《CAPÍTULO 4》
Nota: Éste capítulo no es una continuación de la historia como tal, si no un episodio específico para ver el pasado de éste personaje.
⚠Alerta de temas fuertes⚠
"Aunque estoy herido
Con la cara llena de moretones
Sé que voy a seguir avanzando"
-Twenty One Pilots: Cut my lip.
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Una noche, luego de una larga semana de clases, Duncan estaba disfrutando un buen trago de licor en un bar junto a sus amigos.
- Que bueno que al fin tenemos una noche libre -decía uno de ellos.
Finalmente tenía tiempo para salir a distraerse, hace bastante que solo vivía aislado en su habitación estudiando para los exámenes y realizando trabajos de la universidad. Pero no se quejaba, pues amaba su carrera.
Mientras tomaba su bebida observó a lo lejos a un grupo de muchachos, entre ellos vio a una joven de cabello rizado castaño y ojos grises.
Notaba cómo aquellos muchachos la insitaban a beber más de lo debido, y uno de ellos empezaba a tener más contacto físico con ella, abrazándola y acariciando sus brazos.
Lo que lo hizo sospechar de la situación fue darse cuenta de que aquel tipo tenía la mirada fija en el escote del vestido que traía puesto y los demás igual la morboseaban.
Duncan tenía una hermana, Melissa, hace un par de años había salido con novio y sus amigos a una fiesta, donde se puso ebria y el novio y los amigos se aprovecharon de la situación.
Melissa cayó en una profunda depresión después de eso, lo que la llevó a aislarse de su familia, incluso llegó a autolesionarse, cuando la descubrieron su padre la culpó de lo sucedido y le dió la espalda, a diferencia de su madre y Duncan que la ayudaron a salir adelante.
Actualmente ella ya estaba saliendo con un muchacho decente y educado.
Pero ¿y si esa chica no contaba con el apoyo de nadie?
Ahora que tenía oportunidad no permitiría que se repitiera una situación así.
- ¡Prima! ¡Al fin te encuentro! -dijo acercándose a los muchachos- mi tío me envió a buscarte, está preocupado por tí.
Los demás lo miraron extrañado.
- Disculpa, pero Gina está con nosotros, dile a tu tío que después llega a casa -retó el más alto.
- Lo lamento, pero él nos espera, así que me llevo a Gina -retomó Duncan tomando a la muchacha de la mano.
- Ella nunca me habló de tí -volvió a decir aquel chico.
- No tiene porqué mostrarte todo su árbol genealógico -aclaró el otro.
- Yo más tarde la llevo a casa.
- No, en este estado no puede seguir un segundo más aquí -Duncan ya harto de la situación caminó junto con Gina a la salida.
Afuera tenía su coche, subió a la chica y se retiraron del lugar.
Duncan sabía que eso le traería consecuecias, pero tenía la conciencia tranquila tras haber salvado a aquella muchacha.
Cuando llegó a casa le explicó a su madre y a su hermana lo sucedido y ellas accedieron ayudar a Gina.
A la mañana siguiente, Gina amaneció en el cuarto de Duncan imaginando lo peor, pero él estaba ahí en el marco de la puerta con un vaso de agua.
- ¿Quién eres tú? -preguntó ella.
- Tranquila, entre nosotros no pasó nada, yo dormí en la sala -se adelantó él.
- ¿Porqué estoy acá?
- Mira... se que no es de mi incumbencia, pero... ví que anoche estabas con unos muchachos, y ellos... estaban a punto de abusar de tí estando ebria.
Gina se soltó a llorar, Duncan la abrazó reconfortándola diciendo que todo estaba bien.
- Liam y yo somos novios, siempre me pide que lo hagamos... y si decía que no me amenazaba con hacerme daño si no lo hacía... y una vez... una vez... uno de sus amigos intentó tocarme frente a él y Liam lo permitió... yo no, lo golpeé y salí huyendo.
Duncan la oyó atento, no cabía duda que la había salvado de una pesadilla.
- Cuando me invitó a salir me aseguró que no iba a pasarme nada malo, no tenía idea de que iríamos al bar... me dijo "lleva puesto algo ligero" con la excusa de que no me incomode, cuando llegamos al lugar yo me quería ir, pero me empezó a ofrecer de beber... cada vez más y más... y no recuerdo qué fue lo último que pasó.
- Yo te ví, y no dudé en ayudarte, sabía que algo malo estaba pasando -dijo Duncan.
- ¡Gracias! -exclamó ella abrazando al chico- ¡Gracias por evitarme una desgracia!
- No me agradezcas, ésta vez tuve oportunidad de evitar que una mujer sea abusada -musitó con algo de tristeza.
Cuando Gina se sintió mejor decidió poner una denuncia en contra de su novio y sus amigos, Duncan, Melissa y su madre la apoyaron en todo lo que necesitara.
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No olvidaría que salvó a esa muchacha de las garras de hombres malos, así como tampoco olvidaría que ese día había conocido a una persona maravillosa.
Tomó la foto de su escritorio, era tan hermosa, y la amaba más que el día que la conoció.
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Cuando Duncan terminó su carrera decidió que era momento de darse a probar suerte con su vida amorosa.
Con el paso de los años Gina y él seguían en contacto y se hicieron muy buenos amigos, pero Duncan se estaba enamorando de ella.
- En todos éstos años me he dado cuenta... que... que te... TE AMO... ¿Quieres... quieres ser mi novia?
- Duncan... yo no sabía cómo decirte, pero siento lo mismo por tí... ¡Claro que acepto ser tu novia!
La pareja se abrazó y se dió su primer beso.
Con el pasar de los meses, ambos deciden formalizar y unirse en matrimonio.
Nada podía irle mejor.
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Duncan volvía a poner la foto en su escritorio, con tristeza y dolor en su rostro.
Aquella felicidad le había durado tan poco...
Complicaciones durante el parto le arrebataron la vida a Gina y al hijo que esperaban.
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- Mr. Stone... en serio lo lamento -dijo el médico- pero... apesar de que hicimos de todo... no pudimos salvarle la vida ni a su mujer ni a su hijo.
- No... es mentira...
- Lamento informarle que no.
- Se que lo es... ¡NO PUEDEN HABER MUERTO LOS DOS! -exclamó tomando al médico por el cuello de la camisa- ¡Mi esposa! ¡Mi hijo! ¡NO!
Duncan cayó de rodillas al suelo llorando desconsoladamente, sollozando a los gritos, suplicando que todo aquello no fuera verdad.
Desgraciadamente era verdad.
Los días siguientes dejó de ser el mismo, devastado, desganado, pasaba la mitad de los días durmiendo y la otra mitad llorando mientras pensaba en Gina y su hijo.
Nada tenía sentido sin el amor de su vida, la salvó de una para que luego no pudiera salvarse de otra.
- ¡Llévame contigo! ¡No puedo caminar en ésta vida sin tí!
Se sentía atrapado, hundido, ¿qué clase de psicólogo era si no podía lidiar con sus propios problemas?
- Dun, ¿qué es eso que siempre le dices a tus pacientes? -le preguntaba Melissa.
- Por más difícil que sea encontrar una salida siempre la hay tarde o temprano.
- Eso es exactamente lo que tienes qué hacer, seguir adelante, como le hubiera gustado a Gina. Sé el hombre del que mi sobrino estaría orgulloso de tener de padre.
- ¿Cómo puedo hacerlo? -preguntó Duncan con duda.
- No estás solo -Melissa tomó su mano- una vez tú estuviste ahí para mí, es turno de que yo esté para tí. Sé que te parecerá extraño, pero inclusive tú como psicólogo necesitas ayuda.
Gracias a su hermana, Duncan encontró ayuda y logró salir adelante sobrellevando su dolor.
Los últimos años se dedicó a seguir estudiando y preparándose para al final lograr ser un buen psiquiatra, y estaba decidido a dedicar el resto de su vida a ayudar a otros que lo necesitaran. Sobre todo tratándose de jóvenes y adolescentes.
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- Todo por tí, mi vida -susurró mientras se retiraba.
Esa noche llegó a casa, en la que vivía también su hermana con su familia, y cuando llegó la hora de la cena se dedicaban a hablar de su día.
- ¿Otro día ayudando a los pacientes? -preguntó Melissa.
- Así es, hoy recibí a un joven que sufre de ansiedad, hoy trabajamos en cómo controlarla -respondió Duncan orgulloso de su trabajo.
- Sin duda lo tuyo es ayudar a los demás -le dijo Christopher, su cuñado.
- Y lo haré hasta donde la vida me lo permita, tal y como me lo propuse hace 10 años -afirmó.
- Yo también quiero ayudar a las personas como lo haces tú -comentó su sobrino.
- Si eso es lo que a tí te gusta claro que puedes hacerlo algún día -comentó Duncan apoyándolo.
- Y voy a empezar con un amigo de mi escuela, si puedo ayudarlo a él ayudaré a muchos más -habló con decisión.
Duncan aún guardaba en su corazón el dolor de perder a la mujer que amaba y al niño que esperaban, pero sabía cómo sobrellevarlo.
Y ayudará a que sus pacientes también sepan lidiar con su dolor.
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Violett User
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