6- The vampire's Lady.
Bien conocidos eran los centauros por su pacifismo y su ferocidad cuando peleaban, no obstante la flecha de Dafne pudo, si ella quisiera, acabar con todos pero la mujer mitad humano y mitad caballo caminó unos pasos hacia las chicas que estaban escondiéndose detrás de los árboles. Dafne salió de su escondite encarando sin miedo en su rostro a la centauro.
—Tienes ovarios grandes, chica — halagó la criatura.
—¿Eh? — murmuró Dafne condundida.
—Tefnut — llamó otro Centauro con cierta seriedad.
—¿Caronete qué te sucede? Estaba en la parte más emocionante — se quejó la hembra.
—Déjalas ir — dijo Caronete —quizá sólo vayan en un viaje a alguna aldea donde descansan los humanos.
—Jeh... está bien — habló Tefnut con cierta desconfianza en aquellas palabras.
Dafne y Ceres se alejaron de los Centauros caminando por el claro del bosque, Caronete observaba tranquilamente a las dos chicas que se marchaban pero algo le decía al joven centauro que algo no estaba bien.
Ambas caminaban por el bosque el cual adquiría unos tonos oscuros que lo hacían algo tenebroso, Ceres se ocultó detrás de Dafne algo asustada pues siempre estaba al cuidado del Alfa de su manada.
El viento empezó a soplar con mayor fuerza haciendo que las hojas de los árboles comenzaban a moverse rápidamente, Dafne empuñó su arco preparada para el combate.
De la nada un ser casi en su totalidad cubierto de oscuridad apareció frente a ellas, el olfato de la híbrida se movió repetidamente al sentir el hedor que desprendía ese sujeto.
Conocía bien que no debían confiarse de él ni en sus intenciones que parecían no ser del todo buenas.
—Te he estado observando — habló el ente con una voz imponente.
—¿Quién diablos eres tú? — preguntó Ceres saliendo de atrás de Dafne.
La híbrida al parecer no le interesaba en lo más mínimo lo que él fuese, su único objetivo era encontrar sus raíces como sirena y ya está pero ése ente no la dejaría continuar en su cruzada.
—No me conocerás aún pero ya sabrás quien soy yo — dijo esbozando una sonrisa —voy a ayudarte con tu cometido.
—¿Y por qué debería aceptar tu ayuda? — indagó la híbrida con un deje de desconfianza.
—Eres perspicaz, bueno te contaré algo — eso llamó poderosamente la atención de Dafne que soltó el agarre del arco y observó al encapuchado —en este mundo existen un total de trece gemas que si las juntas pueden concederte cualquier deseo que quieras — explicó él misterioso sujeto y luego agregó —quizá quieras encontrar tu lugar en el mundo.
Dafne abrió sus ojos sorprendida por lo que decía aquel extraño, dudaba por instantes en aceptar la ayuda pero su objetivo siempre fue encontrar aquel lugar que fuera de verdad su hogar.
Suspiró pesadamente y terminó por hablarle a su loba interna para pedirle un consejo acerca de su decisión.
"¿Aysel?" Llamó la licántropa.
"¿Oh? ¿qué pasa? ¿estás bien, Dafne?" Aysel preguntó confundida "me despertaste de mi siesta"
"Necesito un consejo, un tipo dijo que podía ayudarme con mi búsqueda" explicó Dafne.
"Hagas lo que hagas, que no se te ocurra confiarte" advirtió la loba interna "por cierto vayamos más a menudo a la playa o al mar"
Dafne rió levemente y asintió en su interior, cuando regresó a la normalidad sus ojos nuevamente cambiaron de marrón a azul claro además de adoptar una mirada más seria.
—¿Qué debo hacer? — preguntó la chica con frialdad.
—Eres una chica muy inteligente — halagó el encapuchado —bien, hay un vampiro que quiero que acabes con él, pues es posible que se interponga en tus planes — explicó él manteniendo su sonrisa siniestra —bien ahora debo irme
Sin más nada que pudo decir Dafne aquel misterioso sujeto desapareció de su vista casi haciendo uso de una extraña teletransportación. Ceres enmudeció ante lo visto y presenciado por sus ojos, Dafne tomó el paso de lideresa caminando más adentro del bosque seguida por la loba que le era su compañía.
(...)
Jack parecía estar perdido en sus pensamientos buscando algún lugar donde descansar de la luz del sol que lo debilitaba, pero para su suerte la noche se acercaba y ahí era el momento de demostrar todas sus habilidades como el vampiro que era, el olor de la sal del mar se iba acercando lentamente mientras que por el horizonte el sol se ocultaba.
Nubarrones de lluvia tomaban el lugar del soleado día y darían paso a una oscura y tormentosa noche en la que Jack quizá debería pelear contra algún enemigo suyo, gruñó por bajo esperando un poco más la llegada de ese individuo pero, para su sorpresa, eran dos mujeres las cuales debía admitir que eran hermosas.
Por otro lado, la loba de Ceres saltó emocionada mientras que veía al vampiro con ojos enamorados y un brillo especial en ellos, Dafne puso sus ojos en blanco comenzando a acercarse al Vampiro que debía, según ella, aniquilar para averiguar más sobre su origen.
—¿Qué pretendes hacerle a mi Mate? —cuestionó molesta.
—Tu mate es el vampiro que debo matar — espetó molesta la híbrida.
Ceres la cacheteó con fuerza porque los lobos e incluso los vampiros cuando encuentran a su mate tienden a protegerlo de todo peligro aun cuando eso implique que esa persona sea aquella con la que tanto ha compartido, Jack y su sirviente quedaron absortos y confusos por la reacción de la loba.
—¿En qué mundo vives? sabes que mi objetivo es encontrar lo que esa voz siempre me dice —reclamó furiosa.
—Oigan, chamas ¿les puedo ayudar? — preguntó algo temeroso el vampiro acercándose a ambas.
—¡Cállate! —gritaron las dos al unísono.
—Qué carácter — murmuró el sirviente y lanzó su báculo con limadura de plata.
Ese preparado hizo estremecer a las dos muchacha que terminaron de discutir mientras se quitaban el polvillo de aquel metal peligroso para cualquiera que sea descendiente de los lobos o los mismos vampiros.
—¡Pero vale! ¿qué te pasa, Pancracio, estás agüevoniao? — cuestionó el vampiro.
—Ay, amo bonito... lo hice porque esas chamacas no dejaban de discutir — explicó el jorobado.
—Coño — espetó molesto pateando a Pancracio.
—Ahí te voy san Pedro — gritó mientras salía volando contra una roca.
La mirada de Jack no se despegaba de esa chica lobo, que a comparación de su acompañante no destacaba mucho por su físico ya que su estatura era más baja que la de la joven de ojos multicolor, mostró una leve sonrisa cuando vio el rostro de su mate iluminado por la luz de la Luna y húmedo por el agua de la lluvia.
(...)
Nota del autor:
Los que leen esto, saben que estoy haciendo literalmente lo que se me da la gana xD.
Gracias a @tenore23por el dialecto venezolano ^^.
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