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Capítulo 8


—Quiero a un jodido doctor ahora mismo —vociferó Yoongi desde la puerta de su habitación.

—¿Quiere que llame al mismo que vino la otra vez? —pregunto Taehyung, intentando ver disimuladamente del otro lado de la puerta.

—No, tu llama a Namjoon y dile que lo necesito ahora mismo aquí —observa ahora a su asistente personal—. Tu llama a ese doctor.

Los dos empleados se retiraron dejando frente a él solamente a Jungkook.

—¿Y tú qué?

—Quiero verlo —respondió sin importancia.

—Tu ve a ver si los hombres de Namjoon ya despertaron e intenta averiguar qué mierda pasó —sin decir nada más, cerró la puerta y observó al pequeño ser que estaba al medio de su cama.

Jimin usaba una de las camisas de Yoongi mientras, maravillado tocaba sus suaves piernas con piel tierna y brillante.

No importa cuántas veces se tocara, aún no podía creer que su hermosa cola había desaparecido para dejar en su lugar, esas piernas.

—No me duele, Yoongi —Jimin dijo sin despegar sus ojos de su mitad inferior.

—¿Sabes cómo pudo haber...? —cuestionó acercándose, la voz suave, tranquila y dulce de Jimin lo llamaba.

—No... Nunca me había pasado, aunque nunca había estado tanto tiempo fuera del agua —murmura pensativo—. Mira toca, es suave.

Mostró tomando la mano de Yoongi una vez que este se sentó a su lado, la comenzó a deslizar de arriba hacia abajo, mostrándole la suavidad de la piel de sus piernas.

—No te ves muy intranquilo para alguien que perdió su cola —murmura siguiendo con el movimiento, realmente era suave.

—Porque... Siento como que no la perdí, ni yo mismo me entiendo —refunfuño—. Pero estoy seguro de que aún está conmigo, además, estar así significa que ahora puedo pasar más tiempo contigo.

—Tú... ¿Cómo no me tienes miedo? —pregunto sin alzar su cabeza—. Viste la sangre en mi ropa y la viste en el agua, no entiendo cómo puedes estar tan tranquilo conmigo cerca.

Y realmente se preguntaba eso, incluso su primo había tomado una pequeña distancia luego de haber visto cómo mataba a ese hombre lobo, dejándolo una imagen bastante sangrienta y macabra a decir verdad... Como su pasado.

Era de sentido común para todos alejarse de él.

—¿Por qué te tendría miedo? —pregunto realmente confundido.

—... Tú no entiendes nada. —graznó tensando su mandíbula, intentando alejarse.

Frunciendo sus labios, Jimin atrapó el rostro del vampiro con sus dos pequeñas manos, obligándolo a observarle.

—No me importa quién eres o qué hiciste antes. Me importa que siempre que he necesitado a alguien, hayas sido tú el que ha ido por mí, sin importar el por qué.

—Soy malo —insistió—. Realmente no me conoces, no conoces mi pasado, solo tienes un ideal perfecto de mí que no existe.

—Para mí no eres malo —se encoge de hombros—, para mí eres mi héroe y no hay nada que cambie mi opinión, no me importa tu pasado, me importa el ahora.

Yoongi suspiro rendido, comprendiendo de que no podría convencer al pequeño tritón de lo contrario. Era una cosita terca.

—¿Y cómo sabías que iba a ir por ti? —cuestionó alzando una ceja.

La sonrisa de Jimin le desconcertó, era hermosa al igual que él pero, era sincera y llena de seguridad.

—Porque soy tuyo.

Simple, corto y directo, sin rodeos. Algo que se enterró en su pecho.

—Sí, nunca te alejaras.

—¿Lo prometes? —pregunto con emoción el pequeño tritón, no quería volver a las profundidades del mar ahora que había conocido a Yoongi y que tenía un amigo como Taehyung.

No quería volver a estar solo... Y quería averiguar por qué su corazón se volvía raro cada vez que estaba cerca del vampiro, cada vez que este le tocara y cada vez que sus labios se juntaban.

—Lo prometo, eres mi mascota, mi cachorro.

—¡Soy un tritón! —chillo levantando una de las esquinas de sus labios en un gruñido.

Sonrió, así de simple. Yoongi sonrió mientras posaba sus labios sobre los del menor estatura.

Al separarse, el pequeño ser acuático le observaba con una calidez que lograba traspasarlo.

—Mira como tienes la frente, pronto vendrá el doctor para verte —pronunció alzando una mano para ver el corte al costado de su cabeza.

—Ya no duele.

—Espérame aquí, iré a buscar al-...

—No me dejes solo... Por favor... —rogó sosteniéndolo de la mano, impidiendo que siguiera levantándose de la cama.

La angustia en aquella petición era palpable, al igual que el miedo que le acompañaba.

Miedo, angustia, risas, diversión, dolor, sangre. Eran cosas que le golpeaban a Yoongi, recordándole con fuerza que Jimin no era un objeto ni un animal, era una persona.

—Me quedaré aquí —se volvió a acomodar en la cama y sin pensarlo, Jimin se apegó a él rodeándolo con sus brazos.

(***)

Taehyung paso sus manos sobre el lomo de los libros mientras seguía caminando, leyendo rápidamente los títulos de estos.

—Bingo —pronunció cuando encontró el libro que buscaba, estiró su brazo y se levantó en la punta de sus pies al ver que no alcanzaba—. Solo... Un poco... Más...

Una mano se alzó por sobre la de él y el libro fue retirado de su lugar con facilidad.

—Un libro de historias y leyendas, ¿Para qué quieres esto? —pregunto Jungkook observándolo.

—Quiero ver si encuentro algo respecto a Jiminnie —respondió mordiendo su labio inferior.

El vampiro abrió el libro y verificó el idioma.

—¿Y tú sabes leer?

—Claro que sé —gruño ofendido.

—Es idioma antiguo, es mucho para un simple lobito —se mofó sin poder evitarlo, había algo que le atraía del chico frente a él.

Y le gustaba molestarlo exactamente para ver la expresión que le mostraba ahora.

—Prefiero ser un lobito que un tucán —pronunció quitándole el libro de las manos, seguido corrió lejos de ahí.

No quería estar presente cuando el vampiro entendiera su insulto.

Corrió a su habitación, encerrándose en ella para su seguridad. Se lanzó en su cama y comenzó a leer hasta que encontró lo que buscaba, pero su contenido era poco.

"Sirenas y Tritones, seres acuáticos no muy fuertes que viven en el mar. Sus lágrimas se transforman en hermosas perlas al tocar el suelo pero también son muy útiles para los hechizos de los magos. Pueden procrear independientemente de su sexo pero ocurre cada cientos de años donde la sirena o tritón son fértiles. Antiguamente subían a la superficie y algunos vivían entre los humanos."

—¡Eso! —grito emocionado, si antiguamente podían estar en la superficie, aquello significaba que tenían piernas al igual que su amigo.

Lo que significaba, que no era algo irreversible, tal vez es un cambio común como los demás.

Satisfecho por su descubrimiento, salió de su habitación sosteniendo entre sus brazos el libro, ignorando aquella persona que le seguía de cerca.

—No puedes irte en medio de una conversación —Taehyung cerró sus ojos y suspiro.

—Yo diría que era más una discusión que una conversación, señor.

—Jungkook.

—¿Qué? —emitió confundido, observándolo raro.

—Mi nombre es Jungkook, no señor. Yo no soy tu señor.

—No, pero es el invitado de mi señor —respondió con obviedad.

—Bueno, soy un invitado pero no tu jefe y quiero que me llames por mi nombre —reitero.

Taehyung le observó con desconfianza.

—Cuando se gane esa confianza, lo haré —aseguró antes de darse vuelta y seguir su camino hasta la habitación de Min.

Tocó la puerta y esperó hasta que le dieran permiso, al cruzar la puerta, la imagen le enterneció por muy rara que pareciera.

Su amigo dormía prácticamente en el regazo de su jefe, con sus brazos rodeando el cuello del contrario y su cabeza apoyada en el pecho. Yoongi lo rodeaba por la cintura y trataba de mantener su camisa abajo para mantenerlo tapado.

—¿Quiere que le pase una manta?

—Sí.

Rápidamente el castaño dejó el libro sobre la cama y fue por una manta, con cuidado se acercó y la dejó sobre el pequeño cuerpo de su amigo, tapándolo.

Su jefe no se veía tan temible ahora que Jimin estaba entre sus brazos.

—¿Para que venias? —pregunto Yoongi queriendo que ya se retirara y así poder seguir apreciando a su mas... A su Jimin dormir, eso sonaba mejor.

—Oh, si cierto —asintió con la cabeza y volvió a tomar el libro, abriéndolo en la parte que le interesaba le leyó el contenido.

—Entonces, Jimin puede recuperar su cola —pregunto pensativo, si era así, entonces tenía sentido ese pensamiento que tenía el tritón de no haber perdido totalmente su cola.

Aunque de todas formas seguía siendo solo una leyenda, por lo cual no podría creer cien porciento en ella pero lo tendría en consideración.

—Mi teoría, es que eran como un cambiaforma y el cambio podía ser tan común como el de un hombre cambiar a un lobo o de un lobo cambiar a un hombre.

—Entonces... Tal vez ellos se volvieron a ocultar en el mar cuando se le fue dando caza.

—Pensé lo mismo, seguramente Jiminnie no sabía nada ya que en el tiempo en el que él nació, ya no subían a la superficie.

Bueno, eso dejaba un poco más tranquilo a Yoongi.

—¿Y Namjoon?

—Dijo que iba a llegar hoy a más tardar cuando el sol comience a ocultarse, que hasta entonces no deje entrar a nadie más, ni al médico —repitió exactamente las mismas palabras.

—Bien, ya puedes retirarte... Y deja ese libro.

Sin poder evitarlo, una pequeña sonrisa se asomo por los labios del hombre lobo antes de retirarse de aquella habitación.

Jimin se removió entre sus sueños, abrazando con más fuerza el cuerpo del vampiro.

—No... Me de... Jes... —balbuceo dormido.

Yoongi observó al pequeño entre sus brazos, su mano se alzó para correr un celeste mechón de cabello hasta dejarlo detrás de la oreja.

—Aquí estoy... —murmura apreciando el bello rostro del tritón.

Algo que no sentía mucho tiempo empezó a crecer en su interior, y todo por el ser que estaba entre sus brazos, durmiendo cómodamente como si fuera el mejor lugar del mundo.

Después de lo de hoy, sentía un intenso deseo por protegerlo, ya no solo quería mantenerlo para siempre a su lado, sino que... Deseaba cuidarlo y protegerlo, era casi como una necesidad.

Tal vez Namjoon tenía razón, traer a Jimin a su casa iba a ser un problema, pero nunca pensó que sería porque lograría tocar algo que hace mucho tiempo no usaba, algo que nadie había logrado tocar, su corazón.

Jimin era muy débil para este mundo, muy ingenuo para estas personas y muy bueno hasta para el mismo. Pero como el maldito egoísta que era, no permitiría que el menor se fuera de su lado... Y no solo porque fuera algo que compró como un objeto, porque hoy fue el día en que algo dentro de su cabeza cambió, al igual que en su interior algo despertó.

Jimin era suyo, nadie podía tocarlo. No dejaría que nadie lo lastimara ni que lo aleje de él.



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