Capítulo 1
Cada año, antes de iniciar el nuevo año escolar, ambos clubes al mando del instituto "The Winners" organizaba una fiesta, despidiéndose así de las vacaciones. Era una de las pocas excepciones en los que ambos clubs lograban mantenerse "tranquilos" en un lugar, todos juntos. Los capitanes de ambos equipos eran los encargados de la organización en ayuda de sus compañeros de equipo, aunque a uno de estos, en particular, odiaba colaborar, pero terminaba haciéndolo ya que su capitán le amenazaba con darle doble entrenamiento durante todo el año.
El recinto era bastante grande. No asistió todo el Instituto, pero al menos si más de la mitad. El capitán de fútbol vigilaba que ninguno de sus compañeros y demás alumnos se dejara llevar por el alcohol y terminase provocando algún alboroto, entre ellas; peleas, discusiones, metidas de pollas en lugares indebidos, al menos en estado de ebriedad. Aunque no podía vigilar a todos, por lo que a mitad de año siempre terminaban apareciendo 2 a 3 alumnas embarazadas producto de la fiesta.
Mientras que el capitán de baloncesto se preocupaba que el alcohol no faltase y que la música estuviera hasta lo más fuerte que los parlantes extragrandes permitieran.
—Si tan solo Min Suga dejara de traer tanto alcohol, los demás no terminarían tirados en el jardín —comentó un frustrado y molesto Ho Seok, alias Jhope, capitán del equipo de fútbol—. Luego tendré que aguantar el regaño de Nam Joon.
—Deberías dejar de calentarte por ello y disfrutar más de la fiesta Jhope —le dijo bastante indiferente al asunto su buen amigo y sub capitán del equipo, Park Jimin, quien buscaba alguna entretención—. Por qué mejor no vas con tu amiga Hyerin y lo pasas bien. No te ha quitado el ojo de encima desde hace una hora ya.
—Por qué mejor no te vas a meter tu gorda y suelta polla en algún culo, lejos de mi vista —soltó un pesado suspiro, mirando a su alrededor—. Tú debiste ser el capitán, así yo no estaría en esta situación ahora.
—Por eso mismo no acepte el cargo —comentó burlista, alejándose de su amigo ya que había visto algo que llamó su atención entre toda la multitud—. Creo que mi gorda y suelta polla encontró lo que buscaba. Adiós.
Jimin termino dejando a su buen amigo, solo y se dirigió hacia aquella cabellera rubia teñida, de cuerpo esbelto, con las curvas marcadas, un labial rojo intenso y unos profundos ojos verdes. Solo basto conque le sonriera a la muñeca frente a él, para que ella cayera ante tan tentadora sonrisa y penetrante mirada.
Ho Seok decidió no pensar más en las consecuencias que podría traer consigo la fiesta y decidió pasarlo bien. Se acercó al grupo donde se encontraba su amiga, quien, como dijo Jimin, no le quitaba el ojo de encima. No era un secreto para los demás que él había follado con ella, como tampoco era un secreto la bisexualidad del capitán de fútbol.
Min Suga, siendo este último su apodo, estaba riéndose acompañado de sus amigos y compañeros de equipo, Jooheon y Ki Hyun, quienes estaban algo más que ebrios. Por ese momento Suga, llamado realmente Min Yoon Gi, les permitió que se fumaran un porro, solo por esa noche, ya que desde el lunes iniciarían las clases y con ello, las practicas. El porro los había puesto mucho más felices de lo que ya se encontraban.
En el jardín de la fiesta, a parte de los borrachos que se encontraban durmiendo en el piso, se acomodaba en una de las esquinas de la piscina, un joven de pelo negro, piel blanca, pero no pálida, alto, bien parecido y con un rostro que dejaba ver lo arrepentido que estaba de haber asistido aquella fiesta.
— ¿Aburrido? —le pregunto un joven de su altura, de piel morena y pelo castaño, quien observaba a su alrededor—. Eres de los nuevos. En el Instituto todos se conocen, más de vista, pero se conocen. ¿Cómo te llamas?
—JungKook. Supongo que eres de los alumnos antiguos —respondió sin dirigir la mirada a quien le hablaba—. ¿Siempre son así las fiestas que organizan antes de entrar a clases? —miró a quienes dormían en el pasto, mirando ahora al castaño—.
—Suelen ser peores, aún es temprano para que empeore.
— ¿Peores? ¿a qué te refieres?
—Pues el año anterior había parejas follando en el pasto, claro, bajo los efectos del alcohol y drogas. Este año los capitanes de los clubs han sido un poco más precavidos —volvió a mirar a su alrededor, notando que el chico de pelo negro se encontraba sin acompañante—. ¿Vamos adentro? Podrías pasarlo mejor en lugar de estar aquí soportando el frío y ver a aquellos borrachos dormir.
—Supongo que tienes razón. Por cierto, ¿Cómo te llamas? —se posiciono junto a su nuevo "amigo"—.
—TaeHyung. Me verás bastante desde hoy —le sonrió, dejándole ver aquella sonrisa rectangular por la que es caracterizado—. Cuéntame de ti, JungKook ¿de dónde vienes? Porque se nota que no eres de Seúl.
—Soy de Busan. Llegue hace unos meses.
—¡Oh! Uno del equipo de fútbol es de Busan también, aunque él lleva ya seis años acá en Seúl. Aunque yo tampoco soy de aquí, vengo de Daegu. Llegue hace cinco años a vivir a Seúl junto a mis padres y hermano mayor.
—¿Hay otros que vengan de otras ciudades?
—Si, el capitán de Baloncesto viene de Daegu, el de fútbol es de Gwangju. El presidente del centro de estudiantes es de Ilsan y el sub-presidente de Anyang—Gwangcheon y otros lugares, obviamente hay chicos originarios de Seúl.
—Parece que sabes bastante de la vida de muchos aquí —se adentraron en la fiesta, sintiendo ambos a través de sus fosas nasales el olor a cigarrillos, alcohol, entre otras sustancias que prefirieron no mencionar—. ¿Algo más que deba saber?
—Mi deber es saber de la vida de los demás. Ser el hijo de la directora tiene muchos beneficios —volvió a sonreír, mostrando ahora una sonrisa rectangular—. ¿Algo más que saber? —pensó un momento—. ¡Sí! Ahora el ambiente es agradable, pero comenzando las clases, todo será una constante guerra entre los equipos de fútbol y baloncesto. Se creen los lideres del Instituto, quieren mandar completamente todo, por ello luchan entre sí para ver quién ganará.
—¿Y por qué hacen eso? ¿ganarán algo?
—Por supuesto, nada es gratis en esta vida, ni siquiera los besos lo son, pero es algo que no puedo decir porque no lo sé. En fin, vamos a bailar.
—Está bien.
Ambos se dirigieron al centro del recinto para bailar, rodeados de chicos, muchos de ellos hasta la cabeza de alcohol y otros algo más sobrios.
Ho Seok observaba desde la esquina, acompañado de sus amigos y Hyerin, quien se dio cuenta de la curiosa mirada de su amigo hacia aquel castaño, quien se estaba divirtiendo junto a su nuevo amigo.
—¿Por qué no te acercas y le pides bailar? —le susurró al oído, causándole un susto—. Seguro estaría encantado de bailar contigo.
—¿Después de lo que le hice el año pasado? No, prefiero evitar que me odie más.
—¿Y eso es posible? —preguntó ella, notando la tristeza en la mirada de su amigo—. En serio fuiste un idiota Hobi.
—Créeme que me lo repito todos los días al despertar —se giró, para así evitar seguir viendo como su primer amor se divertía junto a otro chico—. No solo lo arruine todo con él, también me equivoque contigo.
—Lo nuestro ya está resuelto, solo debes arreglar aquel asunto con él.
—Prefiero no ser una molestia para él.
—Como quieras, pero deberías de intentarlo.
Terminaron el tema del chico de la sonrisa rectangular y se integraron a la plática de sus amigos. Quizás Hyerin tenía razón, pero no quería causarle más sufrimiento innecesario aquel chico que le robo el corazón, como también se lo destrozó cuando termino con él.
Jimin invadía la boca de la rubia de una manera desenfrenada. El alcohol había hecho un gran efecto en él, olvidando que prefería meter su polla en un culo masculino, que en lugar de uno femenino o en una vagina. Pero se dejó llevar por las grandes tetas de la chica y el hecho de no montarse a un buen machote que lo pusiera duro, le jugó muy en contra.
Si había algo que le encantaba a Jimin, era el conocer a chicos que se veían rudos, sabía que con ellos el sexo sería salvaje y rudo, más porque tendría que recurrir al juego de la seducción para poder poseer aquellos culos que le ponían duro y caliente. Pero por esa noche se conformaba con la rubia, ya que ninguno de los varones presentes le llamó la atención a su polla.
La rubia llevo la diestra de Jimin hacia su pecho, soltando un leve gemido por el tacto. El joven la miró fijamente, mientras ella le sonrió coquetamente, incitándolo a tocar más si él así lo quería, porque ella estaba entregada completamente.
—Eres atrevida, me gusta —acerco su rostro al cuello de la rubia, mientras ella llevaba su pelo al lado izquierdo, dejándole el lado derecho al desnudo—. Tu piel es suave y hueles bien.
—Lo mismo digo.
Jimin lamio con suavidad el cuello de la chica, observando a los demás, viendo como muchos se manoseaban mientras bailaban. Su mirada se detuvo en cierta pareja. Uno de ellos mantenía la distancia del otro, mientras éste tenía los brazos levantados, dejándose llevar por la música. Lo observo durante un rato, hasta que sus miradas se encontraron.
El chico de cabello negro observo asqueado a Jimin, quien llevo su zurda a los glúteos de la chica y pegaba su pelvis a la de la chica, lamiendo arduamente el cuello. Desvió la mirada y la fijo en TaeHyung, quien disfrutaba de la música más que de la compañía.
—Creo que este año será interesante —susurro en el oído de la chica, causándole una sonrisa a esta—.
El finde semana paso rápido y el dolor de cabeza, piernas y culo, estaban latentes en TaeHyung. Después de bailar con su nuevo amigo, se encontró con un viejo amigo y se divierto de sobremanera con él. Había estado la mayor parte de la fiesta bien, hasta que vio a su primer amor y exnovio junto aquella persona, causantes de su sufrimiento y de aquella mentira y engaño. Se dejó llevar por el recuerdo, las palabras, las mentiras y bebió hasta perder la consciencia. JungKook pidió ayuda, pues no sabía qué hacer exactamente. El capitán del equipo de fútbol se acercó a ellos, dándole el número de celular del hermano mayor de TaeHyung para que le llamara y fuera por él.
Aquello fue algo que JungKook no le mencionaría por petición de Ho Seok. El hermano mayor de TaeHyung, Kim Heechul, en forma de agradecimiento por cuidar a su descarriado hermano, se ofreció a llevarlo hasta su casa, por lo que el menor no se negó, es más, le agradeció ya que no tenía nada más que hacer en aquella fiesta. Sumando el hecho de que se sentía incómodo por la intensa mirada del muchacho acompañado de la rubia.
—Vaya puto dolor de cabeza —se quejó Tae, sentándose junto a su hermano en el sofá—. ¿No irás al trabajo hoy?
—Es Domingo ¿crees que trabajo de lunes a lunes? Debo descansar —se quejó—.
—Basta con que digas que no y ya —se molestó—. ¿Y mamá?
—Salió hace más de dos horas, ni idea de dónde anda —se levantó, provocando que su hermano cayera donde antes estuvo sentado, ya que estaba apoyado en su hombro—. Voy a salir. Me juntare con Hani, así que prepárate almuerzo solo.
—¡Sabes que soy un peligro en la cocina!
—El número de los bomberos y ambulancia están pegados en la puerta. Adiós —burlándose, abandonó la casa, dejando a su hermano menor solo y con un serio problema de seguridad y de poder cocinar—.
Termino por decidirse a comer lo de siempre, cada vez que le dejaban solo en casa. El ramen se había convertido en su mejor amiga.
JungKook terminaba de ayudar a su padre en el sótano. Habían comprado la casa hace un tiempo, pero no hubo tiempo de limpiar aquel lugar, por lo que aprovecharían el domingo para ello. Al menos tendría qué hacer ese día y no se aburriría. Ya más tarde saldría a correr un rato.
La mañana del primer lunes llego y con ello el tener que levantarse temprano. Park Jimin no quería asistir a clases, no porque no tuviera ganas, sino porque sabía lo que le esperaba ese primer día. La rubia lo buscaría en el Instituto, iría a verlo a sus prácticas y se auto declararía la novia del futbolista, algo que ya le había ocurrido anteriores veces y siempre hacía de su primer lunes de clases, el peor de todos.
Agarró su mochila, ya que iba algo tarde y abandonó su casa. Subió a su bicicleta, ya que esta le servía para entrenar y fortalecer sus fuertes y marcadas piernas a través de sus músculos. Al llegar al establecimiento, se encontró a sus amigos en la entrada, quienes conversaban, seguramente de la fiesta.
Jimin bajo de su bicicleta y saludo a sus amigos. Una cabellera rubia se asomó y enseguida se alejó de estos, para dirigirse hacia el lugar para aparcar su medio de transporte. Sacó el candado de su bolso para asegurar el objeto. Ya listo, observo hacia su alrededor para asegurarse de que ella no estuviera, pero al verla conversando con sus amigos, no le quedó más remedio que saltar por la parte trasera del recinto. Una vez más esa sería su manera de entrar a clases el primer día.
—¿Te crees Spider-Man? —escuchó a su izquierda, encontrándose trepado en la muralla de cemento—.
Jimin recordó aquella mirada, no podría olvidarla, aunque quisiese. El chico de cabellera negra lo miraba confundido, sobre todo porque no entendía el por qué la necesidad de treparse cuando existe una entrada y salida del Instituto.
—Prefiero más a Hulk, pero una especie de Mary Jane rubia me acecha —comentó Jimin, terminando de subir por la muralla—. Nos vemos adentro.
JungKook sintió cierta incertidumbre por la mirada del mayor, pero no ledesvió esta vez la mirada. No cuando el mayor lo quería intimidar. Sinresponderle, siguió su camino hacia la entrada del recinto y así iniciar sunuevo año escolar.
En la sala del centro de estudiantes, se encontraban Nam Joon y Jin, quienes estaban debatiéndose entre los castigos que les impartirían a los capitanes de cada equipo y a sus integrantes. La fiesta resulto ser todo un caos, otra vez, por lo que no dejarían pasar algo así por alto.
—Creo que limpiar los baños por un mes, no es castigo suficiente Jin —le espeto el menor, quien era el presidente del centro estudiantil—.
—¿Qué propones tú? Porque eso de limpiar el comedor y salas del segundo y tercer piso me parece una exageración.
—Eres demasiado blando con esos idiotas.
—Y tú un rencoroso porque no te quisieron aceptar en sus equipos.
—Me discriminaron por ser un poco torpe —se excusó—.
—¿Un poco? Terminaste golpeando a los jugadores y botando el arco del equipo de futbol.
—Como sea —miró a su alrededor. Se levantó de su asiento y se acercó al mayor, quien supo enseguida que haría el menor con solo ver ese brillo lujurioso en su mirada—. Anoche pensé que pasarías por mi casa, Hyung.
—Mi padre quería hablar conmigo y me llevo tiempo —se levantó y sentó sobre la mesa, abrió sus piernas dejando que el menor se metiera entre ellas y acercara a él—. Pero ahora puedo darte un poco de cariño.
—Quiero más que eso —apoyó ambas manos a cada lado del menor, cerca de sus nalgas apoyadas sobre la mesa—. Anda Hyung, hazme feliz —susurro sensualmente—.
—Solo un poco —sonrió lascivamente, llevando su diestra a la entrepierna del menor. A éste le encantaba cuando su mayor le excitaba de esa manera, pero odiaba cuando lo dejaba todo duro sin entregarle su culo—. Ya estás duro, ¿acaso te excitaste con solo hablar hace un momento?
—Verte ya me pone duro, que hables solo aumenta mi erección —acercó su rostro al mayor y con fuerza invadió la boda de Jin, introduciendo la lengua—
Jin comenzó un juego de masajes sobre la dureza de Nam Joon, acaricio la punta y tiró del miembro, provocando un gemido gutural en el menor. Siguió masturbando con arduo trabajo, aumentando el ritmo, ambos gimiendo en la boca del otro.
El menor no tardó en llegar al orgasmo, manchando la mano del mayor, su bóxer y algo de su pantalón. Como ya sabía lo que ocurriría esa mañana, llevo ropa interior de cambio y pantalón del uniforme.
Limpiaron el desastre que dejaron y abandonaron la sala para darle la bienvenida a los nuevos, junto con la directora del lugar.
Todos esperaban formados en el patio principal del Instituto, el cual era bastante grande. La directora Kim dio el discurso de cada año, los antiguos, en forma de burla, comentaron lo que ella diría, adelantados un par de segundos. Cuando todo termino, fue el inicio del presidente del centro estudiantil.
—Bien, primero que nada, quiero darles la bienvenida a los alumnos nuevos y decirles que deben esforzarse desde el primer día de clases. Nada de flojear que las notas no son gratis. Segundo, quiero que los capitanes de los equipos de futbol y baloncesto me visiten al finalizar la presentación y bienvenida. Tercero, ya saben que es para un castigo. De momento, eso es todo.
Tanto Min Yoon Gi, como Jung Ho Seok suspiraron, sabiendo lo que se les venía prontamente. Jin los miro, dándole a entender que el castigo sería duro.
La directora termino la reunión y ordeno a sus estudiantes que se dirigieran a sus salones junto a sus profesores. JungKook llego a su salón, no reconoció a ninguno en su salón, algo que le agrado bastante. Eso creyó, hasta que vio entrar al chico araña por la puerta. Su aura fue diferente o así le pareció a él. Al notar que éste le miraba, Jimin inmediatamente lo observo, dándole una sonrisa ¿coqueta?
Nam Joon había dado el castigo a cada equipo del Instituto con el consentimiento de la directora. Cada castigo fue entregado al capitán correspondiente y estos les informarían a sus compañeros lo que tendrían que hacer. Durante la primera clase de toda esa semana, tendrían que ser los ayudantes del profesor, obedeciendo cualquier tipo de orden que éste les diera. A Jimin le tocó la sala donde se encontraba aquel chico de ojos negros que llamó su atención aquella noche en la fiesta.
No estaba de acuerdo en tener que ser "tutor" por esa semana de los estudiantes que ya tenían un profesor en su hora de clases, pero como debía cumplir con el castigo, no le quedo de otra que obedecer o sería sancionado con más horas de entrenamiento. Después de terminar esa hora de clases, tendría que dejar ordenado el salón e ir ayudar inmediatamente en el comedor.
—Alumno Park ya que está aquí para cumplir su castigo, resuelva las fracciones y así explíqueles a los alumnos de segundo año —el nombrado quiso protestar, pero recordó las horas extras y se arrepintió. Dejo de observar al de cabellera negra y se posiciono frente al pizarrón—.
Cuando entro en la sala, su mirada fue "llamada" por aquellos ojos negros profundos e intensos. Ojos que no le desviaron la mirada cuando intento intimidar al dueño de estos. Si había algo que le caracterizaba, a parte de su "sonrisa de ojos", era lo intimidante que podía ser con ellos al observar a quien sea, pero ese chico, el nuevo, no se intimido y eso, de cierta manera, le gustó más que molestarle. Por un momento, el ambiente donde, por lo menos se encontraban unos 25 alumnos, se esfumo cuando estos se miraron fijamente. No se dieron tregua, no hasta que el profesor le pidió a Park explicar las fracciones.
—Eres el mejor Jimin —el cuerpo del nombrado se tensó cuando en sus recuerdos, aquella chillona voz le pareció familiar. Se giró lentamente, rogando por estar equivocado, pero no. Era ella. La rubia del cuello sensual a quien se había follado en la fiesta—. Hola Jiminie —lo saludo coqueta—.
No solo Park le miró, sino que otros alumnos y JungKook también la miraron. Tenía la blusa mal abotonada, pues dejaba ver algo de su escote, el cual no era nada adecuado para las horas de clases. JungKook la miró con algo de desprecio y lastima, por el simple hecho de no darse a respetar y ser tan ofrecida. Al querer volver su mirada, notó que Jimin estaba viéndolo a él. Éste enseguida le sonrió con coquetería, a lo que Jeon le respondió con una sonrisa sin significado, pero con una mirada que le decía sin palabras << ¿en serio crees que me intimidas o seduces? Ya quisieras>> lo cual el mayor supo leer muy bien en esos ojos negros profundos e intensos.
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