Capítulo OO6
Miro hacia arriba y ruedo los ojos.
Estar en mi casa sin Sana no es lo mejor del mundo además de que ella vive justo arriba de mi por lo que he escuchado como está limpiando, es bastante ruidosa pero al no tener vecinos ni a un lado ni al otro y la que tiene abajo es alguien que la conoce entonces nadie le reclama ella es súper feliz en cambio yo tengo que tener cuidado hasta para caminar, aquí en Corea las personas son tan correctas que da miedo, claro Japón no se queda atrás solo que allá si podía decirles que se fueran a...
— Mierda —. Me quejo al escuchar como algo se cae y justo cuando bajo la mirada del techo lo primero que me encuentro es el ramo de flores que le iba a dar a Sana para disculparme pero ahora sé que está ocupada, no la quiero distraer y tampoco es el mejor momento cuando está modo limpieza no hay nada que la pare.
Sin embargo la espera me está matando y quiero poder ir a decirle que me disculpo y que si quiere casarse conmigo, bueno eso no sería demasiado apresurado, pongo la cabeza entre mis manos y jaloneo mi cabello, tengo que tomar una decisión rápido porque si no lo hago me voy a arrepentir me conozco, estaré días sin poder estar bien solo por no llevar un ramo de flores a tiempo, de hecho elegí las flores que yo tolero el olor de resto no, menos mal que son las que le gustan a ella.
Lo tomo y salgo de la casa rumbo a la de Sana, le pico al botón del ascensor pero parece estar rumbo al mismo piso de Sana, estoy tan desesperada que sin pensarlo pongo un pie en la escalera y comienzo a subir, en cada escalón me repito que debo ser fuerte, que tengo que luchar para que todo esté bien, que no me voy a descontrolar porque si lo hago las cosas no estarán bien, no voy a empeorar nada voy a ser fuerte y aceptaré que ella me insulte si eso que lo hace, conociéndola me abraza y me agradece por llevarle un ramo de flores.
De seguro creerá que le estoy haciendo el gesto más lindo, de amistad, que es cierto pero además de eso es que vea que le estoy dando un detalle que sé que le gusta, si hubiera sido por mi le daba chocolates pero ella no es Dahyun la amante al cacao como para darle lo mismo que le daba a ella.
— Vamos Momo tu puedes —. Me digo y casi que salto de felicidad cuando llego al piso, no siento las piernas hace mucho que no subía las escaleras con tanta rapidez y felicidad solo que lo más probable es que no camine en dos días seguidos, le tendré que pedir la silla de ruedas a la señora del sesenta b.
Aprieto los labios para no reírme, al estar nerviosa pienso en cosas tontas.
Me acerco a la puerta y tomo una larga y gran bocanada de aire, no es tan difícil solo son disculpas y regalarle un ramo de flores a la chica que te gusta, al caer en eso siento un peso en el estómago, mis mejillas arden y mi cuerpo comienza a sudar, ahora tengo calor y frío, mis piernas parecen la gelatina que intente hacer pero nunca cuajó.
— La vida es una sola, la vida pasa muy rápido, la vida es un abrir y cerrar de ojos —. Digo con rapidez y toco el timbre, casi que se me salen los ojos al escuchar unos pasos cerca de la puerta como si estuviera usando tacones no muy propio de Sana cuando está sola en casa y eso que estaba limpiando.
Miro las flores y sonrío cuando la puerta se abre hasta que veo a la persona frente a mí, que si se parece a Sana pero no es ella, es Miyeon que me sonríe y se nota que está extrañada por el ramo que tengo en las manos, me quedo sin palabras y más cuando Sana sale en toalla como si nada.
— Momo... —. No digo nada solo me doy media vuelta y camino hacia la escalera tan perdida que no comprendo que está pasando con total realidad. — Espérame, ¿Si? —. Mi mano en el frío barandal y es cuando me doy cuenta que solo tengo que respirar que debo dejar de andar cerca de su casa sin avisar, tampoco estar tan al pendiente de ella puede defenderse sola. — ¡Momo! —. Escucho su voz justo detrás mío y cómo va bajando las escaleras a una velocidad enorme. — Puedo explicarte —.
— No hay nada que debas explicar —. Dejo en claro y veo como sus ojos se dirigen a las flores. — Es-estas me las regalaron —. Digo y las dejo caer ella las atrapa antes de que caigan e intenta dármelas de nuevo. — No tienes que darme ningún tipo de explicación —.
— Está mal que no te explique el por qué la amiga de tu ex está en mi casa —. En algún punto pensé que diría otra cosa.
— Si esa es la razón por la cual me lo explicarás entonces me da igual —. Le digo y soy un paso hacia delante pero me detiene.
— ¿Y qué otra razón debo tener para explicarte? —. Me quedo sin palabras es cierto no hay otra razón además de esa para que yo pueda enojarme, no tengo que estar celosa o dolida porque no somos nada solo dos amigas que se llevan extremadamente bien.
— Ninguna Sana, ahora ve con tu invitada por favor —. Paso a su lado y aunque quisiera poder devolverme lo mejor es que me vaya a casa y poder descansar porque todo lo que estoy sintiendo no es algo tan fácil.
— Momoring por favor ¿qué pasa? —. Quisiera poder decirle todo pero hay veces en las que me cuestiono la amistad que es lo más importante que tengo ahora mismo prefiero callar y tenerla cerca para protegerla a estar lejos lamentandome todos los días por haber dicho algo que pude callar.
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