9🦁
Thomas sintió un tirón y luego una puerta cerrándose a su espalda, su cuerpo se relajó al instante captando el aroma de Jacob.
Su compañero lo besó con hambre como acostumbraba últimamente, Thomas rió internamente, desde que se aparearon parecían adolescentes nuevamente y no podían separarse el uno del otro.
— Tenemos que ir a clase — gruñó sobre su boca
Jacob lo ignoró sosteniéndolo mucho más fuerte contra la puerta del baño.
— Iremos luego de que me folles — musitó en su oído mientras acunaba su erección con una mano.
Thomas gruñó.
— Jacob.
— Será rápido — Jacob lo besó una vez más e intentó desabrochar su pantalón, así que agarró su mano antes de que llegara más lejos.
— Eso dijiste hace dos horas y llegamos tarde — dijo lo más firme que pudo, pero su voz sonó como un gemido cuando Jacob mordió la marca en su cuello.
— No escuché que te quejaras demasiado — Thomas lo giró poniéndolo contra la puerta, Jacob gimoteó.
— Esto será rápido, palmas contra la puerta y ni un solo movimiento o me detengo — ordenó con la voz ronca al mismo tiempo que se colocaba de rodillas, Jacob obedeció sin rechistar, sus mejillas encendidas haciéndolo aún más atractivo.
Thomas quedó a nivel de su cadera y primero besó el hueso pélvico que se asomaba por encima del pantalón.
Jacob exhaló mientras descendía y besaba su polla por encima de la tela. Thomas agradeció que sus miedos no se interpusieran otra vez, luego de un mes de estar enlazados era poco lo que no podía hacer a parte del hecho de que aún no podía ser el receptor, pero bueno, Jacob estaba bien por ahora con lo que podían hacer.
El gemido de Jacob lo devolvió a la realidad y lo miró, sus ojos completamente dorados y ansiosos.
Thomas sacó su erección de toda la tela y se permitió una primera lamida, las gotas saladas lo hicieron temblar de anticipación, Jacob estiró su mano para agarrarle la cabeza, le gruñó como regaño.
— No deberías hacer eso si quieres que me quede quieto — murmuró moviendo la cadera.
Thomas lo plantó contra la puerta utilizando las dos manos y chupó solamente la enrojecida cabeza sacándole otro gemido exasperado.
— Si no te quedas quieto pararé ¿Qué prefieres?
— Eres un jodido... — Jacob gruñó cuando bajó un poco más la boca remojando la mitad de su erección, Thomas utilizó una de sus manos como ayuda mientras lo chupaba.
— Umm... te has hecho muy bueno en esto — ronroneó como respuesta.
Jacob jadeó y encajó sus garras en la madera, Thomas lo chupó más fuerte tratando de tomar todo lo que tenía.
Thomas bajó un poco más el pantalón, acunó sus bolas y remojó uno de sus dedos, Jacob se derritió contra él abriendo más las piernas, Thomas sonrió internamente mientras seguía chupándolo y deslizaba el dedo húmedo contra su trasero.
Su compañero cerró los ojos y gimió más emocionado que antes.
— ¡Dios! — gruñó y se vino en su boca.
Thomas tragó lo más rápido que pudo intentando no ahogarse y manchar el piso a la misma vez. Jacob se veía más que satisfecho así que lo jaló hacia él y lo besó profundamente.
Gimió por el beso áspero y la erección en su pantalón, Jacob lamió su barbilla quitando cualquier rastro de su semen y enseñó los colmillos cuando le sonrió.
— Ahora es tu turno — Thomas cerró los ojos sin creerse lo que estaba a punto de hacer y se separó.
— No, ahora iremos a clase — Jacob arqueó una ceja, se vistió y le tocó el bulto en el pantalón, el tacto lo hizo sisear.
— ¿En serio?
— Sí, más tarde estarás contra mi colchón lamentando esto.
— Realmente lo dudo — dijo mordiendo su labio y yéndose de una vez.
Thomas gruñó de frustración viéndolo irse.
Resopló y salió del baño luego de calmarse un poco, caminó por el pasillo y todo su temperamento se vio comprometido al ver a Karen.
¿Qué jodidos tenía que hacer esa leona cerca de ellos?
— Thomas — dijo acariciándose la panza, Thomas tembló sintiendo una conexión con su embarazo, no de su parte, pero sí de su compañero.
— ¿Qué rayos está pasando aquí? — gruñó.
— Oh — Karen acarició su barriga y sonrió — ¿Lo sientes? ¿Jacob no te lo ha contado? Esperamos decirle pronto a la manada.
— ¿Esperamos?
— Por supuesto, Jacob y sus padres, todos están muy contentos por los cachorros.
Thomas sintió algo extraño, traición quizás, no lo sabía, pero corrió a por Jacob con la mente nublada.
......
Jacob no supo cómo simplemente estaba pasando, un Thomas demasiado enojado agarrándolo de la camisa frente a todos, sus ojos dorados y las garras amenazaban con salir en cualquier momento.
Luego de dejarlo en el baño no sabía que había pasado con él, todo estuvo bien, su compañero le dio uno de los mejores orgasmos posibles y le prometió diversión en la noche.
Ahora mismo no existía ese Thomas juguetón, este amenazaba con transformarse en cualquier momento y morderle la yugular.
— Thomas — susurró tratando de llegar a él, los humanos miraban la escena y Anna parecía muy asustada.
— ¿Cómo te atreviste?
— Vamos a discutir fuera, hay muchas personas aquí — gruñó utilizando algo de su fuerza Alfa.
Ambos podían ser Alfas, pero Jacob era mucho más fuerte, lo demostró retando a su padre y ganándole.
Thomas captó la idea, si bien no ladeó su cuello como sumisión si se alejó y salió, Jacob lo siguió luego de asegurarle a Anna que no pasaba absolutamente nada, ella no pareció creerle del todo, pero lo dejó ir.
Thomas no parecía más calmado, pero lo llevó a su habitación, el lugar serviría para discutir y quizás luego tener un polvo de reconciliación, sacudió la cabeza con la idea, Thomas se veía muy enojado.
— ¿Y bien? — preguntó de brazos cruzados.
Thomas le gruñó.
— ¿Pensabas engañarme hasta que nacieran los cachorros? ¿Y luego qué?
Jacob sonrió pensando en alguna clase de broma estúpida, su sonrisa decayó al ver su expresión, su león hablaba muy en serio.
— Espera, ¿De qué hablas?
— No tienes que seguir haciéndote el ignorante, ella vino a regodearse de mi reacción — dijo Thomas, su león muy cerca de la superficie, tanto que Jacob ya podía verse conteniéndolo.
— En serio no sé de qué hablas — Thomas bufó y lo empujó.
— No puedo creer que confiara en ti, debí imaginármelo de un hombre como tú.
— Thomas — murmuró.
Su compañero le dio una mirada herida que lo hizo estremecer.
— Me engañaste todo este jodido tiempo, perdí un mes para nada.
— No te mentí sobre nada — Thomas lo señaló con un dedo mientras despotricaba.
— Me ocultaste información y luego jugaste conmigo como si fuese un maldito cachorro necesitado de cariño.
— Explícame por qué estás tan enojado — pidió.
Thomas se carcajeó sin nada de humor.
— ¿Compañero? ¿Qué jodidos significa esa estúpida palabra para ti?
— Estoy seguro que más de lo que significa para ti.
— Yo por lo menos no te engañé en este tiempo, tampoco te mentí — Jacob intentó agarrarlo pero lo golpeó por accidente, Thomas limpió su boca y lo miró sorprendido luego de verificar la sangre.
Jacob dio un paso adelante, el mismo que Thomas dio atrás.
— Yo...
— Me golpeaste — gruñó Thomas.
— Lo siento, no quise...
— Puedes irte a la mierda con tus malditas disculpas — maldijo y salió por la puerta sin siquiera mirarlo una última vez.
— Thomas... — murmuró dispuesto a seguirle, pero casi choca con alguien más.
Las disculpas se quedaron atascadas en cuanto sintió la conexión y su aroma mezclado con el de la leona frente a él.
— ¿Qué coño?
— Soy Karen, la futura madre de tus cachorros — dijo la mujer.
Jacob no pudo dejar de mirar su barriga, eran sus cachorros, los leones podían sentir la conexión mucho antes de que nacieran y estaba seguro de que Thomas la sintió al compartir un lazo como su compañero.
— ¿Qué está pasando aquí? No me acosté con ninguna leona y si lo hubiese hecho estoy seguro de que lo recordaría.
— Tu padre me envió aquí, quiere hablar contigo.
— Lo apuesto
......
Jacob gruñó sintiendo el dolor a través de su conexión, el viaje en auto fue de un poco más de treinta minutos y todo ese tiempo pudo casi saborear la decepción y traición que sentía Thomas, pero ahora mismo era distinto, era puro dolor.
¿Thomas? ¿Estás bien?
Envió a través de su conexión, Thomas no respondió y la conexión se cortó abruptamente justo como si hubiesen desconectado el teléfono de repente o quizás lo hubiesen dejado inconsciente.
Jacob gimió preocupado por su león.
— Jacob, que gusto volver a verte — dijo su padre con una sonrisa, tenía que ayudar a Thomas, así que practicante se giró.
— Para mí no lo es, debo irme.
— No, tenemos que hablar — algo lo hizo mirarle, su padre se veía como si tuviera algo entre manos.
— Ahora no puedo.
— Ahora es el momento perfecto — Jacob se cruzó de brazos.
— Bien, explícame ¿Cómo es posible que vaya a tener cachorros?
— Ummm...no pensé que fuéramos a hablar de esto una vez más, pero cuando una leona y un león... — Jacob gruñó molesto, su pareja en peligro y ese hombre se empecinaba en jugar con él.
— Corta el rollo, no estoy para tus juegos mentales, hoy no — su padre arqueó una ceja.
— ¿Por algo en concreto?
— Me voy — dijo, su padre lo agarró del hombro.
— Siéntate o a tu compañero le irá mucho peor.
— ¿Qué le has hecho? — rumió, su padre se encogió de hombros.
— Te dije que él estaba en mis manos, desgraciadamente me ignoraste, ahora siéntate — Jacob obedeció cruzándose de brazos.
— Déjalo en paz.
— Tendrás que aparearte con Karen — dijo señalando a la leona
Jacob negó, cuidaría de los cachorros ya que estaban aquí, pero no estaba dispuesto a un lazo con ella.
— No, ya tengo un compañero con el que estoy...
— Lo sé, no fuiste tan discreto como crees — la mueca de asco se reflejó en su cara.
Se congeló, su padre sería capaz de cualquier cosa.
— ¿Dónde está?
— En un lugar donde no podrás encontrarlo.
— Quiero verlo — su padre torció los ojos y sacó su teléfono.
Jacob se estremeció al ver la foto, Thomas cubierto sólo con una manta, lleno de cortes y arañazos, su pelo corto y sucio.
— ¿Qué le pasó, qué hiciste?
— El chico es una pequeña fiera, escapó de nosotros a través del bosque y terminó luchando contra cuatro alfas, al fin lo tengo, no antes de que matara a dos de mis hombres debo decir — Jacob dejó salir un gemido lastimero.
— Devuélvelo.
— Jacob, eso es algo que no va a pasar — dijo arrebatándole el teléfono.
— ¿Qué te hice para que me hagas esto?
— Ningún hijo mío será un maricón — Jacob gruñó.
— Ahora sé porque mi hermano se fue — su padre se encogió de hombros.
— Tu hermano es un malagradecido, olvídate de él, tú tienes que dar el ejemplo, pronto tendrás cachorros — Jacob se puso de pie, su temperamento reverberando aún más con cada palabra que decía su padre.
— Cachorros que no sé de donde salieron — dijo mirando a la leona, ella sonrió.
— Tu mismo los engendraste — ella respondió acariciando su barriga, Jacob bufó.
— Eso es imposible, odio a las leonas en celo.
— Bueno, parece que esta es especial — dijo su padre con ironía.
— No lo es, la olí y no hay nada de especial a parte del hecho de que lleva mis cachorros.
— Te drogué, nada del otro mundo — Jacob se paralizo recordando su resaca y el pinchazo en el cuello.
— Y utilizaste el aroma de Thomas para confundirme.
— Funcionó — dijo ella, Jacob gruñó.
¿Cómo podía ser posible que una mujer se prestara para estas cosas?
— Deja de torturarlo — pidió con la voz rota, su padre asintió.
— Rompe el lazo.
— ¿Por qué eres tan cínico? Sabes cómo funcionan los compañeros, yo no puedo... — se quedó a medias mirando el teléfono otra vez.
Thomas de rodillas en el suelo inmovilizado por dos Alfas y un arma de fuego apuntándole en la nuca, Jacob jadeó.
— ¿Y bien?
— No tienes que hacer esto, por favor — lloriqueó, a estas alturas sólo importaba su compañero.
— Debo enderezar a mis hijos si no van por el buen camino.
— Yo también podría morir si rompo el lazo — explicó.
— Es un riesgo, pero ya tu estarás enlazado otra vez para cuando no tengas ese lazo — Jacob se arrodilló y rogó.
— Por favor.
— Ultima advertencia — con una última mirada de odio se levantó y se acercó a Karen.
Con el corazón latiéndole a mil le ladeó el cuello, ella sonrió satisfecha cuando sus colmillos atravesaron la piel, su conexión se estableció corta y endeble en comparación con la de su compañero, la antigua desapareció provocando anhelo tormento, necesidad, vacío, pero sobre todo dolor.
Jacob cayó en la inconsciencia pensando en que no despertar sería un maldito buen regalo.
Su Thomas probablemente no resistiría esto.
******
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro