El timbre de salida sonaba y ellas seguían en clase. Hoy era un día especial para su amiga que cumplía su primer mes de noviazgo, ella ayudaba con la sorpresa que estaban haciendo a mano.

ㅡ No es demasiado solo para el primer mes. ㅡ Dijo una boliviana que escribía unas frases que sacaba de internet o las que le vinieran a la mente.

ㅡ No seas floja y sigue con eso. ㅡ Replico la chilena que recortaba diversas fotos que tenia con su novio.

La paraguaya solo escuchaba las pequeñas discusiones de la boliviana y la chilena. Ella estaba doblando unas hojas y pegándolas para que esta se abrieran cuando las estirabas, pero se detuvo a observar el reloj de la clase.

3:10 p. m.

ㅡ Chile ya tenemos que irnos o llegaremos tarde.

La chilena observo el reloj y asintió guardando sus cuadernos en su mochila y agarrando una bolsa aparte donde guardaría el regalo de su enamorado, pero que por ahora solo llevaría los materiales que usaban para hacerlo.

ㅡ Vamos. Te veo mañana Bolivia.

ㅡ Mañana me cuentas como te fue. ㅡ Se despidió la boliviana aun quedándose en el salón, siempre hacia eso. En una ocasión la curiosidad les gano y preguntaron pero ella evito el tema. Después del cuarto día se rindieron y asumieron que solo quería quedarse un rato mas en la escuela.

Corriendo fueron a la salida de la escuela y fueron por las veredas de las calles a su paradero donde siempre se detenía el ómnibus que las llevaba a su destino. Esperaron un rato mientras hablaban de algunos deberes que dejaron sus profesores, solo fue unos minutos para que aquel ómnibus llegara.

(...)

El salón estaba lleno de varios alumnos tomando atención a clases y otros no tanto, el profesor delante hablaba sin parar anotando unas cosas en la pizarra. Nuestra paraguaya estaba en aquella clase más no prestaba atención a lo que decía el docente, en vez de eso estaba recortando unos pequeños corazones que su amiga le pidió de favor. El profesor noto eso y preguntó.

ㅡ Señorita Paraguay podría decirme las clasificación de las proyecciones cartográficas según su utilidad.

ㅡ Emmm esto...

Con todas sus fuerzas intentaba recordar lo que oyo del profesor.

ㅡ ... anafiláctica, antálica, isogonal y...

No sabia cual era la última, seguramente iba a ser regañada por el profesor. Afortunadamente oyo un susurro.

ㅡ ...Afilacticas.

ㅡ ... y afilacticas.

ㅡ Correcto, siéntese señorita.

Se salvo del ridículo que iba a hacer si no respondía correctamente.

Las mesas de las clases eran compartidas por dos personas y cuando ella llegó no había nadie a su lado porque ya iba a empezar las clases, solo unos minutos después de que la puerta fuera cerrada algunos alumnos que llegaron tarde tocaban para no perder las clases. Talvez él era uno de esos.

Volteo a verlo y se sorprendió un poco pues ese chico que la ayudo era bastante guapo, parecía alto y llevaba unos lentes que le daban un aire de inteligencia. Era completamente su tipo.

ㅡ Gracias por ayudarme. ㅡ Dijo ella con una sonrisa leve.

No iba a intentar nada, ese no era su estilo ella era naturalmente tímida y reservada, además ella nunca tuvo alguna relación con alguien de su género opuesto, no sentía que algún chico fuera a fijarse en ella y peor ese chico que capto su atención. "Ella era simple." Eso se decía a sí misma.

Volteo a su cuaderno y se dispuso a anotar lo que había en la pizarra. Al acabar dejo su lapicero y agarro de vuelta la tijera para seguir recortando.

Durante la clase sentía en ocasiones la mirada de alguien a su izquierda ¿era ese chico? No se atrevía a voltear para confirmarlo prefería seguir enfocada en sus apuntes y los recortes.
Así paso hasta la hora de receso cuando ella salió a reunirse con la chilena. No la encontraba y fue a su salón a buscarla, tampoco estaba. Fue esta vez a la tienda en el tercer piso y ahí la encontró con dos sándwiches de pollo en mano.

ㅡ Paraguas, mira, logré conseguirte uno antes de que se acabarán.

Esa tienda era muy alborotada a la hora del receso y los sándwich de carne, pollo y hamburguesa se acababan al instante.

ㅡ No debiste Chile seguro te fue difícil atravesar el montón de personas. ㅡ Dijo mirando al grupo de personas que gritaban y alzaban su dinero pidiendo algún alimento o golosina.

ㅡ Nada de eso, me estas ayudando y esto es lo mínimo que puedo hacer. ㅡ Sonrió extendiéndole el sándwich.

ㅡ Gracias Chile. Ven vamos a mi clase te daré los corazones que recorte para que los pegues de una vez.

La chilena asintió y fue junto a ella al primer piso donde la clase de la paraguaya.

ㅡ Esto es todo lo que hice, ¿te alcanza?

ㅡ No weona, faltaría un poco más. ㅡ Dijo contando los corazones. ㅡ Puedes seguir haciéndolos, te prometo pagarte este favor.

ㅡ Descuida prometí ayudarte con tu regalo.

ㅡ Muchas gracias, te aseguro pagartelo después.

Agradeció la chilena con un abrazo a la paraguaya.

ㅡ Pronto sonará el timbre, llévate estos y en la salida te ayudo a pegar los otros que haga.

ㅡ De acuerdo, te veo luego Paraguas.

Se fue y tal como dijo Paraguay el timbre sonó. El profesor iba a llegar pronto debía aprovechar para seguir recortando. Se sentó y con la mirada abajo concentrada en sus recortes, sintió el movimiento de la silla a su lado, desvio sus ojos a ver. Era aquel chico, se sentaba a su lado sacando de debajo de la carpeta un cuaderno de apuntes. Volteo de vuelta a seguir recortando no tenía razón para observarlo por mucho tiempo.

El profesor llegó y empezó a relatar su clase, así pasó las horas anotando las explicaciones de los profesores y recortando unos corazones de papel. Aveces sentía la mirada del chico pero lo ignoraba.

Llegó la salida y ella guardo sus cosas en su mochila, salió rápidamente en busca de la chilena. Al encontrarla le dio los corazones restantes y ambas los pegaron a la cartulina que la chilena hizo con la ayuda de sus amigas.
Fue con ella a la salida, ahí estaba el novio de ella con un peluche y una caja de chocolates. Llamaba demasiado la atención de los demás alumnos.

El se acercó a ambas y le extendió los regalos a Chile. Ambos se abrazaron y empezaron a ponerse melosos. La paraguaya se sentía fuera de lugar.

ㅡ Te dejo Chile, te veo mañana.

ㅡ Espera, mejor ven con nosotros, no es seguro que vayas sola.

ㅡ No descui-

Ella iba a inventar una escusa para dejar a la pareja, pero alguien se acercó al grupito de tres.

ㅡ Podemos hablar... por favor.

Desde atrás suyo una mano le tocó el hombro, ella volteo esperando que sea alguna confusión no se esperaba que fuera aquel chico que se sentó al lado suyo.

ㅡ Debiste decirme que tenias planes. Descuida te dejo con él, pero eso si, me cuentas todo mañana.

Le guiño el ojo empujando a su novio a la dirección opuesta.

《 Lo malinterpreto ¿verdad? 》

Pensó Paraguay.

ㅡ Esos corazones que recortabas eran para ella ¿no? ㅡ Pregunto dudoso aquel chico.

La pregunta le fue extraña a Paraguay, tal vez fue raro ver a una chica recortando unos corazones en plena clase.

ㅡ Si, los estuve recortando para el regalo que mi amiga iba a darle.

ㅡ ... Así que era eso ... ㅡ Susurro él.

ㅡ ¿Que dijiste?

ㅡ No, nada. Disculpa no haberme presentado antes me llamo Kazajstán.

No le quedaba más que responder sus preguntas, aunque estaba incomoda.

ㅡ Si un gusto Kazajstán yo soy Paraguay. ¿De que querías hablar?

ㅡ Me gustaría conocerte.

El sonreía sin darse cuenta que fue muy directo con su respuesta.

Quien pensaría que ese fue el inicio de una larga historia.

Espero que este one-shot sea entendible, lo escribí rápido para poder cumplir con lo que dije en el anterior capítulo. Dejen su estrella porfa. Bye.