Capítulo 22
Pero se llevó una sorpresa. Junto a la puerta de su salón se encontraban dos chicos, aunque le restó importancia al idiota de la sonrisa rectangular que no dejaba de picar los brazos del mayor, seguramente, molestándolo. Notó que sus burlas aumentaron cuando ambos centraron su atención en él, quien apresuró un poco más sus pasos.
—Hola —saludó Jimin, con una nerviosa, pero dulce sonrisa en sus labios.
—Hola —saludó de la misma manera el menor.
—Se ven como unos idiotas —agregó con burla el de la sonrisa rectangular—. Venga, que hasta han follado y los pone nerviosos una simple declaración.
—TaeHyung —el mayor miró con molestia y burla, al mencionado—. ¿quieres que te recuerde cómo te pusiste tú cuando te declaraste a Hoseok? Lo recuerdo muy bien, sobre todo cuando casi te caes en el pasillo por...
—¡Ya! Sólo tenías que pedir que me fuera y ya. No tienes porqué recordar eso, maldito nalgón.
Ruborizado, Kim se alejó, dándoles privacidad a su mejor amigo y a JungKook, quien sintió una enorme curiosidad sobre la declaración de TaeHyung y así, en el futuro usarlo para burlarse de él.
—Tae me había dado una idea de cómo confesarte mis sentimientos, pero prefiero hacer esto.
— Hacer, ¿qué?
JungKook no se perdió ningún movimiento del mayor. Observó cómo, lentamente se fue acercando a él, sin preocuparse de quienes estaban a su alrededor, mirando con detenimiento los pasos de Park Jimin hacia un chico. Jeon sonrió con picardía cuando la sonrisa coqueta del mayor se asomó en sus deliciosos labios. Se hipnotizó por la mirada profunda y penetrante de Park, quien disminuyó del todo la distancia entre ellos y selló sus labios contra los suyos, y en un leve susurro le confesó:
—Me gustas, Kookie. Me gustas de muchas maneras y seguramente, vamos a joderlo a lo grande.
Y la sonrisa deslumbrante del menor fue cortada por un dulce beso de Jimin, quien fue, por primera vez, delicado en besarlo. Delicado con intenciones de guardar ese beso en su memoria, siendo el primero en dar después de confesarle a alguien por primera vez que le gustaba.
Las manos del mayor fueron descendiendo hasta la cintura del menor, mientras que éste enredó sus dedos en el pelinegro. Ambos movieron sus labios al ritmo del contrario, siendo el rompecabezas perfecto, el cual había encontrado muchas de sus piezas faltantes. Seguramente, juntos terminarían de obtener todas. Ambos sintieron una vez más ese miedo, mezclado con la adrenalina del momento, sumándole un sinfín de emociones, pero, de eso se trataba la vida ¿no? Sumergirse en emociones y sentimientos nuevos, dejarse llevar y, sobre todo, si había miedo y gustaba, mejor todavía ¿verdad? Ya lo que viniera después, poco importaba en ese momento. Ellos simplemente querían saciar sus labios en profundos y deseosos besos mezclados con cariño y afecto.
Pero el beso fue interrumpido por un fuerte tirón. TaeHyung regresó corriendo hacia su mejor amigo y empujó al menor hacia su salón.
— ¡Tu padre se acerca! —le gritó al mayor, asustado—. Lo siento JungKook, pero ya sabes la situación de Jiminie.
JungKook aún estaba inmerso en las emociones que le causaron la confesión correspondida de Jimin y sus besos, pero fue capaz de entender por qué lo empujó Kim.
—Nos vemos luego —musitó rápidamente el mayor, alejándose junto con su mejor amigo hacia sus salones.
***
Jimin trató de ignorar varias veces los mensajes de texto que le llegaban a su celular, pero ya era suficiente, definitivamente no lograría concentrarse en la clase, aunque bien podía apagar el aparato, pero tampoco era como si le importara mucho la clase, así que decidió leer los mensajes.
Evitó una palabrota al ver que todos eran de su mejor amigo.
—Idiota —susurró con una leve sonrisa en sus labios.
*TaeTae*
"¿Y? ¿usaste mi consejo de declaración?"
Segundo mensaje de texto:
"Joder culón, responde. Necesito saber si usaste mi consejo"
Tercer mensaje de texto:
"Sé que estás ahí, responde de una jodida vez"
Cuarto mensaje de texto:
"¿Ya son novios? ¿debo ir preparando mi discurso para el día que se casen? Eso lleva preparación y debo dar el mejor discurso de tu puta vida como tu mejor amigo"
Quinto mensaje de texto:
"Si adoptan, quiero ser el padrino. Prometo enseñarles a sus futuros hijos que pueden gustarle las vaginas y penes como a sus padres... espera ¿JungKook es bisexual? Porque a ti te van las bananas y papayas. Debo preguntarle al niñato que prefiere más"
Sexto mensaje de texto:
"¿Qué harás con la pelirroja? Porque recuerdo muy bien que te interesó mucho esa chica"
Séptimo mensaje de texto:
"¿Puedes responderme de una puta vez, Park Jimin? Por cierto, ¿Qué harás si el niñato vuelve a follar con el idiota de Jun?"
Octavo mensaje de texto:
"Nuestra hermosa, especial y única amistad está por irse a la mismísima mierda porque no me respondes, idiota"
Noveno mensaje de texto:
"Jódete Park Jimin"
Jimin se carcajeó y fue regañado por su profesora, quien le exigió que abandonara la clase. Se llevó consigo el celular y le marcó a su mejor amigo. Había sido castigado por su culpa y recordaba que TaeHyung siempre olvidaba dejar en modo silencio su celular.
Por lo que, minutos después, ambos se encontraban en el pasillo del tercer piso del instituto. Tenía sus ventajas ser el mejor amigo de la directora, ya que no fueron enviados a dirección, aunque les dieron como castigo, hacer el aseo de sus salones al finalizar el día de clases. Hay personal de aseo para cada piso, por ese día, ellos limpiarían sus salones.
—¿Por qué no respondiste mis mensajes? Eres un mal amigo.
—No exageres Tae, trataba de prestar atención, pero al final no pude por tus mensajes.
—En fin, cuéntame sobre tu primera gran confesión de amor —exigió entusiasmado.
—No usé tu consejo. Eso sería muy chulo hasta para mí.
— ¿Entonces?
—Usé algo que va más conmigo.
—O sea que te declaraste siendo un coqueto, hijo de puta y descarado.
—Algo así.
— ¿Algo así? ¡Te estabas devorando los labios de Jeon! Si no fuera por mí, tu padre los habría pillado.
—Mierda...
Recordó a su padre y su sonrisa se esfumó. Si tan sólo le tuviera un poco de cariño, si tan sólo su padre no lo odiara tendría el valor de contarle, pero ¿para qué? ¿para ser golpeado todos los días por gustarle un hombre? Eso sólo empeoraría su relación con él y de momento necesitaba seguir "viviendo" en su casa y así, poder terminar sus estudios. Ya luego, cuando quisiera ir a la universidad (cosa de la que no estaba seguro) se las arreglaría con algún trabajo de medio tiempo y buscaría un arriendo que estuviera a su alcance.
— ¿Qué harás con JungKook? —preguntó seriamente y preocupado el menor—. Porque ya saben que se gustan, pero ¿puedes prometerle una relación de novios en tu situación actual?
—Dudo que quiera ser mi novio a escondidas, porque ¿Quién querría tener algo así?
—Tal vez si hablas con él, puedan llegar a alguna solución.
—Espero que entienda o al menos, que comprenda mi situación.
—No lo sé, a penas y tiene diecisiete años. El niñato tiene las hormonas muy aceleradas y es jodidamente caprichoso y atrevido. Debes ir con cuidado Jimin.
—Lo sé Tae, lo sé...
La hora del almuerzo llegó y Jimin estaba sentado en la mesa de siempre, con varios de sus compañeros de fútbol, entre ellos sus nuevos amigos, TaeMin, MinHo y Eun Kwang, éste último bromeaba con Jimin. El humor del primero de estos dos era agradable para Park.
TaeHyung llegó a la mesa acompañado por Bogum, ambos riéndose de quien sabe que cosas que decía el menor. Kim observó a los compañeros de su mejor amigo, buscando a cierto chico, al no verlo presente, se sintió aliviado, sentándose frente a Jimin y Bogum a su lado derecho.
—Pensé que ya no vendrías —comentó Park, observando a su amigo.
—Bogum se retrasó con unas cosas, pero ya estamos aquí.
—Tranquilo —Jimin notó con anterioridad a quien buscó su mejor amigo. Habría sido muy incómodo tener a Hoseok en la misma mesa estando Tae y al capitán de atletismo—. Dijo que tenía cosas que hacer, así que no vendrá a almorzar.
—Al menos no con nosotros —comentó Kim al ver entrar al comedor a su exnovio acompañado del capitán de baloncesto, justamente con quien le fue infiel o al menos, con el que más le dolió que le fuera infiel.
—Oh...
Jimin miró a su capitán, quien sintió la intensa mirada de alguien, encontrándose con los ojos furiosos de su amigo, pero su mirada se desvió al ver a TaeHyung conversar alegremente con Bogum, sintiendo unos celos insoportables, como también dolorosos, aun así, siguió caminando junto a Yoon Gi, tal vez las cosas estaban bien así, cada uno por su lado... quizás...
—Por cierto, Jimin —el mencionado regresó su atención a su mejor amigo—. ¿Dónde está tu casi chico?
—Buena pregunta.
Aunque Jimin ya había comenzado a extrañar, sí, ya podía aceptar que extrañaba a JungKook siempre que no estaba a su lado. Por lo que, levantó la mirada, buscando al menor, pero no lo vio, al menos no en el comedor. Sacó su celular del bolsillo de su pantalón, deslizó la pantalla y buscó el número de éste.
Esperó un par de segundos, hasta que el menor atendió su llamada. Dijo:
—Jimin.
—¿Dónde estás? Te estoy esperando en el comedor. ¿Vendrás almorzar?
—Está ocupado, conmigo.
Un escalofrío y enojo, recorrió su columna vertebral del mayor. Esa voz, esa jodida voz podría reconocerla dónde sea y en cualquier tipo de situación.
—Jun.
—Espera Jimin —habló inmediatamente el menor, pero el mencionado finalizó la llamada sin dejarlo continuar o al menos, darle una explicación.
— ¿Qué pasa Jimin?
—Se me quitó el hambre —agarró su bandeja con su almuerzo en ella, se levantó de su asiento, llamando la atención de sus amigos y compañeros de equipo, marchándose claramente molesto, o peor aún, enojado.
—Debería ir con él —le comentó Kim a Bogum.
—Deberías dejarlo solo, de momento.
—Es que, si no voy, la va a cagar antes de iniciar todo.
—No entiendo.
—Verás, mi querido amigo es bastante idiota y como ahora está enojado, no pensara con esta cabeza —señaló su cabeza—. Sino que, pensara con ésta otra —bajó su mano y señaló su entrepierna, justamente su polla.
—Oh... ya entiendo. Deberías ir, entonces.
—Te busco luego.
Rápidamente se levantó de su asiento, se llevó consigo su bandeja y la dejó en el mismo sitio que Jimin, minutos antes. Luego corrió hacia la salida y buscó a Park, pero al parecer éste había o caminado rápido o corrió hacia quien sabe dónde.
Supuso tres cosas, una; se dirigió hacia la sala de JungKook. Dos; se fue al patio para no cagarla o tres; fue en busca de la pelirroja.
JungKook había abandonado su salón para reunirse con Jimin en el comedor y almorzar juntos. Sus planes eran eso, sumándole a llevárselo al patio y terminar su conversación de la mañana, pero las cosas no siempre salen como uno quiere, pues de un gran empujón, lo regresaron a su sala, cerraron de un fuerte portazo y lo empujaron, una vez más, contra la pared.
—En serio, deja de empujarme contra la pared, imbécil.
Enojado, JungKook empujó a Jun lejos de él. Le dolió la espalda y no volvería aguantar que lo tratara de esa manera. Si tenían que golpearse, como hicieron días atrás, pues así sería si el imbécil intentaba tratarlo siquiera una vez más así.
—No voy a perder mi tiempo contigo, no de nuevo...
¡Crash! Fue el sonido que escuchó JungKook, junto con un terrible dolor en la mejilla. El maldito de Jun lo golpeó fuerte y lo pilló desprevenido. Su labio inferior sangró, le había alcanzado en esa zona.
—Maldito...
Su celular vibró. Sacó el celular de su bolsillo y dudó en responder al ver que era Jimin quien lo llamaba. Debió hablar más rápido, y así no habría permitido que Jun hablara. Park le cortó inmediatamente. Seguro malinterpretaría la situación, ¡maldición!, pensó el menor.
Sin darle tiempo a reponerse después del golpe y al terminar la llamada, Jun se abalanzó sobre él, dándole otro golpe en la misma zona. JungKook volvió a escuchar ese crash, aumentando el dolor.
Su labio inferior dolió más cuando los labios de Jun atraparon los suyos a la fuerza. Lo mordió con fuerza y resentimiento los labios al menor, quien trataba de quitarlo de encima. Al ver que JungKook estaba a punto de empujarlo, le propinó un puñetazo con mucha fuerza en la boca del estómago, debilitando al menor.
Entonces, aprovechó para seguir besándolo, con claras intenciones de querer abusar de él.
JungKook volvió a sentir otro golpe, pero en su entrepierna. A pesar de que gritó fuerte, ningún alumno o compañero entró al salón y ver qué sucedía. Sentía asco de volver a sentir los labios de Jun o sus asquerosas manos tocarlo o besarlo. Sintió nauseas al recordar las veces que follaron, las veces que se dejó tocar por una persona como Jun. Cuánto se había equivocado.
—Una vez me preguntaste si le quitaba todo al bastardo de Park —comentó enojado, el mayor, lamiendo el cuello de Jeon—. Sí, siempre le quito todo. Ya le quité a su padre, incluso a su madre, ahora el siguiente eres tú.
A pesar de su situación, JungKook sintió raro aquello de "incluso a su madre" ¿Qué significaba exactamente eso?
— ¿Qué quisiste decir... con lo referente a la mamá de Jimin?
—Él jamás volverá a ver a su mamá, de eso nos encargamos con su padre idiota.
JungKook olvidó el asunto de la madre de Jimin, cuando sintió cómo Jun le bajaba la cremallera de su pantalón, sintiendo el poco aire en su polla, la cual rápidamente fue sacada hacia el exterior. Por primera, en mucho tiempo, sintió miedo, pero de ese miedo en el que temes por tu vida. La mirada de Jun lo aterró, eran aquellos ojos de una persona enferma y obsesionada, de esas que están dispuestos a todo con tal de obtener lo que quisiesen, incluso llegar al punto de violar a otra persona si querían el cuerpo ajeno, el cual claramente él no estaba dispuesto a entregarle, no de nuevo.
Teniendo una de sus manos libres, agarró el pelo de Jun y tiró fuerte de éste, pero, a pesar del dolor que sintió el mayor, le propinó otro golpe en el estómago, tras uno en el rostro, lastimando más aquel rostro angelical del menor.
—Maldito... —susurró el menor—. Eres un... asqueroso de mierda.
—Bien que follaste con este asqueroso, maricón.
Volvió a darle otro puñetazo a Jeon, desencajándole la mandíbula. El grito desgarrador de Jeon, no sólo por el puñetazo, sino también por cómo sintió la penetración de dos dedos de Jun sin haberlo preparado, al menos, fue horriblemente fuerte y doloroso.
Sus ojos se aguaron. Su mirada se nubló producto de las lágrimas que se terminaron por deslizar.
Disfrutando del momento, Jun movió sus dedos en el agujero del menor. Sonrió con perversión y maldad. Quería lastimar a Jimin, siempre, desde que su madre se lo presentó como su hermanastro, juró dañarlo y destrozar todo lo que él quisiera. Llevaba cumpliendo su promesa desde entonces. Pero se había aburrido, pues nada mejor que lastimar a alguien con los seres que aman, pero su odioso hermanastro cada día tenía menos personas a las cuales amar. Su madre lo abandonó, en parte gracias a su propio padre y luego con su ayuda, a que no quisiera buscarlo. Con su padre no había mucho qué hacer, pues detestaba a su hijo. Amorosamente, aburrido para él (Jun) pues Jimin iba de chica en chica, sin mostrar interés más allá de sexo por ellas, incluso cuando supo que se tiraba a chicos, notó que iba de culo en culo, nada que le sirviera, hasta la llegada de JungKook.
Los observó desde aquella primera fiesta en donde ellos cruzaron miradas. Notó algo extraño entre ellos y decidió observar. Al pasar los días, supo que ese chico nuevo no sería sólo un polvo más para su hermanastro.
De algo le había servido vivir tanto tiempo con él y llegar a saber cuándo sólo buscaba alguna tipa o tipo para follar. Jeon JungKook sería perfecto para herir a Jimin. Y no se equivocó, no después de cuando llevó a JungKook por primera vez a su casa y se toparon con él. Vio aquella decepción en los ojos del mayor. Perfecto para su plan de joderle la vida a Park.
— ¿Me vas a violar? No sabía que eras un maldito violador, Jun —comentó. Arrugó su frente cuando un tercer dedo lo penetró.
—Anda JungKook, gime como aquellas veces en las que te follé. Grita y llora de dolor, maldito bastardo.
—No... no te daré en el gusto.
Volvió a sentir otro puñetazo en el rostro.
Mientras tanto, Jimin, al abandonar el comedor, se dirigió en busca de la pelirroja. Sí, se había dejado llevar por los jodidos celos y decepción de saber que JungKook estaba, una vez más, con su maldito hermanastro, aun después de la respuesta que le dio a su declaración esa mañana. Le dolió saber que en ese momento estaba con Jun, seguramente, dejándose follar o incluso, follándolo.
¿Eso significaba para él? Una simple declaración de amor y luego ¿tirar con otro tipo? Peor aún, su hermanastro, Jimin se sintió terriblemente traicionado.
Pero cuando por fin pilló a la pelirroja y la vio sonreír, supo que aquella sonrisa no merecía ser usada, y más importante aún, no era la sonrisa de ella la que quería ver y cuidar.
— ¡Jimin! —lo llamó ella, al ver que se daba media vuelta para alejarse. A pasos rápidos, se acercó a él, dejando solas a sus dos amigas—. Hola —le sonrió dulcemente.
—Hola...
—Pensé que no volvería a verte después de nuestro encuentro en las regaderas. Sé que te gustó nuestro encuentro, pero sueles tirarte a tus aventuras una vez.
—Sí, es lo que solía hacer.
— ¿Entonces? ¿a qué has venido? Sabes que no tengo problema en follar una vez más contigo.
—Lo sé... en realidad, hay alguien.
—Oh... el increíble e indomable Park Jimin por fin encontró quien lo frenara.
—Algo así —la miró varios segundos y dijo—: eres guapísima y una perra, definitivamente lo eres, pero es hora de comenzar a hacer las cosas bien.
—Por supuesto que lo soy, por eso tú y yo nos entendimos bien esa tarde, pero por lo que puedo notar, quieres cambiar ¿no?
—Es lo que quiero hacer.
—Ve y busca a esa persona, entonces. Si alguna vez quieres diversión o desahogarte, aquí me tienes y no necesariamente para tirar. Puedo ser una gran amiga si quiero.
—Gracias pelirroja.
—Hye, llámame Hye.
—Gracias Hye, alias la pelirroja.
Se acercó un poco más a la chica y besó la comisura de sus labios. Se sonrieron y una vez que él se alejó, ella regresó con sus amigas, mientras que Jimin apresuró sus pasos, comenzando a correr, hacia el salón de JungKook.
Estaba listo para sea lo que sea que se encontrara al llegar al salón. Seguramente le dolería un demonio si viera al chico que le gusta besándose, peor aún, follando con su odioso hermanastro, pero una parte de él quería confiar en el menor. Por lo que, desechó de sus pensamientos esa terrible posibilidad.
Cuando llegó al salón de Jeon, deseó haber sido otra la situación que se encontró, porque de esa manera, Jun no habría recibido la furiosa patada de Jimin, en su espalda.
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