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Única parte

—Así que no creo que esté esperando que lo visite, ¡Estoy muy emocionado!— Hablo Yugyeom por su teléfono, en lo que esperaba en el parqueo del aeropuerto a qué su auto fuese llevado hacia él.

—Lo sé, Jungkook se podrá muy contento al saber que regresas antes— contestó Jackson, su mejor amigo— Vaya alfa ocupado eres, ¿Eh? Si yo tuviese que viajar fuera de Corea por un mes, creo que Mark insistiría en ir conmigo, nuestros lobos estarían deprimidos alejados tanto tiempo.

—Ni me lo digas, no sabes lo triste que me he sentido en estas dos semanas, pero por fin— sonrió—podré ver a mi Omega.

—Agh, eres todo un romántico Kim, aunque estaría igual de emocionado.

—Claro que sí, incluso llorarías al verlo.

—Alfa de cuarta— dijo Jackson entre dientes— Igual ya debes estar llegando, así que llama más tarde, tal vez pasemos por allá.

—De acuerdo hyung, hasta luego.

—Hasta luego.

—Corte de llamada—

Kim siguió su trayecto hacia casa, sintiendo el olor de su Omega casa vez más fuerte.

Tal vez sea porque me estoy acercando a él, y la mordida trae el olor al carro— pensó el no muy inteligente alfa.

El olor a piña y almendras se hizo tan presente en el carro que Yugyeom tuvo que bajar los cristales del auto para poder respirar bien.

Aquel dulce aroma le hizo marearse un poco y querer llegar más rápido a su destino.

~~~~~

Mientras tanto Jungkook en su habitación sentía un calor terrible e inexplicable.

Tal vez no debería de haber dormido con la camisa de Yugyeom, su olor solo me incita a querer tenerlo conmigo— pensó el omega— ¿Será qué...? No, se supone que llegaría la semana que viene, aunque eso explica— ¡Ah!

El Omega de repente cayó al suelo, luego de que sus piernas temblaran por sentir más fuerte el olor a roble y café de su alfa.

—A-Alfa... A-Al-agh

Se retorcía una nueva vez, mientras se daba cuenta que está a soltando lubricante natural.

El Omega ya no podía más, simplemente debía calmarse por si solo ya que el alfa no se encontraba, ni se encontraría con él.

Así que subió de nuevo a su cama, poniéndose en cuatro, mientras levantaba la camisa de su alfa y temblaba de la excitación.

Dirigió su mano hacia su miembro completamente erecto, dándole un corto roce que lo hizo temblar más.

Era su celo, si normalmente era sensible, ahora era muchísimo más receptivo.

Así que en aquella posición empezó a acariciar su miembro, aún sin empuñarlo, ya que se sentía bastante sensible y sabía que con muy poco podría acabar muy rápido.

Con su pecho pegado al colchón, llevo su otra mano hacia atrás, empezando a acariciar su entrada de la misma manera.

Tanteando, mientras se mordía sus labios en un vano intento de acallar sus quejidos y jadeos.

Así que solo fue cuestión de segundos cuando introdujo un dedo en su entrada, moviendolo de adentro hacia afuera, explorandose, sintiendo como este luego de unos minutos, no parecía ser suficiente.

Por lo que el de golpe, adentro dos dedos más, lo que lo hizo retorcerse y gemir fuerte, empuñando su miembro para aumentar el placer.

Tenía los ojos llenos de lágrimas, mojando así sus sábanas, mientras temblaba con cada toque que se daba pensando en su Gyeomie, en su alfa.

—A-Alfa - gimió.

Cada vez siente el olor de su alfa más fuerte, más cerca, lo que lo hace retorcerse y pedir más, ya que sus tres cortos dedos no parecen ser suficiente.

~~~~

Yugyeom estaba cada vez más alterado, sintiendo un calor inexplicable desde su marca y el olor de su dulce Omega.

A este punto se encontraba con una dolorosa y gran erección en sus pantalones.

Así que cuando por fin aparcó en frente de su hogar, salió de su auto dejando aún sus maletas dentro de este, con manos temblorosas y en estado de frenesí, sacó sus llaves, abriendo así la puerta de su hogar.

El hogar que compartía con su amado Omega.

El olor ya estaba en exageración fuerte, así que mientras cerraba la puerta trato de analizar la situación, aunque aquel aroma no lo dejara pensar muy bien.

Pero que equivocado estaba pensando que el estado del aroma no aumentaría en intensidad.

Mientras más se acercaba a la habitación que ambos compartían, las fuerte se hacía.

Y ya a mitad de subir las escaleras escucho los jadeos y gemidos contenidos que conocía ya bastante bien.

Joder, Jungkook está en celo— pensó.

—¿Gyeomie-ah?— escuchó el pelinegro desde el interior de la habitación.

El frente de su pantalón se apretó mucho más al oír la temblorosa y quebrada voz de su pareja.

—Gyeomie-ah, t-te necesito, yo-¡Mhg!

Parece que en ningún momento había dejado de tocarse, y ambos lobos estaban arañando en su interior, deseando apoderarse del cuerpo en que estaban y saciar su hambre del otro.

El pelinegro con la poca, muy poca, cordura que me quedaba, se adentró a la habitación, sintiendo como las feromonas de Jungkook le daban una bofetada en toda la cara.

Pero poco tuvo que percatarse en el olor, cuando vio aquella irremediablemente sexual imagen que sus ojos contemplaban.

Sin duda, su esposo era el ser más bello del mundo.

Aún en ese estado, seguía viéndolo como el ser más delicado.

—Bebé— se le cortó la respiración.

Y es así como Jungkook medio sale de su trance de excitación y se da cuenta que quien está en frente suyo era él, su esposo, su alfa.

—G-gyeomie, ven- le llamó Jungkook—te extrañé mucho.

Yugyeom deshizo el nudo de su corbata, quitandola de su cuello y tirandola hacia alguna parte de la habitación.

Y cada paso que daba era una prenda menos, el cinturón, la camisa, sus zapatos y pantalones.

Quedando únicamente en su ropa interior, la cuál marcaba el miembro de Yugyeom dejando sobresalir el glande del mismo.

Jungkook al ver cómo el contrario iba desnudandose y acercándose cada vez más a él, se sentía mucho más acalorado.

Quedaron ambos frente a frente, sin haber intercambiado palabras, solo miradas que iban y venían.

Yugyeom se inclino sobre el cuerpo de Jungkook el cual se encontraba temblando, he hizo lo que ansiaba desde que salió del país.

Besar sus labios.

Empezaron a besarse de manera brusca y desenfrenada, con toda la pasión que sentían del momento, lenguas chocando y jugando entre ellas, respiraciones pesadas y sonrisas de complicidad.

Yugyeom terminó de retirarle la camisa suya que llevaba puesta Jungkook, y comenzó a descender sus besos por el cuello del castaño.

Jungkook gemía, suspirando cada vez que Kim pasaba sus manos por sus pezones, por su abdomen o sus piernas.

—Gyeomie, t-te amo— sonó temblorosa la voz del pequeño Omega en la habitación.

—Yo también te amo mucho Kookie— respondió con los ojos llenos de afecto y la voz sumamente grave el alfa.

Descendió sus besos, dejando uno que otro chupón por el cuerpo del Omega.

En sus clavículas, en sus pezones, en su abdomen, hasta que quedó frente al miembro del pequeño castaño.

El cual, al sentir la respiración de su esposo en aquella zona, ahogó un gemido, subiendo a su rostro un brazo tratando de ocultar su vergüenza.

—No cariño, quiero verte mientras te doy placer—dijo Yugyeom mientras suavemente quitaba el brazo y lo ponía encima de su cabeza.

Y simplemente no hizo nada más que abalanzarse hacia el miembro del más pequeño, tomándolo profundamente en su boca.

Jungkook solo pudo arquearse y gemir alto y sin contenerse, haciéndole saber lo mucho que le gustaba su toque, bajando su otra mano hacia la cabeza del más alto, quien gimió con gusto al ver las reacciones de su esposo.

Este inicio un vaivén, llevándolo a veces muy profundo en su garganta, otras veces sacándolo mientras hacía lo mismo con su saco, tomando cada testículo en su boca.

Sabía que Jungkook estaba por llegar rápido, y que esté solo sería el primer orgasmo de la noche.

Así que cuando el Omega se vino mientras Kim lamía su glande, simplemente tragó y miro a su Omega quien lo veía con sus pupilas dilatadas.

—¿Qué tan bien se sintió bebé?— preguntó Yugyeom, sabiendo que Jungkook no respondería debido a su estado actual.

Así que el alfa volvió a subir, y besó sus labios de nuevo, esta vez un poco más calmados que la anterior vez, aún Kim cargando su erección y Jungkook teniendo otra debido a su constante exitación del celo y tener a su alfa cerca.

Después Kim bajó su mano hacia la entrada de su Omega, sintiendo la cantidad de lubricante natural que comenzaba a salir, así que sin dar previo aviso; adentró uno de sus dedos, mientras se alejaba un poco de Jungkook para ver sus expresiones.

Este mordía su labio tratando de contener sus soniditos, pero Yugyeom en desacuerdo con eso pasó su pulgar por este, el cual Jungkook terminó chupando descaradamente.

Y Yugyeom tomando una respiración profunda por la escena que veía, adentro otro dedo, moviendolos de manera circular, y en tijeras, tratando de encontrar el punto p de su pareja.

Observando cada una de sus reacciones, hasta que Jungkook soltó un gemido bastante alto.

Bingo— pensó el pelinegro.

Adentrando un tercer dedo, empezó a arremeter contra esa zona que hacía delirar y soltar incoherencias a su Omega.

¡A-Ah! ¡Mmhg! A-Alfa.

—Ah cariño, ya estás listo ¿No?

A-Alfa.

—No te preocupes bebé, tu alfa se encargará de ti.

Jungkook estando boca arriba, Yugyeom se separa bien de él, y sube ambas piernas del Omega sobre sus muslos.

Alineando su miembro en la entrada de su Omega la cuál parecía pedir su atención con urgencia, lo penetró lentamente.

Gimieron al mismo tiempo, mientras Yugyeom se recostaba de a poco nuevamente sobre su Omega, y tomando sus manos las entrelaza con las suyas, dejándolas por encima del mismo.

Le hizo el amor lentamente, pero con esa  pasión que sentían dentro, mientras estaba besándolo y diciéndole cosas al oído, vio la marca que le hizo a su bebé hace varios años, lo que le incitó a lamerla.

En cuanto lo hizo, el Omega se retorcía, moviendo su cabeza hacia un costado en señal de sumisión.

Yugyeom empezó a penetrarlo más duro y profundo, sintiendo como las paredes de su pareja, lo apretaban tan bien, gruñendo y gimiendo por lo bajo.

Ambos sintieron como el nudo empezaba a incharse, y en medio de tanta excitación Yugyeom se lanza de nuevo hacia el cuello de Jungkook, pero esta vez no fue para lamer la marca, si no, volver abrirla.

El placer que ambos sintieron al sentir los colmillos del alfa adentrarse por nueva vez en el cuello del Omega fue inexplicable.

Fue suficiente como para terminar al mismo tiempo, en que el nudo termina de incharse también.

Ambos con sus respiraciones jadeantes resonando en aquella blanca habitación, se miraron y sonrieron rozando sus narices, lo que llamarían un beso esquimal.

El alfa tomándose un tiempo lamiendo y besando la marca, nuevamente abierta.

Y luego, con cuidado tomó a su Omega de la cintura y lo levanto consigo, para que se volviera estando el más pequeño encima del alfa.

Este los cubrió a ambos con una sábana.

—G-gyeomie, estamos sucios— dijo el pequeño Omega.

—Hmm, mañana nos lavamos, ahora solo quiero descansar— dijo Yugyeom.

—Está bien amor— dijo el Omega abrazándose a su esposo—Por cierto— levantó su cabeza sobre el pecho del alfa para poder ver los ojos de su amado— Bienvenido a casa Yugyeomie—le sonrió.

Yugyeom solo pudo soltar una carcajada, porque...

Ha sido la mejor bienvenida que le han dado a este alfa.

Fin.

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