Por ese entonces yo no dormía muy bien porque me costaba respirar, se me tapaba la nariz o algo pasaba que me lo impedía.
Llegó la tormenta, yo estaba en la escuela y creo que esperábamos a un profesor. Sentada en el banco escribiendo algo sentí un dolor en el pecho y me faltó el aire; fueron unos segundos. Entré a mi casa esa tarde y vi a mamá trasladándola adentro (muy pocas veces entraba) muy alterada. Le pregunté y me dijo que convulsionó al rededor de las 14:30, misma hora en que me falló la respiración. Miré al techo y dije "No quería tener razón, en esto no" o algo así. Esa fue la primera, yo no la vi.
La segunda creo que llegó esa misma noche. Mis papas se habían ido a hablar con el veterinario que no había podido venir, mi hermano estaba abajo y yo bañándome arriba. Me quede quieta debajo del agua por un instante, estaba preocupada y entonces lo escuché, mi hermano gritando mi nombre. Apagué el agua y salí con una toalla envuelta, descalza, corriendo por la escalera, no sé cómo no me caí. Aterricé a su lado, no sabía qué hacer. Le dije "Tranquila" pero creo que me lo decía a mí misma, la acariciaba mientras lloraba en el piso frío, llena de desesperación, mi hermano insultaba por los aires, llamando a mis papas, reclamando a la nada por qué se fueron justo ahora. Me dijo alterado que me vistiera, que me iba a enfermar o algo parecido, yo solo tenía atención para ella. Cuando todo termino, la acariciaba, le decía "Estas acá, no te fuiste, estas acá". Intentó pararse y trate de impedírselo, gruñía, lloraba y ladraba. La única que siempre pudo alzarla y mantenerla a raya era mi mamá y no estaba. Mi hermano seguía reclamándome y yo le grité "Me importa una mierda eso ahora".
Después entendió y se disculpó por haberme insistido.
Nunca voy a olvidar eso.

Mi abuela y mi mamá fueron rotando para acompañarme en el piso de madera durante las horas en las que permanecí ahí, me alcanzaban papel para secar las lágrimas, me traían algo de tomar que la mayoría de las veces rechacé, solo tomé un café y no comí nada, no podía. Me hablaban pero no contestaba, al menos no con muchas palabras ya que sentía que si lo hacía me derrumbaría en cualquier momento. No dije mucho durante ese tiempo, salvo ese pequeño intercambio con mi mamá en el que no recuerdo bien de que estábamos hablando en concreto, creo que me preguntó que materias tenía hoy ya que me fui a mitad de un acto y las clases no habían iniciado, y saque a relucir esto: ''Me hizo zafar de dos horas de matemática y me dio un fin de semana largo'', me reí triste, me acerque a su oreja y le susurré un ''Gracias'', supongo que fue por eso y por todo lo que vivimos juntas.