Capitulo -32-
El festival escolar, ya avía abierto sus puertas para el público. Por desgracia para la muerte, este fue disfrazado como la mascota del instituto; un halcón majestuosamente adorable, ya que, según Edger, llamaría más a la atención de los niños y los niños se asustó por nada, además de que las niñas también le agradaría a una persona que, bueno, terroríficamente para un festival, esa disfraz el verdadero Desplácese hasta la mascota para los enfrentamientos deportivos con otros institutos.
Extrañada mente, tenía éxito ese traje. Los niños querían abrazarlo y las chicas; Tanto las niñas, los adolecentes y las mujeres querían tomar fotos con la mascota. Cosa que agotó a Fell tanto psicológicamente como físicamente.
Ahora estaba siendo arrastrado por un grupo de estudiantes de preparación, no podía hacer nada ante ese mar de niñas.
— Lo lamento, pero es hora de que la dulce mascota tome un merecido descanso. Utiliza naranja apareciendo de la nada, llamando a la atención de las chicas como de la mascota. - Mientras puedan ir a las diversas atracciones que el instituto les puede brindar.
Las chicas de mala ganas, se retiraron una a una, dejando una hora con el presidente, el estudiante con la mascota.
— Es perfecta que mi maldito hermano no me ofrezca descanso. —Menciono Fell, quitándose la cabeza de su disfraz. - Habla, ¿para qué ha venido?
Naranja no dijo nada, solo encendió un cigarrillo, sabía que Fell y Edger eran igual; Hablando de personalidad y carácter.
— ¿Sabes dónde puedo encontrar a mi hermanito? —pregunto yendo directo al grano, mirando directamente las cuencas de Fell. —Revise la cafetería, donde era su evento de atracción, pero me dijeron que se marcho y no lo han visto.
— ¿Por qué debería de saber yo donde diablos esta tu hermano? —contrarresto Fell, a decir verdad desde el incidente en el partido de basquetbol trato de la mil formo el evitar a Blue y a su grupo, mas a Dream
— Sabes, tú hermano es muy boca floja cuando de bebida se trata. — Dio otra calada a su cigarrillo y prosiguió. — Además de que fuiste a mi hogar no hace mucho. Se perfectamente lo que sientes por Blue, así que no te hagas el idiota conmigo.
Fell se ruborizo ante esa verdad, pero solo apretó sus puños, no iba a ser despreciado por ese sujeto.
— ¿Y que si me enamore de tú hermano? — pregunto apretando los dientes. — Eso no significa que se dónde anda constante mente.
Orange no dijo nada, solo se limitaba a observar las facetas de Fell, tiro la colilla de su cigarrillo en el suelo, lo piso y se marcho.
— Te creo. — fue su ultimátum antes de marcharse, pero paro en seco a mitad del camino, giro mirando directo a Fell, ahora su mirada era más fría que el hielo. — Igual que Edger, yo tampoco quiero que andes con Blue, solo aléjate de él. — sin más se marcho, dejando a Fell confundido.
Estaba destruido, su hermano no lo apoyaba en su relación con Blue, para el colmo Blue prefiere a un sádico como Dust, a y no era todo, al parecer el maldito de Orange lo tenía amenazado por que tampoco aprobaba su maldita relación con su hermano. ¿Acaso sabrá que anda con un maldito psicópata? ¡¿Enserio?! ¿Prefería que su dulce hermano ande con ese sujeto antes que él?
Todo era muy confuso para Fell, pero ya no tenía más fuerza para luchar por Blue. Solo quería que él lo mirara nada más.
— ¡Maldición! —grito histérico. Todo era una maldita pesadilla. — Sera mejor que vuelva a mi jodido trabajo.
Se coloco la cabeza del disfraz dispuesto a volver a la entrada del instituto y seguir con su infierno color de rosa, pero al escuchar unos sollozos a la distancia, busco con la vista para ver de quien se trataba.
— ¡¿Blue?!— no lo podía creer, ahí estaba el arándano llorando en el medio del patio trasero, una zona libre de evento. Pero lo que más le llamo la atención era el disfraz que llevaba. Un hermoso vestido de mucama. Iba a marcharse, pero quería ver como estaba así que se acercó muy sutilmente. — Oye... ¿Estás bien?
Blue levantó la mirada, encontrándose con un halcón rosado, justo a su lado.
— Supongo que lo estoy. — respondió limpiándose las lagrimas. — Sera mejor que vuelva. — se levanto del suelo, pero fue detenido por el halcón en un fuerte abrazo. — ¡¿Pero qué?!
— Oye... Sabes, no eres bueno ocultando tus sentimientos. Si quieres llorar solo hazlo, yo seré tu pañuelo.
Ahí estaba Blue, llorando sobre el hombro de aquel halcón, estaba frustrado, pero quería sacar sus penas y secar sus lágrimas de dolor.
Fell abrazaba con más fuerza a Blue. Si no podía tener su amor, preferiría tener su amistad más que nada. Aun si tendría que peleas contra mar y tierra para poder lograrlo.
***
En otra parte, en la azotea del instituto para ser más preciso. Error y Geno aun estaban juntos, después del incidente de Geno, donde fue obligado a entrar a la casa de terror en contra de su voluntad por parte de dos de sus compañeros. Error quería saber los motivos por el que, Geno ahora era víctima de bullyin.
— ¿Me vas a explicar porque esas dos abominaciones te tratan mal? — pregunto aun cruzado de brazo. Estaba arto de que se haga la de rogar Geno.
— Te lo contare todo. — respondió Geno, más calmado olvidando lo que paso, solo un poco. — El día que tuve mí pequeño descanso en el restaurante, Eduardo me llamo.
Flash back.
Geno estaba por descansar un momento, Grillby le dijo que podía tomarse unos minutos, que no se esforzara por ser su primer día de trabajo, cosa que Geno acepto gustoso.
Iba a fuera a tomar aire limpio cuando su móvil sonó. En el identificador de llamados saltaba un número desconocido, aun así atendió.
— ¿Holo?
— Geno. Soy Eduardo.
— ¿Eduardo? ¿Cómo conseguiste mi número? —pregunto, el único de su salón que tenía su número de móvil era Sans y nadie más. Eso lo extraño aun más.
— Eso no importa. Te hablo para advertirte de Reaper.
— ¿Reaper?
— Si. ¿Conoces los rumores que se circulan en el salón y ahora en el instituto?
— Reaper, acecinó a sus padre y a su hermano, junto con su novia. Si, eh escuchado ese rumor en todo el instituto
— ¡No solo es eso! ¡Tienes que alejarte de él! Geno, no es una buena persona. Así que, me preguntaba si quieres unirte a nosotros para meternos con él y hacer todo lo posible para que lo expulsen.
— Ya te dije que no me meteré con él.
— Escúchame Geno. ¿O estás en su contra o a favor? Tú decides.
— ¡No te alteres quieres!...
— Te advertí. Si no me das una respuesta en estas últimas semana, te arrepentirás Geno
— Te dejo, mi descanso termino y debó seguir ayudando, y ya no me llames, pareces mi madre. Nos vemos mañana en la escuela.
Corto la llamada, volviendo a su actividad, sin darse cuenta que alguien avía escuchado su conversación tras las sombras.
Fin del flash back
Un silencio envolvió a los hermanos, Geno buscaba las palabras para seguir con su relato. Por otra parte Error seguía impaciente con Geno.
— Eso paso en mi primer día de trabajo. —menciono Geno— Pero hoy Eduardo y Sofía, fueron a tu salón a buscarme, asiendo mención de que un profesor me buscaba y como idiota fui al pasillo cerca de tu temática, del evento.
Flash back.
— ¿Para qué me trajeron aquí? —pregunto Geno, sin entender nada. ¿No se suponía que un maestro lo buscaba? — Este no es el salón de maestro
— ¿Tomaste una decisión Geno? —cuestiono Eduardo?
— ¿De qué hablas?
— No te hagas Geno. —intervino Sofía— Eduardo te llamo la otra vez. ¿Estás con nosotros o con esa parca?
— En primera no le hables así. —reaccionó Geno, odiaba los tratos injusto— En segunda, no tengo nada en su contra.
— ¿Significa que no nos ayudaras? —pregunto maliciosamente Eduardo.
— No tengo nada de qué hablar. Me voy con mi grupo.
— Lastima...
Geno estaba por marcharse, pero sintió como Eduardo y Sofía lo agarraba con fuerza y a rastra lo llevaban al gimnasio, el cual estaba decorado como una casa de terror.
— ¡Esperen! ¡¿Qué se suponen que hacen?! — grito mientras que forcejeando para librarse del agarre.
— Si no eres de ayuda, eres enemigo— comento Eduardo, ahora encerando a Geno dentro de la atracción. — ¡Disfruta de la oscuridad!
— ¿Oscuridad? — Geno se puso pálido, estaba pálido al darse cuenta de que todo a su alrededor era completamente oscuro. — No... No... — se abrazan con fuerza. Temblaba del miedo, la oscuridad le traía malos recuerdos de su niñez. — Tranquilo... Solo cierra los ojos y camina lentamente, nada de malo pasara.
Camino, lento pero seguro. A cada paso que daba rogaba que ninguna persona lo asustara, tras dar varios paso, sintió como una ano lo tocaba el hombro, iba a gritar, pero al escuchar —Llego tu...— esas pocas palabras fueron suficiente para que Geno identificara la voz de Reaper, sin previo avió se lanzo a sus brazos, necesitaba reconfortase y a pesar de tener poco trato con este, le tenía confianza.
— ¡¿Pero qué?! — sabía que Reaper estaba confundido, pero aun así no quiso soltarse de Reaper ni un segundo. Estaba temblando del miedo, literalmente. —Tranquilo. —lo escucho hablar, logrando tranquilizarse por un segundo. — Saldemos aquí.
Esas palabras fueron suficientes, para darse cuenta de que hizo lo correcto. Reaper, no era malo. Simplemente, vivió sucesos desafortunados.
Reaper, ahora lo cargaba, lo cual no le importo ahora solo quería salir de ese oscuro lugar. Sintió como sus manos le acariciaba la espalada y la nuca, era una sensación cálida y protectora aquel gesto izo que Geno no pudiera ver a su alrededor, para que no se alterara.
Una vez que salió, vio a Error, ahora abrazando a su hermano dejando a un lado a Reaper.
Fin del flash back
— ¿Con que te tienen amenazados? — interrogo Error.
— Error. Se lo que planeas hacer y la respuesta es no. —intervino Geno. Conocía a sus hermanos a la perfección.
— No sé de qué me hablas. —dijo Error, regalándole una sonrisa maliciosa. — Por cierto, lindo disfraz.
Geno, no comprendía a que se refería, hasta que cayó en cuenta que portaba a un su disfraz de mesera. Eso, le hizo recordad que Reaper le vio con esa facha también, que un rubor carmesí se apodero de su cara.
Error, dejo a su hermano y se dirigió al gimnasio. Debía de devolver el favor a esos dos idiotas, una vez ahí se encontró con todo su grupo, más Reaper, al parecer estaban en su descanso.
— Necesito pagar una deuda. —dijo Error captando la atención de todos.
Todo el grupo lo miraron con malicia. Reaper, por otra parte estaba raseo, quería ayudar y a la vez, aquella conversación que escucho le impedía hacer algo.
— Oye parca, ¿nos ayudas? — pregunto Horror, ya sentía a Reaper parte del grupo.
El dios de la muerte estaba cómodo con ese grupo. Se levanto de su asiento, miro a Error y le sonrió.
— Cuenta conmigo.
— Perfecto. — dijo Nightmare. — Ahí que armar un plan.
— Genial. Rodaran cabezas. —musito Killer.
— Dos, al parecer. — comento Dust.
Se dice que la venganza es dulce, y esta no iba ser dulce. Si no amargo, muy pero muy amargo.
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