diez
No he podido dormir.
Todas las noches se escucha el árbol.
No he podido dormir.
Todas las noches se escucha el espejo.
No me atrevo a levantarme de la cama. Me escondo. Abajo de las cobijas. Veo, oscuridad, oscuridad, oscuridad y oscuridad. Escucho, al espejo, los golpes que vienen de ahí, el tarareo, la carcajada ligera. Aún no hay pregunta y no sé si debería haberla. Y no sé si quiero que haya. Siento, el frío extremo, mis dedos llenos de sangre negra. Pruebo, pruebo el miedo.
Y por las mañanas, el arrepentimiento. Debí haber abierto los ojos, debí haberme destapado, debí haberme levantado de la cama, debí haber sentido el suelo frío, debí haber caminado hacia el tocador, debí haber visto el espejo, debí haber respondido.
Porque tal vez era Sierra queriendo jugar a las escondidas.
Ven.
Ven, Sierra.
Vuelve conmigo para jugar.
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