esto no es correcto, nada de lo que está comenzando puede ser, es un descuido, es equívoco.
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