Capítulo 12
Ho Seok miró con clara molestia a su "amigo" quien miraba enfadado, al contrario.
— ¿Qué hacia TaeHyung, aquí en tu casa?
—No empieces.
—Responde.
—No estoy obligado a responder tu pregunta —cansado, se tiró sobre su cama—. No tengo ganas de hablar contigo, así que, por favor, vete de mí dormitorio y casa.
— ¿Por qué? ¿Por qué el idiota de tu ex me vio acá?
—Sí —miró fijamente a Yoon Gi—. Iba a compartir una cena con él ¿sabes cuánto tiempo llevo esperando ese tipo de cercanía con él?
—Me importa una mierda.
— ¡A mí no!
Ho Seok no era el tipo de chico que gritara a menos que estuviera realmente enojado, por ello, Yoon Gi decidió abandonar la habitación de su amigo, a quien quería como algo mucho más que eso, sintiendo mucha impotencia, porque él llevaba mucho más tiempo en la vida de Jung, pero para este, era más importante TaeHyung, al parecer.
Mientras tanto, JungKook estaba observando un cuadro de tamaño mediano, el cual había estado sobre el mueble de noche, junto a la cama de Park. En ella observaba a Jimin junto a Ho Seok y TaeHyung, los tres sonriendo, bajo un enorme árbol dándoles sombra.
—Se ve que estaban felices —comentó refiriéndose a la foto. ¿Podré verlo sonreír así de nuevo? —miró ahora a Jimin, quien seguía durmiendo—. Espero que sí.
—JungKook —Jiwoo entró en la habitación, sorprendiendo al menor, este inmediatamente regresó el cuadro a su lugar—. Vamos a cenar, si gustas, te puedes quedar a dormir.
— ¿A dormir?
—Ya es algo tarde y no me sentiría tranquila si te vas solo.
—Está bien, me quedaré a dormir.
Ambos abandonaron la habitación de Jimin. Ho Seok ya estaba sentado, listo para cenar. Los otros dos buscaron un lugar y se sentaron.
Los primeros minutos fueron incomodos por el silencio entre los hermanos Jung, ya que JungKook provocaba ruidos al comer.
—Me quedaré en la habitación de Jimin —soltó de repente el menor, llamando la atención de los dueños de casa—. Aprovecharé a cuidarlo.
—¿A cuidarlo? ¿No querrás abusar de él? —bromeó Ho Seok.
—Tal vez lo haga, está bastante débil. Puedo divertirme un rato.
— ¿Qué clase de relación tienes con Jiminie? —preguntó Jiwoo, curiosa.
—Ambos se traen ganas. Jimin quiere darle duro y Jeon quiere que le dé muy duro —respondió su hermano, mientras que Jeon simplemente asintió con un movimiento de su cabeza.
—No tienes amigos normales ¿verdad, Hope?
—Supongo que no.
—Yo soy normal, sólo que soy demasiado honesto —comentó JungKook—. No tengo tapujos. Digo lo que pienso en el momento, no importa cómo suene, simplemente lo digo.
— ¿Ya eres mi amigo? —le preguntó Hope sorprendido.
—Podría, depende de cómo marche todo con Jimin.
— ¿Qué quieres decir? ¡Espera! ¿acaso quieres ser mi cuñado? Y no me refiero a Jiwoo, a ella le van las tías.
—Entonces, la homosexualidad viene de familia —comentó Jeon refiriéndose a los hermanos Jung.
—No, de ser así, mi hermana y yo no existiríamos. Más bien, es algo de hermanos —ambos rieron—. El asunto es que ¿acaso quieres ser el novio de Jimin? Ese idiota es como nuestro hermano menor.
—No me van las relaciones formales... son muy complicadas.
— ¿Entonces?
—Si tu amigo es bueno en lo que yo espero y busco en él, podrías verme seguido a su lado.
—Este chico es mejor que cualquier otra conquista de Jiminie —le comentó Jiwoo a su hermano.
—No soy una conquista de Jimin —aclaró Jeon—. De momento, por eso debemos esperar y ver qué sucede.
Los hermanos Jung se sorprendieron por lo directo y sincero que era JungKook. Les agradó y ambos pensaron que podría llegar a ser un buen compañero para su querido amigo/hermano, Jimin. Sí, definitivamente Jeon era totalmente del agrado de los Jung.
Cuando terminaron de cenar, Jiwoo le prestó una toalla al menor, mientras que Ho Seok buscó ropa para prestarle al visitante y así se duchara antes de dormir. No tardó tanto en ducharse, por lo que minutos después, ya se encontraba en la habitación de Jimin, quien, por cierto, seguía durmiendo.
— ¿Y este no piensa despertar y comer algo? —se preguntó el menor, pateando levemente el pie derecho del mayor, el cual estaba a la vista.
Pero no despertó y JungKook no iba a insistir. Si no se despertaba, problema suyo, no se preocuparía más de lo necesario.
Se acercó a un mueble, bastante grande. En él había algunos libros, pero cuando ya estaba lo suficientemente cerca, notó que eran mangas.
— ¡Qué hijo de puta! —exclamó molesto—. No me dijo que le gustaban los mangas —miró en dirección de Jimin—. Me vengaré por esto, Hyung.
Regresó su atención a la fila de mangas frente a él y por minutos, sintió que estaba en el paraíso. Leyó el nombre de cada manga y a que tomo correspondían. Omitió un grito, para no verse tan feliz y emocionado, al ver que tenía hasta el último tomo que había salido de One Piece.
Maldición, y yo que quería divertirme con mi hyung. Pensó. La idea de "divertirse" con Jimin consistía en provocarle una erección mientras el mayor dormía, era consciente de su estado, por ello también sabía que no tendría sexo con él, pero al menos, disfrutaría de sus gemidos, jadeos y rostro sensual al estar excitado, pero vio su perdición. Los jodidos mangas arruinaron su intención para esa noche.
—Supongo que la espera luego valdrá la pena —susurró agarrando dos tomos del manga, se acercó a la cama, se quitó la remera, acostándose con el torso desnudo junto a Park.
El mayor ni sintió cuando un cuerpo ajeno al suyo se acostó a su lado, seguro al despertar se llevaría una deliciosa sorpresa al tener semejante torso desnudo para el solo.
—Creo que mañana podría faltar a clases —comentó emocionado, iniciando la lectura al primer tomo del manga.
Tres horas más tarde...
Jiwoo se dirigió a la habitación de Jimin después de visitar la de su hermano. Si bien a ella no le gustaba meterse en vida ajena, si lo hacía cuando se trataba de las clases, por ello se acercó al dormitorio de su amigo para cerciorarse de que éste y JungKook dormían, poco le importó la posibilidad de encontrarlos haciendo otro tipo de cosas.
—Permiso —pidió, a pesar de ya estar adentro—. JungKook, no sé cómo vas a interpretar esto, pero ya son las doce de la noche y debes dormir.
— ¿Eh? —miró a la mayor.
—Tienes clases mañana al igual que mi hermano, y al ser yo la mayor de todos, debes obedecerme.
—Mi madre jamás ha hecho esto ¿crees que te obedeceré?
— ¿Quieres volver a compartir esa cama con Jimin? —señaló la cama—. Bueno, me obedecerás ¿cierto? —sonrió, pero aquella sonrisa provocó cierta inquietud en JungKook, por ello cerró el manga, se levantó y acercó al mueble para guardar el libro—. Descansa y si sucede algo con Jimin, algo que no puedas controlar, búscame.
—Maldición.
Jiwoo abandonó el dormitorio después de darle una última mirada al menor, quien fingió una sonrisa, la cual se esfumó cuando ella dejó la habitación.
JungKook estaba demasiado ansioso, pero, aun así, no se levantó para buscar nuevamente el manga, por dos simples razones, la primera; le daba flojera volver a levantarse. La segunda; la sonrisa de Jiwoo lo alertó. Sí, debía aceptar que el rostro angelical de ella podía causar algo de alerta o hasta... miedo.
Pasaron algunos minutos en los que JungKook se dedicó sólo en mirar el techo y la habitación. Sí, definitivamente estaba aburrido, por ello, dio un medio giro, observando a Jimin.
—Maldito, despierta —comentó molesto—. Anda Jimin, despierta y al menos habla conmigo.
Pero Jimin no despertó, al parecer tenía el sueño pesado.
—Jimin —llamó el menor. Sin respuesta, levantó su diestra y la acercó al rostro de Park, tapó los orificios de la nariz contraria, provocando que el mayor se moviera, seguro por la falta de aire.
JungKook se rio de su travesura, pero se volvió serio al ver que Jimin volvió a tranquilizarse para seguir durmiendo o eso pensó el menor.
—Podría darte por el culo ahora mismo y ni aun así despertarías, idiota.
—Inténtalo y juro que te partiré el tuyo —musitó el mayor, abriendo poco a poco sus ojos.
—Eres sólo palabras, hyung.
—Cuando usas el hyung me calientas —giro de la misma manera que el menor, observándolo—. Es muy tentador tenerte en mi cama y con el torso desnudo.
—La idea era tentarte, pero te duele todo el puto cuerpo como para hacerme algo.
—Mis manos no me duelen —comentó. El menor sonrió al ver esa sonrisa coqueta en Jimin, más aún cuando sintió la mano del mayor acercarse a su entrepierna.
—Vas a provocarme una puta erección —dijo, pero disfrutando de la leve caricia que ejerció Park en su muslo izquierdo, subiendo por este, deteniéndose en el bulto del menor—. Joder...qué puto eres, hyung.
—Estabas aburrido, Kookie. Sólo quiero darte algo de entretenimiento —comentó con una dulce voz, pero con una mirada cargada de deseo.
JungKook cerró sus ojos cuando sintió la piel directa de la mano del mayor en su pene. Gimió cuando se movió. El que frotara su entrepierna en su muslo, lo excitó más. Jimin ya estaba duro, el menor lo supo cuando sintió la erección contra su muslo.
—Me calienta el cómo te pongo tan duro con tanta facilidad, hyung.
—Te tengo muchas ganas, Kookie y verte semidesnudo, sólo aumenta mi deseo de querer follarte.
El menor acercó su cuerpo hacia el de Jimin, teniendo la suficiente cercanía para besarlo. Desde la tarde, mientras lo vio dormir, quiso volver a perderse en los besos del mayor. Deleitarse con aquellos gruesos y sensuales labios, que, en ese momento, le devoraban la boca en un beso deseado. Le gustaba la sensación de sentirse tan deseado por el mayor. Ver aquella lujuria en los marrones de Jimin, sabiendo que él (Jeon) lo provocaba.
El beso se tornó lujurioso y hasta morboso, mientras sus manos, bajo las sábanas, masturbaban el pene contrario. Los gemidos y jadeos se perdían en la boca del otro, ahogándolos y premiándolos por una danza caliente de sus lenguas dentro de ellas. La saliva se escurría por la comisura de sus labios. Jimin juntó su cuerpo más al del menor, dando embestidas contra la mano de JungKook.
—Chúpamela —exigió el mayor, perdiéndose en la mirada de JungKook.
Sin responder en palabras, pero si en actos, Jimin sonrió con lascivia cuando el menor quitó las sábanas y subió hacia el cuerpo del herido.
—Estás muy duro, hyung —tocó la punta del pene de Jimin, provocándole un sobresalto de excitación a su cuerpo.
Jimin levantó un poco sus caderas para que su invitado le quitara el pijama y bóxer, dejando completamente al desnudo su miembro erecto. Sonrió satisfecho cuando los ojos del menor brillaron deseosos por devorar aquella erección.
Jeon se relamió los labios y fue acercándose al miembro. Besó la punta y sonrió al escuchar el gemido de Jimin. Sacó su lengua, la cual estaba envuelta en saliva y lamió la punta del eje. Lamió todo el tronco, escuchando los repetidos gemidos de Park. Le fascinó ver la punta expuesta, por ello lamió un poco más. Vio al mayor con los ojos cerrados, excitándose más. Llevó su diestra a su erección, comenzando una auto masturbación.
Volvió a lamer el tronco, terminando en el glande y finalmente, metiéndose todo el pene en su boca. Metía y sacaba el eje de Jimin al compás del movimiento de su mano en su propio eje. Su culo ansiaba tener dentro el pene que, en ese momento, tenía metido en su boca.
No necesitó mucho tiempo para provocar que Jimin eyaculara, ya que fue demasiado tarde, su boca estaba llena del semen del mayor y admitió que no había sido del todo desagradable, no como en anteriores veces con otros chicos. Park alejó al menor, y en su lugar, él se sentó en la cama, acercó sus manos al eje del menor, quien estaba a punto de liberarse. Quitó sus manos y prosiguió con su cometido, ayudando al menor a llegar al clímax. Segundos más tarde, Jimin saboreo sus labios al saltarle esperma del menor.
—Supongo que ahora si podrás dormir, Kookie —comentó divertido el mayor, relamiendo su labio inferior, quitando las gotas de semen que quedaron en él.
—Gracias por tu ayuda, hyung —este imitó la acción de Jimin. Ya había tragado gran cantidad del esperma del mayor.
—Cuando esté totalmente bien, ese culito tuyo tendrá mi polla dentro y no en tu boca.
—A mi boca no le molestó del todo tener tu polla dentro, es más, podría permitirte la entrada en otra ocasión.
—Será todo un placer, Kookie.
JungKook se sentó a horcajadas sobre Jimin, acercándose poco a poco a los labios de este, quería probar una vez más esos gruesos labios, los cuales seguro aún sabían a él.
Estuvieron un buen rato besándose atrevidamente. Sus besos gritaban cuánto deseaban llegar a follar, por ello, se detuvieron. Jimin realmente no estaba en condición para follar al menor, al menos no de la manera que ha imaginado desde que lo conoce. Quería tenerlo bajo su cuerpo, completamente desnudo, con las piernas abiertas, totalmente entregado a él para penetrar duro, fuerte, sin compasión y salvajemente el culo de JungKook, el chico que le alborotaba todo, hasta la razón y pensamientos.
Park había deseado a muchas personas, tanto hombres como mujeres, pero ese chiquillo tenía algo que provocaba algo más que deseo y estaba totalmente dispuesto a saber que era todo aquello que causaba en su interior, principalmente, de momento, en su polla.
—Debemos dormir —susurró el mayor, acomodándose lentamente en su cama.
—Bien.
El menor se acomodó junto al mayor, teniendo contacto con el cuerpo del contrario. A este no le sorprendió ni molestó aquello, es más, se sintió bastante bien tener tan cerca al menor, aunque le dolió una parte de su cuerpo, pero ya pasaría ese dolor.
—JungKook —lo llamó el mayor, antes de que se durmiera.
— ¿Qué pasa?
—Ponme el bóxer, aunque sea.
—Así estás bien —le sonrió con coquetería—. Por la mañana te podría despertar con una mamada, seguro te alegrará el día.
—Hijo de puta —sonrió el mayor, sin negarse aquella propuesta tan caliente.
—Buenas noches.
—Lo mismo.
Ambos cerraron sus ojos, dispuestos a dormir. Fue difícil, ya que sus cuerpos aun ardían por el cuerpo contrario, pero sabían que lo que tanto esperaban no sería tan bueno a causa de la condición de Jimin, por lo que, haciendo un gran esfuerzo, sacaron aquellos pensamientos de sus cabezas y así poder dormir.
Hoseok estaba listo para desayunar y luego ir a clases. Jiwoo tenía el desayuno listo, sólo faltaban su amigo y el menor, pero como estaba su hermano junto con ella, lo mandó a él en busca de Jimin y JungKook. Éste sabía que al entrar a esa habitación podía encontrarse con algo que ni en sueños quería ver, pero se arriesgó.
Debió tocar la puerta antes de abrirla.
—Joder —soltó al encontrarse al menor mamándole la polla a su querido amigo—. Supongo que anoche abusaste de mi amigo.
—Vete a la... ¡ah! —gimió con dolor el mayor, ya que Jeon le mordió la polla.
—Los esperamos abajo.
No quería tener pesadillas a causa de los gemidos de su amigo, por ello prefirió abandonar el dormitorio a tiempo.
Definitivamente Hoseok terminó por acostumbrarse al atrevimiento del menor. Tantos años de amistad con Jimin había servido de algo.
Minutos después, JungKook le regaló un magnífico orgasmo al mayor sólo con su caliente mamada. Jimin tendría un buen día gracias al menor.
—Me necesito duchar.
—Yo también —comentó el menor.
—No tienes más ropa.
—Iré con el mismo uniforme, pero me tienes que regalar ropa interior ¿tienes algo nuevo? Ya sabes, sin uso.
—No.
—Mierda. Bueno, iré sin bóxer a clases.
Aquello le causó gracia al mayor, como también lo calentó. Imaginarse a Jeon sin bóxer, durante todo el día de clases, lo excitó.
JungKook notó como el pene de Jimin comenzaba a animarse de nuevo, por ello se acercó a él, devorándolo con su sensual mirada.
—Veo que imaginarme sin bóxer, te calienta mucho, hyung.
—Y te encanta saber que tanto me calientas, Kookie.
—Por supuesto, me encanta saber cuánto te puedo calentar, digamos que eso aumenta mi deseo de ser follado por ti.
—Lo sé.
Pero no siguieron su juego de coquetería. Jimin se dirigió solo al baño y así ducharse. El cuerpo ya no le dolía tanto como el día anterior. Dolía, pero no en exceso. Al menos se podría duchar solo y eso era un gran avance.
Cuando el mayor terminó, Jeon se metió al baño, siendo bastante rápido al ducharse. Cuando salió del baño, ya listo, con el uniforme del día anterior y sin el bóxer puesto, Jimin estaba terminando de abrocharse la camisa. Ya tenía puesto la parte de abajo del uniforme.
—Por cierto —le habló el menor, acercándose al mueble en dónde se encontraban los tomos del manga que leyó la noche anterior—. ¿Por qué no me mencionaste que también lees mangas? ¡Tienes hasta el último tomo que ha salido de One Piece!
—No me habías preguntado si leía mangas o no —respondió con obviedad.
—Cierto, pero debiste mencionarlo.
—No hubo alguna ocasión para que te mencionara que también pierdo el tiempo leyendo mangas.
—Aun así.
—No sabía que tienes un lado infantil y berrinchudo, JungKook —comentó divertido.
—Recién me estas conociendo, idiota —agarró algunos tomos del manga—. Me llevaré algunos, serán mi premio por las mamadas que te he dado desde anoche.
—Me parece justo, es más —se levantó con menos dificultad—. Por cada mamada que me des, puedo pasarte un libro. El premio perfecto ¿verdad?
—Siento que soy una prostituta, sólo que, en lugar de dinero, me pagaras con mangas.
—Buen trato ¿verdad?
—Supongo, al menos mis mamadas son buenas y mi orgullo me permite recibir un tomo de algún manga como recompensa.
—El que quieras cuándo quieras —sonrió con picardía el mayor.
—Trato hecho.
JungKook guardó tres tomos del manga de One Piece en su mochila. Estaba más que satisfecho con el trato, total, ambos saldrían más que beneficiados y, además, la polla del mayor no le resultaba desagradable, por lo que también disfrutaría mamándosela.
Ambos bajaron para desayunar. Hoseok los observó, recordando la escena donde el menor le hizo sexo oral a su amigo, mostrando una cara de asco, pero en forma de broma. No era la primera vez que encontraba a Jimin en ese tipo de situación. En el pasado hasta lo vio penetrando a una chica del instituto, claro, no en aquella habitación, pero lo vio.
— ¿Durmieron bien? —preguntó Jiwoo a los menores.
—De maravilla —respondió Jimin con cierto tono pícaro. Los hermanos entendieron enseguida a que se refería y en el fondo, se sintieron aliviados de ver sonreír a su amigo.
—Me alegro.
Desayunaron café, tostadas con huevo revuelto y para quien quisiera, mermelada. JungKook se sintió cómodo junto a los demás, tanto o más que en su propia casa.
Al terminar, dejaron la loza sucia en el lavamanos, ya en la tarde lo lavarían. Todos abandonaron la casa para dirigirse a clases.
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