Capítulo 3
—¿¡Compraste a un ser humano!?
Yoongi observó a su odioso primo ingresar a su despacho sin invitación alguna.
—¿¡Por Dios Yoongi!? ¿¡Cómo puedes ser tan...!? ¡Agh! —grito con frustración.
—¿Terminaste?
—No, aún no —negó y suspiro—. Está bien, ellos te han dejado tranquilo ya que tu peculiaridad de adquirir objetos no molestaba a nadie, pero eran objetos —señaló—. Ahora, acabas de comprar a un ser humano, puede que no uno común y por eso te ha llamado la atención pero, ¡Sigue teniendo vida!
—No estoy relacionado con esa gente, años que corte mi lazo con ellos —recordó volviendo a observar los papeles en su mano, arrugando levemente su nariz al recordarlos.
Odiaba a su familia y con justa razón, razón que su primo desconoce y eso estaba bien para el.
—Pero sigues teniendo sangre de la realeza, sigues siendo un Min quieras o no. Los rumores de que compraste a un ser vivo ya están corriendo y pronto mandaran a alguien para solucionarlo.
—Claro, porque a los Min solo les interesa mantener su estatus y por eso te mandaron a ti primero, Jungkook —su tono era amargo.
—Sabes que no es así, siempre te he apoyado a ti ante que los Min, incluso ante mi propia familia. Y precisamente por eso vine, no quiero que tengas problemas con ellos —explicó más tranquilo.
—Sé cuidarme solo, también tengo gente que me respalda.
—Claro, hombres lobos. Eres el único que trabaja con ellos y por eso mismo están sospechando de que tú tuviste algo que ver con la muerte de uno de los hombres de Jaebum. El maldito es un desgraciado pero todos lo conocen, tanto en el bajo mundo como los de sociedad alta.
—No sé de qué me hablas.
La puerta se abrió y un descuidado Namjoon ingreso limpiando la sangre en su chaqueta.
—¿Crees que tu asistente personal lo pueda limpiar? Es mi chaqueta favorita y no quiero perderla por una mancha de sangre en ella.
—¿Decías? —pronunció irritado Jungkook.
Namjoon observó a Yoongi quien seguía manteniendo su rostro sin emoción alguna y luego al invitado. Conocía aquel cabello gris, ese color de cabello solo pertenecía a los Jeon.
—Mal momento por lo que veo, buscaré a tu esclavo y le preguntare si lo puede hacer —sin más palabras, se retiró dejándolos solos nuevamente.
—Fingiré no haber visto eso, pero me llevaré a ese tritón.
Los incisivos del vampiro mayor crecieron amenazantes y sus ojos se volvieron más duros.
—Él es mío —gruño mostrando levemente sus colmillos, sorprendiendo a Jungkook.
Su primo no mostraba muchas reacciones por nada ni nadie, siempre las controlaba.
—Es mío, yo lo compre —Jungkook sonrió.
—Primo, eso sonó tan infantil.
Un golpeteo en la puerta les interrumpió nuevamente.
—Pasa —ordenó Yoongi cerrando sus ojos mientras intentaba controlar su fuerte carácter. Por ningún motivo iba a dejar que su primo se lo llevara.
Un Taehyung atemorizado y nervioso ingreso a la habitación. Mantuvo sus ojos en el suelo evitando mirar a esos dos imponentes hombres.
—Señor, me pidió que se le informara cuando él llegara.
Jungkook junto sus cejas confundido y observó a su primo.
—¿Quién? ¿Compraste otra persona? —Taehyung mordió su labio inferior para no reír ante el tono que utilizo el invitado.
—Enséñale dónde está y ante cualquier movimiento extraño, lo matas —ordenó fríamente.
—Señor... Yo... —el no podía matar, podría ser un hombre lobo pero no podía.
—¿Cómo qué matar? ¿Qué estás tramando?
—Namjoon está por aquí —siguió ignorando al otro vampiro.
Taehyung suspiro en alivio y asintió con su cabeza retirándose. Sonrió mientras caminaba por el pasillo hasta la gran sala de estar, deseando ver a su tío.
—¡Tío! —grito emocionado al verlo. Corrió hasta él y lo abrazó con fuerza.
—¡Hey mocoso! ¿Cómo estás? ¿Has aprendido algo aquí? —pregunto devolviéndole el cabello.
—Además de limpiar y cocinar... No mucho —frunce sus labios—. Ah, aprendí a leer y escribir, y el señor sigue queriendo que aprenda a matar.
—Bueno, no te vendría mal que ya aprendas a defenderte.
—Pero no me gusta —refunfuño—. Déjame volver con ustedes.
—Estás mejor aquí, tú sabes lo que sucede abajo.
Un escalofrío recorrió toda la columna vertebral del menor.
—Cierto, estoy mejor aquí y ya tengo un amigo —sonrió al pensar en el pequeño tritón que tenía pensado seguir viendo a escondidas de su señor.
—Sigues siendo un mocoso —sonrió golpeándole suavemente el hombro—. Ya, sigue con tu trabajo si no quieres meterte en problemas.
—Cierto.
—Espera, ¿Sabes dónde está el esclavo de Min?
—¿El señor Jackson? —pregunto—. Creo que iba a estar en la cocina.
—Gracias.
Taehyung negó con su cabeza y siguió con su camino.
—Lamento la demora señor Woobin.
—No te preocupes, entiendo como es el proceso —restó importancia regalándole una sonrisa, pocas veces había venido antes y siempre era lo mismo.
Taehyung la correspondió con amabilidad y lo guió al segundo piso, al final del pasillo. Abrió la puerta y se corrió para que el hombre entrara primero.
Si el hombre se sorprendió ante tantos objetos raros y preciosos en la habitación, no dijo palabra alguna ni tampoco lo demostró.
Jimin dejó de jugar con su cola y observó a los dos contrarios, sonrió al reconocer a uno, era el castaño que lo había visitado ayer antes del hombre de cabello blanco.
—Hola Jimin —saludo Taehyung subiendo las escaleras.
El pequeño tritón subió pero se mantuvo a distancia.
—Ven Jimin, el solo verá tu cuello —señaló.
Jimin inclinó su cabeza y lentamente se acercó hasta apoyar sus manos en el borde.
—Vaya... Es bastante hermoso... En especial tus ojos —pronuncio embalsamado con la belleza del ser acuático.
—Su cuello —le recordó Taehyung al ver la incomodidad en el tritón.
—Oh mierda, ¿En verdad compró a un ser vivo? —Taehyung enseguida observo hacia la puerta para encontrarse con aquel hombre que había estado hablando con su señor.
—¡Señor! ¡No puede entrar aquí! —grito el castaño bajando rápidamente las escaleras.
Jimin observaba curioso el intercambio de palabras de las dos personas en la puerta. Taehyung intentaba sacar al otro hombre pero este se negaba y por más que su nuevo amigo intentaba sacarlo, no podía. Parecía algo enojado por ello. Y la expresión en el rostro de su amigo le daba risa al tritón.
—¿Puedes hablar? —su atención volvió al hombre frente a él.
Negó con su cabeza y señalo su cuello. Tal vez podría haber usado su habilidad para hablar telepáticamente pero los ojos del hombre no le inspiraban confianza.
Tocó su cuello y se removió incómodo.
—Abre tu boca —algo reacio, abrió su boquita.
Chillo asustado cuando las manos del hombre rodearon su cuello. Inmediatamente se hundió en el agua en una forma de protegerse.
—¿Qué le hiciste? —pregunto Taehyung olvidándose del necio chico con el que discutía.
—Me aseguraba de cómo se encontraba su garganta —respondió mientras seguía observando a través del agua.
—Pues no intente pasarse de listo otra vez si no quiere morir —Jungkook alzó sus cejas sorprendido de la amenaza del pequeño lobito.
Por cómo se veía y había actuado antes, estaba seguro de que no tenía carácter alguno.
—¿Y quién me va a matar, tú pequeño? —pregunto Woobin divertido, bajando las escaleras.
—Él no, pero yo sí. —los tres observaron hacia la puerta, dónde Namjoon hacía acto de presencia.
Taehyung sonrió en grande y se paró al lado de su tío. Amaba lo intimidante que eran y se veían los hombres lobos, no entendía por qué él no podía ser igual de intimidante que los demás.
—Lamento mi imprudencia, pero necesitaba saber si en verdad podía hablar o emitir algún sonido.
—¿Y qué tiene?
—Sus cuerdas vocales se ven algo lastimadas, necesita tiempo. Por el momento es lo único que le puedo decir, para saber más necesitaría hacerle un estudio completo.
—Así está bien, si se le necesita de nuevo será llamado —anunció Taehyung en una clara señal de que ya era hora de retirarse.
Eran muchas personas en una habitación que su señor apenas le dejaba entrar, si desaparecía algo lo iba a matar.
Todos salieron de la habitación dejando solo nuevamente al pequeño tritón.
Jimin nado en su pequeño espacio tratando de quitarse aquella sensación.
En sí, el ser acuático debería de estar más preocupado en la conversación que había tenido ayer con el hombre de lindos ojos duros. Pero Jimin siempre fue un ser más relajado y distraído.
Y a pesar de estar lejos de su casa, si le veía el lado bueno, ya no tenía que luchar día a día por mantenerse con vida, lo cual era bueno para él ya que no era exactamente bueno en ello.
Y no estaba tan solo... La mayoría del tiempo. Al menos el tiempo que se iba a quedar aquí, se aseguraría de agradecerle al hombre lindo por sacarlo de ese horrible lugar.
Pero si extrañaba nadar libremente, y extrañaba los pequeños pececitos que lo buscaban para jugar cuando salía de las profundidades.
No le gustaba sentirse solo, y ahora nuevamente lo estaba.
Su estómago gruño y Jimin se dio cuenta de que tenía hambre. Observó a su alrededor pero no había nada que pudiera comer, ni una sola alga.
Triste, solo y hambriento, se acomodo en el duro suelo y cerró sus ojos, abultando levemente su labio inferior.
Yoongi ingreso a su casa entregándole su chaqueta a su asistente mayordomo.
—Estás loco.
—¿Aún no te has ido? —pregunto observando a su primo.
—¿Cómo quieres que me vaya cuando tienes a un ser vivo encerrado en una habitación llena de otros objetos?
—¿Sigues con eso? —bufo aburrido.
Con solo nombrarlo ya estaba imaginado la belleza del tritón, otra vez.
—Sí, sigo con eso porque saliste por un día dejando una clara orden de que nadie podía entrar a esa habitación —regaño—. Es un ser vivo Yoongi, necesita alimento y que le estés cambiando el agua, necesita sol, aire fresco.
—Solo es-...
—Es un tritón, un ser vivo, un humano, tiene vida, no es como nada de lo que tienes en esa habitación. Si no lo puedes ver como tu igual, imagínatelo como una mascota a ver si te resultara fácil —señalo no muy feliz de su comparación, pero aquello pareció llamar la atención del mayor.
—¿Una mascota? —pregunto considerándolo.
Si lo pensaba de esa forma, no era tan extraño que su mente vagara hacia él cada cierto tiempo, por no decir casi siempre.
—El cual no me extrañaría que estuviera muerto al estar ahí encerrado sin alimento alguno.
Yoongi chasqueó su lengua y llamó a Taehyung, quien en seguida apareció a su lado.
—Señor.
—Trae algo de comida para el tritón —ordenó.
El castaño asintió con su cabeza y desapareció en seguida, murmurando algo parecido a un gracias a dios que ambos vampiros decidieron ignorar. No le dio importancia el que su primo siguiera a su empleado.
Yoongi subió al segundo piso y fue al final del pasillo, abrió la puerta y se quedó congelado al ver al pequeño tritón flotar boca abajo.
Él no se podía ahogar, ¿Cierto? Se supone que es un ser acuático.
Con apresura subió las escaleras y estiró sus brazos hacia el agua para agarrar de la estrecha cintura al pequeño tritón. Sin importarle mojarse lo jalo hacia él y acomodo su rostro sobre su pecho, golpeando suavemente las abultadas mejillas para despertarlo.
Lentamente los párpados se levantaron y aquellos increíbles ojos se posaron sobre el otra vez.
—¿Qué tienes? —pregunto duramente, aunque no había intentado sonar así, solo salió de lo preocupado que estaba.
Algo débil, alzó su mano y tocó su mejilla.
*Hambre.
El comienzo de una sonrisa surco entre sus labios. Soltó un suspiro para no reír y observó el rostro pálido. Había perdido algo de aquel brillo que tenía la primera vez que lo vio y eso no le agrado, para nada. Y entonces se volvió a dar cuenta de que otra vez estaba pensando en el pequeño ser acuático.
Las palabras de Jungkook invadieron su mente.
—Una mascota... —susurro tomando la pequeña mano que dejaba lentamente su mejilla—. Podría ser...
Jimin inclinó su cabeza hacia al lado sin entender, una suave sonrisa brotó de sus labios y se acurruco más en aquel fuerte cuerpo, sintiéndose muy cómodo entre esos brazos.
Su corazón volvió a latir de forma extraña.
—Ahora serás mi mascota —pronunció satisfecho con la solución a la que llegó.
Jimin quería preguntar quién iba a ser su mascota, pero en vez de eso, cerró sus ojos de nuevo, dormir era lo único que le quitaba el hambre momentáneamente.
Además, ya no estaba solo y eso lo ponía feliz.
O eso fue hasta que la puerta se abrió y olores extraños pero deliciosos invadieron la habitación logrando que su barriguita volviera a la vida.
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