Capítulo 8
Mientras Jeon se entretenía con su nuevo manga, Jimin intentaba no enfurecerse con todas las palabras que su madrastra le decía, ya que para ella había sido una falta de respeto que él se retirara cuando su querido hijo (Jun) había llevado a un amigo a su casa.
—No era amigo mío, por lo que mi presencia poco importaba —comentó por cuarta vez para que ella dejara de, prácticamente gritarle— Y si hubiera sido mi amigo, no lo traería a esta casa.
—No es tu casa, por lo que ese derecho no lo tienes —dijo ella enojada y altanera—.
—Lo sé y aunque fuera mi casa, no traería a nadie, que vergüenza que conozcan esta asquerosa familia.
Para su mala suerte, su padre escuchó lo que Jimin dijo, se acercó a pasos rápidos y abofeteo a su hijo. Estaba acostumbrado a esas bofetadas, donde su padre prefería dar por aquella mujer y jamás por él, en varias ocasiones las recibía, pero a causa de su odioso hermanastro, ya que su papá trataba de dar por su hijastro y así ganarse su cariño, importándole una mierda el cómo llegaba a sentirse su hijo biológico.
Sin más que decir y sin ánimos de discutir o pelear, Jimin se dirigió en silencio a su dormitorio. Cerró la puerta tras suyo colocándole seguro para no ser molestado por nadie. Se tiró en su cama boca abajo, esperando que el sueño se apoderara de él y lo llevara a sus sueños y recuerdos, donde la única persona que le demostró real cariño fue su madre, aunque en esa época su padre era completamente diferente al hombre que es hoy en día.
***
TaeHyung había ido por JungKook hasta su casa, ya que el menor le comentó la noche anterior que se quedaría hasta las tantas de la madrugada despierto a causa de su nuevo manga, por lo que le pidió que a la mañana siguiente fuera por él y así evitar llegar tarde o faltar a clases. Tae le pidió a su hermano HeeChul que lo llevara hasta la casa de Jeon antes de irse a su trabajo y éste no se hizo tanto problema, ya que "Kookie" le agradaba.
—Vaya ojeras —comentó HeeChul una vez que Jeon subió a su auto en el asiento trasero— Te felicitaría si fueran causadas por estarte masturbando toda la noche, pero TaeTae me comentó que seguro las tendrías por quedarte con tu manga.
—Tae tan comunicativo como siempre —comentó con sarcasmo Jeon, cerrando sus ojos y apoyando su cabeza en el respaldo del asiento y así dormir unos minutos—.
Los hermanos Kim decidieron no molestar al menor y prefirieron dejarlo dormir unos minutos, al menos los que duraba el viaje hasta el instituto.
Cuando llegaron, veinte minutos después, Tae palmeó la rodilla del menor para despertarlo, aunque con dificultad, ya que Jeon no quería despertar, lo logró. Ambos se despidieron de HeeChul y se adentraron al recinto.
Varios alumnos ingresaban a clases, lo que le sorprendió a TaeHyung fue la indiferencia total de Jimin, cuando él y los otros dos (Kim y Jeon) se cruzaron con él en la entrada. El mayor de los tres los vio unos minutos o más bien miró a Tae e ignoró completamente la presencia de JungKook, quién se sorprendió un poco, pero no lo demostró.
TaeHyung dedujo que algo había pasado entre ellos el día anterior, pues ver al menor irse junto con Jun, le dio a entender de antemano que, en casa de los Park, JungKook y Jimin se encontrarían y nada bueno saldría de eso.
—Entonces, follaste con el odioso —comentó Kim mientras se dirigían a la sala del menor, quien se mantenía en silencio mirando hacia el frente— ¿Se la metiste o él a ti?
—Las dos, extrañamente ayer tenía ganas de follar un culo y él me estaba regalando en bandeja el suyo.
—De casualidad ¿Jimin los vio?
—No en pleno polvo, pero sí me vio en su casa y seguir a su hermanastro hasta su habitación —el menor se detuvo un momento— Tu ex querido mejor amigo es bastante exagerado ¿no?
— ¿Exagerado? Para nada, Jimin puede ser de todo, menos exagerado. Siempre que dice algo, lo dice acorde a la situación y en cómo se siente realmente en ese momento. ¿Te dijo algo ayer?
—Varias cosas. Una de ellas; que deje de existir para él por haber follado con Jun. Dos; que mi culo ya no le interesa.
—Te repito, Jimin es de todo menos exagerado. Si te ha dicho eso, es porque en el pasado ha perdido personas a causas de Jun a pesar de que él les advirtió que su odioso hermanastro se acercaría a ellos para joder a Jimin.
—Sigo creyendo que exageró. Él y yo no teníamos una relación como para que reaccionara así.
—No, no la tenían y ahora, a decir verdad, no sé si llegarán a tenerla —pensó un momento— Pero ¿sabes? Jimin no suele interesarse en las personas, sí, folla mucho, pero ser insistente cómo lo fue contigo y no follarte la primera vez que tuvo la oportunidad, a mí, que fui su mejor amigo y lo conozco mejor que nadie, me da o dio a entender que le interesabas y mucho.
—Eres otro exagerado.
—Piensa lo que quieras, Kookie —y sonriendo siguió su camino dejando a JungKook afuera de su salón—.
A Park aún le quedaban días de castigo, por lo que, no le fue del todo agradable el tener que entrar en el salón de Jeon. El castigo le daba igual, lo que él no quería, era tener que verlo. No después de lo que le comentó con burla y superioridad su odioso hermanastro antes de que cada uno abandonara su casa esa mañana. Jamás le importo la vida sexual de su hermanastro ni nada de su vida en general, pero Jun se empeñaba en querer presumirle los tipos o tipas que se había follado antes que él (Jimin). Jamás le dio importancia, pues aquellas personas no habían provocado interés en Park, pero si le arruino el poco humor que tenía Jimin, cuando le narró casi detalladamente como se follaron ambos la tarde anterior. Siendo esa la razón del por qué lo había ignorado a primera hora de la mañana.
El profesor de lengua le agradeció a Park por su ayuda, al menos sus alumnas femeninas se mantenían calladas, ya que observaban el hermoso rostro del castigado.
JungKook, por su parte, no intentó llamar la atención de Jimin en ningún momento, no le iba a rogar, jamás lo hizo con nadie y no tenía planeado hacerlo.
Al finalizar la clase, Jimin se despidió de los alumnos y del profesor, abandonó la sala y se encaminó hacia la cafetería.
— ¡Eh, Jimin! —el nombrado se detuvo antes de girar hacia su izquierda, viendo que Hoseok lo había llamado, quien se acercaba mostrando un rostro bastante preocupante— Justo te buscaba.
— ¿Qué sucede?
—El entrenador te está buscando.
— ¿Para qué? —cómo el tema poco le importó siguió su camino para comprarse algún jugo o bebida, lo que sea, pero quería beber algo—.
—No sé, pero se veía molesto.
—Ho, mi padre siempre se ve molesto cuando se trata de mí.
—Ya, pero ¿podrías esta vez no provocarlo más? No quiero que se repita lo mismo del año pasado. Por favor Jimin, te lo ordeno como el capitán del equipo.
—Está bien —deteniendo sus pasos, giró sobre sus pies y cambió el rumbo. Seguro su padre estaría en la sala de profesores—.
Hoseok sonrió aliviado, no quería volver a presenciar aquello de nuevo. Menos si sabía que no podría ayudarlo, por lo que insistió en que fuera en busca de su padre y saber para qué lo necesitaba con urgencia.
De regreso por donde ya había pasado, choco con dos personas, quienes se dirigían a la cafetería también.
—Mierda —soltó el menor, quien se molestó al ver su preciado manga en el piso— Ten más cuidado, idiota —prosiguió mientras agarraba el manga, cuando volvió a su postura normal y miró hacia el frente, se molestó aún más— Eres tan pequeño que no puedes mirar por donde caminas, idiota.
— ¿Eh? —Tae, quien iba a su lado y fue la otra persona con la que choco Jimin, no entendió el "insulto" del menor— JungKook...
—Lo siento, Tae —se disculpó Jimin, ignorando al menor y su "insulto"— Tenía prisa y no vi bien, lo siento.
—Fue mi manga el que terminó en el piso —interrumpió JungKook cuando TaeHyung quiso hablar— Discúlpate conmigo.
— ¿Sucedió algo con tu padre? —intervino Tae, quien notó el rostro de Park y mejor que nadie sabía interpretar aquel preocupante y asustadizo rostro en Jimin— ¿Otra vez lo del año pasado? ¿quieres que te acompañe? Tal vez si te ve con otra persona no te...
—No Tae, gracias, pero no te quiero meter en esto —le sonrió y TaeHyung supo que aquella sonrisa guardaba tristeza, angustia, sufrimiento, decepción y cansancio por tener que seguir viviendo esa vida de mierda—.
—Pero Jimin...
—Gracias por el gesto a pesar de que ya no me consideras tu mejor amigo, TaeTae —pero esa sonrisa fue mucho más dolorosa para ambos, porque el recuerdo de su amistad especial y única les dio nostalgia— Me debo ir.
JungKook se sorprendió por lo que dijo TaeHyung, se supone que él no quiere saber nada de Jimin y hace unos minutos le había ofrecido su compañía para quién sabe qué cosas. Si pudo notar a la perfección y ver, aquellas miradas en los dos. Le había incomodado, por eso decidió seguir caminando, al mismo tiempo en la que Park paso por su lado, ignorándolo nuevamente.
Jimin se alejaba con una sincera y nostálgica sonrisa en sus labios, caminando por los pasillos hacia la sala de profesores en busca de su "entrenador".
Recordó esas noches de películas, aquellas en donde se carcajearon cada vez que Jimin se asustaba por alguna de temática de terror o esas en las que Tae lloró por tener un final donde los personajes principales no tenían su "y vivieron felices para siempre". O aquellas noches en las que Park huyó de su casa para refugiarse en la de Kim, en donde siempre lo recibía un fuerte abrazo y cariño.
Park Jimin para todos podía verse como un jugador y no sólo por pertenecer al equipo de futbol, sino que, también por jugar con algunas chicas o en ocasiones, a escondida de su padre, con chicos. Pero en realidad, era un chico lleno de miedos, decepciones, abandono, traición, lagrimas que no ha podido derramar. Un chico que dejó de creer en el amor cuando su mamá lo abandonó, a pesar de entender su motivo, aun así, él no creía en esa palabra. Lo único que lo mantenía en pie era saber que tenía algunos amigos, aquellos que han estado tan cerca de él cuando ha querido hundirse en su miseria.
Aquella sonrisa nostálgica y sincera se esfumó cuando al querer tocar la puerta de la sala de profesores lo sorprendió al ser abierta por su padre, quien con sólo una mirada le dijo cuanto lo desprecia.
—Hoy no tendrás tus clases en sala, pasarás el resto del día en el gimnasio.
Jimin sabía que se trataba de "eso" y agradeció en que TaeHyung no insistiera en querer acompañarlo, de lo contrario él también tendría que pasar por lo mismo. Resignado y sin rechistar, se encaminó hacia el gimnasio.
TaeHyung no dejaba de mirar hacia la dirección en la que se fue Jimin, le preocupaba su situación. Sí, ya no eran mejores amigos, todavía estaba muy dolido por la traición de Park, pero aun así no podía evitar sentirse preocupado y hasta sentía lastima por él.
JungKook notó las constantes miradas del mayor hacia cierta dirección y comenzaba a molestarle de alguna manera, que llegó a incomodar en su interior, pero como siempre, prefirió ignorar o eso intentaría.
Kim recordaba aun la narración de Jimin, de lo ocurrido el año anterior y el nudo en su garganta le fue imposible de ignorar y mucho menos, no sentirlo, al igual que el escalofrío que recorrió todo su cuerpo.
—Si tan preocupado estás, ve —le soltó con tono molesto el menor, rodando sus ojos—.
—Me ha dicho que no lo acompañe, tú escuchaste también su orden.
— ¿Y? ¿Le harás caso a pesar de lo preocupado que te ves? Me molestas, mejor vete.
—Prefiero no incomodar más a Jimin ni darle otra preocupación y mucho menos quiero que vea...aquella mirada que tanto odia.
—Ustedes son tan raros —cierta certidumbre nació en Jeon, la mirada de Tae le causó algo de curiosidad hacia lo que podría suceder con Jimin— Aunque supongo que por eso fueron mejores amigos que follaron una vez, según tú...
Jeon cerró su manga al procesar lo que soltó sin pensar. ¿Por qué mencionar el que ellos follaron? Idiota. Pensó. Y sí, lo había sido, pero tal vez pronto sabría el porqué de su idiotez en ese momento.
—Olvida lo que dije —volvió abrir el manga en la página en la que había quedado, pero no precisamente para seguir la lectura, sino para evitar ver la mirada curiosa de TaeHyung, la cual sabía que tenía en ese momento— Mejor ve y busca quién te ayude con lo de Jimin, yo me iré a la biblioteca.
—Bien podrías ayudarme, pero estás tan resentido y molesto porque Jimin te ha ignorado completamente dos veces el día de hoy. Infantil.
—Lo que sea.
Y sin más, JungKook cambió de dirección, ya no quería comprarse nada, pues el comentario de TaeHyung acertó en cómo se sentía exactamente en ese instante. Quería un lugar tranquilo y en silencio, ¿Qué mejor lugar que la biblioteca? Ningún otro. Tal vez en ese lugar dejaría de pensar en idioteces o quizás le jugaría en contra y pensaría mucho más.
Por otro lado, Kim decidió dejar su orgullo y dolor de lado, dirigiéndose a buscar a Hoseok en ese momento. Seguro él lo ayudaría sí o sí, de eso no tenía duda, sólo esperaba poder mantener una conversación con él sin tener que nombrar algo del pasado de ambos. Debía hacerlo, ser fuerte y no mostrarse débil, ya que ahora se trataba de Jimin y no de ellos.
Aceleró sus pasos, comenzando a correr. Chocaba con alumnos mientras buscaba a Hoseok, se disculpaba, pero no lo suficiente como suele hacer al chocar con alguien, pero ahora le importaba más ayudar a Jimin que cualquier otra cosa. Diviso a Jung parado frente a una ventana, observando quién sabe qué. Se detuvo tras el mayor, inhalo y exhalo lo suficiente para hablarle.
—Jimin nos necesita —soltó lo suficientemente fuerte para que el mayor se girara sorprendido, perdiendo un poco el equilibrio—.
Al girarse, TaeHyung vio cristalizada la mirada del mayor, muy preocupado y asustado. Ambos sabían que Jimin los necesitaba, aunque callara sus gritos en un doloroso silencio.
—Debemos ir —prosiguió el menor— Y no menciones nada...de ya sabes qué.
—Está bien —sabía exactamente a qué se refería, como también sabía que ahora Jimin era lo primero— Si vamos ¿estas consciente que Jimin se sentirá aún más mierda de lo que ya se siente?
—Lo sé, pero no quiero tener que ver después su cuerpo marcado o ver esa mirada perdida en sus tristes ojos o tener que ver como cada día cree menos en todo y todos a su alrededor. No quiero... —la voz del menor se quebró— No quiero tener que rescatarlo de nuevo.
—No tendrás que hacerlo —el mayor intentó consolar a Tae queriendo acariciar su mano, pero éste último retrocedió para no sentir aquel tacto que aún quema su piel— Lo siento...
—Vamos.
—Sí.
Ambos dieron marcha hacia el gimnasio, en elcual ya sabían que se encontrarían Jimin junto a su desgraciado padre.
***
Apenas puso un pie en el interior del gimnasio, Jimin sintió un fuerte golpe en la espalda, el cual le hizo caer, lastimando sus rodillas.
Aterrado, se levantó y se alejó tanto como pudo de su padre. Los recuerdos inundaron su memoria y el dolor apareció. No quería sentir aquel castigo de nuevo. Estaba acostumbrado a las cachetadas, sí, pero después del año anterior, deseó no pasar otra vez por lo mismo. No quería recibir golpes con aquel palo que usaba antes su padre para castigar al perro que tuvo años atrás, ni quería recibir esos puñetazos en su rostro, ni los varillazos en sus muslos. No quería nada de eso de nuevo, pero lo que más le aterraba era el tener que ejercitarse después de todo eso y si no cumplía su padre golpearía la cantidad de veces que debía hacer, para terminar bajo la regadera y sentir una vez más un sinfín de varillazos mezclados con la fría agua correr por todo su cuerpo, completamente desnudo, escuchando los insultos de su padre y de todo el odio que le tiene.
Se recordaba con el ojo izquierdo tan hinchado que no podía abrirlo, con los labios partidos y las mejillas heridas, con el brazo derecho fracturado, el ardor y marcas de las varillas en sus muslos y la costilla rota, sobre la camilla de aquel hospital donde estuvo varios días, siendo cuidado por su, en ese entonces, mejor amigo Tae, quien siempre tenía aquella mirada de culpabilidad por no haber estado con él en ese momento y lastima por tener que soportar tanto odio y golpes sin merecerlos. Y eso fue lo que Jimin quiso evitar una vez más, que su querido TaeTae no fuera testigo y conociendo a su padre, evitar que le hiciera lo mismo, porque para él, su papá era un maldito desgraciado que no merecía nada bueno en su miserable vida y de cierta manera, se alegraba por el hecho de que su mamá se buscara a otro, pero no le perdonaba que lo dejara a él, a su único hijo en manos de una persona enferma como lo es su padre.
—Por favor...no de nuevo... —imploró Jimin, cubriendo su rostro con sus antebrazos formando una equis, protegiéndose de alguna manera— Por favor...
— ¿Sabes el problema que me causaste ayer con mi mujer? ¡¿Sabes lo inútil que eres y más encima me causas problemas?! ¡Maldito pendejo de mierda! —con la varilla en su diestra, golpeó ambos muslos de su hijo, quien en ese momento para él no lo era, aunque ¿Cuándo considero a Jimin su hijo? Tal vez hasta que su primera esposa vivió con ellos— Sólo me traes problema tras problema.
—Perdón...lo de ayer...no lo volveré hacer...
— ¡Por supuesto que no! Después de esto, no querrás ni mirarme con odio, maldito hijo de tu puta madre.
Después de varios minutos de golpes, el entrenador volvió hacerlo. Le ordenó a su hijo que se ejercitara, pero Jimin estaba demasiado adolorido como para siquiera mantenerse de pie.
— ¡Anda, has las sentadillas! —le gritó dándole un varillazo en la espalda— ¿Acaso olvidaste lo que te conté sobre mi adolescencia? Tuve que soportar todo esto un sinfín de veces a causa de mi padre, siempre siendo yo el culpable, cuando el imbécil de mi hermano se metía en problemas.
Jimin quería justificar a su papá por sus actos producto de su pasado, pero ¿Qué culpa tenía él? Ninguna, por lo que su justificación se esfumaba minutos después de hacerse esa pregunta.
— ¡Cincuenta sentadillas! —volvió a gritar—.
Jimin pudo completar la mitad de la cantidad ordenada entre gritos y algunas lágrimas que no pudo reprimir, siendo castigado.
Después de no completar, tampoco, los abdominales, recibió más varillazos en varias zonas de su cuerpo. Su cuerpo tembló mucho más cuando fue agarrado con mucha fuerza de su pelo siendo arrastrado hacia las regaderas.
— ¡Eh, señor! —el mayor detuvo sus pasos cuando un grito retumbó por todo el gimnasio. Giró sobre sus pies junto con su hijo a quien no le soltó el cabello— No sabía que aquí se permiten ese tipo de castigos.
—Vete de aquí chiquillo entrometido.
— ¿La directora sabe de esto? —el menor en lugar de dar media vuelta y retirarse, se adentró más al lugar, acercándose a los otros dos— Lo dudo.
—Lárgate o te haré lo mismo a ti.
—No pertenezco a su equipo de futbol, no me puede castigar.
—Vete...JungKook —le pidió Jimin, sintiéndose humillado en ese momento—.
—No, no me iré. Estoy aquí por mi disculpa.
— ¿Eh? —musito Jimin confundido—.
— ¡Que te largues! —gritó el entrenador soltando con fuerza a su hijo, quien se golpeó el rostro en el piso. Se dirigió con pasos rápidos hacia Jeon, a quien se le acabó la valentía cuando vio la varilla del mayor en su mano— ¿Quieres acompañarlo? Pues con gusto.
— ¡No! —gritó o eso intento Jimin desde el piso—.
—Mierda...en qué me he metido...
El puñetazo que sintió en la mejilla Jeon fue lo suficientemente fuerte, tanto que perdió el equilibrio y cayó de culo al piso. Antes de recibir otro golpe, TaeHyung y Hoseok entraron corriendo y cansados al gimnasio.
—Inútil —soltó el entrenador mirando ahora a su hijo— No te puedes defender solo. Todos ustedes —miró a los demás— Por el bien de su querido Jimin, será mejor que se mantengan callados.
Y sin soltar ninguna otra palabra, abandonó el gimnasio. Kim y Jung se acercaron a Jimin, quien estaba escupiendo sangre en el piso y quejándose, retorciéndose del dolor.
JungKook jamás había presenciado algo así y agradecía la relación que tenía con sus padres, pero en ese momento sentía una lástima enorme por Jimin, por lo que se levantó y se acercó al mayor, quien, con mucho cuidado, fue levantado del piso por Tae y Ho.
—¿Y mi disculpa? He venido por eso, no pienses que te vine a ayudar.
—Lo siento... —comentó en un susurro Jimin, desviando su mirada del menor. No otra vez, no esa mirada llena de lastima hacia su persona—.
—Bien, sólo eso quería, aunque ¿sabes? Me ha pegado fuerte el imbécil de tu padre.
—Lo siento por eso...también —dijo ahora avergonzado—.
—Un lo siento no me es suficiente.
—JungKook —TaeHyung lo miró molesto— Deja tanta idiotez, debemos llevar a enfermería a Jimin.
—No, no los dejaré ir hasta que el idiota me prometa una salida y así se disculpe.
— ¿Eh? —Jimin lo miró completamente confundido, aunque sus dos amigos también lo estaban—.
—Cuando te mejores, pasarás un día completo conmigo, hay mucho de lo que me quiero vengar. Adiós.
Y sin más se alejó de los otros tres, quienes miraban confundidos al menor, quien se acercaba a la puerta principal del gimnasio, pero sintiéndose (ambos) agradecidos por salvar a Jimin de quién sabe cuánto sufrimiento más.
—Oh mierda, estoy jodido —soltó Jeon al estar ya fuera del gimnasio, rumbo a cualquier lugar, pero lejos de Park— Bien, mucha junta con TaeHyung me ha afectado.
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