10 de marzo, 2011.

En esta vida hay dos clases de personas, las que observan desde lejos y las que se arriesgan y son parte de algo. Al parecer soy una observadora, siempre miro las cosas desde lejos, nunca me arriesgo, para mi es más fácil estar en el lado seguro.

He pensado muchas veces dejar de ser una observadora, pero siempre termino haciendo lo contrario, diría que casi nadie me conoce realmente.

Los chicos salen al campo, hago esto de vez en cuando, sentarme en las gradas del campo a ver el entrenamiento de futbol.

Después del entrenamiento de las chicas salen los chicos al campo y las gradas se llenan de chicas hormonadas a las cuales les encanta ver a estos chicos deportistas, otras también son hormonadas, pero tienen algún novio, por otra parte yo solo miro el entrenamiento, el entrenador con los chicos es más duro, supongo que me sirven sus tácticas.

Mi vista se detiene en un chico, ese al que siempre miro, no es mi culpa no poder apartar los ojos de él, es muy atractivo, pero muy lejos de mi alcance, casi nadie logra obtener su atención, no busca a cualquiera, además tiene una especie de novia y no es como si me interesara.

Una chica de tercer año, menor que él, pero que es con la que ha estado jugando por mucho tiempo, todas quieren saber por qué pasa más tiempo con ella, hay tantos rumores, toda chica quiere pasar por su cama, tan estúpidas son que no les importaría ser rechazadas, así es Andrew Allen, un imbécil que todas adoran y a pesar de todo no puedo negar que si él fuera diferente hasta yo estaría a sus pies.

­—¿Otra vez intentando robar nuestras tácticas? —golpeo el hombro de mi hermano.

—No nos hacen falta sus tácticas, somos muy buenas.

—Claro hermanita —el entrenador lo llama—. Nos vemos luego enana.

Ruedo los ojos, a veces me pierdo mirando como juega el número siete, su forma de moverse con el balón suele hipnotizarte y más para una persona que ama el deporte.

—Hola Kya —Ada se sienta a mi lado—. Sabía que te encontraría aquí, Kiara fue a la biblioteca, así que me he ganado una dona.

El capricho de Ada de llamarme por mi segundo nombre era frustrante, supongo que después de tantos años de gritarle que me dejara de llamar así no funciono, así que para ella siempre seré Kya.

—¿Hacen apuestas para ver quien me encuentra primero? —asiente mirando el entrenamiento.

—No creo que hayas venido a verme —esta vez sí me mira.

—Por supuesto que sí, te estábamos buscando para acompañarte.

—A mí me parece que viniste a ver a Matt.

—Seguirás con esa tontería —bufa y me ignora.

El flechazo de Ada por Matt es algo que no puede ocultar de nadie, solo de él claro.

—Como digas, deberías avisarle a Kiara que me has encontrado —saca su celular y envía un mensaje rápidamente para poder concentrarse en el entrenamiento.

Escucho a lo lejos que Ada me habla, solo veo como Andrew cae en cámara lenta, es una caída muy fuerte, no se ve que sea nada grave, pero aun así parece doler, él sonríe despreocupado palmeando el hombro del chico que lo hizo caer.

—¿Aun sigues interesada?—desvió la mirada del campo.

—Sabes que no me interesa —declaro estrechando los ojos hacia ella.

—Kya conmigo no —miro los ojos verdes de Ada por un momento, bufo y empujo su hombro.

­—Lo mismo digo —rueda los ojos y no dice nada más.

***

16 de Marzo, 2011.

—¡¿Qué mierda?! —grito y corro detrás de Ada.

—Leann, cálmate —Kiara intenta sostenerme.

—¡Nada de cálmate! ¡Ada! —lloriqueo, en estos momentos quiero golpearla.

—Kiara no dejes que me mate —la susodicha se esconde detrás de Kiara.

—Mírame Kiara, sabes que ella merece morir —la señalo con mi dedo índice.

—Leanne Kya Brown Davis deja tu instinto de psicópata lejos de Ada, yo creo que ella hizo bien.

—Estas de su lado, ella ¡Dios! —pongo mis manos sobre mi cabeza.

—Yo solo quería que fueras valiente, solo te di un empujón —la miro entrecerrando los ojos, la señalo con mi dedo índice y luego sonrió.

—¿Tú quieres un empujón?

—No, esa mirada ¡No! —escucho gritar a Ada desde mi habitación, ya voy corriendo lo más rápido que puedo por el pasillo.

—¡Matthew! —grito llegando a su habitación—. ¡Matthew!

—¡Kya! —miro a Ada correr hacia mí y a Kiara detrás—. ¡No seas vengativa!

—¡Matthew! ¡Abre la jodida puerta! —comienzo a golpear la puerta y esta se abre, mi hermano esta despeinado y recién levantado.

—¿Por qué tanto alboroto? ¿Qué quieres Le? —pasa sus manos por sus ojos.

Justo cuando voy a hablar soy arrastrada por dos chicas locas a mi habitación.

—Kiara eres una traidora.

—Lo siento Leann, pero ibas a lanzar a tu amiga de frente al chico que le gusta, eso no se hace.

—Matt no me gusta —Kiara y yo rodamos los ojos.

—Ella lo hizo e igual estas con ella —me cruzo de brazos.

­—¿Admites que te gusta? —fulmino a Ada con la mirada.

—¡No! —digo exasperada.

—Nena solo tome tu celular conseguí su número y le escribí —Ada intenta acercase, pero me alejo.

—¡Le escribiste! —respiro hondo—. No lo conoces, él es un imbécil, te dije que no me interesaba ¿A caso quieres a un imbécil como él para mí? Ni siquiera me hubiera dado su atención y tampoco me interesa tenerla —me dejo caer en mi cama.

—Kya lo has estados mirando desde que pasamos a penúltimo año y estuvimos en nuestro primer entrenamiento de futbol, lo miraste y ahora estas ahí sin parar de mirarlo.

—¡Dios es solo un chico! Él no me conviene, ni siquiera hemos hablado y no me importa.

—¿Por qué tu no lo hace? —Kiara se sienta a mi lado.

—¿A que le temes? —Ada se sienta a mi otro lado.

—No le temo a nada ¿Ok? No le hablo porque como dice Ada lo he mirado tanto que sé que es un imbécil sin remedio y no me conviene, toda East Boston High School sabe cómo es, se acabó la conversación.

¿A que podría temerle? Solo no quiero ser como esas chicas de las que ya hable, a ellas no les importa ser rechazadas y usadas, menos me arrastrare por nadie, mi cerebro en este momento es mi mejor amigo, no pensare que el cambiara por mí y no buscare eso, sé cómo es todo ese asunto de relaciones, todo es mentira.

Ya lo he dicho Andrew Allen no me interesa.