Capítulo 11: Jodidamente genial.
25 de Mayo, 2011.
—Buen trabajo chicas, se pueden ir, recuerden que después del viaje comienza el campeonato y debemos trabajar duro -el entrenamiento termino y no puedo estar más agotada.
—Apresúrate Kya tenemos que buscar a Kiara —asiento acordándome que hoy es su cumpleaños, me ducho lo más rápido que puedo, para ir a la cafetería, aun me falta ver mi clase extra de arte así que solo pasare un rato con ella.
—Dios, a veces eres tan lenta... —alarga la última silaba, ruedo los ojos y tomo mi mochila.
—Y tu muy exagerada —bufa y me empuja fuera del vestuario.
—Yo iré por lo que quedamos y tú... Bueno tu solo entretenla.
—Tampoco es como si fuéramos a darle un auto.
—Se suponía que la insensible era yo Kya, vuelve a tu papel de chica normal —me rio, lo planeado es comprar un cupcake y colocarle una velita que traje, nada grandioso, pero la intención es lo que cuenta.
— ¿Recordaste comprarle algo? —Ada siempre olvida los cumpleaños, bueno olvida casi todo.
—Sí, ayer tuve que acompañar a mamá de compras -rueda los ojos, digamos que Ada y sus padres no están en el mismo paquete y no la juzgo, sus padres son muy diferentes a ella y quieren que ella sea la mejor en todo, sin embargo Ada es una rebelde sin causa que le vale un demonio lo que quieran ellos.
— ¿Estuviste con tu madre sin discusiones? —me da una mirada como diciendo, acaso no me conoces.
—Claro que discutimos, quería llevarme a una peluquería para arreglar el "desastre que hice en mi cabello".
—No te queda mal —se encoje de hombros.
—Sus palabras no las mías, yo sé que me veo fabulosa -mueve su cabello rubio con sus mechones azules de un lado a otro—. Ahora ve ahí, Kiara esta con Seth.
Miro a la mesa que comparten, Kiara se ríe, ha estado mejor estos días, aunque sigue triste, le doy la velita a Ada y me acerco a ellos, la abrazo por detrás distrayéndola.
—Feliz cumple —beso su mejilla sonoramente, me devuelve el abrazo.
—Gracias —dice cuando me alejo.
—Me hubieras dicho que estabas de cumpleaños y te hubiera comprado algo —Seth le sonríe, mi amiga niega con la cabeza—. Felicidades.
—Gracias —se está sonrojando, vaya esto es nuevo—. ¿Ada?
Me encojo de hombros y me siento a su lado.
—Aquí está por quien lloras —Ada deja el cupcake con la vela encendida frente a ella.
—Son tontas —dice mirando el fuego de la vela, ahora sí parece feliz.
—Feliz cumple nena —Ada la abraza.
—Gracias pastelito —Ada se aleja.
—No seas empalagosa —nos reímos de la expresión de Ada, luego comienza a cantar la canción de cumpleaños, Seth y yo nos unimos a ella-. Pide un deseo.
Kiara mira la vela un momento antes de soplarla y se come su cupcake, hablamos por un rato hasta que miro la hora en mi celular.
—Siento dejarlos tan pronto, mi clase de arte comienza en unos minutos —vuelvo a abrazar a Kiara-. Voy a tu casa más tarde.
—Está bien, mamá preparara un pastel.
— ¿Chocolate? —Ada interrumpe.
—Si -Ada suelta un chillido de felicidad.
—Eso suena genial —Kiara se vuelve hacia Seth.
—Si quieres ve, seguramente Leann llevara a Niall y Matt no se perdería de un pedazo.
—Bien, iré con Matt —le sonríe y me siento como si estuviera sobrando, así que me despido y dejo que Ada sea la que sobre.
***
—Trabajaremos los sombreados esta semana, primero con el cielo y todo lo que este en el, luego iremos con lo demás -se pasa por las pinturas de cada uno, miro la pintura de la chica a mi lado, tiene uno de esos atardeceres que cuesta demasiado conseguir con sombreado perfecto, nubes rosadas, brillo naranja sobre el sol escondiéndose, aves alrededor, es muy buena.
—Tienes mucho talento —le digo y me sonríe.
—Gracias, tuve mucho tiempo para practicar -mira mi pintura, es un cielo azul sencillo con nubes blancas adornándolo—. Tu sombreado es perfecto.
—No pensarías lo mismo si vieras una de mis viejas pinturas —se ríe.
—Así comenzamos todos, a menos que seas una marciana —me rio.
—No definitivamente soy del planeta tierra —limpio mi mano en el delantal que uso y estiro mi mano hacia ella—. Leanne Brown.
—Paige Hall —hace lo mismo y estrecha mi mano—. ¿A qué año vas?
—Penúltimo ¿y tú?
—Tercero, aunque nueva, me transferí hace un meses.
— ¿De dónde eres? —me concentro en mi pintura.
—Texas, es bueno conocer alguien agradable.
— ¿No has conocido a alguien?
—Bueno, tengo conocidos mas no amigos, además no todas las de tercero son muy agradables —asiento, pienso en Melody y creo que tiene la razón.
—Te aseguro que les agradarías a mis amigas —me sonríe—. Podrías buscarnos en la cafetería.
—Oh, gracias, las buscare —asiento y termino mi pintura.
—Ahora me tengo que ir, nos vemos —se despide con la mano, entrego mi pintura, tomo mis cosas y salgo del salón.
—Te estaba esperando —escucho detrás de mí, tomo una respiración honda.
—Yo no —sigo mi camino y me sigue.
—Leanne tengo que hablar contigo y me vas a escuchar.
— ¿Quién me va a obligar? ¿Tú? —me detengo frente de ella, frunce el ceño.
— ¿Desde cuando eres tan salvaje?
— ¿Desde cuando eres tan hueca? —arqueo una ceja.
—No cambiaras —se ríe.
—Ya deja los juegos Serena, déjame en paz —sigo mí caminando y me frena.
—Te vi —tuerce los labios.
—Obvio que me ves o ¿Eres ciega y no sabía? —estrecha sus ojos.
—Deja el sarcasmo, te vi con Andrew en la casa de Max.
—Aja, me viste ¿Y qué? —veía el odio en sus ojos, seguramente yo la miraba igual.
—Los vi besándose —sonrió de manera cínica.
— ¿Qué hay con eso?
—Te advertí, aléjate —sonreí aún más, en estos momentos me siento poderosa ante ella.
— ¿Qué? ¿Te enamoraste o es obsesión? ¿Te molesta?
—Cállate de una vez, él está conmigo.
—Con todas Serena, yo no lo busque, no soy como tú, no tengo la culpa que siempre me miren y a ti, pues, tu siempre serás la otra opción.
—Eres una zorra Leanne, te haces la santa y eres una grandísima zorra —suelto una carcajada, hace un tiempo no hubiera dicho nada, hubiera sido una buena persona y no contestaría, pero ya no soy la misma de antes.
—No creo que más que tú —sonrió, es hora del golpe—. Creo que Andrew se cansó de tus besos insípidos y asquerosos, por eso vino a buscar unos buenos.
Paso por su lado con la cara en alto.
—Y como besa —me abanico la cara con mi mano derecha.
—Vete al demonio —me rio y le saco el dedo medio sin voltearme.
—Nunca iría a un lugar en el que estés —así he hecho mi salida triunfal y mentiría si dijera que no se sintió bien.
Se sintió jodidamente genial.
***
En el jardín trasero de la casa de Kiara están algunas personas, es como una pequeña celebración de su cumpleaños, algunas de sus primas vinieron y en estos momentos acaparan toda su atención, me concentro en el vaso de limonada en mis manos, estoy un poco alejada de las primas de Kiara, no todas son malas, pero por alguna razón que no comprendo a algunas no le caigo bien.
Ada desapareció en la cocina con la señora Hill apenas llegamos, debe estar llenando su estómago de oso, Niall se acerca sonriendo.
—Estas deprimiendo a todos con tu soledad —golpeo su brazo.
—Prefiero estar aquí, que ahí -señalo con la cabeza a las chicas acaparadoras.
—Concuerdo —se ríe—. ¿Soy yo o la abejita no esta tan feliz?
—No está teniendo unos buenos días.
— ¿Puedo saber la razón? ¿O su pacto de mejores amigas no te permite decirme? —me rio de su estupidez.
—No existe tal pacto, pero igual no te diré, si quieres saber pregúntale —resopla.
—Pero que aburrida Le, nunca eres fácil.
—Para ti jamás —palmeo su hombro y me alejo para entrar a la casa.
Esquivo a una de las pequeñas primas de Kiara que corre por la casa con algo en las manos, llego a la cocina y me encuentro a Ada comiéndose unas fresas con chocolate, una sonrisa como la del gato de Alicia y el país de las maravillas aparecen en su rostro cuando me ve.
— ¿Saben que estas saqueando la cocina? —se lleva una fresa a la boca.
—Mamá Hill me ama y me dejo quedarme —niego con la cabeza.
—Te acompañare —tomo una fresa del tazón y la cubro con chocolate.
— ¿Y Kiara? —pregunta llevando otra fresa a su boca.
—Sus primas la asfixian —frunce el ceño.
— ¿También Lisa? —hago una mueca, en casi todas las familias hay una prima envidiosa y fastidiosa, y Lisa es la desgracia de Kiara.
—Sobre todo Lisa -Ada se baja del taburete en el que estaba sentada.
— ¿Y que esperamos para salvarla de esa perra cizañera? —me encojo de hombros y palmea mi trasero—. Mueve tu trasero nena hay que salvar a la cumpleañera.
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