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Capítulo 16


Kim sonrió de lado. El chico frente a él le agradaba cada vez más. No podía ignorar aquella actitud tan atrevida y decidida que le ha dejado ver Jeon, por ello intuía que, si su posible relación con Jimin proseguía, sería algo muy interesante. El menor tenía todo para ser del gusto de su mejor amigo y no se refería solamente al físico, sino que, la personalidad del menor, su honestidad y sinceridad, en exceso a veces, era su atractivo. Tae sabía cuánto apreciaba y respetaba Jimin en una persona cuando estos tenían ese tipo de personalidad.

Una vez le mencionó que prefería salir lastimado o decepcionado por la verdad, que vivir feliz en una mentira.

Pero él no le dejaría las cosas fáciles, no, claro que no. Quizás ante los ojos de terceros podría verse como un entrometido, pero como mejor amigo y hermano de otra madre de Jimin, él quería ver ese rostro que tanto atesora, lleno de sonrisas y risas. Si veía sufrir a su amigo, sería como si sufriera él.

—Puedo darme cuenta de que en serio te interesa mi amigo.

—Tal vez, pero no es algo que tenga que ver contigo.

—Estás equivocado, JungKook —dijo serio—. Si quieres algo con él, tendrás que acostumbrarte a verme cerca y seguido. Además, Jimin siempre me ha contado todo, y con todo, me refiero a TODO, desde sus penurias hasta sus encuentros sexuales.

— ¿Y? ¿crees que eso me intimida?

—No, sé que no, sólo quería que te hicieras una idea de lo cercanos que somos.

—Ya me di una idea.

Sin más, giró sobre sus pies y se encaminó hacia las regaderas.

Se dio una ducha rápida, no había mucho que pensar. Debía actuar y lo sabía.

Cuando terminó de ducharse, secó rápidamente su cuerpo y vistió. Seguramente Kim aprovecharía el momento para raptar a Jimin y esa tarde y noche, lo quería sólo para él (Jeon). Al abandonar las regaderas, con su ropa seca y limpia, con su bolso en su hombro derecho, divisó a Park charlando con, obviamente, TaeHyung. El menor bufó, pero aun así se acercó a ellos.

—Estoy listo —soltó ya junto a Jimin.

—¿Me esperas? Quiero darme una ducha rápida —le comentó el mayor, dándole una mirada coqueta, continuó—: Podrías acompañarme, Kookie.

—Podría, pero prefiero que lleguemos pronto a mi casa.

—Creo que alguien tiene prisa —soltó divertido y con un leve tono de travesura, Kim.

—Mucha prisa —afirmó el menor, dándole una rápida mirada a Park, deteniéndose ahora en Kim—. Pensé que te ibas.

— ¿Me estas echando?

—Bien, entendiste mi mensaje.

Park rio divertido por la actitud de los menores. Sin darle mayor importancia, los dejó y se dirigió a las regaderas. Admitía que estaba muy ansioso por lo que sucedería en casa de Jeon, de hecho, llevaba mucho tiempo esperando por ello.

***

TaeHyung observó a su mejor alejarse junto al menor a su lado izquierdo. Sabía exactamente qué sucedería en casa de Jeon, por lo que sonrió divertido. Le gustaba ver a su amigo tan animado y sonriente y mientras lo viera de esa manera, él apoyaría y ayudaría en lo que fuera necesario a Jimin y al menor. Por supuesto, su ayuda sería dándole celos al menor si llegara a ser necesario. Según él, los celos son fundamental en una relación, a veces eran de gran ayuda y otras, sólo causaba líos y malentendidos. Ambas caras de los celos, sabía que era un cincuenta y cincuenta. Muchas personas descubren sus sentimientos amorosos hacia otros cuando comienzan a sentir celos, luego todo es un paso a paso, que iba a pasos rápidos o lentos.

Al girarse para dirigirse por el camino contrario hacia su casa, se topó con quien menos esperaba ni mucho menos, deseaba ver.

Aquellas miradas de odio fueron hasta palpables. Era obvio el rechazo que sentían el uno por el otro, y esto se debía a una sola persona con nombre y apellido. Jung Hoseok. Si tan sólo éste último se decidiría y aclarara su situación con ambos chicos, quizás estos dos no tendrían aquel rencor y resentimiento.

—Justo quería hablar contigo —le soltó Yoon Gi al pasar junto a TaeHyung, aunque éste quiso ignorarlo completamente, le fue imposible.

—Justo yo no quiero.

—No seas infantil y escúchame.

—No tengo nada que escuchar de ti, Min.

—Pero yo tengo mucho que decir —detuvo al menor, agarrando su brazo derecho—. Me escucharas sí o sí.

—Sé de qué o más bien, de quién me hablarás y no quiero escuchar nada sobre él.

—No es una opción —dijo serio. Prosiguió—: Deja de molestar a Hope.

—¿Molestarlo? Creo que estás confundido, Min.

—No lo estoy.

—Claro que sí. Lo que menos quiero en mi vida, es molestar a ese idiota.

—Entonces ¿Por qué fuiste a su casa ese día? No tienes nada que hacer ahí ni mucho menos buscar.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Lo es.

—No sé qué clase de relación tienen ustedes dos —decir aquello, le dolió hasta cierto punto—. Pero no me metan en eso. Hace meses terminé con él y sabes perfectamente el motivo. Así que no me molestes más con esta mierda.

Molesto, dolido, y con impotencia, se soltó del agarre con brusquedad y se alejó. Mierda, le dolía el pecho. Sus ojos comenzaron a dolerle por el ardor que sentía en ellos, no quería llorar, no otra vez por culpa de Hoseok y Yoon Gi, ya había llorado mucho meses atrás como para volver hacerlo.

Con la frente en alto y secando las lágrimas que se acumularon, siguió su camino, hacia su casa. Pero no todo resultó como él quería, ya que, por ese camino, no tan alejado de la universidad, se cruzó con el mayor. Aquel chico que, de cierta manera, aunque se negaba aceptarlo, seguía acelerando su pulso y poniéndolo nervioso.

—El universo está en mi contra el día de hoy —susurró al notar que Hoseok se acercaba a él.

—TaeHyung —lo llamó al saber que el menor seguiría su camino, evitándolo de nuevo—. Por favor, espera.

— ¿Qué pasa? —preguntó desganado, molesto por recordar la conversación de minutos atrás.

—Jimin... ¿sabes dónde está? Se supone que esperaría por mí en la entrada.

—Se fue con JungKook, supongo que luego te llamará.

—Oh, ya veo —nervioso, miró hacia tras el menor, divisando a Yoon Gi. Tragó grueso, mirando ahora inquieto a Kim—. TaeHyung...

— ¿Sabes? Tu noviecito me habló hace un rato ¿podrías decirle que tú y yo no tenemos nada y así dejar de molestarme? —soltó molesto y claramente, dolido por sus propias palabras.

—No es mi novio —corrigió al menor, pero ya no importaba—. ¿Te ha dicho algo?

—Ya da igual —suspiró cansado—. Sólo coméntale que no tenemos nada. No quiero problemas, mucho menos relacionados con él ni contigo.

—Tae... yo no tengo nada con él. En realidad, me gustaría hablar contigo y tratar de llevarnos bien.

—No creo que pueda.

—Le diste una oportunidad a Jimin y él era tu mejor amigo de toda tu vida ¿Por qué a mí no puedes darme otra oportunidad?

—Porque yo te amé, Hoseok —lo miró fijamente—. Te amé como a nadie. Fuiste lo más importante en mi vida. Mi todo ¿y cómo me pagaste? Me engañaste con el tipo de allá —señaló con su dedo índice hacia Yoon Gi—. ¿cuántas veces me prometiste que no debía preocuparme por tu supuesta amistad que tenías con él? ¿Cuántas veces me juraste que jamás pasaría nada entre ustedes?

—Tae...

— ¿Cuántas veces me prometiste que sólo se querían como amigos y nada más? Muchas Hoseok, incluso una vez me lo prometiste llorando y ¿Cómo terminó todo? Se besaron y quién sabe qué otras cosas hicieron.

—Entiendo todo eso y realmente lo siento, pero...

—Pero nada. No puedes comparar el daño que me hizo Jimin con el daño que me hiciste tú. No te atrevas. No hay comparación entre el sufrimiento que causa un mejor amigo con el sufrimiento de la persona del que estuviste enamorado.

—No dudes del amor que sentí por ti. Yo te sigo amando TaeHyung, aunque no me creas en este momento. Te amo.

—Adiós Hoseok. Estoy cansado de todo.

TaeHyung paso por el lado derecho del mayor y se echó a correr.

Le dolía estar cerca de Hoseok, mucho más de lo que el mayor podía imaginar, ¿Por qué? Porque desgraciadamente, lo seguía amando, incluso con las infidelidades de Jung. Incluso sabiendo que no sólo le fue infiel con Yoon Gi, sino que, también con aquella chica.

JungKook volvió a preguntarse por octava vez qué estaba haciendo, del por qué estaba caminando hacia su casa, acompañado de Jimin. Era cierto que no llevaba amigos a su casa, entonces ¿Por qué estaba dirigiéndose hacia ella junto con un amigo? Obviamente Park no era su amigo, pero si un chico con el que tendría sexo. No recordaba alguna vez en el que llevara a alguien a su casa para follar, ya que, en realidad, ¡Jamás llevó a nadie para follar! Definitivamente el chico que caminaba a su lado le daría problemas y no precisamente con sus padres, sino que, a su vida. Y no estaba haciendo nada para que eso no sucediera.

Mientras que Jimin estaba emocionado y ¿para qué mentir? Algo nervioso. Su cuerpo dolía, sí, pero ya había dejado pasar mucho tiempo. Muchas palabras, poca acción.

Lo ansiaba, lo anticipaba, vaya que sí. Deseaba tener al chico que caminaba a su lado, bajo su cuerpo, completamente desnudo y de piernas abiertas para él. Quería follarlo pronto, rápido, fuerte, salvaje y si se le permitía, repetirlo un par de veces. Tal vez no se saciaría, pero al menos, follaría aquel culo y tocaría el cuerpo que vio desnudo anteriores veces.

—Supongo que traes condón —soltó el menor, terminando con el silencio.

—Y supongo que tienes lubricante en tu casa.

—En mi habitación, por supuesto —sonrió divertido.

— ¿Sueles llevar a muchos o muchas a tu casa?

—Por supuesto que no. De hecho, ni siquiera sé por qué te estoy llevando a mi casa.

— ¿Debería sentirme importante?

—Supongo —respondió con aire indiferente, aunque no lo sintió de esa manera. De hecho, comenzaba a importarle mucho.

Luego de unos minutos, ya frente a la casa de Jeon, éste sacó la llave de su casa que tenía en el bolsillo derecho de su pantalón. Miró unos segundos a su acompañante y suspiró. Ya estaban ahí, no había nada más qué hacer, claro, aparte de follar, no había nada más.

El menor abrió la puerta de su casa y dejó entrar al mayor, éste comenzó a observar la casa, agradándole lo sencilla, pero acogedora que se veía. Tal vez porque la casa en la que él vive no se veía ni mucho menos, sentía de esa manera.

— ¿Crees que pueda venir otra vez a esta casa? —preguntó caminando hacia el comedor.

—Depende de lo que suceda luego en mi habitación.

—Entonces, trataré de hacer lo mejor que pueda —comentó con su voz cargada de sensualidad y coquetería.

Aquel tono de voz fue el punto de partida. Ambos supieron enseguida que había iniciado. ¿Para qué seguir con rodeos y vueltas? Ellos habían ido a ese lugar con un solo objetivo. Follar.

—Dejaremos todo en mi habitación, no me gusta dejar todo regado en el primer piso.

—Bien, vamos entonces.

JungKook no necesitó pedirle al mayor que lo siguiera, ya que apenas dio un par de pasos en la escalera, Jimin ya estaba copiándole, subiendo por ellas hacia la habitación del dueño de casa.

—No recuerdo cómo dejé mi habitación, así que, si ves algo tirado en el piso, ignóralo.

—Como digas, no hay problema.

Siguieron caminando, pero esta vez por el pasillo, rumbo a la habitación del menor. Al abrir la puerta, el mayor vio un par de cosas tiradas, pero era lo típico en un dormitorio de un adolescente, además poco importaba eso, no utilizarían el piso como cama, al menos no de momento.

— ¿Tus padres están en casa?

— ¿Los has visto abajo? —preguntó con tono de burla.

—Supongo que no están en casa.

—Hoy llegarán tarde, fueron de visita a casa de un colega de mi padre.

— ¿Hasta qué hora tenemos?

—Si se nos hace tarde, te puedes quedar.

—Mucho mejor.

Jimin dejó su mochila a los pies de la cama, viendo como JungKook dejaba la suya en la silla de su escritorio.

Ambos se miraron una vez que se deshicieron de sus mochilas. Sus miradas se llenaron de deseo, por lo que las palabras sobraban.

El mayor fue disminuyendo la distancia entre ambos, mientras que el menor le sonreía con coquetería, aumentando la tensión sexual en su dormitorio, al igual que el deseo que sentía la polla de Jimin por el culo ajeno.

JungKook se subió al escritorio, sentándose en éste. Atrevidamente abrió sus piernas, invitando al mayor para meterse entremedio de éstas y así poder besarlo, porque ¡joder! Deseaba demasiado besar los labios de Park. Aquellos gruesos y sensuales labios, los quería devorar y morderlos, y si era posible, dejar alguna marca en ellos.

—Delicioso —susurró Jimin cuando ya se encontraba entremedio de las piernas del menor—. De esta manera, tan entregado, te ves delicioso, Kookie.

— ¿Y por qué aún no me estás devorando, hyung?

El tono inocente que usó el menor en su pregunta causó que la erección en el mayor aumentara. Su mirada era tan lujuriosa y siendo mezclada con palabras inocente, era totalmente excitante. Esperaba que cuando estuviera penetrándolo, usara aquel tono al decir su nombre y que, en el acto, lo mirara de esa manera.

—Eres demasiado sensual.

—Tú también lo eres, Jimin. Tanto que me molesta, pero que me causa mucho más deseo de ser follado por ti.

Apretó el cuerpo del mayor contra el suyo, envolviendo la cintura de Jimin con sus largas y tonificadas piernas. Le gustó sentir la erección de Park contra la suya, ambas palpitaban ansiosas y seguro el mayor podía sentirlo tanto como él.

Ambos fueron acercando sus rostros y al unir sus labios, fue el rompimiento de la espera. Inmediatamente Jeon envolvió el cuello del mayor, profundizando el beso. Jimin decidió dejarse llevar por el menor y darle el mando. Realmente guiaba bien Jeon, sus besos le demostraban que podía llevarlo a un orgasmo simplemente con besos ardientes, deseosos y desesperados.

La excitación era tanta, que Jimin inició a embestir al menor. Golpeaba de manera sensual, pero fuerte la polla contraria. A pesar de ambos seguir con ropa, los excitaba los movimientos pronunciados y brutales de Park. Prontamente iniciaron a escucharse los gemidos y jadeos por parte de ambos, junto con pequeños gruñidos por parte de Park al chocar con la erección del menor. Mientras que éste devoraba la boca de su visita.

Jimin dio paso libre al menor para que introdujera su lengua en su cavidad bucal, sintió la saliva del contrario, la cual fue traspasada a propósito. Sí, el menor se estaba dejando llevar y sin ninguna restricción, eso, definitivamente le encantó al mayor. Ni siquiera le sorprendió cuando la diestra de JungKook se metió entre su ropa, tocando directamente la carne palpitante en su entrepierna. Jadeó fuerte sintiendo los dedos largos del menor acariciar su glande.

Hyung, házmelo aquí —ordenó.

Sonrió con lascivia al ver el rostro excitado del menor. Sonrió orgulloso al ver lo erecto que estaba a causa de tanta belleza y sensualidad frente a él. Nunca había tenido a alguien tan hermoso como JungKook, frente a él. Jamás vio tanta sensualidad en un rostro que mostraba inocencia a primera vista. Nunca había ansiado tanto un cuerpo, como ansiaba en ese momento el de Jeon JungKook.

Aquella salvaje y ferviente lengua lo estaba llevando a una excitación irreal. ¿Cómo era posible que estuviera a punto de tener su primer orgasmo del día sólo con besos? Pero ahí estaba el detalle, no sólo eran simples besos, Jeon JungKook sabía lo que hacía y eso estaba enloqueciendo a Park, sobre todo a su polla, la cual estaba por explotar de lo entusiasmado que estaba.

JungKook no sólo estaba dándole gran placer al mayor con su lengua, sino que, los movimientos de su diestra estaban haciendo un gran trabajo en el eje palpitante de Jimin. Quería dejar una impresión sorprendente en el mayor con la sola intención de que no volviera a buscar otro culo o persona, independiente de si era hombre o mujer, y así tenerlo sólo para él por un largo tiempo.

Ya era suficiente. Desesperadamente, Jimin se alejó un poco del menor. Bajó su ropa, bóxer y pantalón hasta sus rodillas y terminó de masturbarse o eso quiso, pues Jeon no le dio tregua y lo ayudó envolviendo las manos del mayor con la suya, ambos jalaban con fuerza y detenimiento aquella polla a punto de explotar en un orgasmo y semen, mucho semen.

—Mierda... —gruñó Park cuando los labios del menor atraparon los suyos, tragándose su gutural orgasmo.

Jeon terminó con su diestra, parte de su ropa y el escritorio salpicado por la eyaculación del mayor. Ya iban varias semanas en las que no tenía ese tipo de acción en su día a día y que mejor manera de tenerla gracias a Kookie.

Hyung —el mayor vio a quien lo llamó usando ese tono tan sensual mezclado con suplica.

Vio como JungKook bajaba del escritorio. Vio cómo se quitó el calzado y comenzó a bajar su pantalón y bóxer, quedando semidesnudo ante la mirada ansiosa y deseosa de Jimin por aquel cuerpo.

—Eres realmente delicioso, Kookie.

Relamió sus labios. Era increíble como hacía unos minutos había eyaculado, y volvía a sentir como su polla volvía a excitarse, pronto tendría una gran erección. Tal vez ese era el poder sobrenatural del menor ante él, y sinceramente, no le molestaba y seguramente, no le molestaría en el futuro.

—Anda Hyung, hazme tuyo. Ahora —le ordenó excitado, cegado por el apetito sexual que sentía en todo su cuerpo.

Park terminó por quitarse su ropa, y no sólo la parte inferior, no, se desnudó completamente para el menor. No pudo evitar que Jeon viera algunos moretones en su cuerpo, pero JungKook prefirió ignorarlos y seguir disfrutando del momento que tanto esperaron.

Jimin se acercó con un movimiento sensual y una mirada excitada hacia JungKook. Éste observó el eje erecto de Park y sintió un hormigueo en su agujero. Ansiaba tener dentro suyo aquella carne dura, y que lo follara hasta que perdiera el conocimiento por tanto placer.

Sin soltar palabra alguna, volvieron a unir sus bocas. La saliva que intercambiaban en cada beso se escurrió por las comisuras de sus labios. Y sin aviso, Jimin giró el cuerpo del menor, éste fue bajando y terminó por apoyar la parte superior de su cuerpo, aun conservando la ropa en esa parte. Sonrió con lascivia cuando sintió el roce de la polla de Park contra sus glúteos.

Tenía la vista más deliciosa ante sus ojos. Había visto muchos culos, tanto de hombres como mujeres, pero su polla jamás había reaccionado de esa manera, tan ansiosa y dura.

—Ve por el lubricante —soltó el menor. Tenía la ligera sospecha que el mayor podría penetrarlo sin preparar su agujero antes y sabía cuánto podría doler.

Entre quejas, JiMin se acercó al mueble que le fue indicado por el menor. Lo abrió y sacó un frasco de lubricante de él. Regresó con JungKook, posicionándose tras éste.

Abrió el envase y llenó su diestra con el líquido. Mientras que con la zurda acariciaba atrevidamente el culo del menor, rosando ansioso con su polla la entrada de JungKook. Los suspiros de éste se escuchaban en toda la habitación, sus gemidos eran música para Park y sólo provocaba que el deseo y tensión sexual en el dormitorio aumentara.

Ya listo, llevó su diestra a la entrada del menor, quien gimió fuerte cuando sintió dos dedos del mayor en su agujero. Jimin sonrió lujurioso al escucharlo y comenzó a moverse dentro de él. Movía su pelvis contra la nalga izquierda de Jeon, chocando su polla contra éste. Sacó y metió un par de veces sus dedos lubricados, agregando uno más. Gruñó cuando el tercer dedo le dolió un poco al menor, pero más cuando éste tiró su culo hacia atrás, pidiendo más profundidad.

Park desgarró con sus dientes el envoltorio del condón. Le habría gustado jugar un poco más, pero necesitaba con urgencia estar dentro del menor, por lo que se puso el preservativo y lo guio hasta la entrada, quitó sus dedos y volvió a sonreír con lascivia al escuchar a Jeon quejarse por abandonar su agujero. Ya posicionado en su entrada, con la punta adentro, llevó ambas manos a los hombros del menor, apretó con fuerza y lo penetró con ganas, duro y certero.

— ¡Joder! —gritó Jeon cuando sintió con total profundidad el pene de Jimin dentro suyo.

El mayor soltó un suspiro, aquel brutal movimiento le dolió, pero no en la polla, sino que, en su cuerpo, ya que aún sentía el dolor causado por el maltrato de su padre. Sólo esperaba poder follar a gusto al menor, por ello decidió olvidar su dolor y dejarse llevar completamente por el polvo que estaba teniendo con JungKook.

Jeon tiró hacia atrás reiteradas veces, su culo, pidiendo que el mayor lo embistiera y así fue. Jimin inició sus movimientos contra el culo ajeno. Aun con sus manos apretando los hombros del menor, embestía con fuerza, con ganas, con deseo, con lujuria, cegado por todo lo que causaba en su interior el ser completo de JungKook.

—Más duro... Hyung, dame más duro —pidió excitado, con voz melosa y una mirada hipnotizadora, el menor.

Jimin bajó sus manos hacia la pequeña y bien formada cintura del menor. Sus estocadas eran cada vez más fuertes, claro, Jeon no se quedaba atrás, ya que tiraba hacia atrás su culo con fuerza también, quería sentir las penetraciones con profundidad. Y pidiendo aún más placer, si es que era posible, comenzó a masturbarse con fuerza, siendo rápido en sus movimientos de manos.

El mayor sintió como pronto volvería a eyacular. Su cuerpo, sus piernas empezaron a temblar y eso les avisó a ambos que llegaría el clímax. Por ello, JungKook quitó la polla de su culo, se giró y mirando con lujuria al mayor, le sacó el preservativo, se incoó frente al mayor y llevó la carne palpitante a su boca.

Aquel atrevido y morboso movimiento, le causó un temblor poderoso al cuerpo del mayor y soltó todo su semen en la boca de Jeon, quien terminó por tragar parte del semen del orgasmo de Jimin.

—Eres un sucio, Kookie —dijo entre jadeos el mayor, observando el rostro cubierto por una capa de sudor y gotas de semen, del menor.

—Chúpamela, ahora —ordenó JungKook, urgido por obtener su tan ansioso orgasmo, pero con ayuda del mayor, de su mayor.

Sin esperar otra ordeno de Jeon, Jimin se arrodillo frente a la polla del menor una vez que este se levantó y la llevó a su boca. Sentía las palpitaciones de la carne, a punto de eyacular. Sólo dio un par de mamadas, y sintió el líquido salado y caliente en toda su cavidad bucal y tal como hizo el menor, tragó gran parte del semen, dejando que otro poco se escurriera por sus labios, bajando por su mandíbula, siguiendo por el cuello.

Agotados, pero con ganas de más, JungKook ayudó a Park a levantarse y entre risas, comenzó a lamer el semen que se deslizaba por el torso del mayor. Subió por la línea que el líquido iba dejando, hasta el cuello y mandíbula, terminando de limpiar el resto que quedó en sus labios, siendo la mejor excusa para terminar aquello con un fogoso beso.

Seguramente después de todo el momento sexual, Jimin sentiría mucho más dolor en su cuerpo, pero al menos su polla y el culo de Jeon estaban más que satisfechos, pero eso no significaba que no volverían a repetirlo, por supuesto que no, ya que sus cuerpos ya ansiaban tener un encuentro como ese en otra ocasión.

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