12🦁
Karen no se veía bien, la mujer tenía una risa maníaca enmarcando su cara, Jacob se estremeció mirando a su alrededor, no había nadie, nadie que pudiese ayudarle antes de que esa mujer cometiera una locura.
Ella lo miró y sus ojos brillaron con un rastro de malicia.
— Sabía que tu león estaba cerca, lo aceptaste con demasiada facilidad — dijo caminando hacia él.
Jacob entró en pánico cuando la vio acariciar su barriga, si solo Thomas estuviese con él, pero no estaba y ahora tenía a sus cachorros en peligro.
— Vine a despedirme — mintió, al parecer ella lo olió.
— Eres un mentiroso de mierda, has estado ocultando a tu amante y esperando el momento para atacar — Jacob se sulfuró, pero logró mantener su voz a un nivel normal.
— No es mi amante, es mi compañero y lo sabes.
— Los leones no tienen compañeros masculinos, sácate esa idea absurda de la cabeza — dijo, Jacob rodó los ojos y luego pensó en una forma de arreglar el problema, él podría matar a su padre junto con sus seguidores y aseguraría la vida de Karen luego de que los cachorros nacieran.
— No discutiré contigo, mira, si mi padre te tiene amenazada haremos algo, podemos llegar a un acuerdo — Karen se echó a reír como si fuese un estúpido.
— ¿Amenazada? ¿Estás jodiéndome? Quería asegurarme de terminar junto a un león fuerte y tu padre me propuso esto, se suponía que yo sería la segunda, como tu consorte.
— Pero no te alejaste cuando supiste de Thomas — Karen bufó.
— Él me importaba una mierda, cuando muriera estarías tan devastado que morirías de depresión, tu padre seguiría siendo el Alfa y yo me quedaría con una buena posición cuidando de sus herederos — dijo acariciando su panza.
— Entonces ¿Por qué no mataron a Thomas?
— Queríamos que lo hicieras tú, pero el maldito león es resistente y te mantuviste a flote gracias a eso, íbamos a matarlo — Jacob abrió la boca perplejo.
— Y yo lo rescaté.
— Si, pero aún puedo matarte aquí, luego a él — dijo sacando las garras.
— ¿Tú y cuantos más?
— No puedes hacerme daño, llevo a tus cachorros y eso lo protegerás por encima de todo — dijo ella con una sonrisa, lo peor es que tenía razón.
Jacob gruñó, el brazo de alguien rodeó a Karen por el cuello, luego hizo que se desmayara dándole un golpe.
— Pero yo no — dijo con la voz ronca luego de semanas sin utilizarla, su compañero ahí de pie sosteniendo a Karen contra su cuerpo.
Thomas no se veía bien, a parte del hecho de que estaba desnudo, su pelo corto regado en varias direcciones y pegándose a la piel de su cuello, la piel estaba más pálida de lo normal, sus mejillas tenían un color rosado fuerte y sudaba demasiado.
— Thomas ¿Cómo llegaste aquí? — murmuró, Thomas lo miró.
— Me llamaste, fue una sacudida horrible, pero me necesitabas, así que vine — dijo medio gruñendo.
— Pero...
— Toma una decisión ahora — exigió, sus ojos se bañaron de dorado.
Jacob se dio cuenta de que estaba bastante inestable aún.
— ¿Sobre qué?
— Jacob ¿quieres a los cachorros o no? — respingó, Jacob se enojó por la pregunta y dejó salir un gruñido sobreprotector.
— Por supuesto que sí.
— Entonces tendrás que pedirle a la partera que los saque antes de tiempo — Jacob negó, probablemente la fiebre estaba haciendo estragos en su mente.
— No, morirán si eso sucede.
— Tendrán más posibilidades que si esperas a que esta mujer se haga daño — dijo, Jacob negó queriendo ser la voz de la razón.
— La mantendré en un lugar seguro — Thomas bufó, ahora parecía más débil que antes.
— ¿Sabes que tan fácil es asesinarte sólo con tus garras? Eso es una mala apuesta, sólo tienes una opción aquí — Jacob lo miró, parecía estar hablando por experiencia, así que cedió.
— Muy bien.
Thomas la dejó descansando sobre el suelo y se dejó caer, su respiración no era mejor que antes y sus labios estaba adoptando un ligero tinte azuloso, Jacob se mordió el labio.
— Debemos llevarte con un doctor — Thomas negó.
— Ocúpate de ella, yo iré a descansar — Jacob lo vio subir las escaleras temblorosamente y desaparecer en el interior, quería decirle muchas cosas, pero sabía que no era la hora para eso.
Cogió a Karen entre sus brazos y la llevó con la madre de Miguel, la mujer lo miró con pánico.
— ¿Qué pasa? — preguntó mientras la ponía en la cama, Jacob la señaló.
— Necesito que saques a mis cachorros — la mujer suspiró.
— No tomes decisiones precipitadas, podrían morir si lo hago.
— Por favor, ayúdeme, no quiero que mueran, pero si los dejo con ella, se hará daño así misma con tal de lastimarlos — dijo desesperado cogiéndole las manos, la mujer lo miró sin saber qué hacer.
— Yo... ¡Miguel! — gritó, el hombre se apareció en la habitación unos minutos después con un aspecto bastante pálido.
— ¿Han visto a Thomas?
— Ahora no muchacho, necesito que traigas a Lena aquí, dile que es por los cachorros del Alfa — Miguel asintió luego de ver a Karen y salió de ahí, Jacob la miró sin comprender si le ayudaría o no.
— ¿Quién?
— Necesitamos que alguien le de calor a las crías y los alimente por unos días, tenemos que asegurarnos de que vivan — Jacob respiró y dejó salir unas cuantas lágrimas antes de besarle la mano.
— Gracias.
— Aún no me agradezcas, muchacho.
Según le dijeron el proceso sería largo así que debía esperar fuera, Lena apareció unos minutos después con Miguel, la leona entró en forma animal y le dio un asentimiento respetuoso, Jacob lo reconoció y las dejó trabajar.
Su tensión se intensificó cuando fue a ver a Thomas, deliraba sobre la cama, sus gemidos y lloriqueos eran lo baste fuertes para hacerlo estremecer.
— Está empeorando — afirmó Miguel colocándole otro cobertor encima y saliendo de la habitación para darle un poco de privacidad.
Jacob se mordió el labio y caminó hacia la cama, lo empeoró todo llamándole a través de un vínculo inservible.
— Todo se está viniendo abajo y no tengo la fuerza para resistirlo — lloriqueó Jacob cayendo sobre sus rodillas.
— Jodido Alfa inservible — gruñó Thomas apretando la mandíbula, sus caninos fuera y las garras arañándole la camisa, su cuerpo se contrajo dolorosamente bajo la tela y gimió — Si piensas en todo lo malo, algo malo va a pasar.
— Thomas, por favor, no te vayas — lloriqueó.
— Fuiste tú quien rompió el vínculo — Jacob gimió.
— Puedo renovarlo ahora mismo si eso es lo que...
— No puedes, esa leona tiene tu vínculo, tus cachorros estarían en peligro, idiota — gruñó, Jacob no sabía cómo podía seguir velando por otros en esa condición.
— Dime que no vas a morir — pidió, Thomas se retorció y dejó salir un gemido estrangulado.
— He pasado por cosas peores, esto es solo un montón de calambres y un poco de fiebre, ahora ve a velar por tus cachorros, estaré bien.
Jacob lo hizo, aunque quería seguir a su lado por lo menos dándole apoyo, Thomas lo despachó pidiéndole que dejase de torturarse mirándolo.
Llegó a la habitación donde estaban aún sus cachorros y tocó la puerta rezando para que todo fuese bien, luego se dejó caer a un lado y se recostó en la pared esperando noticias, por lo menos aún sabía que sus hijos estaban bien gracias al lazo de sangre que compartían.
Jacob despertó con un toque en su hombro, la madre de Miguel estaba delante de él pareciendo más chica y cansada, Jacob la miró con un nudo en la garganta, ella le sonrió.
— Aún es pronto para saberlo, debemos esperar unos días, pero hasta ahora ellos están bien, lo están logrando ¿quieres verlos.
Jacob asintió y la siguió, Karen estaba inconsciente sobre la cama llena de sangre en su forma leona, probablemente le inyectaron algo para hacerla cambiar puesto que las crías debían nacer como cachorros leones.
Jacob miró a un lado, Lena estaba sobre algunas mantas amamantando a sus dos crías, los dos negros, Jacob gimió mirándolos, eran hermosos, miró a la madre de Miguel y tragó antes de preguntar.
— ¿Puedo tocarlos?
— Son tuyos, chico — Jacob se acercó, se colocó de rodillas y tocó a sus cachorros, ellos le reconocieron mordiéndole la punta de los dedos con sus encías, él sonrió — Creo que ahora deberías preocuparte por tu compañero y luego por tu padre.
— ¿Y ella? — preguntó señalando a Karen, la mujer se encogió de hombros.
— Le pediré a Miguel que se encargue, la dejaremos en algún albergue con un poco de dinero — Jacob asintió y se detuvo antes de salir.
— Yo... muchas gracias por todo, no tengo vidas suficientes para agradecerles por esto.
— Agradécenos siendo nuestro Alfa, ya queremos conocer al nuevo Alfa y a su pareja, ahora ve con él.
A Jacob no tuvieron que decírselo dos veces, corrió hasta Thomas y se quitó la ropa antes de meterse con él bajo las mantas.
Thomas pareció mejorar con su cercanía, los temblores disminuyeron y al menos ya no se retorcía de dolor, Jacob se dio cuenta que no lo había tocado desde que le vio y quizás el cuerpo de Thomas necesitaba el vínculo para asentarse.
Jacob lo besó, Thomas respondió con hambre mordiéndole y probando su sangre, lo necesitaba, lo quería.
— Esto será rápido Thomas, necesito que me folles y renovemos el vínculo — Thomas se negó.
— ¿Tus cachorros?
— Ellos están bien, Thomas, por favor — murmuró acariciando su pecho.
— No, no voy a follarte — Jacob gimió.
— Tom
— Q... quiero que tú me hagas el amor — Jacob se paralizó y lo miró, un mes juntos y Thomas se mostró renuente a eso, lo dejo pasar ya que realmente no le importaba ser sumiso para Thomas.
— ¿Estás seguro? — murmuró, Thomas asintió.
— Si — dijo cogiendo una de sus manos y lamiendo sus dedos, Jacob gimió cuando se entretuvo en dos dedos mucho más de los normal, dejándolos muy húmedos — Adelante.
Jacob tanteó su entrada y lo miró en busca de arrepentimiento, Thomas abrió las piernas y se empujó un poco contra el contacto, Jacob lo besó y metió un dedo, su compañero aguantó la respiración y se tensó estrangulando su dedo.
— Relájate, sino no funcionará — Thomas se relajó y sus mejillas se tornaron rosas, Jacob no sabía si era por la fiebre o la vergüenza.
— Lo siento — murmuró Thomas.
Vergüenza, identificó Jacob y le dio un beso tierno antes de poner un segundo dedo con la otra mano acarició su pene.
Thomas estaba tan nervioso y asustado que ni siquiera tenía una erección, Jacob arreglaría eso en este mismo instante, lo giró poniéndolo sobre su estómago.
Thomas se sostuvo sobre sus codos, su cuerpo realmente tenso, pero no se alejó de él, eso era algo bueno.
Aún bajo las mantas le besó la nuca y siguió recorriendo el camino de la columna dejando besos y chupetones, a veces alternando con mordidas.
Thomas gimió durante todo el proceso y volvió a tensarse cuando llegó a su trasero.
— ¿Qué haces? ¿Jacob?
Thomas gimió al sentir su húmeda lengua trabajando en él, pero en seguida quiso retirarse, Jacob lo agarró de las caderas y lo obligó a permanecer, su objetivo era darle placer y no se detendría hasta que fuese un charco lloroso sobre la cama.
Mojó su grieta con la lengua sacándole varios gemidos, recorrió el contorno y mordisqueó, pronto Thomas fue un hombre muy tembloroso que gemía por más, así que Jacob se lo dio.
Utilizó los pulgares para abrirle y profundizó un poco más con la lengua, Jacob creyó escuchar un gorgoteo de parte Thomas y metió sus dedos una y otra vez preparándolo para su polla.
— ¿Todo bien? — preguntó moviendo sus dedos, Thomas gimió y se empujó contra él — Te quiero sobre tu espalda Thomas, quiero verte cuando llegues.
Thomas gimió obedeciendo la orden, estaba menos pálido y más dispuesto para él.
Humedeció la palma de su mano y la pasó por su erección, Thomas levantó las piernas más que dispuesto cuando se colocó entre ellas, al principio fue un poco incómodo teniendo en cuenta la falta de lubricante y la renuencia de su compañero, pero luego mejoró.
Jacob lo besó y acarició su polla, Thomas se dejó hacer capturando cada movimiento e incitándolos a veces, luego de lo que parecieron años el orgasmo llegó a cada uno de ellos y ambos le desnudaron el cuello al contrario, Jacob solo suplicó para que eso funcionara.
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