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Capítulo 30


—¿Qué intentas hacer? —chilló Taehyung preocupado cuando salió del baño y observó a Jungkook jadear de dolor, intentando correrse de la luz solar que se filtraba por la ventana abierta.

—Pe-pensé que ya estaba mejor —siseo de dolor, hablando entre dientes—. Pero veo que no... Tal vez p-para mañana esté mejor.

El castaño se apresuró a correr las cortinas antes de ayudar a Jungkook a alejarse y volver a la cama, aún debía de estar débil como para que el sol le afectara.

—Bueno, pues obviamente no lo estás, casi tuviste que quemarte con el sol antes de entenderlo —riño sentándose a su lado con expresión preocupada.

Con dolor y todo, el vampiro de cabello gris sonrió ladino, contemplandolo por sus entrecerrados ojos.

—Con un enfermero tan sexy quién quiere mejorar —bromeó logrando que las mejillas de Taehyung adquirieran un adorable rubor mientras negaba con su cabeza como si el vampiro fuera un caso perdido.

—Descansa —su pareja le observó por última vez con aquella sonrisita petulante antes de obedecer y cerrar sus ojos.

Volviendo a tomar el anhelado descanso que tanto necesitaba su cuerpo para sanar por completo.

Taehyung suspiró y se inclinó para besar los labios de Jungkook, repartiendo tiernas caricias en su rostro hasta que finalmente el vampiro se quedó dormido.

Luego de contemplarlo unos minutos más, se levantó con cuidado y salió de la habitación cerrando con prudencia la puerta, sabiendo que su pareja vampiro necesitaba dormir para recuperarse totalmente.

Bajando al segundo piso, pasó por la habitación que Jin compartía con su tío, observó curioso el interior al estar la puerta abierta pero encontrando con que no había nadie en el interior.

Sabiendo probablemente dónde estaría cada uno, siguió caminando hasta la habitación que había sido concedida a Hoseok, encontrando a Jin en el interior.

—¿Aún nada? —preguntó observando al postrado pelirrojo con sus ojos cerrados.

—No —niega con su cabeza, corriendo las cortinas para que luz natural invadiera el interior—. Estoy preocupado, ya son tres días.

—Y Jimin está igual, es preocupante ver al señor Yoongi encerrarse en su habitación con él para cuidarlo.

—Perdió mucha sangre —comentó con preocupación Jin, abriendo ahora la ventana.

Abajo percibio a su pareja jugar con algunos cachorros, sonrió un poco ante la vista y observó su abdomen, deseando pronto tener los suyos propios.

—Deberías de ir e intentar que Yoongi salga para que coma algo, sé que no es sangre pero los otros alimentos le pueden ayudar... Supongo —realmente no conocía mucho sobre los vampiros, o cualquier otro ser.

—No lo creo, pero tal vez le ayudará el salir de la habitación un poco —coincidió acariciando la mano de Hoseok antes de retirarse y volver a subir.

Una vez frente a la habitación, tocó suavemente y entró. Yoongi estaba sentado al lado del tritón, dándole la espalda mientras sostenía con fuerza la mano de su amigo.

Las puertas que dirigían al balcón estaban abiertas permitiendo que la luz se filtrara en el interior al igual que una fresca brisa.

—¿Señor? —Yoongi alzó la cabeza, pero no volteo a verlo—. Por qué no toma una ducha y baja por algo de comer, sé que eso no le podrá ayudar mucho pero tampoco creo que a Jimin le guste que esté encerrado aquí sin cuidarse —expresó.

El vampiro sonrió débil, reconociendo que el tritón estaría enojado con él por ello.

—¿Cómo está Hoseok?

—Aún no despierta —su tono fue decaído.

—¿Jungkook? —acarició la pequeña mano entre las suyas.

—Mejor, dijo que ya para mañana tal vez salga de la habitación aunque casi se quemó para entender aquello.

Yoongi asintió con su cabeza, se acercó a la frente de Jimin y plantó un beso, susurrando un ya vuelvo.

(***)

Jimin despertó algo desorientado.

Con esfuerzo se sentó en la cama y observó a su alrededor. Un mareo lo golpeó y le obligó a cerrar sus ojos, una vez lo pudo controlar, volvió a contemplar su entorno.

Estaba solo.

Frunció el ceño, al menos reconocía estar en la habitación que compartía con Yoongi.

Poco a poco los acontecimientos recientes llegaron a él.

Levantó su camiseta encontrando una cicatriz en el borde de su cintura, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar el dolor infligido. Tiró las mantas hacia atrás, observó sus pies y movió los dedos de estos para comprobar que estaba bien, entonces se dispuso a levantarse.

Tenía que saber cómo estaban los demás.

—Despertaste —anunció una voz desde la puerta, su tono contenía tanto alivio que hizo al pequeño tritón cuestionarse cuánto tiempo había estado durmiendo.

—¿Yoongi? —a paso apresurado el vampiro llegó a su lado y lo estrechó entre sus brazos—. ¿Qué pasó? —pregunto correspondiendo el abrazo.

—¿No recuerdas? —le acarició el cabello.

—Mm... Sí recuerdo, creo. Lo último en mi mente es escuchar que te ibas —murmuró alejándose.

Yoongi tomó sus mejillas con ambas manos, ahuecando su rostro y lo besó suavemente, con tanta ternura y delicadeza como si fuera hecho de cristal.

—Tuve miedo... —susurro sobre sus labios, inclinando su cabeza para recargar su frente en la contraria.

Contempló aquellos hermosos ojitos verde esmeralda y sus pequeñas motitas grises que tanto le encantaban.

—¿Por qué? —murmuró observandolo con cariño.

—Estuviste tres días inconsciente, Jimin —reveló soltando su rostro, volviendo a abrazarlo mientras escondía su rostro en la curvatura del cuello—. Tenía miedo de que no volvieras a despertar.

El pequeño tritón pestañeó varias veces sorprendido, no pensó que había estado durmiendo tres días, para él no fue más que despertar de una de sus siestas.

—Lo siento... —Yoongi negó con su cabeza y se alejó para volver a observarlo.

Mierda, no podía dejar de hacerlo.

—No fue tu culpa. Los responsables ya fueron castigados por ello y nunca más podrán molestar —por el tono frío que empleo, Jimin no dudaba de ello, e incluso se podía imaginar todo lo que habían sufrido pero conociendo a su vampiro, sabía que hasta eso, era poco.

—¿Cómo están los demás? —preguntó volviendo a acostarse, esta vez junto a su pareja, acurrucándose contra su cuerpo—. ¿Taehyung y Jin? ¿Jungkook? El me protegió.

—En general, bien. La mayoría de la manada de Namjoon no fue herido de gravedad y no tuvo muertes. Tus amigos aún se les nota algunos hematomas pero nada grave, y Jungkook tiene algunas heridas pero, en general está bien y recuperándose rápidamente.

Omitió a Hoseok, no era necesario que lo supiera, no aún.

Yoongi acarició el cabello de Jimin, simplemente no podía dejar de tocar y observar al tritón, de tenerlo entre sus brazos y sentirlo. La preocupación que estuvo con él esos tres largos días le iba dejando mientras más cerca sostuviera al ser acuático.

Mierda, Yoongi necesitaba asegurarse de que su pareja estuviera realmente bien.

Jimin se removió, sus pequeñas manos sobre el pecho del vampiro, dándole ligeras y suaves caricias. Podía sentir que Yoongi estaba aún preocupado por él.

—Estoy bien Yoongi, no me duele nada —aseguró inclinando su cabeza hacia atrás para observar al vampiro—. Incluso recuerdo que me ibas a decir algo al volver —levantó su pierna dejándola sobre la cadera del mayor.

Jimin tenía una interesante idea de hacerle entender a su pareja que estaba bien, ya que, realmente lo estaba.

Bueno, tal vez tenía un ligero dolor de cabeza pero nada a parte de eso.

Un lenta sonrisa surcó en el rostro del vampiro mientras alzaba su mano para acariciar la suave piel desnuda del menor, enviando un dulce estremecimiento al cuerpo contrario a medida que su mano subía moviéndose al interior del muslo.

—¿En serio? Yo no recuerdo —Jimin rió risueño y gimió cuando la mano del vampiro tocó su miembro sobre el bóxer, proporcionando unas tentadoras caricias que despertaban su eje.

La mano del peliblanco volvió a bajar y se internó por debajo de la delgada tela del bóxer, esta vez recorriendo hacia atrás para apretar una nalga.

Jimin suspiro entrecortado e inclinó su cabeza buscando los labios de su pareja.

Mientras lo besaba, el vampiro se movió hasta quedar entre las piernas del menor. Jimin arqueó su espalda y ayudó a quitarse su camiseta a la vez que le quitaba la camisa a Yoongi.

Todo esto, con movimientos lentos.

Pero había algo que tenía muy feliz a Jimin, y era la mirada rebosante de amor del contrario, llena también de una completa felicidad y ternura.

Antes también había visto aquello, pero no en la magnitud con la que lo contemplaban ahora. No, lo que el tritón había apreciado antes fue el comienzo de aquello.

Cuando ambos estuvieron desnudos, Jimin le sonrió coqueto. Con su pequeña mano recorrió desde el pálido cuello, bajando por la clavícula y torso, hasta detenerse sobre el ombligo.

—Me gusta tu cuerpo, me gustas tú —sus mejillas estaban sonrojadas, una sonrisa casi tímida pero seguro de sus palabras.

Yoongi recorrió con una mirada hambrienta todo el cuerpo del tritón.

—A mí también me gusta tu cuerpo, todo tú —contestó acercándose para besar aquellos lindos labios.

Jimin gimió y arqueó su cuerpo buscando más contacto con el contrario.

—Te quiero dentro —gimió bajito, rodeando con sus brazos el cuello del vampiro para acercarlo.

—Despacio bebé, tengo que prepararte y necesito sentirte para confirmar que estás bien —susurro dejando besos húmedos en la mandíbula del tritón.

Sus grandes manos heladas recorrían desde la cintura de su pareja hasta sus muslos mientras su boca trabajaba en dejar un camino de chupetones que cruzaban entre el pecho y se desviaba al costado izquierdo donde había quedado la cicatriz.

Jimin gimió llevando sus manos al cabello blanco del vampiro, jalando suavemente del. Se estremeció al sentir la húmeda lengua recorrer el largo de su cicatriz.

—¿Duele? —pregunto Yoongi dejando besos delicados.

Sus ojos se encontraron con los del mayor, negó.

—Duele aquí —guió la cabeza del vampiro a su dolorosa y bonita erección palpitante.

—Uhm... Tengo que hacer algo ¿no? —pregunto rozando sus labios contra la cabeza del pene.

Jimin gimió asintiendo con su cabeza, completamente de acuerdo. Yoongi subió buscando el lubricante bajo las almohadas.

Volvió a bajar echando un poco de lubricante sobre sus dedos. Con su mano izquierda tomó la dulce erección y bombeo a la vez que ingresaba dos dedos.

El cuerpo del tritón tembló, Jimin jadeó e inclinó su cabeza hacia atrás mientras arqueaba su espalda y subía sus manos para jugar con sus pezones.

Mierda. Tan erótico.

Mientras una de sus manos trabajaban en relajar el interior de su pareja y la otra en su erección, Yoongi inclinó su boca sobre el miembro del menor, usando su lengua para recorrer alrededor de la cabeza del pene, usando sus labios para succionar suavemente de vez en cuando.

—¡Yoongi! —gimió su tritón, casi sollozando mientras movía sus caderas.

Oh, eso se sentía tan bien para Jimin. Ni siquiera recordaba haber despertado con un ligero dolor de cabeza.

¿Cuál dolor?

Yoongi ingreso un tercer dedo y se enderezó entre las piernas de Jimin, dejando que su propia erección chocara contra el interior del muslo del menor, eso pareció volverlo loco.

Jimin quería, necesitaba esa dura erección en su interior.

Como pudo, abrió sus ojos y observó a su vampiro, pidiéndole con la mirada que llenara su interior. Jimin relamió sus labios, expectante y jadeó el nombre de Yoongi.

Mierda.

Yoongi, sacó sus dedos del interior de su pareja y se echó más lubricante esta vez para su pene. Gimió ronco al ver como Jimin sostenía sus piernas contra su pecho, exponiendo aquella pequeña entrada que se contraía ansiosa.

—Rápido —pidió con un puchero—. Te extraño.

Yoongi rió bajo—. Abre tus piernas —ordenó y automáticamente el tritón obedeció revelando la apetitosa erección—. Rodeame con ellas.

Jimin siguió las instrucciones, volvió a alzar sus manos para jugar con sus pezones mientras observaba a su vampiro, llamándolo entre gemidos necesitados.

Ver a Jimin jugar con su cuerpo era la cosa más erótica que Yoongi había presenciado en su puñetera vida. Su propia erección dolía por estar dentro de aquel estrecho agujero.

—Yoonie~ —llamó cariñosamente el tritón, comenzando a moverse al sentir aquella deliciosa erección chocar con su ano, pero sin entrar, jugando con él.

—Mierda, no aguanto más —se lamentó—. Ya estaré contigo mi pequeño tritón —aseguró. Tomó con su mano su erección y lo alineó en aquella pequeña abertura que se contraía ansiosa de ser llenada.

Lentamente, hundió su cabeza y siguió hasta estar completamente en su interior, los tiernos muslos que rodeaban su cadera se tensaron y Jimin junto sus pies por la espalda del vampiro, intentando empujar más en su interior a Yoongi, como si fuera posible.

—Joder —gimió inclinándose para besarlo, succionando con afán la lengua de Jimin.

Lentamente, comenzó a mover sus caderas, manteniendo un ritmo lento pero constante. Los brazos del tritón lo rodearon impidiendo que se volviera a alejar, sus cortas uñas enterrándose suavemente en su espalda excitándolo más.

Mientras lo embestía, rompió el beso y observó a su amante, a su pareja, a la persona que logró tocar su inservible y frío corazón, y que ahora lo sostenía con sus pequeñas manos.

—Te amo.

El labio inferior de Jimin tembló, pequeñas lágrimas que bien podrían ser de placer, eran de felicidad mientras observaba a su vampiro. Una tierna sonrisa surcó en su lloroso rostro.

—También te amo, Yoongi —contestó volviendo a tirar de él para un amoroso beso.

El ritmo del vampiro nunca cambio, se mantuvo siempre igual de lento y constante, doloroso y delicioso.

Saliendo hasta que la cabeza de su miembro estuviera adentro, y luego entraba igual de lento pero enterrándose en lo más profundo del tritón tocando aquel punto dulce en su interior, solo cerca del final, Yoongi aumentó sus embestidas sin poder contenerse.

Y aunque Jimin ofreció su cuello, el vampiro solo planto un beso dulce, no dispuesto a tomar sangre siendo que su pareja acababa de despertar.

Juntos llegaron a su anhelado orgasmos, con una promesa silenciosa de amor eterno en sus ojos.

Cliché o cursi, a Yoongi le importaba una mierda, solo le importaba Jimin.

El vampiro salió de su interior y se acurruco a su lado, haciendo de cuchara más grande tras el cuerpo del menor.

—Te amo —repitió el tritón.

—Te amo —contestó enseguida Yoongi, sin ninguna duda en su voz.

Y con tan solo aquello, ya tenía sonriendo al ser acuático.

—Ahora, vamos a bañarnos y bajar por algo de comida.

Planeó conociendo a su pareja, sabía que su pequeño tritón tendría hambre. Y como si apoyara la idea, el estómago de Jimin rugió.

Riendo el peliceleste imitó el sonido de su estómago, entrelazando sus manos con la del vampiro que reposaba sobre su cintura.

Oh, hombre, haber sido sacado del mar era lo mejor que le pudo ocurrir a Jimin, y él lo sabía.



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Si... Yo sólo digo que el próximo es el ultimo...

Besos!

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